“En relación a Google, el motor de búsqueda más grande del planeta, Julian
Assange, en entrevista con el periodista Jorge Gestoso,
dijo que cuando uno hace una búsqueda en Google, éste
lo registra permanentemente, agregando que
“Google te
conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Google recuerda lo que estuviste buscando hace dos días, hace
tres horas. Google sí lo recuerda, te conoce incluso mejor que tu mamá”. Esa
información es almacenada por Google, pero también es interceptada por la Agencia Nacional
de Seguridad (NSA), al pasar por Estados
Unidos, según Assange.
Según información divulgada por los diarios “The Guardian” (Gran
Bretaña) y “The
Washington Post” (USA), el acceso de los analistas de las agencias de
seguridad a los datos confidenciales de los usuarios de estas aplicaciones de
Google, al igual que a las de las otras grandes empresas de Silicon Valley, es
posible gracias a un programa secreto de la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU., cuyo nombre código es PRISM, en el cual han estado
trabajando desde el año 2007”.
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GOOGLE, DE ESPÍA GLOBAL ENCUBIERTO A
CENSOR VERGONZANTE EN FAVOR DEL IMPERIO.
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Carlos E. Lippo.
Rebelión lunes 28 de agosto del 2017.
Como es sabido por muchos, la empresa Google es una subsidiaria de la multinacional gringa Alphabet Inc., cuya especialización son los productos y servicios relacionados con
Internet, software, dispositivos electrónicos y otras tecnologías. Su
principal y más conocido producto es el motor de búsqueda de contenidos en Internet que lleva su mismo nombre,
pero ofrece también muchos otros productos y servicios como el correo electrónico llamado Gmail, sus servicios de mapas Google Maps, Google
Street View y Google Earth, el sitio web de vídeos YouTube y otras utilidades web como Google Libros o Google Noticias, el navegador web Google Chrome y la red social Google+,
todos ellos de carácter gratuito, lo que les garantiza una inmensa cantidad de
usuarios a nivel planetario.
Según su propia publicidad cuenta con más de un millón de servidores y centros de datos
operativos a todo lo largo y ancho del planeta, lo que le permite ser capaz de
procesar más de 1.000 millones de
peticiones de búsqueda diarias, haciendo de su motor de búsqueda el sitio
web más visitado a nivel mundial; así mismo, desde comienzos del 2016 el correo electrónico Gmail cuenta con más
de 1.000 millones de usuarios activos al mes.
Edward
Snowden, consultor tecnológico estadounidense que trabajó para la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) y la
Agencia Nacional de Seguridad (NSA)
y Julian Assange, periodista y
activista de Internet de origen australiano, fundador, editor y portavoz del sitio web WikiLeaks, quienes después de
haber difundido miles de documentos secretos de los Estados Unidos han
demostrado saber “algo” de ciberespionaje han declarado en numerosas entrevistas que tanto el correo Gmail, como el buscador de Google son las más importantes fuentes cibernéticas de información utilizadas
por las agencias de inteligencia del imperio.
En relación
a Gmail ambos han señalado que sobre el mismo opera un nuevo patrón tecnológico
de espionaje que permite interceptar todos los mensajes cursados al igual que
sus anexos (fotografías, audios, videos,
etc.), de un determinado país, para almacenarlos en gigantescas bases de datos,
de las que posteriormente se extrae la información cuando es requerida. La
interceptación se ve enormemente facilitada por el hecho de que todos los
servidores de dicho sistema de correo
electrónico están localizados en el territorio de los Estados Unidos.
En relación
a Google, el motor de búsqueda más grande del planeta, Julian Assange, en entrevista con el periodista Jorge Gestoso, dijo que cuando uno hace
una búsqueda en Google, éste lo
registra permanentemente, agregando que
“Google te
conoce mejor de lo que te conoces a ti mismo. Google recuerda lo que estuviste
buscando hace dos días, hace tres horas. Google sí lo recuerda, te conoce
incluso mejor que tu mamá”. Esa información
es almacenada por Google, pero también es interceptada por la Agencia Nacional
de Seguridad (NSA), al pasar por Estados Unidos, según Assange.
