RATIFICACIÓN
DEL ACUERDO DE PARÍS. CELEBRACIÓN CON DUDAS.- “El pasado 21 de setiembre se
realizó en Nueva York un evento especial, organizado por el Secretario General de la ONU con el
objetivo de acelerar la ratificación del Acuerdo
de París. Treinta y un gobiernos presentaron ese día sus instrumentos de
ratificación sumándose a los veintinueve que lo habían hecho con antelación. De
esa manera se alcanzó un total de 60 países que representan en su conjunto un
47% de las emisiones globales. "Con
ello, las naciones dan un impulso extraordinario y envían una señal clara de su
determinación a implementar ya el Acuerdo de París y a aumentar el nivel de
ambición en las próximas décadas”, dijo la secretaria de la CMNUCC Patricia Espinosa. “Ahora estamos deseando ver la etapa final, 30 días después de la cual,
se producirá la entrada en vigor. Esto llegará cuando las Partes que han
ratificado, aceptado, aprobado o accedido al Acuerdo de París ante la ONU,
sumen el 55 por ciento de las emisiones globales de gases de efecto
invernadero”, añadió.- Quince países
de la región de América Latina y el Caribe forman parte del total de 60
países que han ratificado el Acuerdo de París. Estos son: Antigua and Barbuda, Argentina, Barbados, Belice, Brasil, Dominica,
Granada, Guyana, Honduras, México, Panamá, Perú,
San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas. Es de
hacer notar la importancia de la presencia de Brasil, México y Argentina en la lista. En ese orden, son los tres mayores emisores dentro
de la región latinoamericana”.
PERO NO ALCANZA.
“Sin
embargo, un día antes de esta reunión, el 20 de setiembre, se conoció una
carta firmada por 375 de los más
importantes científicos en la materia, incluyendo 30 premios Nobel (y entre
los que se encuentra Stephen Hawking),
con un preocupante mensaje: "A pesar
del Acuerdo de París, corremos el riesgo de cruzar puntos sin retorno".
La carta está explícitamente dirigida a la contienda eleccionaria
estadounidense y la posición del Partido
Republicano de no reconocer el Acuerdo
de París. "En la campaña presidencial de los
Estados Unidos se vociferan dudas sobre el calentamiento global, o se insinúa
que es sólo un proceso natural, o se afirma que el calentamiento global es un
fraude. Estos señalamientos son falsos". Y lanza una advertencia clara
a la parte de la población que aún no
cree en la evidencia del cambio climático: "La ciencia del calentamiento global es conocida desde hace más de
un siglo. Las evidencias son incuestionables. Ningún científico con reputación
las disputa. Es simplemente la verdad." Pero la carta también advierte que los logros alcanzados en
Naciones Unidas son insuficientes para combatir las amenazas del cambio
climático: "Las evidencias, cada
vez más fuertes, claras y contundentes, condujeron a todos los gobiernos del
mundo a suscribir el Acuerdo de París en
diciembre 2015. Sin embargo, a pesar del Acuerdo de París, corremos el riesgo de cruzar puntos sin retorno,
como alteraciones en la circulación oceánica, la pérdida de enormes masas de
hielo y la extinción de especies. Tales riesgos provocarían modificaciones
dramáticas durante miles de años. No debemos asumir los riesgos de cruzar estos límites."ALAI. Gerardo
Honty 24 de setiembre del 2016.
/////
AGENCIA INTERNACIONAL DE ENERGÍA: DEL SUEÑO A LA PESADILLA.
*****
Gerardo
Honty.
ALAI.
Lunes 21 de noviembre del 2016.
La
Agencia Internacional de la Energía (AIE) presentó el pasado 16 de noviembre su
Prospectiva Mundial Energética 2016 con una actualización de los escenarios
esperados hacia el 2040. En un mes signado por la entrada en vigor del Acuerdo
de París sobre cambio climático (el pasado 4 de noviembre), el citado reporte
no trae buenas noticias. La proyección de la AIE incorpora las promesas que los
países presentaron a la Convención a través de sus Contribuciones Nacionales
Determinadas. El resultado ya es bastante conocido, las promesas no alcanzan
para evitar que la temperatura aumente más de 2º C en el futuro. Según este
informe las emisiones de gases derivadas de la energía se estabilizaron en el
año 2015 debido a una mejora de 1,8% en la intensidad energética de la economía
mundial y el avance de las fuentes renovables. La inversión en estas fuentes
energéticas se vio favorecida por el descenso en la exploración y producción de
gas y petróleo así como de los recortes a los subsidios fósiles globales que
cayeron de USD 500 mil millones en 2014 a USD 325 mil millones en 2015. Sin
embargo hacia el futuro se espera un aumento en la producción de hidrocarburos
no convencionales que mantendrá a los combustibles fósiles como la mayor fuente
de energía a nivel global. Es más, la AIE alerta que esta inversión debe
comenzar a hacerse ya, so pena de una crisis de abastecimiento hacia el 2020.
ARRIBA DE LOS DOS
GRADOS.
Se estima que el consumo
de energía crecerá en un 30% de aquí al 2040 y a pesar del esperado incremento
en el uso de fuentes renovables, el petróleo, el gas natural y el carbón
seguirán siendo las principales fuentes energéticas. Este aumento del consumo
se verá principalmente en países de creciente industrialización y
urbanización como la India, el Sudeste Asiático, China, América Latina y
Oriente Medio, en tanto que los países de la OCDE el consumo va en descenso. El
incremento constante de las emisiones de CO2 relacionadas con la energía –hasta
36 gigatoneladas en 2040– significa que no se cumplirá con el objetivo del
Acuerdo de París de alcanzar un punto máximo de emisiones ‘‘lo antes posible’’.
