EL FIN DE LA UNIÓN EUROPEA. INGLATERRA SE RETIRA. RENUNCIA EL PRIMER
MINISTRO CAMERON. SE VIENE UN PROCESO DE AUTONOMÍAS REGIONALES.- LA CRISIS
MIGRATORIA AL FINAL ES EL “DISPARO EN LA NUCA” CONTRA LA U.E.- Gobernantes
como los señores Cameron, Hollande, Merkel, Rajoy, y el padrinazgo del señor
Obama, estuvieron seguros que invadiendo medio oriente con el “cuento” de
defender la Democracia y la Libertad, eran los dueños del mundo. Han destruido
países y civilizaciones completas como Irak – cuna de la Caldeo Asiria – Libia
– hoy es un pandemónium de guerras internas entre grupos étnicos, siguen en
Siria, Afganistán, Egipto, - con su dictadura militar – saquean con sus
corporaciones transnacionales todo el norte del África (El llamado Cuerno del
África) toda la Región Subsahariana ( no sólo pobreza, miseria, hambre, sino una
brutal desigualdad económico-social, por estas políticas salvajes hoy están
cosechando dos productos: primero
la masiva migración de millones de ciudadanos con dirección a Europa –
situación real – que ha levantado las políticas xenofóbicas más radicales e
inhumanas por parte de la derecha conservadora y ultramontana europea, enemiga
total de darles cobijo en cualquier país europeo, sino violencia, policía,
respuesta militar y expulsión a sus lugares de origen. Segundo, son los responsables directos de la creación del
Estado Islámico – salvaje, violento-étnico-militarista – no solo en defensa de
sus territorios, hoy también responsable del terrorismo urbano en Europa.
Los actuales gobernantes
son los responsables directos de haber impuesto una política económica salvaje,
inhumana, violenta en los países de la euro-zona – la austeridad absoluta – el
neoliberalismo más inhumano y salvaje contra Grecia, España, Portugal, Italia,
Irlanda, Francia. Y la propia Inglaterra en el área de los Derechos Sociales y
la privatización de la educación, la salud,
los servicios públicos, etc. Todos como buenos discípulos de la
Canciller alemana Angela Merkel. Responsable no solo del hundimiento del Estado
de Bienestar – preciso recinto histórico de los Derechos Ciudadanos – hoy
totalmente destrozados. Con la imposición de sus políticas de austeridad –
fracasadas de principio a fin – hoy la Unión Europea concentra no solo una
poli-crisis estructural, sistémica, sino que camina directo hacia su
destrucción final, sosteniendo una guerra de tipo militar en Ucrania y su
separación interna-regional, y una guerra de bloqueo económico (tipo la Guerra
Fría) contra Rusia. Además su disparo final “en la nuca” representa hoy – lo
que ellos mismos son responsables – la crisis migratoria, la falta de una
política social de respuesta, el ascenso de políticas de la derecha
conservadora y las manifestaciones xenofóbicas y homofóbicas violentas en la
principales ciudades, hoy también centros de concentración de extrema pobreza y
a su vez crisis demográfica (población mayor).
