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EL
NAZI-FASCISMO DE HITLER Y MUSSOLINI, crearon la más espantosa bestialidad y criminal
contra la Humanidad, contra la población a quienes consideraban inferiores de
segunda y tercera raza. La Raza superior alemana, para desaparecer, eliminar, a
todas las razas inferiores, se creó la GESTAPO la
policía más criminal de la historia de la Humanidad. Increíblemente, una “DEMOCRACIA”
como la del Señor
MACRI en ARGENTINA, en los últimos años, durante su gobierno – 2015-2019, crearon la “GESTAPO ARGENTINA” para
destruir, liquidar, desaparecer a los GREMIOS
SINDICALES, así como perseguir y encarcelar a sus Dirigentes. Mejor los invito a leer estos dos
artículos de los cientos que hoy se pública en la prensa argentina, sobre este
acto criminal en política y una falsa y fallida
Democracia.
"Gestapo"
macrista: Marcelo Villegas estuvo en la Casa Rosada antes de la reunión en la
que planteó embestir contra los gremios. Coincidió con
Mauricio Macri y Gustavo Arribas
El exministro de Trabajo de María Eugenia Vidal fue
a la Casa de Gobierno el 4 de mayo de 2017. Entró tres minutos
después que el entonces jefe de la AFI.
Ambos declararon al ingresar que iban a la secretaría privada del presidente.
Un mes antes de la reunión en la que manifestó su deseo de
tener una “Gestapo” para
avanzar contra los sindicatos, el entonces ministro de Trabajo de María Eugenia Vidal, Marcelo
Villegas, pasó largas horas en la Casa Rosada. Ingresó con tres minutos de diferencia con el entonces director general de la
Agencia Federal de Inteligencia (AFI) Gustavo
Arribas y se encaminaron hacia
la secretaría privada. Mauricio Macri ya estaba en la Casa de Gobierno. La
información, revelada por el ministro Martín Soria, pone
a Villegas como un interlocutor de las altas esferas
nacionales en la cruzada antisindical. El 4 de
mayo de 2017, Macri entró a la Casa Rosada a las 8:24 de la mañana. Una hora
y media después, más precisamente a las 09:47, ingresó Arribas, su amigo al que puso al frente de la AFI. Tres
minutos más tarde, llegó Villegas. Tanto Arribas como el entonces ministro de Vidal declararon, al ingresar por
Rivadavia, que iban a la secretaría privada. Qué sucedió en ese lugar
posiblemente sea tarea de investigación
para la justicia federal o para la bicameral del
Congreso que investiga el accionar de los organismos de inteligencia.
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MEDITACIÓN SOBRE LA GESTAPO.
Gentes de sentimientos
inferiores, llenos de resentimientos, autoritarios.
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Por Mempo
Giardinelli.
Página/12 miércoles
29 de diciembre del 2021.
Todo el país sabe ya
que la mesa judicial del macrismo –expuesta en el video en que el ministro de
Trabajo bonaerense de la gestión Vidal, Marcelo Villegas, suelta la lengua y expone sus deseos de aplicar criminales prácticas y torturas
nazis a funcionarios y sindicalistas argentinos contemporáneos– se ha
revelado como una bomba de sinceramiento
absolutamente inadmisible para la democracia.
Se dirá que no podía
ser de otra manera siendo que este Sr. Villegas
había prestado servicios, antes de ser
funcionario de Vidal, en los grupos Pérez Companc, Walmart,
Jumbo y Telecom. Pero
las consecuencias del delirio verbal de su pensamiento (es un decir) son
obviamente gravísimas en cualquier presente político nacional y eso merece análisis y por supuesto castigos. Porque este señor no sólo ha hecho una
apología virtuosa de la bestial policía política de Adolfo
Hitler, sino que ha abierto un campo de debate gigantesco que ninguna
conciencia democrática puede ni debe dejar pasar.
Llamada oficialmente "Geheime Staatspolizei", la Gestapo, creada en 1933, fue la policía secreta oficial de la Alemania nazi. Contó con unos 35.000 miembros estables, su poder fue absoluto porque tenía autoridad para investigar cualquier asunto y su labor alcanzó niveles de inhumanidad y violencia física y psíquica sin precedentes. Especializada como policía torturadora del régimen hitleriano, en Berlín se la conoció como "la Casa del Terror". Y no fue disuelta sino hasta 1945, tras la rendición.
Apuntar lo anterior sugiere, con patética naturalidad, no
sólo el cretinismo ideológico del enunciador sino y sobre todo la gravedad de
los tiempos que vive esta república, aunque también se está ante una oportunidad de oro para reencauzar rumbos.
