&&&&&
"EL GUIÓN. Los acontecimientos descritos, sobre todo los relacionados con Alemania, parecen mostrar cómo se cumple a cabalidad un plan estadounidense, ideado en el centro RAND del Pentágono, filtrado por el diario sueco Nya Dagbladet. El guion afirma que el conflicto en Ucrania formó parte de una estrategia general para debilitar a Alemania y con ello a Europa. Como dice el material, la dirección política tricolor alemana (socialdemócrata, liberales y verdes), ahora con apenas un 30% de aprobación, mantiene la misma línea de autodestrucción que incluso la puede llevar a perder el poder. El plan afirma que Estados Unidos estaba en una delicada situación política y económica, por lo cual hacía falta una solución que le aportara grandes recursos y eso solo lo podía dar la UE y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
"De acuerdo con ese guion, el mayor obstáculo es Alemania, negada a incrementar sus gastos de defensa y locomotora de la economía europea, y Francia, promotora de un ejército regional que pone en duda la hegemonía de Washington en la OTAN. Alemania basa su ventaja económica en la garantía de gas barato de Rusia y Francia en su potencial nuclear, cuya materia prima también compra a Moscú, considera el centro RAND. Una de las primeras medidas fue postergar y luego suspender la puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2 que llevaría a Alemania 58 mil millones de metros cúbicos de gas al año".
/////
EUROPA Y EL PLAN DE LA
AUTODESTRUCCIÓN.
En cambio, beneficios económicos
para EE.UU. en el orden de los 9 billones de dólares.
*****
La Habana (Prensa Latina) La por
momentos incomprensible reacción de la Unión Europea contra
Rusia en el conflicto ucraniano,
parece responder a planes de Estados Unidos de
debilitar a un competidor como ese en el plano político y económico.
La
Habana. Cuba sábado 1 de octubre del 2022.
Fuente.
Prensa Latina.
Pese a que la UE estuvo detrás en parte y sigue casi a ciegas la
línea planteada por Washington de azuzar el
conflicto en Ucrania, después que el presidente Vladimir Putin anunció allí una operación militar el
pasado 24 de febrero, las cosas para los europeos están lejos de beneficiarlos.
Occidente entregó a Kiev casi 20 mil millones
de dólares en armamentos desde el inicio de la acción bélica para, como afirma Putin, llevar la guerra “hasta
el último ucraniano”.
Estados Unidos, al imponer draconianas restricciones a Rusia, incluida la suspensión de la compra de su petróleo, provocó una inflación que se sintió, en especial, en varias potencias occidentales.
Pero la Reserva Federal norteamericana, con su constante
subida de intereses, logró fortalecer en parte el billete
verde, lo cual incidió en un retroceso inédito del valor del euro y la libra
esterlina en los últimos 40 años.
A ello se sumó la
controvertida decisión de incluir en el sexto paquete de sanciones de la UE contra Rusia la
reducción gradual de compra de gas a Moscú, todo
ello en medio de un alza sin precedentes de los combustibles
que obligó a los europeos a revisar su política ecológica.
Con los preceptos de
la economía verde, quisieron dejar atrás la
producción y uso de carbón, así como de las
plantas nucleares, algo que ahora países como Reino Unido, Alemania, Noruega y otros estados
europeos retoman y olvidan que en su momento abogaron por prohibirlos.
El alto
precio del petróleo y del gas permitió a
empresas estadounidenses de producción de gas de
esquisto penetrar en el anhelado mercado energético europeo con
productos de elevado valor comercial.
Por otro lado, el alza de los combustibles ya llevó al cierre de decenas de fábricas
estratégicas para la producción de amoníaco, utilizado en la elaboración de fertilizantes, en Alemania.
Francia, Alemania, España, Italia y Bélgica probaron los primeros efectos de la depauperación social en Europa, con paros de varios sectores y el ascenso de la xenofobia y de partidos afines a ese flagelo.
Europa y el Plan de Autodestrucción.
***
En la jefatura de la
UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von
der Leyen, reaccionó quizás no de la mejor manera a la noticia de que la
ultraderecha llegó al poder en Italia, al hablar de posibles medidas “para corregir”
ese resultado.
Paralelo a
la crisis energética se creó una situación dentro del bloque en la que
aparecieron “renegados” como Polonia, cuyo gobierno, pese a su línea de rusofobia,
fue sancionado por el sistema judicial.