Finalmente hoy cuando expresamos
“que se disparó en la nuca” es el último capítulo de un conjunto no solo de
errores, imposiciones políticas por encima de los derechos de la Ciudadanía,
sino comportamientos salvajes, creyéndose los “dueños del mundo”, un sueño que
hoy está cobrando factura muy elevada y sumamente costosa. Los separatismos
regionales, las autonomías independentistas – que de alguna manera han sido
contenidas al no aceptarlas en el seno de la U.E. – pero ahora que la
Ciudadanía inglesa otorga este resultado electoral – libre. Democrático – pero
con fuerte contenido xenofóbico – precisamente contra la migración – el
resultado final, no solo será la separación de Inglaterra del seno de la Unión
Europea – la derecha hoy festeja en todo el continente – sino internamente, se
viene el despedazamiento de la propia Inglaterra. Escocia e Irlanda del Norte,
ya manifestaron nuevos procesos electorales para lograr su autonomía –
Independencia y la formación de nuevas Naciones – se anunció la Renuncia del
Primer Ministro David Cameron , pero, ahí no termina- elecciones internas y la
crisis económica, cuando la resuelven?. Hay más en el escenario complejo,
violento, turbulento, de la Europa de hoy, estos resultados ahora - incendian la pradera desde la democracia – los
movimientos separatistas en España, Italia, Francia, en el propio Alemania
(capítulo aparte son las autonomías en Europa Oriental) – crecen y cada vez
serán más radicales y violentos y con plena seguridad el asecho anti-político y
terrorista del Estado Islámico y sus yihadistas será cada vez más radical y
violento. El
Final del fin ya lo adelantó la sra. Canciller de Alemania. Ella y Alemania se
quedan solas? Bienvenida al futuro?.
/////
EL GOODBYE DEL REINO UNIDO.
Anotaciones marxistas sobre lo ocurrido y el futuro en la Unión Europea.
*****
Jon E.
Illescas
Rebelión
sábado 25 de junio del 2016.
Hoy es un día histórico. Nadie pone en duda este
punto. Por escaso porcentaje, la mayoría de los británicos votaron por
marcharse de la Unión Europea. Con el 100% escrutado, un 51,9% votaron goodbye
y un 48,1% to remain. No me detendré en este breve artículo a analizar
cómo la opción del Brexit ha triunfado en las zonas rurales ni cómo en las
zonas más avanzadas y cosmopolitas lo ha hecho la voluntad de mantener la
eurociudadanía. No hablaré tampoco del divorcio entre los trabajadores
cualificados y los no cualificados (lo que algunos designan, erróneamente, como
el enfrentamiento entre la clase media y la obrera). Tampoco de cómo gran parte
de las áreas periféricas e industriales han abandonado el internacionalismo
conservándolo para las películas hollywoodienses de amenazas alienígenas y por
el contrario han abrazado el nacionalismo chauvinista de la parte más
retrógrada, racista e imperialista de la burguesía inglesa. Algo que
ciertamente habla muy mal de la capacidad de la “izquierda realmente existente”
para conectar con los trabajadores y hacer pedagogía y estupendamente de los
grandes medios de derecha que, como The Sun o The Daily Mail,
llevaban décadas reproduciendo su hegemonía machacando e infectando a los
obreros con esos contravalores.
No es momento de hablar de esos asuntos que, aunque
importantes, ya están siendo señalados por algunos analistas.
En este espacio me gustaría tratar una cuestión más
de fondo que, como diría Fernand Braudel, tiene que ver con la long durée
(larga duración) para el conjunto de la población y las generaciones venideras.
Porque está claro que las consecuencias del Brexit a corto-medio plazo serán
tremendas y actualmente simple y llanamente incalculables. No sólo para los
británicos sino para todos los europeos y aún más, para cualquier ciudadano del
globo. Dicho sin ambages: las consecuencias del voto a favor del abandono del
espacio de construcción europea serán netamente negativas para las sectores
populares. En especial para la clase trabajadora, donde se encuentra la mayoría
de la humanidad. Una clase omitida mediáticamente y ninguneada desde la
política institucional que se halla fragmentada internacionalmente por diversas
fronteras, pero conectada globalmente de facto por el mercado mundial.
No sabemos a qué tipo de acuerdos políticos
llegarán las autoridades británicas y eurocomunitarias para amortiguar todos
los problemas que acarreará la salida de Reino Unido de la UE (si es que al
final se lleva a cabo), pero lo que es seguro es que los grandes negocios, aunque
a corto-medio plazo se resentirán, indefectiblemente continuarán. Porque
el marco de operaciones del capital es mundial y esto, nadie, absolutamente
nadie, desde dictadores de diverso signo hasta políticos imperialistas,
chovinistas o racistas, podrán evitar.
