Sobre Suecia, se consideraba,
que hoy era el “país más igual del mundo”, donde está presente la ”Democracia perfecta”, sin embargo trabajos de investigación
presentados por la ONG Internacional OXFAM,
de reconocido prestigio por sus trabajos sobre la Desigualdad en el mundo y al mismo tiempo informes internos - Ayuntamientos - así como Informes de Comisiones sobre Salud y Educación, nos
hablan sobre cómo crece, aumenta la
brecha social entre ricos y pobres. Estudios
de UNICEF de la ONU, confirman esta realidad de desigualdad que crece -
donde los ricos, ricos aumentaron - y continúan - de un año a otro. Pero en el centro
de esta “polémica”
ya abierta entre los Izquierda Democrática en el gobierno por
muchos años, la socialdemocracia, así como la derecha política, las
propuestas actuales son sustantivas en sus propuestas y planteamientos, pero lo
interesante es que todos están
trabajando social y políticamente para “romper” ese “nudo” que los conduce
hacia ampliar esa brecha
económico-social, educativa-salud entre ricos y pobres, sin embargo, existe
una preocupación en relación al comportamiento de la juventud y su deporte predilecto: Una moda entre la juventud dorada de Estocolmo es el
vaskning, el ostentoso "vaciado" de botellas de
champán en el desagüe. Mientras tanto, en el tristemente célebre barrio Rosengård de
Malmö viven los inmigrantes pobres en una atmósfera propicia para la proliferación
de pandillas violentas. Suecia
es uno de los países miembros activos y propulsores de la OCDE - la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico -, miembro activo de la Unión Europea
y defensores de la Democracia y sus grandes aportes, que la Democracia Europea, nos regaló
al mundo en tiempos de la Modernidad.
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Ciudad de Gotemburgo
entre el lujo tradicional y moderno y la basura actual. La brecha entre ricos y pobres en la ciudad
se ha multiplicado por cuatro en los últimos veinte años. Dice el Ayuntamiento.
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SUECIA: LA LUCHA CONTRA LA
DESIGUALDAD.
El nuevo “Hogar del Pueblo”.
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David
Crouch.
El
Diario.
Miércoles
2 de agosto del 2017.
A
pesar de su reputación como uno de los países con mayor igualdad del mundo,
Suecia ha tenido que enfrentarse al crecimiento de la brecha entre ricos y
pobres.
La de Karl Möller es una imagen atípica en la lucha contra la
desigualdad. Entre doce mujeres, cada una con un bebé en los brazos, él es el único varón. "No estoy
acostumbrado pero me gusta la experiencia, muy diferente a los despachos de
ingeniería, predominantemente masculinos, a los que sí estoy
acostumbrado", dice.
Möller (45) forma parte
de un programa que abarca a toda la ciudad de Gotemburgo para mezclar clases
sociales, géneros y etnias con el objetivo de convertir a la segunda mayor
ciudad de Suecia en un lugar con más igualdad. Inaugurados en marzo, estos
recientemente integrados "centros de
familia" aspiran a apoyar a las familias que más lo necesitan. "Para
nosotros, es importante estar en áreas donde hay diversidad para crear más
igualdad", dice Helen Antonson,
encargada del proyecto.
En
Gotemburgo y en toda Suecia el tema de la igualdad es muy importante.
Primera entre los 152 países del Índice de Compromiso con la
Reducción de la Desigualdad de Oxfam,
Suecia ha sido considerada durante mucho tiempo un ejemplo mundial de equidad.
En el poder durante 81 de los últimos 100 años, el
centro-izquierda se ha esforzado por ser "el
hogar del pueblo" (folkhemmet), con el Estado socialdemócrata
comportándose como una familia, preocupado por todos y sin dejar a nadie atrás.
Suecia se ha convertido en uno de los países con mayor igualdad social del
mundo.
Pero a pesar de su reputación, en las últimas décadas hasta Suecia ha
tenido que reconocer su propio problema de desigualdad. Según Per Molander, ex asesor del FMI y autor
de un reciente libro sobre la desigualdad, "lo
cierto es que el crecimiento de la desigualdad [en Suecia] desde los años
80 ha sido uno de los más grandes en todos los países de la OCDE". "Hay un gran consenso
en la retórica sobre la igualdad: muy pocos políticos dirán que están en
contra, porque tenemos una gran tradición de equidad en nuestro país, pero la brecha entre la retórica y los
hechos es muy grande", dice.
