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“Francia está a la
vanguardia en las luchas por salvaguardar el
poder adquisitivo de los salarios, pero es en
toda Europa donde crecen las movilizaciones con
esa misma exigencia. Antes del verano en el trasporte
aéreo en Francia y Alemania, también
entre los trabajadores/as de los puertos alemanes del Mar
del Norte. En Gran Bretaña fueron los ferrocarriles
y los portuarios de Felixstowe, en mayor puerto de carga. También en
el metro de Londres,
o los recolectores de basura en Edimburgo. En
los Ferrocarriles Estatales Holandeses (NS). La larga huelga de las refinerías
en Francia y la huelga general, suponen un salto
hacia adelante. En Italia y Portugal hubo
manifestaciones multitudinarias. En Estado español miles
marcharon en defensa de pensiones y salarios en Madrid
el 15 de octubre. En Grecia se prepara
para una huelga general en noviembre.
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FRANCIA,
VANGUARDIA EN LA LUCHA OBRERA POR LOS SALARIOS.
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Por Josep Lluís del Alcázar | 28/10/2022 | Economía
Fuente
Rebelión viernes 28 de octubre del 2022.
El
18 de octubre, la huelga general convocada por CGT, FO, FSU y SUD-Solidaires, así como de
las organizaciones juveniles y estudiantiles francesas. Los y las trabajadoras
de la educación, de los ferrocarriles,
de las industrias química y aeronáutica, de las guarderías, de la salud
y de las residencias de ancianos,
fueron los sectores más activos en la huelga.
Alrededor de 300.000 manifestantes recorrieron
las calles en 150 ciudades. Hubo un centenar de
bloqueos de institutos y otras acciones por parte de estudiantes de secundaria.
La movilización exigía aumentos salariales, la
defensa del derecho a huelga y en apoyo a los
trabajadores de la petrolera TotalEnergies, que
se encontraban en huelga desde finales de septiembre.
Dos días antes, el domingo 16, una manifestación
con 140.000 participantes recorría las calles de París bajo el lema “contra la vida
cara y la inacción climática”. La convocaba la Nueva Unión Popular, Ecológica y Social
(NUPES), coalición dirigida por Jean-Luc Mélenchon, de Francia Insumisa
junto al Partido Socialista, Europa-Ecología-Los Verdes (EELV) y el Partido
Comunista. También contaba con el apoyo del Nuevo Partido Anticapitalista
(NPA), diversas asociaciones ecologistas y de solidaridad y algunas federaciones
sindicales estudiantiles.
La huelga del 29 de septiembre y la de
las refinerías
El precedente
a la huelga del 18 de octubre
hay que buscarlo en la jornada de huelga
nacional del 29 de septiembre, por un salario mínimo de 2.000 euros brutos, aumentos salariales en función de la inflación, el restablecimiento de la
escala móvil de salarios y pensiones y la igualdad salarial real entre mujeres y
hombres. Salieron 250.000
manifestantes a las calles. Pero unos días antes, el 20 de septiembre, había arrancado la huelga por
salarios en dos refinerías de Esso-ExxonMobil, y poco después en las de Total Énergies. El resultado fue una fuerte reducción del abastecimiento y largas colas en
las gasolineras.
El Gobierno Macron y su primera ministra Élisabeth
Borne, que viene oponiéndose al establecimiento de nuevos impuestos a los superbeneficios de las grandes empresas, el miércoles 12 de octubre
empezó a obligar a trabajadores en huelga a la vuelta al trabajo bajo amenaza de multas y penas de prisión mediante el establecimiento de servicios mínimos.
Los sindicatos
respondieron con demandas legales
contra esas medidas represivas
contra el derecho
de huelga. Si bien estas medidas
han permitido abrir algunas gasolineras, provocaron la rabia.
Las
multinacionales Esso-ExxonMobil y Total Énergies utilizaron los dos sindicatos
que no participaban en la huelga para firmar un acuerdo: la CFDT y la
corporativista CFE-CGC, que son mayoritarios en el conjunto de Total Energie, pero no entre las refinerías que estaban en huelga. En Esso-ExxonMobil el acuerdo se firmaba el 10 de octubre con un aumento salarial del 5,5% (más un punto de primas) y en Total Énergies, el acuerdo es de 14 de octubre un 5%
para todos los salarios (más dos puntos
en primas).
En las dos refinerías de Esso Exxon Mobil los y las trabajadoras votaron suspender su huelga el viernes 14 de octubre, tras 24 días de huelga. Pero las asambleas de huelguistas de Total Energie rechazaron los acuerdos y votaron seguir la huelga: en tres refinerías hasta el 20 de octubre, en las otras 2 hasta el 27.
