ESCOCIA E IRLANDA EN EUROPA.- El triunfo del Brexit abrió
ante los británicos el abismo del astillamiento, con una Escocia pro europea que
exige un nuevo referéndum independentista, mientras en Belfast renacen los
llamados a unirse con la limítrofe Irlanda para seguir en la Unión Europea
(UE). El 51,9 por ciento de los británicos se pronunciaron el jueves en el
plebiscito sobre Europa a favor de desligarse de Bruselas, frente a un 48,1 por
ciento que quería seguir formando parte de la organización. Pero en Escocia, un
62 por ciento optó por seguir en la UE frente al 38 por ciento a favor de
retirarse, y en Irlanda del Norte, un 56 por ciento eligió mantenerse en la
unión -con la que limita por tierra en la frontera irlandesa- contra 44 por
ciento que eligió romper. La ministra principal del Gobierno escocés y líder
del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, no perdió un minuto
para asegurar que “es altamente probable” que se convoque otro referéndum de
independencia en Escocia, y advirtió que hará “todo lo posible” para mantener a
Escocia en la UE. Sturgeon calificó el resultado en Escocia como “sólido e
inequívoco”, e hizo hincapié en que el recuento “deja claro que los escoceses
ven su futuro dentro de la Unión Europea”. Otra reacción rápida fue la del
partido republicano norirlandés, el Sinn Fein. Tras la conclusión del letal
conflicto en Irlanda del Norte, con el acuerdo del “Viernes Santo” de 1998, el
abrumadoramente católico Sinn Fein comparte el ejecutivo de Belfast con el
Partido Democrático Unionista (DUP), principal representante de la comunidad
unionista-protestante. El Sinn Fein respondió al triunfo del Brexit pidiendo
que Londres convoque un referéndum sobre la unidad irlandesa. En cambio a
capital británica fue la única región inglesa que votó a favor de la
permenencia en la UE. Tanto en Inglaterra como en Gales, los votantes se
manifestaron en favor del Brexit.
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Una de las
características centrales de la propaganda No política, pero sí anti-política
fue centrar en las consecuencias sociales y políticas internas que hoy está
generando el incontrolable proceso migratorio transcontinental. La xenofobia
marcó una pauta en este proceso cargado de violencia. Ahora si vienen los
verdaderos y profundos problemas estructurales que cargan pesadamente muchos de
los países "poderosos" de la Unión Europea, o miembros del G-7 - los
países globalizadores o países imperialistas.
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LAS RAZONES DEL VOTO. CINCO CLAVES PARA ENTENDER EL BREXIT.- El Reino
Unido votó irse de la Unión Europea (UE) después de un referéndum sobre su
membresía. ¿Por que ganó la campaña Brexit? Según el análisis de la cadena
británica estatal BBC, el resultado obedece a múltiples explicaciones.
1. Las advertencias económicas de Brexit. El público fue
bombardeado con advertencia sobre cómo serían más pobres si votaban salir de la
UE, pero al final no fueron convencidos de lo que se les decía o creían era un
precio que valía la pena pagar. Las grandes empresas financieras decían que el
crecimiento económico se restringiría, aumentaría el desempleo, la libra se
desplomaría y los negocios británicos quedarían en tierra de nadie fuera de la
UE. El Banco de Inglaterra mencionó la perspectiva de una recesión mientras que
el ministerio de Hacienda dijo que se vería obligado a aumentar el impuesto a
las ganancias y recortar los gastos de educación y defensa. Como si esto fuera
poco, Barack Obama sugirió que si se fuera de la UE, Gran Bretaña quedaría en
la cola para negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos y varios
líderes europeos anunciaron un futuro cataclismo si se producía el Brexit. Pero
el hecho de que el público descartara tan rápidamente el consejo de los expertos
apunta a algo más que sólo una revolución contra el establishment. Sugiere que
mucha gente se sintió abandonada por su gobierno y que no le llegaron los
beneficios económicos de cinco décadas de compromiso con la UE.
2. La afirmación que dejar la UE liberaría unos 350
millones de libras esterlinas extra para gastar en el Servicio Nacional de Salud
es la clase de slogan político con el que sueñan los que hacen campañas.
Golpea, es fácil de entender y atractivo para los votantes de edades e ideas
políticas diferentes. No sorprende que el voto Brexit lo eligió como caballito
de batalla.
3. Nigel Farage, líder de la extrema derecha de UKIP, hizo de la inmigración
un tema definitorio. El asunto alimentó temas más amplios de identidad nacional
y cultural, que le venía bien al mensaje de Brexit, especialmente para los
votantes de bajos ingresos.
4. El público dejó de escuchar al primer ministro. David Cameron puede
haber ganado una competencia de liderazgo, una o dos elecciones generales y dos
referéndum en los últimos diez años, pero se le acabó la suerte. Al ponerse al
frente de la campaña Remain, y enmarcando la decisión como una cuestión de
confianza, se jugó su futuro político y su reputación personal en el resultado.