De acuerdo con una encuesta de 2016, en Suecia hay
actualmente 178 personas con fortunas valoradas en miles de millones de coronas
suecas, 22 personas más que en 2015. En conjunto, su riqueza acumulada
representa más de dos veces el presupuesto anual del Estado sueco. La cantidad
de personas con fortunas valoradas en millones de dólares también está
creciendo a toda velocidad.
Botellas
de champán y pandillas callejeras.
Una moda entre la juventud dorada de Estocolmo es el vaskning, el ostentoso "vaciado" de botellas de
champán en el desagüe. Mientras tanto, en el tristemente célebre barrio Rosengård de Malmö viven los
inmigrantes pobres en una atmósfera propicia para la proliferación de pandillas
violentas.
Unicef, el
programa de la ONU para la infancia, informó el año pasado que Suecia
estaba "en declive" en lo relativo a las oportunidades para los niños
más pobres, con un número creciente en una situación "de mucha desventaja". Según
el ministerio de Salud Pública, la esperanza de vida de un sueco que sólo haya
recibido educación básica es cinco años menor que la de uno con estudios
universitarios.
Según Molander, el origen del cambio hay que buscarlo en la década de los 80, cuando
los socialdemócratas empezaron a experimentar con políticas de libre mercado y
desregularizaron el mercado de créditos. Pero el cambio se aceleró tras la
profunda crisis económica de principios de los 90. "Después de la crisis,
se generó una especie de desesperanza, una pérdida del control: ya no había
capital político para defender las clásicas medidas socialdemócratas",
dice Molander.
La
centroizquierda sueca siguió adelante con la desregularización y la
privatización de infraestructuras: el correo,
la electricidad, las telecomunicaciones y los trenes. Al mismo tiempo se
presentaron las "escuelas
libres", públicas aunque de gestión privada, que en el Reino Unido
sirvieron de modelo a los conservadores de David
Cameron para sus reformas educativas de 2010.
Gotemburgo, la ciudad igualitaria // web:
http://goteborg.se
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Los
conservadores suecos se mantuvieron en el poder entre 2006 y 2014, un período
en el que recortaron los impuestos sobre la renta y sobre las propiedades,
rechazaron un impuesto sobre el patrimonio y lanzaron un paquete de recortes
impositivos para las pequeñas empresas. El ingreso de capital proveniente de la
venta de propiedades y acciones se disparó gracias a la bolsa de valores y a un mercado de inmuebles en pleno auge. Según
el economista de LO (la mayor central sindical de Suecia) Thomas Carlén, los ingresos de los directores ejecutivos se
"despegaron" de los del resto. "Se puede ver la creciente
desigualdad que hay entre las empresas del país".
La
creación de una ciudad igualitaria.
A pesar de las tres décadas de mercados
desregularizados, recortes de impuestos y reducción de prestaciones sociales,
Suecia todavía posee algunas de las políticas impositivas y de gasto público
más progresistas del mundo según OXFAM.
Además, su defensa de la mujer en el lugar de trabajo es ejemplar. Para el informe
de la ONG, lo más destacable es el redoblado esfuerzo para reducir la brecha
entre ricos y pobres en Suecia.
Las cosas empezaron a cambiar en el año 2014 con la
elección de una coalición de centroizquierda formada por el Partido Social
Demócrata y el Partido Verde, que se propusieron revertir "los recortes impositivos irresponsables". Ayudada por
una economía en crecimiento, la coalición aumentó las prestaciones para los
desempleados, los enfermos y las familias con hijos. También incrementó el
impuesto sobre la renta para los que más tienen y trató de aumentar los
impuestos a bancos, aerolíneas y accionistas. La coalición estableció además
una Comisión para la Igualdad en Salud y declaró que "las
brechas en atención sanitaria evitables debían cerrarse en una
generación".
Hasta ahora, las medidas apenas han tenido efecto en cuanto a
la redistribución de riqueza hacia los más necesitados, pero la oposición
política que generan es feroz. Según
Anna Kinberg Batra, la líder conservadora, "los grandes aumentos de
impuestos amenazan las fuentes de trabajo y el crecimiento".
En Gotemburgo, la capital industrial de Suecia, la nueva
alcaldesa ha convertido a la lucha contra la desigualdad en su principal
objetivo. "Para un político socialdemócrata, no hay mayor ambición que una
sociedad igualitaria", dice Ann-Sofie
Hermansson (52), que antes de gobernar la ciudad trabajó como operaria de
montacargas en Volvo. "Se
trata de decencia, pero también es bueno para la economía… Si aumentamos la
igualdad, conseguimos más confianza y un crecimiento más sólido: es bueno para
todos".
De acuerdo con una encuesta del ayuntamiento de Gotemburgo, la brecha entre ricos y pobres
en la ciudad se ha multiplicado por cuatro en los últimos veinte años. Lo
más impactante de la encuesta fue descubrir que los habitantes de las áreas más
ricas vivían nueve años más en promedio que los de las zonas pobres.
Desigualdades
abismales.
Cuando los
periodistas compararon los ingresos de los habitantes de una
manzana de mansiones privadas sobre la costa con los de los residentes de unos
complejos de apartamentos del otro lado de la ciudad, superpoblados y habitados
en su mayoría por inmigrantes desempleados, descubrieron que la diferencia era
abismal: más de medio millón de coronas suecas (56.000 euros).
El programa insignia de la alcaldesa, Gotemburgo
Equitativa, promete inversiones de
largo plazo para crear una ciudad más igualitaria. "Durante muchos
años hemos tenido programas para solucionar la desigualdad", dice la
alcaldesa. "Tomamos algo de dinero, llevamos a cabo un proyecto en la
periferia de la ciudad y luego el dinero se acaba y el proyecto se detiene. La
idea detrás de Gotemburgo Equitativa es no limitarnos a pequeños proyectos:
tenemos que pensar en la igualdad todo el tiempo cuando planificamos".
No se escuchan voces contra el programa. Aunque en
un momento en el que escasean los puestos de trabajo algunas personas
cuestionen la meta de la igualdad por la igualdad misma, los conservadores
dentro del ayuntamiento dirigen sus críticas más hacia los métodos que hacia
los motivos.
"Nosotros y los partidos de izquierda tenemos el mismo objetivo:
hacer de Gotemburgo una ciudad cohesionada. Pero tenemos diferentes formas de
llegar a esa meta", dice David
Lega, líder del Partido Demócrata Cristiano de la ciudad. "Debemos
poner mucho esfuerzo en mejorar el ambiente para las pequeñas empresas,
responsables de 9 de cada 10 puestos de trabajos nuevos".
La
centroizquierda tiene el control del ayuntamiento de Gotemburgo desde hace 23 años, señala Lega, los mismos en los que la desigualdad se salió de control. "Para crear una ciudad igualitaria,
este no puede ser solo un proyecto secundario, tiene que estar establecido en
el presupuesto", dice. "Debemos centrarnos en los efectos a largo
plazo y no en las soluciones rápidas".
La alcaldesa
cree que es de gran ayuda que "todos los principales
protagonistas" del debate se muestren preocupados por el tema de
la desigualdad.
¿La
desigualdad obstaculiza el crecimiento económico?
Aunque en la
década de los noventa la OCDE celebraba los recortes a los salarios y a las
prestaciones sociales, ahora sus investigaciones demuestran que la
desigualdad daña al crecimiento económico. En su momento un acérrimo defensor
del neoliberalismo, el FMI ha
establecido la lucha contra la desigualdad como parte de su mandato para ayudar
a los países a mejorar el desempeño económico.
Según
Michael Ivarsson, director de Gotemburgo Equitativa, "es un problema muy grande y hay muchas
cuestiones políticas": "Hay que ser muy modesto".
En noviembre,
Gotemburgo será el centro de atención cuando los líderes de la Unión Europea se reúnan en la ciudad para
una cumbre social especial en favor del empleo justo y el crecimiento.
" Suecia parecería estar relativamente bien en términos de salud y desigualdad,
pero nuestra hipótesis y la de muchos otros colegas suecos, es que se pueden
hacer muchas más cosas", dice el
profesor Michael Marmot, líder de la comisión que redactó el influyente informe
de la Organización Mundial de la Salud en el que se argumenta que
las desigualdades en materia de salud podrían erradicarse en una sola
generación. "Con eso debemos empezar: podemos hacer mucho más, podemos
hacer la diferencia".
OXFAM está de
acuerdo y sugiere que incluso los países que encabezan su lista tienen margen
para mejorar. De acuerdo con el informe, más de dos tercios de los países
incluidos en el índice de Oxfam está
haciendo menos de la mitad de lo que podría para reducir la desigualdad.
Mucha gente en Suecia
también cree que la creciente brecha
entre ricos y pobres no es algo inevitable. Según Olle Lundberg, director de la Comisión por la Igualdad en Salud de Suecia, "con frecuencia se reduce a los
recursos: muy pocos maestros, enfermeros y otros profesionales. Y si se quiere
solucionar eso, costará mucho dinero". "Pero ha habido un cambio en el clima político de Suecia. Ahora,
todos los partidos hablan de la desigualdad".
Traducido
por Francisco de Zárate.
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