Los huelguistas exigen una subida de salario de 10 %, con el objetivo de compensar la inflación
(5,6 % interanual en
setiembre), más una redistribución de
los superbeneficios. Total Énergies ha generado
un beneficio de más de 18.800 millones de euros
en el primer semestre de 2022 y de 5.700 millones
en el segundo. La remuneración de su presidente y director ejecutivo Patrick Pouyanné
aumentó un 52% este año, lo que aumenta la
indignación obrera.
En la víspera
de la huelga general del 18 de octubre, el
Ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire,
echaba leña al fuego al afirmar que el movimiento
social actual era “inaceptable” e “ilegitimo” y
llamaba a “liberar los depósitos de carburante y las refinerías”, en un claro
llamado a la represión. Le respondía el
secretario general de la CGT Philippe Martinez
“el
Gobierno ha subestimado la rabia en las refinerías, pero también la rabia
general del país”.
Macron en la cuerda floja
Las direcciones sindicales CGT, Solidaires,
FSU y FO han convocado una jornada de movilización para el 27 de octubre y una huelga
para el 10 de noviembre. A la defensa de los salarios
unen otras reivindicaciones: reducir el IVA
de los productos de primera necesidad, la subida
de pensiones y de los subsidios por desempleo con la inflación,
la bajada de los alquileres y de los precios de los carburantes y energía, con aumento de impuestos a las energéticas, apoyo al transporte público. Sin haber resuelto el conflicto
de las refinerías, se espera que entren en lucha el transporte ferroviario,
mientras que comienzan nuevas huelgas en las empresas del sector aeronáutico
de Occitania y en las centrales nucleares.
Macron teme un estallido social, motivado por la fuerte caída del poder adquisitivo de las trabajadoras
y trabajadores. Con una inflación que se mantiene en el 5’6%, el Ministerio de Trabajo
reconocía que el salario medio mensual
«había
aumentado un 3,1% para el sector de los
servicios, un 3,0% para la industria y un 2,6% para la construcción”.
El Gobierno
está en minoría parlamentaria con 250 parlamentarios (con sus dos socios) sobre los 577. Por ello Macron
quiere recurrir a una vía exprés para aprobar los presupuestos del 23. Mientras, hay una disputa por ser la referencia de
la oposición entre la extrema derecha de Marine Le Pen
(RN) que alcanzó 89 diputados en junio, y
Jean-Luc Mélenchon de FI (75 diputados), que dice estar
“dibujando
la construcción de un nuevo Frente Popular que
ejercerá el poder en el país cuando llegue el momento”, junto al PS (31).
Tras los presupuestos, Macron quiere imponer una reforma contra las prestaciones por desempleo, y otra de las pensiones para aumentarlas de 62 a 65 años. Medida que en el 2019 fue frenada por la movilización obrera y popular. Hay que recordar que la lucha contra el intento de Sarkozy de elevar la edad en las pensiones en 2010, movilizó ocho veces varios millones trabajadores/as y tuvo un peso decisivo en la pérdida de las elecciones de Sarkozy del 2012.
La movilización obrera contra la
inflación se extiende por Europa
Francia está a la
vanguardia en las luchas por salvaguardar el
poder adquisitivo de los salarios, pero es en
toda Europa donde crecen las movilizaciones con
esa misma exigencia. Antes del verano en el trasporte
aéreo en Francia y Alemania, también
entre los trabajadores/as de los puertos alemanes del Mar
del Norte. En Gran Bretaña fueron los ferrocarriles
y los portuarios de Felixstowe, en mayor puerto de carga. También en
el metro de Londres,
o los recolectores de basura en Edimburgo. En
los Ferrocarriles Estatales Holandeses (NS). La larga huelga de las refinerías
en Francia y la huelga general, suponen un salto
hacia adelante. En Italia y Portugal hubo
manifestaciones multitudinarias. En Estado español miles
marcharon en defensa de pensiones y salarios en Madrid
el 15 de octubre. En Grecia se prepara
para una huelga general en noviembre.
La defensa
del poder adquisitivo de salarios y pensiones es
imprescindible. Unir las luchas y la huelga general en
cada país, con jornadas de lucha europeas. La inflación en la Unión Europea (UE)
fue del 10,9%. En Gran
Bretaña, del 10’1%. La elevación de
precios ha estado asociada no a un exceso de
demanda sino a la realización de beneficios
astronómicos de las grandes empresas. Hay
frenar una transferencia de dinero directo de
los bolsillos de la clase obrera y los sectores populares a las empresas. Hay que exigir la
escala móvil de salarios y pensiones,
indexándolos al aumento de la inflación. Hay que
exigir la intervención del Gobierno sobre los precios de los productos de
primera necesidad, entre ellos la vivienda y los
suministros básicos, y la nacionalización bajo control obrero de energéticas y
la banca.
Josep Lluís del Alcázar. Lucha Internacionalista
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