5. El laborismo no se conectó con los votantes. No sólo mal interpretó
el laborismo el ánimo de sus partidarios, sino que cuando se dio cuenta que
algo estaba mal en la campaña fue incapaz de repararlo. A pesar de enviar a
grandes figuras como Gordon Brown y Sadiq Khan a hablar sobro los beneficios de
la UE e insinuar que se necesitarían más controles con la inmigración, no pudo evitar la
impresión de un creciente sismo entre los que gobiernan el partido y sus bases.
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En la capital británica, las pizarras de los bancos muestran fuertes caídas de la moneda y las principales acciones que cotizan en la Bolsa londinense. Se inician los verdaderos problemas de un proceso político mal conducido, sin liderazgo fuerte en la defensa en el seno de la Unión Europea, en cambio los separatistas sí se la jugaron totalmente. El hundimiento del "Titanic" (Britanic) lo estamos mirando.
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CON EL BREXIT LLEGÓ EL HUNDIMIENTO
DEL BRITANIC.
El resultado del Referéndum gatilló una
fuerte caída de la Libra Esterlina y de las Bolsas en todo el mundo.
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La
conmoción por el resultado generó de inmediato el vacío político: renunció el
Primer Ministro, David Cameron, y entró en crisis el laborismo. En el plano
económico se derrumbaron la libra y las Bolsas europeas. Cualquier parecido con
el Titanic no es coincidencia.
Marcelo Justo
Desde
Londres.- Página /12 sábado 25 de junio del 2016.
El primer ministro David Cameron anunció su
renuncia poco después que se conociera el resultado del
referendo, el director del Banco de Inglaterra salió a calmar nervios hablando
de una reserva de 250 mil millones de libras para apagar el incendio sin impedir
que la libra y la bolsa siguieran bajando y bajando. La caída se hizo más
pronunciada cuando poco después la
ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que sería necesario un
nuevo referendo escocés para decidir si su país sigue formando parte de un
Reino Unido que eligió salir de la Unión Europea.
Así fue la mañana y el
baile recién empezaba. Poco después del mediodía, Wall Street se sumó a la caída de los mercados europeos que ya se
precipitaban al vacío (pérdidas de 7% en
Alemania, 8% en Francia, 12,35% en España, 13,42% en Atenas) mientras que
las materias primas se sumaban a la debacle y comenzaba a revertirse la
recuperación del precio del petróleo del último mes. A media tarde varias
multinacionales y entidades financieras que operan en el Reino Unido dejaron
trascender que tenían planes de relocalizarse parcialmente en otros lugares de
la Unión Europea y advertían que había miles de puestos en peligro. Al vacío
político y el agujero económico se le agregó poco después la crisis del principal
partido de oposición, el laborismo, con un plan para descabezar a Jeremy Corbyn en los próximos días.
Cualquier parecido entre este Reino Unido que decidió el jueves abandonar la Unión Europea después de 43 años y el
Titanic no es coincidencia.
El mismo Cameron usó una
analogía acuática al anunciar su renuncia. “Los británicos han tomado una
decisión muy clara para cambiar de rumbo. El país necesita un nuevo líder que
lo lleve en esta dirección. Yo haré todo lo que pueda como primer ministro para
calmar el barco en las próximas semanas y meses, pero creo que no sería
correcto que yo siga siendo el capitán de este barco y el encargado de llevarlo
a su próximo destino. Creo que el país necesita tener un nuevo primer ministro
para el comienzo de la conferencia del Partido Conservador en octubre”, dijo
Cameron.
En Europa no tenían tan
claro que el capitán provisorio del Titanic fuera políticamente relevante.
Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, que reúne a los mandatarios de la
UE, envió una carta a los otros miembros en la que Cameron cuenta solo a
medias.
Se
fue sin pena ni gloria. Renunció el Primer Ministro Cameron, aplastado por la
derrota al salir el Reino Unido de la Unión Europea. Ahora sí se vienen
verdaderos y tormentosos problemas internos. Escocia e Irlanda del Norte
anunciaron mantenerse en la Unión Europa, pero a su vez salir - las autonomías
separatistas - del Reino Unido. Se vienen días y meses de grandes definiciones
geopolíticas.
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“No tengo dudas que a la luz del resultado negativo
del referendo en el Reino Unido, debemos dedicar nuestra reunión la próxima
semana a las consecuencias políticas de este tema. Quiero tener tiempo para que
lo discutamos primero con el primer ministro Cameron y luego por separado,
entre los 27 miembros. El martes terminará con una cena en la que Cameron
explicará la situación en el Reino Unido”, señaló Tusk.
La reunión continuará al
otro día, pero sin el Reino Unido. “El
miércoles los 27 miembros discutiremos el llamado ‘proceso de divorcio’
contemplado en el artículo 50 del Tratado y el futuro de una Unión Europea de
27 países”, señaló Tusk en su carta. El artículo 50 establece un período de
hasta dos años para llegar a un arreglo definitivo con un miembro que decida
dejar el club europeo. Como el Reino Unido es el primer caso en más de 60 años
de proyecto paneuroopeo, no hay precedente.