El capitalismo es un modo de producción que sólo
puede ser superado en un sentido positivo por el socialismo que será (si llega
a serlo) un sistema superior. Nunca podrá ser sobrepasado por relaciones
económicas reaccionarias, pretéritas, menos productivas y de escala inferior de
la que es capaz de desplegar el capital. No conseguiremos un mundo mejor
marchando a unidades políticas y económicas más pequeñas, como en la Edad
Media, cuando las ciudades amuralladas tenían su propia moneda, sistema de medidas,
fronteras, ejércitos y agentes soberanos de decisión. De eso modo sólo
conseguiremos una multitud de reinos de taifas que no será en nada positiva
para las mayorías. Y teniendo de base una economía mundial, poner trabas
políticas-nacionales sólo servirá para abaratar la fuerza de trabajo gracias a
los impedimentos que con las nuevas fronteras administrativas enfrentarán los
emigrantes para tener igualdad de derechos respecto a los nativos. Es decir,
una situación mejor para el empresariado y peor para los trabajadores. Más
ganancias y menos salarios. Un mundo más egoísta y menos solidario.
Hace tiempo, un germano que vivió y murió en la
capital del Reino Unido, un tal Karl Marx, señaló que la misión histórica del
capitalismo era desarrollar las fuerzas productivas de la humanidad como ningún
sistema anterior lo hizo. Así se prepararía el terreno para el socialismo. Es
decir, era necesario crear la riqueza antes de repartirla. Sin desarrollo
capitalista no puede haber socialización de esas mejoras para el conjunto de la
población bajo la propiedad colectiva y el control democrático de ésta. Y
efectivamente, pese a su inmenso poder destructor, el capitalismo ha permitido
avanzar la ciencia, la tecnología y unificar la fragmentada comunidad humana a
niveles desconocidos hasta la fecha. Nadie puede negar este punto sin
enfrentarse al ridículo o la vergüenza ajena del buen sentido común de las
mayorías.
Aunque a muchos en la izquierda le cueste
reconocerlo, el comercio mundial y las mestizas inversiones de capital allende
las fronteras han posibilitado que pese a la lamentable persistencia de las
guerras (y los imperialismos), vivamos en un mundo mucho más pacífico que en el
pasado. Un ejemplo claro de ello es que desde la construcción de la UE, los habitantes
de los principales países europeos han disfrutado del periodo de paz más largo
de su historia. Es justo reconocer estos hechos y para comprobarlo sólo hace
falta repasar los libros de historia o las hemerotecas. Hay una gran confusión
con Marx que muchos autoproclamados “marxistas” no dejan de difundir y es que
Marx no era un “anticapitalista” sino un “socialista”, no era “nacionalista”
sino “internacionalista”, no sería “anti-UE” sino “pro-UE”. Marx y Engels
hubieran criticado ferozmente muchos elementos de la Unión Europea, por
supuesto, pero sin duda la hubieran apoyado por todo lo progresista que tiene
como promesa de un futuro mejor para la humanidad. Nosotros, deberíamos hacer
lo mismo.
Porque si la humanidad tiene por delante un futuro
digno, poco a poco y a largo término, desde una perspectiva macro, observaremos
su unificación mundial. Y todo ello pese a su diversidad. Pues unión no
significa eliminación de las diferencias enriquecedoras u homogeneización
empobrecedora. Unión debe ser empoderamiento, seguridad y la existencia de un
mañana que merezca la pena ser vivido. Sin embargo, desde una perspectiva micro
y a corto-medio plazo, el voto del 23 de junio por el Brexit quedará consignado
en los libros de historia como un paso atrás para la humanidad. Que ese paso
atrás sea para hacernos conscientes de los peligros de vivir en el pasado y
tomar impulso, dependerá de nosotros.
