“Amnistía Internacional y la Mesa Internacional para Rendición de
Cuentas de Empresas (ICAR por sus siglas en
inglés) han documentado veinte ejemplos de actuaciones delictivas impunes de
multinacionales. Pero en los últimos
años, multinacional alguna ha sido investigada ni ninguna cúpula directiva
procesada por violar derechos humanos o atentar contra el medio ambiente. Salvo raras excepciones, los gobiernos
rehúyen enfrentarse a las multinacionales violadoras de derechos humanos.
Nestlé, Auchan, Trafigura, Vinci, Coca-Cola, British Petroleum, Monsanto, Pfizer,
Samsung, Tepco, Barklays, Shell en Nigeria, la israelí Mekorot en Palestina,
Glencore Xstrata, Lonmine en Sudáfrica, la española Hidralia Energía, Cocacola
en Colombia… no tienen el menor temor de tener que responder por sus
actuaciones que violan derechos o destruyen el medio ambiente”.
“Los leguleyos amantes de la letra pequeña arguyen que los gobiernos
donde tienen sede las multinacionales no
tienen competencias para actuar contra ellas. Pero no es cierto porque actuar contra las multinacionales es cuestión
de voluntad política, que brilla por su ausencia. Y los gobiernos de países
donde se violan derechos tampoco tienen esa voluntad por temor, debilidad o ser
cómplices bien remunerados de las multinacionales. El resultado es la enorme impunidad de las multinacionales implicadas
en crímenes contra derechos humanos.
Pero no contentas con violar sistemáticamente derechos en aras de sus obscenos
beneficios, las multinacionales han
desatado una ofensiva general contra la vida digna de la gente común y contra la misma democracia, a la que
quieren vaciar de contenido. ¿Cómo? Con los tratados comerciales bilaterales
como el CETA (entre Unión Europea y
Canadá), el TTIP (entre Unión
Europea y Estados Unidos), el TiSA
sobre servicios públicos (entre docenas de estados). Ante ese saqueo de las
multinacionales y perpetrar graves violaciones de derechos humanos y agresiones
al medio ambiente, el Consejo de
Derechos Humanos de Naciones Unidas, a propuesta de Sudáfrica y Ecuador, ha
aprobado crear un instrumento internacional jurídico vinculante para procesar y
condenar a las multinacionales (y a sus responsables) que violen derechos humanos
donde establezcan filiales, centros de extracción y de producción”. Manuel Caña. Las
Multinacionales, sus delitos contra la gente y la Democracia.
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FRENAMOS EL CALENTAMIENTO GLOBAL O VAMOS AL DESASTRE.
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Xavier Caño Tamayo.
ALAI viernes 18 de noviembre del 2016.
Los
últimos cinco años han sido los más calurosos de la historia desde que se
registran las temperaturas. La causa, más emisión de gases de efecto
invernadero, según informa la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Y la
concentración atmosférica de dióxido de carbono ha alcanzado niveles jamás
registrados. Mientras las altas temperaturas han hecho subir el nivel de mar,
reducido la superficie de hielo y también los glaciares. Además de crecer los
episodios climáticos extremos: olas de calor, de frío, ciclones tropicales,
inundaciones, sequías y tormentas letales.
En el
quinquenio analizado por la OMM el calentamiento del planeta ha batido récords.
El nivel del mar fue el mayor desde que se registra ese dato hace más de un
siglo, mientras se reduce la capa de hielo boreal sin visos de recuperación. La
máxima extensión de hielo se comprobó el 25 de febrero pasado y fue la menor
que se haya registrado: algo más de catorce millones y medio de kilómetros
cuadrados. El hielo se derrite.
El año
2015 ha sido el más caluroso desde que se registra la temperatura global y la
Tierra ya tiene una temperatura global de 1ºC por encima de la media de la
época preindustrial. El límite del Acuerdo de París, para no llegar a una
situación irreversible, es que el aumento térmico no exceda 2º centígrados en
2050. Y ya estamos cerca.
El
informe de la OMM destaca también más fenómenos climáticos extremos: sequías
severas en Australia, Brasil, África Oriental y África Meridional. La OMM
calcula que en Somalia hubo 258.000 muertes más de las normales por la sequía y
que 18 millones de personas precisaron ayuda urgente para sobrevivir. Algunas
sequías han ido acompañadas además de violentos incendios forestales en Asia y
Pacífico occidental. Y ha habido olas de calor en Australia, China, India,
Pakistán y Europa. España sufrió en 2015 la ola de calor más prolongada. Sin
olvidar que ha habido también grandes inundaciones, repentinas y destructoras
crecidas de ríos y frío extremo, como el sufrido en Europa en febrero de 2012.
¿Aún hay
quien niegue que al cambio climático es una amenaza real muy grave?
España
será uno de los países más afectados por el aumento de temperaturas y la
desertización, además de sufrir fenómenos meteorológicos extremos cada vez más
frecuentes. Pero parece que no pasa nada, porque el Gobierno de España no
reacciona ni toma medida alguna para afrontar la amenaza. Es más, su
irresponsable omisión ha provocado el aumento de emisiones de gases de efecto
invernadero: 3,2% en 2015 respecto a 2014 y ya son 18% más respecto a 1990.
Pero no solo en España. La Conferencia de Cambio Climático-COP22 de Marrakech
certifica más récords de temperaturas extremas y más dióxido de carbono en la
atmósfera.
El
Acuerdo de París contra el cambio climático entró en vigor el 4 de noviembre.
Es el marco internacional donde los Estados asumen el compromiso colectivo para
frenar el calentamiento global a largo plazo por debajo de los 2ºC. La mala
noticia es que el Acuerdo no concreta medidas para lograrlo. Cada Estado decide
qué hacer en su territorio. O no. ¿Aporta el C0OP22 de Marrakech medidas para
frenar el calentamiento global?
El
principal problema para reducir los gases de efecto invernadero es el enorme
poder del sector energético de combustibles de origen fósil (carbón, gas y
petróleo), emisores de esos gases. Poder que frena los planes de reducción de
gases, porque toca sus beneficios. Pero el dilema es diáfano. O se neutraliza
al sector de combustibles fósiles y se cambia el modelo energético por otro de
energías no contaminantes o la Tierra va al desastre. El problema se ha agravado
con la elección del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump,
negacionista del cambio climático, que piensa retirar a su país de los acuerdos
internacionales contra el calentamiento del planeta. Y eso tendría
consecuencias muy graves.
Lo cierto
es que, según aumenta la temperatura global, las consecuencias son peores para
mucha población del planeta. De no frenarse la temperatura global, por ejemplo,
las lluvias serán más irregulares y erráticas. Y disminuirá la producción de
alimentos.
Si aumenta la temperatura global, aumentará el hambre. Y las
muertes.
Hay que actuar con energía contra el calentamiento global. Nos va la
vida en la Tierra.
Xavier Caño Tamayo
Periodista, miembro de ATTAC.
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