Primer potencial choque
a la vista es que Cameron dejó en
claro que él no va a accionar el artículo 50 porque, no tiene sentido “que yo siga siendo el capitán de este barco
y el encargado de llevarlo a su próximo destino”. A pesar de que el Reino
Unido votó dejar la UE, todavía es miembro del club y solo puede dejar de serlo
al activar el artículo. En declaraciones a la cadena germana ARD, el presidente
de la Comisión Europea, Jean Claude
Juncker, dejó en claro que las negociaciones tienen que empezar ya. “Los británicos votaron. No tiene sentido
esperar hasta octubre. No va a ser un divorcio amigable, pero tampoco fue un
gran amor”, señaló.
Barack Obama buscó calmar las aguas
y, al igual que el FMI, urgió a ambas partes a trabajar conjuntamente. “Mantendremos nuestra relación histórica con
el Reino Unido y con la Unión Europea”, aseguró el mandatario
estadounidense. A fines de abril, en una polémica intervención durante una
visita al Reino Unido, había advertido que no habría acuerdo comercial rápido
si los británicos optaban por el Brexit.
El posible diálogo con
un “pato rengo” como Cameron, que
quedará en la historia como el primer ministro que allanó el camino para la
separación de Europa, plantea muchos interrogantes sobre su viabilidad. El
problema es que no será fácil reemplazarlo con una figura de consenso.
En el sistema
parlamentario británico no se necesita convocar a elecciones para elegir a un
nuevo primer ministro. El principal partido en la Cámara de los Comunes, en
este caso el conservador, elige a un líder que se convierte automáticamente en
el mandatario. El favorito es el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, que lideró la campaña por el Brexit y que ayer
elogió a Cameron en un intento de calmar la animosidad, resentimiento y
polarización del referendo.
Muchos conservadores,
sin embargo, no quieren ni oír de Johnson
y están embarcados en una campaña de “anyone but Boris for leader”. La actual
ministra del interior, Theresa May,
sería una posibilidad, pero incluso el reticente apoyo que dio a permanecer en
la UE, podría convertirse en un obstáculo insalvable. El gran peligro es que el
forcejeo político conservador se termine convirtiendo en un potencial vacío de
poder.
El único consuelo de los
tories es que los laboristas parecen en una situación
similar. El voto a favor del Brexit fue contundente en el cinturón industrial
del norte de Inglaterra, otrora bastión laborista, hoy amenazado por los
antieuropeístas del UKIP. Dos diputados responsabilizaron al actual líder Jeremy Corbyn por su “pobre campaña” y lanzaron una moción
para sustituírlo que se trataría este lunes en la reunión del Partido
Parlamentario (diputados laboristas) este lunes.
Los sindicatos y
Momentum, un movimiento de base Corbynista, salieron a respaldarlo.
“La renuncia del primer ministro ha disparado una
crisis en el interior de los conservadores. En este momento necesitamos unirnos
ante un partido Tory que está sumergido en divisiones y peleas . Lo que menos
necesitamos es divisiones en nuestro partido”, señaló un comunicado conjunto de
12 sindicatos.
En medio de este
vendaval político, el impacto económico del Brexit no ofrece mucho tiempo o
espacio para la negociación o la duda. Ayer la libra cayó a su nivel más bajo en 31 años y el FTSE 100, de las 100
compañías más importantes, registró una caída del 8%, similar a lo sucedido durante el derrumbe del Lehman Brothers
en el estallido financiero de 2008. En la City,
Jamie Dimon, CEO del JP Morgan, advirtió que entre 1.000 y 4.000 puestos
podrían migrar al continente mientras que otra entidad estadounidense, Morgan Stanley, señaló que dos mil empleados
de su oficina de Londres se mudarían a Dublin o Frankfurt.
En la industria, la
fabricante de aviones Airbus y las
automotrices Toyota y Ford
advirtieron que estaban revisando su plan de inversiones en el Reino Unido. Ford, que tiene más de 14 mil trabajadores, señaló que “tomaremos las medidas que sean necesarias
para permanecer competitivos”. Tom
Enders, director de Airbus, que emplea a 15000 trabajadores en el Reino Unido, señaló que el resultado era
lo opuesto del famoso “win-win” que
recomiendan para los negocios. “Es un
lose-lose para el Reino Unido y Europa. El mundo no se para. Tampoco lo hará
Europa. Espero que el divorcio trate de minimizar el impacto a todos los
afectados por el Brexit”, señaló Enders.
En
medio de tanta ansiedad e incertidumbre había un rostro sorprendentemente feliz
en el Reino Unido. Cartón lleno, el
candidato presidencial Donald Trump,
de visita en Escocia, no tuvo empacho en señalar que el Brexit es “maravilloso para el Reino Unido que ha tomado el destino en
sus propias manos”.
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