Como socialista, marxista e internacionalista digo sí a avanzar en la construcción hacia una humanidad reunida en una polis universal que sea capaz de enfrentar los grandes desafíos que plantea el capitalismo entrelazado con la persistencia regresiva de los estados nación para la raza humana: la desigualdad creciente, el cambio climático, el hambre, las guerras, los refugiados de diversa índole, etc. Por eso digo sí a la Unión Europea. Por eso me declaro con más intensidad que nunca como militante del proyecto europeo de integración política, porque pese a todo lo malo que hay que solucionar, las otras opciones son mucho peores y plantean un escenario fértil para las divisiones de la clase trabajadora y por ende, de la mayoría de la humanidad. Por no hablar del reavivamiento de las posibilidades de nuevas y temibles guerras fraticidas.
Como socialista, marxista e internacionalista digo sí a avanzar en la construcción hacia una humanidad reunida en una polis universal que sea capaz de enfrentar los grandes desafíos que plantea el capitalismo entrelazado con la persistencia regresiva de los estados nación para la raza humana: la desigualdad creciente, el cambio climático, el hambre, las guerras, los refugiados de diversa índole, etc. Por eso digo sí a la Unión Europea. Por eso me declaro con más intensidad que nunca como militante del proyecto europeo de integración política, porque pese a todo lo malo que hay que solucionar, las otras opciones son mucho peores y plantean un escenario fértil para las divisiones de la clase trabajadora y por ende, de la mayoría de la humanidad. Por no hablar del reavivamiento de las posibilidades de nuevas y temibles guerras fraticidas.
Por eso con fuerza digo sí a la Unión Europea y sí
a otra Unión Europea, por supuesto. A una que aumente sus elementos
progresivos (espacio Schengen que ahora muchos gobiernos burgueses quieren
eliminar) unificación legal fiscal, laboral, judicial, sanitaria,
medioambiental, etc. Sí a la UE como paso intermedio para una unidad política
mundial donde todos seamos ciudadanos con plenos derechos políticos y
laborales, donde no haya más refugiados ni un “vosotros” y “nosotros” que nos
divida y permita que algunos puedan mirar de arriba a abajo a sus congéneres.
Porque el socialismo será mundial o no será.
A muchos les parecerá utópica mi propuesta
observando lo que nos rodea, pero lo ya no utópico, sino quimérico, es pensar
que alguno de los grandes problemas que enfrentamos como especie y que nos
afecta en nuestro día a día como individuos se vayan a solucionar sin que
estemos unidos. ¿Cómo si no combatiremos el fraude fiscal, la especulación
financiera o el cambio climático? ¿Cómo reduciremos la jornada laboral para que
el paro no siga aumentando ante la utilización capitalista de las máquinas?
Nada se solucionará presos en una pleyade de Estados donde la clase dominante
nos explotará a su merced como hacen los granjeros con los animales divididos
en los pastos y jaulas de su propiedad. Por eso es hora de borrar las fronteras
que nos amputan como seres humanos, por eso es momento de redoblar fuerzas y
construir una Unión Europea más fuerte y avanzada que sea atractiva para los
habitantes de todo el mundo. Que sea ejemplo de lo que queremos construir en el
futuro, que sea tan inspiradora que cualquiera,, al ser preguntado, en unos
hipotéticos y futuros referéndums, tenga que votar “Sí quiero ser parte de esta
comunidad superior”. No hay otro camino excepto el retorno a la barbarie. Y
hemos estado allí otras veces. Pero me refiero a una barbarie mucho mayor y más agresiva de
la que lúcidamente usted ya reconoce estar viviendo.
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Jon E. Illescas es Doctor en Sociología y
Comunicación y Licenciado en Bellas Artes. Es autor de “La Dictadura del
Videoclip. Industria musical y sueños prefabricados” (El Viejo Topo, 2015).
Blog: http://jonjuanma.blogspot.com.es/
Twitter: https://twitter.com/jonjuanma. Este artículo fue publicado el 24 de junio
de 2016 con licencia Creative Commons. Puede ser reproducido sin ánimo de lucro
y conservando la autoría y el formato originales.
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