La amenaza que implica la feroz declaración, sin dudas compartida por otros
sujetos que también fueron funcionarios del gobierno anterior –y quieren volver
a serlo– obliga a que la
civilidad, y en especial el desvalijado y abusado pueblo argentino tenga
mejores elementos para normar su buen criterio democrático. Y en
particular para la ciudadanía de las clases altas y medias urbanas, que tanto
se quejan de no poder disfrutar privilegios que les sobran y comodidades
burguesas que idem, y que suelen mirar para otros lados frente a la desdicha de
millones de compatriotas a los que parecen despreciar.
Porque el problema no es en esencia la palabra
"Gestapo". El problema es la perversa ideología que encubre, y lo que
significa, instalar este vocablo en la vida política argentina.
Ante todo, porque
cabe recordar que los sectores privilegiados de la Alemania nazi, hace 90 y 80
años, tampoco eran sujetos brutales ni incultos si no, al
contrario, muchos de ellos y ellas eran gente sofisticada, se diría que bien
educada y de gustos y placeres refinados. Al contrario de sus caricaturas
latinoamericanas –dictadores de uniformes impolutos y sonrisas forzadas y
pétreas como las de Videla, Massera,
Pinochet y otros criminales, y legiones de funcionarios de cuarta– los
alemanes no eran brutos, ni ignorantes, ni torpes. Lo que los caracterizaba,
por el contrario, era el refinamiento y su culto de la maldad. Y ya se sabe que
no hay mayor degradación humana que la maldad con oropeles, sonrisas y cinismo.
Es decir: la Gestapo, como las vernáculas policías locales montadas en coches Falcon y armados hasta las verijas, operaba también con jóvenes y no tan jóvenes bestiales, y tenía una malignidad de origen, una como herencia o tara cultural de bajos sentimientos, de cero conciencias de clases. Sólo los jefes y jerarcas pertenecían a familias de apellidos tradicionalmente ligados al poder tanto político como económico y militar. Esto es, acaso, lo que mejor han mostrado la literatura y el cine de posguerra. Esas gentes eran parte de las pequeñas burguesías provenientes de parecidos desclasamientos, gentes de provincias que se caracterizaban por el color (rubios allá; morochos aquí), la ciega sumisión ante el poder y alguna que otra pasada gloria militar formadora de concepciones claramente autoritarias y clasistas, en el sentido del desprecio policial a las clases populares. Herencia que persiste, y agravada, y cuyo epifenómeno aquí suelen ser dos o tres señoras verborrágicas.
Desde la Confederación General del Trabajo CGT, los dirigentes van a la Justicia para denunciar la persecución sindical en el gobierno "democrático" de Macri.
***
En realidad, en la Gestapo eran también lo que aquí y ahora llamaríamos
impostores prepotentes, porque no tenían
principios morales ya que no eran gente educada. Podían ser eficientes en lo
suyo, pero sus capacidades estaban teñidas de infamia, además de la manía de
sentirse superiores. Como ahora aquí
es común en ellos el cuento de creerse blancos y arios como
creían los alemanes tener una superioridad racial.
Pero más allá de
esto, hay que decir que son malos. Gentes de sentimientos
inferiores, llenos de resentimientos, despreciativos, autoritarios. Era lo que
más había en la Gestapo: una concepción de la
maldad asociada a la impunidad. Ellos trabajaban con cero sensibilidades, cero solidaridades, cero
compasiones. Eran malos en
serio, que es de lo que parece sentir nostalgia este ex ministro
bonaerense. Quien como todo autoritario es conjeturable que tenga una
concepción de la maldad no disociada del goce. Y ya se sabe que cuando eso sucede, la culpa no existe.
No en vano la mejor literatura rusa,
como la norteamericana y también la española y portuguesa de los tiempos de la
conquista y por largos cuatro siglos, está asociada a esa misma característica
que podría llamarse humanoide, pero no, en realidad son completamente humanos
sólo que de la peor especie. Ésa que
realmente disfruta, goza con el dolor ajeno. Y maldad que cuando va asociada a
la impunidad, es peligrosísima.
La sola palabra Gestapo, en
plan encomiástico y ni se diga amenazador como en este caso, denota una
ideología maligna. Por eso
mismo la respuesta de la democracia debe ser contundente. Es de esperar que el gobierno nacional se
ponga a la cabeza para ir fondo con el merecido castigo democrático. Y
también habría que exigir que lo
que quede de dignidad en la rota Justicia que padecemos se ponga a la tarea y
sea implacable. No se debe dejar pasar esto, no cabe la impunidad.
Los poderes republicanos deben ocuparse, con velocidad y a fondo, de meterlos
presos. Hay leyes en esta Nación que dicen que estas conductas son delito. Y
tales delitos deben pagarse con prisión. Lo que sería bueno y ejemplar. Nuestro Gobierno bien hará en cambiar el
ritmo cansino de sus decisiones y sobre todo sus indecisiones. Este
episodio ha venido a mostrar tramas muy complejas, muy perversas, y la ciudadanía debe estar atenta como los
docentes en todos los niveles y ámbitos deberían también dar clases especiales
acerca de esto.
Sólo así podremos
decir que la democracia argentina sabe defenderse de tanto nazismo que hemos
padecido, en casi todos los gobiernos.
*****
"GESTAPO" MACRISTA:
INVESTIGARÁN A EXFUNCIONARIOS DE LA AFI POR PERSECUCIÓN A SINDICALISTAS.
Lo resolvió la Comisión
Bicameral de Inteligencia del Congreso
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La comisión que preside Leopoldo Moreau
también pedirá el juicio político de los camaristas Mariano Llorens y
Pablo Bertuzzi por haber descartado la existencia de un plan masivo de
espionaje durante el gobierno de Mauricio Macri.
Por Luciana Bertoia
Página /12 miércoles 29 de
diciembre del 2021.
Después del escándalo
que se generó con el hallazgo
de un video en el que un ministro de María Eugenia Vidal confesó su deseo de
contar con una Gestapo para perseguir dirigentes gremiales, la justicia
federal de La Plata y el Congreso abrieron una investigación para desentrañar
cómo funcionaba la mesa judicial del macrismo en la provincia de Buenos Aires y
cuál era el rol que jugaban altos funcionarios de la Agencia Federal de
Inteligencia (AFI), que se sentaban a su cabecera. La Comisión Bicameral de Fiscalización de
Organismos y Actividades de Inteligencia también resolvió pedir el juicio
político de los dos camaristas que convalidaron la teoría del macrismo sobre la
inexistencia de un plan masivo de espionaje y que, en todo caso, los espías
actuaban por su propia cuenta, algo que terminó siendo desbaratado por
la aparición de la filmación en la que se ven a tres de los máximos jefes de la
exSIDE coordinando cómo armar causas.
La fiscal federal de La Plata
Ana Russo imputó este martes al exministro de Trabajo de Vidal Marcelo
Villegas y pidió que se identifique al resto
de quienes participaron de la reunión del 15 de junio de 2017 en la que se
discutió cómo diseñar un armado
que terminaría con la detención del dirigente de la UOCRA platense Juan Pablo
“Pata” Medina. La fiscal, además, pidió al juez federal Ernesto Kreplak
una serie de medidas para avanzar con la denuncia que radicó el lunes la
interventora en la AFI, Cristina Caamaño, después de que el 23 de diciembre
pasado hallaran la grabación en la sede de la exSIDE.
En simultáneo, la Bicameral, que preside Leopoldo Moreau, se reunió y resolvió conformar una subcomisión para abocarse a la investigación del rol de los integrantes de la AFI que encabezaron la reunión de junio de 2017. La subcomisión estará integrada por los diputados del Frente de Todos Rodolfo Tailhade y Eduardo Valdés. Aún falta que Juntos designe a su representante. Una primera propuesta fue que se sumara Gerardo Milman, exfuncionario de Patricia Bullrich en el Ministerio de Seguridad y que se incorporó ahora a la Bicameral. Sin embargo, el diputado Cristian Ritondo pidió un tiempo para definir quién sería el tercero en la investigación. La idea es no perder el tiempo y comenzar con la pesquisa cuanto antes, confirmaron desde el FdT.
En mayo del año pasado, se creó una subcomisión para
investigar el espionaje durante el gobierno de Mauricio Macri que derivó en
la presentación
en marzo de este año de un informe extenso en el que se denunciaba una práctica
sistemática de inteligencia ilegal y la existencia de un Estado mafioso. Ese informe fue el que fue desacreditado por la
sentencia de la Cámara Federal porteña de la semana pasada.
Si bien la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
ya denunció quiénes son los tres funcionarios de la AFI que participaron en la
reunión, la Bicameral, como primer
paso, deberá pedirle a Caamaño que los identifique formalmente. En
la Agencia confiaron a este diario que ya los tienen identificados.
Después, es claro que pedirán el video completo que se registró en la reunión en el Banco
Provincia. La interventora Caamaño ya dijo que cree que se trata de
una grabación hecha directamente por la AFI por la calidad de la imagen. Una hipótesis es que los espías hubieran
instalado en ese lugar donde Vidal y su gabinete realizaban reuniones de alto
impacto político un circuito de video para tenerlos monitoreados. Hay
un par de datos para tener en cuenta: la reunión se produjo en junio de 2017.
Para entonces estaba en apogeo el llamado Proyecto AMBA, que fue una iniciativa
de la AFI a través de la cual se desplegaron nueve bases en provincia de Buenos
Aires que se nutrieron de policías bonaerenses retirados. De acuerdo con lo
trascendió en ese momento, el fin del Proyecto AMBA –en diciembre de 2017– se
debió a la molestia que le generaba a Vidal saberse vigilada en su propio
territorio. Otro dato es que, según surgió en la investigación que hizo la
justicia federal de Lomas de Zamora, la AFI solía cablear lugares: lo hizo en
una alcaidía del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) con el beneplácito de
funcionarios del Ministerio de Justicia de Vidal.
Los tres espías
El área de los cableados, conocida como Operaciones Técnicas,
estaba, de hecho, en manos de Diego Dalmau Pereyra, el tercero de los espías
que fue identificado este miércoles por CFK en sus redes sociales. Al momento
de la reunión, Diego Dalmau
Pereyra era el director operacional de Contrainteligencia de la AFI –un
cargo de máxima responsabilidad dentro de la central de espías–. Dalmau era un
exoficial de inteligencia del Ejército que llegó a la Secretaría de
Inteligencia en febrero de 1999. Lo llevó el entonces secretario Hugo
Anzorreguy. Desde el gobierno de la Alianza quedó en la Escuela Nacional de
Inteligencia (ENI) y para diciembre de 2015, con la llegada de Macri al
gobierno, se hizo cargo de Contrainteligencia. Desde allí, una de sus hazañas fue la conformación del
grupo de espías conocido como Súper Mario Bros, integrado por policías de la
Ciudad que fueron llevados en comisión a la AFI para hacer espionaje político.
Para junio de 2018, Dalmau dejó su cargo y se fue como agregado a Chile. Tiene
dos procesamientos: uno en la causa de los Súper Mario Bros y otro en la del
espionaje a los familiares del ARA San Juan.
Cuando Gustavo Arribas y Silvia Majdalani se hicieron cargo de la AFI, Dalmau y Darío Biorci fueron con ellos y se los presentó como hombres de confianza de la subdirectora, consignó CFK. Biorci, un exprefecto, fue el jefe de Gabinete de la AFI hasta finales de 2017. Cuando se modificó la orgánica de la Agencia, pasó a ser el director operacional de Terrorismo. Según contaron los espías en la Bicameral, Biorci era uno de los hombres más poderosos de la exSIDE, cuñado de la Señora Ocho y fue quien viajó a Paraguay para traer a Ibar Pérez Corradi, con la esperanza de tener una denuncia rimbombante contra Aníbal Fernández.
La Gestapo y La mentira de los cuentapropistas. Macri en el centro armado de las causas.
***
Tanto Dalmau como De
Stefano fueron citados por la Bicameral el año pasado. El único que compareció fue Dalmau. De Stefano, que se recicló en el gobierno de la Ciudad
–donde integra Subterráneos de
Buenos Aires Sociedad del Estado (SBASE) –, solo presentó un
descargo escrito ante los diputados y senadores.
La denuncia contra los
camaristas
De Stefano y Arribas fueron dos de los grandes beneficiados
por el fallo de la semana pasada de la Cámara Federal porteña en el que los jueces Mariano Llorens y Pablo
Bertuzzi –llegados al tribunal durante el macrismo– convalidaron la teoría del
cuentapropismo.
La Bicameral resolvió pedir el
juicio político de los dos camaristas ante el Consejo de la Magistratura. “Todo lo sucedido demuestra que hay un sistema
que dicta sentencias de autoamnistía para el macrismo en Comodoro Py”, le dijo Moreau a Página/12 después
de la reunión de la Bicameral.
Desde la Comisión, también se presentarán en la causa que está actualmente en manos del juez Marcelo
Martínez de Giorgi para pedir medidas que permitan entender que el espionaje
giró de acuerdo a las órdenes de Macri. Entre otras cosas, aportarán una
carta del columnista de La Nación Carlos
Pagni en la que él relata que el entonces presidente se comunicó tras la
publicación de una nota en la que se denunciaba cómo funcionaba el espionaje y
concertó una cita con Arribas. Al encuentro acudieron Pagni y el accionista Julio Saguier.
La Bicameral pretende que ambos sean citados como testigos.
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