Según información divulgada por los diarios “The Guardian” (Gran Bretaña) y “The Washington Post” (USA), el acceso
de los analistas de las agencias de seguridad a los datos confidenciales de los
usuarios de estas aplicaciones de Google, al igual que a las de las otras
grandes empresas de Silicon Valley,
es posible gracias a un programa secreto de la Agencia Nacional de Seguridad de
EE.UU., cuyo nombre código es PRISM,
en el cual han estado trabajando desde el año 2007.
Los mismos diarios dicen haber han tenido acceso a
un documento en Power Point que al
parecer fue utilizado para entrenar a los agentes de inteligencia sobre las
capacidades del programa PRISM.
El documento estipula "la
recopilación (de la información) directamente desde los servidores" de
Google y de los principales proveedores de servicios de Estados Unidos. El
citado programa permite a la agencia acceder a los datos de cualquier usuario
de Google, dentro o fuera de EE.UU. Imposible
pensar que un programa de tal naturaleza y alcance pueda ser ejecutado sin el
conocimiento de Google y más aún, sin su expresa colaboración.
Sin embargo, el gobierno del imperio ha tratado por
todos los medios de encubrir a Google,
como lo demuestra un fallo de la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia,
Estados Unidos, que apoya la decisión de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de no publicar los documentos que
prueben o refuten los vínculos de la Agencia con Google.
A pesar de ello, viene a ser un hecho comprobado el
que las agencias de inteligencia del
imperio tienen libre acceso a los datos de todos los usuarios, a nivel
mundial, almacenados en los servidores de Google y de las más importantes
corporaciones tecnológicas de los Estados Unidos.
A quienes esta última aseveración pueda parecerles
un tema de literatura de ficción, generado por alguna mente Orwelliana, debería bastarles con
conocer la defensa de la eficacia del PRISM,
hecha en su momento por la Administración Obama, través de James Clapper, su Director Nacional de Inteligencia, el más alto
cargo del espionaje en el imperio, quien en un comunicado llegó a afirmar sin
pudicia alguna que, conforme a la legislación estadounidense, el
sistema sólo es utilizado para obtener información de ciudadanos extranjeros
que residan fuera de Estados Unidos. Como diría un abogado: a
confesión de parte, relevo de pruebas.
Esta última confesión tiene necesariamente que
producir una extrema inquietud en nuestra región, más aún si se toma en
consideración que según Raúl Zibechi, escritor
y activista social de origen uruguayo, el 80%
del tráfico internacional de datos de América Latina, aún entre países
limítrofes, pasa por Estados Unidos,
esto es, el doble que Asia y cuatro veces el porcentaje de Europa, así como
también que el 99 % del tráfico de Internet desde Sudamérica es
controlado desde Washington. En este punto considero necesario llamar la
atención sobre la urgencia de evitar que en muchos de nuestros organismos y
empresas públicas, aun en aquellos que cuentan con sus propios sistemas de
correo, se siga utilizando Gmail para transmitir información sensible sin
encriptar, sólo por la comodidad que representa su amplia capacidad de
transmisión. ¿Quién podría saber cuánta información estratégica
habremos entregado involuntariamente al imperio por esta vía?
Antes de comenzar a tratar en detalle el tema de Google como censor de contenidos
de Internet bajo la tutela del imperio, debo decir que Google siempre ha tenido gran vocación por censurar ciertos
contenidos que juzga lesivos a sus intereses; en demostración de ello pasaré a
relatar los siguientes hechos: durante un tiempo en el que la página www.ensartaos.com.ve tuvo
que ser alojada en un servidor de Google,
ante la negativa de las empresas que prestan este servicio en el país, era
frecuentemente bloqueada sin motivo alguno, con la “excusa” de
que difundía contenidos antijudíos y con lenguaje obsceno. En descargo del
equipo editor de dicho portal, del cual tengo el orgullo de formar parte, debo
decir que sólo atacábamos al “sionismo”,
jamás al “judaísmo”, y
que lo que Google llama en este caso
lenguaje obsceno no es más que el uso de algunos “venezolanismos” de
esos que en algunos casos son más descriptivos que 10 palabras. La
defensa a ultranza del sionismo se explica por sí solo, sin embargo no deja de
sorprender la falsa pudicia de una empresa que a través de su servicio YouTube
difunde abiertamente contenidos pornográficos de distinto tipo.