Para alcanzarlo la demanda de petróleo debería reducirse hasta los niveles de
la década de 1990 (por debajo de los 75 millones bdp) y el consumo de carbón
debería retroceder a los niveles registrados en la década de 1980, por debajo
de los 3 000 millones de toneladas anuales.
Para la Agencia
Internacional de la Energía las oportunidades de reducir emisiones se
encuentran en el sector eléctrico, a través del desarrollo de las energías
renovables y de la eficiencia energética. Pero también por la vía de dos
tecnologías bastante cuestionadas a nivel global: la energía nuclear y la
captura y almacenamiento de CO2.
La electricidad registra
una proporción cada vez mayor del crecimiento del consumo final en 2040
alcanzando el 40%. Aunque aún para esa fecha los vehículos eléctricos sean un
factor pequeño en la demanda total de electricidad, el incremento previsto de
su utilización en el transporte por carretera es importante. El número de
coches eléctricos en el mundo alcanzó los 1,3 millones en 2015, casi el doble
del nivel registrado en 2014. Esta cifra ascenderá a más de 30 millones en 2025
y sobrepasa los 150 millones en 2040. Sin embargo, para alcanzar los objetivos
de París, el número de autos eléctricos en las calles debería aumentar hasta
715 millones, según el informe.
En el período que va desde
ahora hasta 2040, el mundo invertirá 44 billones de dólares para el
abastecimiento de energía, de los cuales el 60% se destinará a la extracción y
suministro de combustibles fósiles. El principal estímulo para la inversión en
exploración y producción de petróleo y gas es el descenso de producción de los
yacimientos existentes y la necesidad de la explotación de los llamados
hidrocarburos no convencionales como el gas y petróleo de esquisto (shale).
AGUA Y POBREZA.
Sin embargo, a pesar de
todo este aumento de la oferta energética, más de 500 millones de personas aún
carecerán de electricidad en 2040 y 1.800 millones dependerán aun de la leña y
residuos de biomasa para cocinar. Y es probable que a la falta de energía se le
sume la falta de agua.
La interdependencia entre
la energía y el agua se intensificará en los próximos años, ya que las
necesidades de agua del sector de la energía y las necesidades energéticas para
la provisión de agua potable van en aumento. El agua es esencial para todas las
fases de la producción energética: el sector de la energía es responsable del
10% de las extracciones mundiales de agua, esencialmente para operar centrales
eléctricas y producir combustibles fósiles y biocombustibles. Pero estos
requisitos aumentarán de aquí a 2040 elevando el consumo mundial de agua.
Por otra parte, este
informe de la AIE proporciona por primera vez una estimación global de la
cantidad de energía usada para abastecer de agua a los consumidores. En 2014,
en torno al 4% del consumo eléctrico mundial se utilizó para extraer,
distribuir y tratar el agua y las aguas residuales. Para 2040, se prevé que la
cantidad de energía usada en el sector del agua sea más del doble que la
actual, a la vez que se espera que el cambio climático exacerbe el estrés
hídrico. Ciertas tecnologías de bajas emisiones de CO2, como la eólica y
la solar fotovoltaica, requieren muy poca agua; pero, según adelanta la Agencia
Internacional de la Energía, cuanto más se apoye la reducción de emisiones de
CO2 en los biocombustibles, en la energía solar concentrada, en la captura de
CO2 o en la energía nuclear, más agua se consumirá.
FLACAS EXPECTATIVAS.-
Cinco años atrás, la AIE
había adelantado que si quería evitarse el cambio climático, el mundo no podía
consumir más de un tercio de las reservas conocidas de combustibles fósiles. La
afirmación era consistente con los reportes del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) y la mayoría de
los informes al respecto. Sin embargo, y a pesar de la algarabía generalizada
por la aprobación del Acuerdo de París, la realidad muestra la insuficiencia de
los logros alcanzados por las negociaciones internacionales sobre el clima.
Pero como se ve, el cambio
climático no es la única amenaza a que nos enfrenta el aumento del consumo
energético. La escasez y deterioro de la calidad del agua, la inequidad en la
distribución de los beneficios de la energía, los riesgos de la energía
nuclear, los impactos de la minería para extraer los minerales necesarios para
el uso de las fuentes renovables de energía y los impactos del “fracking” son
algunos de los otros efectos indeseados que traerá aparejada esta creciente
demanda energética.
La recientemente
finalizada COP 22 de Marrakech (7 al 18 de noviembre) tampoco pudo dar señales
de avance, ni siquiera ante las flacas expectativas del Acuerdo de París. Las
decisiones sobre los puntos más relevantes que podrían haber dado impulso a la
concreción de algunas de sus metas fueron pospuestas. De manera que no parece
haber informe ni reporte, por más fundado que sea, capaz de despertar al mundo
de la dormidera del crecimiento económico. La humanidad camina como zombie
hacia su autodestrucción, obnubilada con la ilusión de que, algún día, todos
seremos “desarrollados”. Un sueño imposible, que poco a poco irá transformándose en
pesadilla.
- Gerardo
Honty es analista de
CLAES (Centro Latino Americano de Ecología Social).
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario