COMPARTIENDO CON EL CONTENIDO DEL ARTÍCULO, DONDE
LAS CONTRADICCIONES ENTRE EL POSIBLE “FIN DEL CICLO NEOLIBERAL”? y el
asenso de la burguesía ( sectores conservadores) o la ultra-derecha neofascista, tanto en Europa como en
América latina, como también al
finalizar el año 2016, las calles y las plazas públicas del mundo se inundaron
de Ciudadanos –
hasta ayer silenciosos, no participativos -. Frente al desmadre que significa
las consecuencias inhumanas de
poli-crisis continuada – crisis estructural del sistema y del modelo – del neoliberalismo,
que en los últimos años ( precisamente tres acontecimientos mundiales ) han
agravado mortalmente su delicada situación (producto de sus propias contradicciones, generado
por el incontrolable saqueo y expoliación de los recursos naturales a nivel
global), como un nuevo camino de acumulación del capitalismo, en la era del
capital corporativo global y por el otro su extremada codicia, extorsión y
fundamentalismo consumista en la era (de crisis final?) del capital financiero
especulativo. Acontecimientos como el Brexit, el Referéndum en
Italia y la elección y proclamación de D. Trump como Presidente de los Estados
Unidos – que con el mismo transcurrir – de los hechos
y acontecimientos estructurales, serán importantes en el tiempo histórico y
político de las grandes definiciones
Políticas en el mundo, pueden ser al final la sepultura
–, desde sus propias raíces y por sus propios creadores y padres putativos –por
tres décadas del neoliberalismo - y el propio proceso interno de radicalización
del proteccionismo y el fin del libre comercio, como el “fin de la globalización neoliberal”?. Sin
embargo, aportamos al contenido del artículo – y extraemos del propio cuerpo
ideológico-político – que la sepultura, el “asesinato” del neoliberalismo ya
está marcado por sus propios autores y protagonistas, la corporaciones transnacionales y los gobiernos
responsables del (parto sangriento estructural
del propio neoliberalismo) como es la Mundialización de la DESIGUALDAD
ECONÓMICO-SOCIAL-LABORAL (su contenido y carácter
multidimensional). El último informe de OXFAM Internacional (del
presente mes de enero del 2017), confirma y ratifica este planteamiento central,
visto desde el pensamiento crítico y su
mirada local-global.
OXFAM. 8 HOMBRES DUEÑOS DE LA RIQUEZA DEL MUNDO. UNA ECONOMÍA PARA
EL99%.-(El título nos corresponde).- Los nuevos datos son demoledores. Tan sólo 8 personas
(8 hombres en realidad) poseen ya la misma riqueza que 3.600 millones de
personas, la mitad más pobre de la humanidad. La superconcentración de riqueza
sigue imparable. El crecimiento económico tan sólo está beneficiando a los que
más tienen. El resto, la gran mayoría de ciudadanos de todo el mundo y
especialmente los sectores más pobres, se están quedando al margen de la
reactivación de la economía.
Han pasado cuatro años desde que el Foro Económico
Mundial alertase de la grave amenaza que supone el incremento de la desigualdad
económica para la estabilidad social y tres desde que el Banco Mundial
decidiese combinar su objetivo de acabar con la pobreza extrema con la
necesidad de promover una prosperidad compartida. Desde entonces, y a pesar de
que los líderes mundiales se hayan comprometido con el objetivo de reducir la
desigualdad, la brecha entre los más ricos y el resto de la población se ha
ampliado.
Sin embargo, el mundo sigue inmerso en
una crisis mundial de desigualdad:
- Desde 2015, el 1% más rico de la población
mundial posee más riqueza que el resto del planeta.
- Actualmente, ocho personas (ocho hombres en
realidad) poseen la misma riqueza que 3.600 millones de personas (la mitad
de la humanidad).
- Durante los próximos 20 años, 500 personas
legarán 2,1 billones de dólares a sus herederos, una suma que supera el
PIB de la India, un país con una población de 1.300 millones de personas.
- Los ingresos del 10% más pobre de la población
mundial han aumentado menos de 3 dólares al año entre 1988 y 2011,
mientras que los del 1% más rico se han incrementado 182 veces más.
- El director general de cualquier empresa incluida
en el índice bursátil FTSE 100 gana en un año lo mismo que 10.000
trabajadores de las fábricas textiles de Bangladesh.
- Un nuevo estudio del economista Thomas Piketty
revela que en Estados Unidos los ingresos del 50% más pobre de la
población se han congelado en los últimos 30 años, mientras que los del 1%
más rico han aumentado un 300% en el mismo periodo.
- En Vietnam, el hombre más rico del país gana en
un día más que la persona más pobre en diez años.
Si sigue esta tendencia,
el incremento de la desigualdad económica amenaza con fracturar nuestras
sociedades:
incrementa la delincuencia y la inseguridad, socava la lucha contra la
pobreza10 y hace que cada vez más personas vivan con más miedo y menos
esperanza.
/////
HACIA DÓNDE VAS MUNDO?.
(Será el Fin del Ciclo
Neoliberal?).
*****
Jesús González Pazos.
ALAI. Miércoles 18 de enero del 2017.
Parece consecuencia de una
arraigada tradición eso de al finalizar el año, o en las primeras semanas del
siguiente, hacer análisis de situación. Ya sea a nivel local, nacional o
internacional, ya sea sobre el arte, la economía o el acontecer gastronómico, la
costumbre está ahí y los escritos proliferan. Pues bien desde la oportunidad, y
cierta legitimidad, que da el ser parte de una organización de solidaridad y
cooperación internacional, intentamos sumar en esta línea de reflexión sobre
hacia dónde va este mundo cuando recién hemos cambiado el calendario.
En un artículo anterior
exponíamos la consideración de haber entrado, posiblemente, en el fin del ciclo neoliberal y como esto se ha manifestado con
más evidencia en 2016, aunque viene
de un poco más lejos. Afirmación asentada en hechos como las revueltas
políticas y sociales que contra este sistema se dieron, especialmente en la
primera década del actual siglo en América
latina y que, cuestionando profundamente sus bases de dominación, abrieron
caminos nuevos y posibles que todavía hoy están en construcción teórica y
práctica (nadie dijo que esto fuera a ser fácil, verdad). Esa afirmación se
asienta igualmente, y en años más recientes, en las sucesivas protestas
encadenadas en los países del sur europeo,
al sufrir éstos las consecuencias más duras de la crisis de ese modelo
dominante, consecuencias no solo económicas, sino también políticas, sociales e
ideológicas. Pero este aserto del fin del ciclo neoliberal se basaba también en
el actuar de las mayorías silenciosas en el último año, aquellas que no salen a
las calles, pero que llevan años sufriendo los rigores de este sistema que, podemos denominar ya como el de la globalización de
la desigualdad. Pues bien, ese hastío lo muestran esas mayorías silenciosas
en votaciones y referéndums que, más allá de romper encuestas, reflejan la
ruptura del conformismo pasivo al que han sido inducidas y el cansancio contra
las élites económicas y políticas establecidas (el establishment) que hoy
controlan los diferentes países.
A partir de aquí, el
futuro inmediato se abre hacia opciones diametralmente opuestas. O avanzamos
hacia la construcción de sociedades más justas, donde el desigual reparto de la riqueza y su consecuencia más directa, el
brutal resquebrajamiento de las sociedades
por la desigualdad, sea una pesadilla olvidada; o, por el contrario, se
optan por salidas neofascistas que
profundicen en ese camino, como el ascenso generalizado de la ultraderecha y de la derecha extrema
parece asegurarnos. Pero, teniendo todo esto en cuenta, centrémonos ahora en
esa anunciada revisión de situación que citábamos al principio como objetivo de
este escrito.
El
Brexit en Gran Bretaña, el referéndum en Italia, la elección de D. Trump en
Estados Unidos, y algún otro “susto” más han sido noticias
cargadas de pasado que ponían en solfa las mismas estructuras del sistema
político y social y que le han hecho tambalearse en 2016. Las medidas proteccionistas empiezan a recuperar espacios
antes perdidos, mientras aumenta la crítica al libre mercado y su poder
absoluto; el estado recupera terreno
frente a la ortodoxia neoliberal. Así, lo que hace poco se nos presentaba como
la panacea del crecimiento económico, cual eran los innumerables tratados de libre comercio TLC que las transnacionales dictaban a
los gobiernos, hoy empiezan a ser cuestionados hasta por una parte de esas
mismas élites. Y en toda esta situación de impugnación y disputa a las bases
del sistema, aunque se nos trate de ocultar y minimizar, han tenido con enorme
protagonismo las distintas sociedades. Enormes movilizaciones como hacía muchos
años que no se encontraban (contra la
brutal austeridad y por la vida digna en Grecia, contra esos mismos tratados de
libre comercio que antes citábamos en toda Europa, etc.) han vuelto a
recorrer las calles y han recuperado
mucho de la dignidad malograda por
el neoliberalismo. Aunque no siempre se hayan transformado en victorias
políticas, han puesto elementos importantes para los cuestionamientos
imprescindibles, para la crítica necesaria, para avanzar en la generación de
alternativas al modelo.