También ha establecido desde siempre cierto tipo de
censura en los portales web alternativos de carácter revolucionario existentes
en nuestro país, manipulando descaradamente hacia la baja los reportes sobre la
cantidad de lecturas de algunos contenidos que juzgan lesivos a sus intereses,
por medio de Google Analytics, o
manipulando por medio de la herramienta de búsqueda “related” que sirve para mostrar portales
relacionados con uno cualquiera solicitado; en efecto, si con esa
herramienta Usted intenta buscar www.laiguana.tv, que
es uno de los portales alternativos revolucionarios de más audiencia en el
país, no obtendrá ningún resultado, mientras que si los obtendrá con www.lapatilla.com y
con www.caraotadigital.net, que son portales de
la contrarrevolución venezolana con ubicaciones muy parecidas a aquel según el ranking de Alexa.
No obstante, lo que ha convertido a Google
en un vergonzante censor cibernético global aplicado activamente a la defensa
del imperio, es la implantación de un nuevo algoritmo de búsqueda anunciado a
fines del mes de abril, con el falso
propósito declarado de dificultar que sus usuarios podamos acceder a lo que ha
llamado información de “baja calidad”, tales como “teorías de la conspiración” y “noticias falsas”, porque ya
sabemos en atención a qué criterios subjetivos determinaría Google cuales
contenidos representan una “teoría
de la conspiración” y cuáles noticias son falsas, en estos tiempos del imperio de la “posverdad” o
de la “posmentira”, como la ha llamado Fernando Buen Abad.
El algoritmo en cuestión
logra que aquellos contenidos que expresen puntos de vista políticos que la
compañía considera objetables sean desplazados de las primeras páginas de
resultados de cada búsqueda, dificultando el acceso a aquellos contenidos que
no le convengan, hasta lograr de hecho “desaparecerlos”.
Aquellos que como nosotros somos antimperialistas convencidos y confesos
podríamos dar fe de la efectividad del nuevo algoritmo de búsqueda, que nos ha
puesto a navegar a través de páginas y
páginas de Internet cuando utilizamos los mismos criterios y trucos para la
búsqueda que habíamos venido usado desde hace años. Si pone en duda este
planteamiento, trate Usted de buscar información sobre las Maniobras Navales UNITAS LVIII, fase del Atlántico, que como es
costumbre habrán de celebrarse entre los meses de noviembre y diciembre del
presente año y sobre las cuales la armada del cipayo país anfitrión ya debe
haber subido infinidad de contenidos, con el rastrero propósito de congraciarse
con el amo imperial y hacer alarde de sus relaciones con él.
Una evidencia importante de que Google está aplicando una verdadera
censura política es aportada por una denuncia de David North, director de la Junta Editorial Internacional del World
Socialist Web Site (WSWS), según la cual en los últimos tres meses después
de su anuncio de intentar bloquear las “noticias falsas”, ha caído significativamente el
posicionamiento global de tráfico de un amplio abanico de organizaciones
izquierdistas, progresistas, contrarias a la guerra y a favor de los derechos
democráticos.
A pesar de todo lo señalado en estas notas resulta
más que evidente que el ciberespacio sigue siendo aún un campo en disputa en el
que actúan con ventaja las fuerzas del
imperio y de todas las élites
empresariales, políticas, religiosas y militares del mundo aliadas a él,
que tratan de controlarlo y moldearlo de acuerdo a sus intereses y visiones
mercantiles y militaristas, pero también están presentes actores que se oponen
al capitalismo depredador
proponiendo proyectos alternativos y promoviendo la paz y la democrática
popular. Combatir en este auténtico campo minado y lograr quebrar la hegemonía
del imperio y
sus fuerzas asociadas es tarea inaplazable de todos aquellos que creemos que un
mundo mejor es posible.
¡Hasta la
Victoria Siempre!
¡Patria o
muerte!
¡Venceremos!
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