Pero en este análisis de
situación también hay que traer a revisión otras
realidades invisibilizadas en 2016. Las guerras de Siria, Palestina, Irak… siguen interpelando por
responsabilidades ocultas, especialmente, de parte de las “autoridades”
europeas y estadounidenses. Esas mismas que construyen grandes proclamas a
favor de la democracia y por los derechos humanos de todas las personas, pero
siguen ignorando, y en muchos casos condenando a muerte, a miles de seres
humanos que mueren en las puertas de la vieja Europa o en la fosa común más
grande de la historia en que han convertido el mar Mediterráneo. Y todo ello mientras ocultan sus
responsabilidades en esas mismas guerras; sigue lucrándose con la venta de
armamento a contendientes de todo tipo, siguen alimentando los enfrentamientos
y siguen reprimiendo la solidaridad.
Realidades
invisibles también son otras guerras
en Yemen, Libia, Somalia, Congo… y ya que estamos aquí, citemos la invisibilización de todo un continente
como es el africano. Donde las
transnacionales occidentales, con el respaldo firme de sus gobiernos, siguen
expoliando y alimentando guerras para conseguir única y exclusivamente el
aumento de sus beneficios.
No obstante hay un lado
positivo en este balance que supone a su vez las bases optimistas para los
tiempos que están por llegar. Ya señalábamos las grandes movilizaciones que en Europa han cuestionado el modelo,
pero habrá que subrayar y enorgullecerse de la solidaridad y demanda de
derechos que la mayoría de la población de este viejo continente expresa
diariamente por esa población en marcha hacia Europa desde la expulsión de sus territorios por las guerras o el
empobrecimiento enquistado. Cierto es que el ascenso de la ultraderecha es innegable y nos puede abocar a
tiempos muy difíciles, pero también se han fortalecido en este 2016 movimientos sociales diversos que
muestran una cierta revitalización de nuestras sociedades. Algunos, como el feminista, han plantado cara al
espejismo de la igualdad de las mujeres
en esta misma Europa, han dicho con claridad que todavía no es real la equidad
y, sobre todo, proclaman día a día que el machismo
y los machistas asesinan mujeres y que hay que acabar con uno y otros,
deconstruyendo así esta sociedad patriarcal.
Por otra parte y cruzando
océanos, hay que recuperar del interesado olvido el hecho de que América Latina y sus grandes mayorías,
hoy siguen construyendo teorías y prácticas diferentes que buscan los caminos
hacia sociedades más justas. Que ponen a discusión conceptos viejos y nuevos
como el Buen Vivir, la economía
comunitaria, la recuperación del papel del estado en la economía o el hecho
de que hay otros modelos de estados posibles que superan al tradicional estado-nación, etc. Pero incluso en
países tan centrales como los EE.UU.,
pese al tiempo de oscurantismo que puede venir con D. Trump, se abren esperanzas de nuevos planteamientos como fue,
por lo menos, el discurso renovador de Bernie
Sanders como posible candidato demócrata y lo que éste concitaba a su
alrededor. Por todo ello y mucho más que se queda en el tintero, podemos decir
que hay opciones, que hay posibilidades
para que el 2017 resulte
interesante.
Y si alguien está tentado
al leer este artículo a su descalificación fácil señalando que el mismo rezuma
ideología superada por la historia, le ahorramos el esfuerzo. Claro que este texto vuelca en sí mismo
ideología, aquella que busca la igualdad y la justicia social, la verdadera
democracia en la que más y más personas tomemos parte activa, la del
respeto real a todos los derechos para todos y todas no solo para unos pocos.
Muchos pensaron hace solo dos décadas
que el fin de las ideologías había llegado y proclamaron a su vez el fin de la historia, subrayando que a
partir de ese momento no habría más lucha ideológica. Eran los años felices del
triunfo, se pensaba absoluto, del
neoliberalismo. Hoy, solo unas décadas después discutimos sobre su oscuro
inmediato futuro. Pero, sostenemos también que hoy el riesgo está precisamente
en la desideologización que algunos
pretenden para que el neofascismo, con
múltiples caras, pueda de nuevo enseñorearse del mundo en este año que
recién iniciamos. Por todo ello, les deseamos un buen año, que sepamos cargarlo
de ideología y Política.
Jesús
González Pazos
Miembro
de Mugarik Gabe.
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