Algo similar ocurrió
con Hungría, en medio de llamados del primer
ministro Viktor Orban de poner fin a las
sanciones contra Rusia para evitar el carácter
suicida de esas acciones de la UE para su
economía.
Ello ocurre cuando
también se habla de abandonar el principio fundacional
del bloque comunitario, de aprobación unánime de sus decisiones.
Por añadidura, la
cada vez más difícil situación dentro de la entidad
regional facilitó el surgimiento de condiciones a fin de que varias empresas europeas buscaran refugio para sus activos en
Estados Unidos.
En ese caso está el
de gigantes como ArcelorMittal, con 200 mil empleados en 60 países
y sede en Luxemburgo, con planes ahora de
trasladar su producción a Texas.
De acuerdo con la agencia RIA Novosti, el mayor fabricante de productos refractarios del orbe RHI Magnesita, registrado en Londres, también traslada la mayoría de sus
actividades a suelo norteamericano.
Aunque sin anunciar
aún su salida de la producción hacia Estados Unidos,
compañías como la alemana BASF y la noruega Yara International, fabricantes de químicos y
fertilizantes, consideran que la fuga de capitales de Europa
podría adquirir un carácter catastrófico.
Mientras todo eso ocurre, son pocos los políticos en la UE que hablan de buscar un acercamiento con Rusia para reducir la tensión con ese país en la esfera energética y con ello buscar una disminución del efecto bumerán de las sanciones que aplicaron a Moscú.
Operación especial de Rusia, cambio el equilibrio del Poder Mundial.
***
EL GUION
Los
acontecimientos descritos, sobre todo los relacionados con Alemania, parecen mostrar cómo se cumple a cabalidad
un plan estadounidense, ideado en el centro RAND del
Pentágono, filtrado por el diario sueco Nya
Dagbladet.
El guion afirma que el conflicto en Ucrania formó parte de una estrategia
general para debilitar a Alemania y con ello a Europa.
Como dice el
material, la dirección política tricolor alemana (socialdemócrata,
liberales y verdes), ahora con apenas un 30% de
aprobación, mantiene la misma línea de autodestrucción
que incluso la puede llevar a perder el poder.
El plan
afirma que Estados Unidos estaba en una delicada situación política y económica, por lo cual hacía falta una
solución que le aportara grandes recursos y eso solo lo podía dar la UE y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
De acuerdo con ese
guion, el mayor obstáculo es Alemania, negada a
incrementar sus gastos de defensa y locomotora de
la economía europea, y Francia, promotora de un ejército regional que pone en duda la hegemonía de Washington en la OTAN.
Alemania basa su ventaja
económica en la garantía de gas barato de Rusia y
Francia en su potencial nuclear, cuya materia prima también compra a Moscú, considera el centro RAND.
Una de las primeras medidas fue postergar y luego suspender la
puesta en marcha del gasoducto Nord Stream 2 que
llevaría a Alemania 58 mil millones de metros
cúbicos de gas al año.
En su tiempo, el expresidente estadounidense Donald Trump (2017-2021)
trató de imponer a Berlín la teoría de que Rusia socavaba la seguridad energética
alemana y ahora su sucesor Joe Biden se
encargó de “demostrar” que era cierto, en medio
del conflicto en Ucrania y las sanciones de
Occidente.
Además, el Pentágono previó la necesidad de una crisis controlada
en Alemania.
La única forma de
mantener a Berlín bajo la idea zombi de que
debía rechazar los energéticos de Rusia era su
participación en el conflicto en Ucrania, con
envío de armamentos, afirma el citado plan.
Ese paquete de sanciones de Occidente por la operación militar debía
dañar a Rusia, pero aún más a Alemania, con un efecto bumerán que haría de sus
políticos personas incompetentes ante los electores.
De acuerdo con el guion del Pentágono, las pérdidas para la llamada locomotora europea en los próximos años serían de unos
300 mil millones de euros. Tal situación también
llevaría a la debacle de la UE y del euro, que se convertiría así en una moneda tóxica.
En cambio, los
beneficios económicos para Estados Unidos en los
próximos cinco años estarían en el orden de los nueve billones de dólares.
La
realidad parece acercarnos al punto
descrito en el plan norteamericano sobre la debacle de la UE, con problemas
para conservar su unidad y en medio de diferencias internas provocadas por la crisis económica que vive, matizada por una política de
autodestrucción.
arb/TO
*JEFE de la
Redacción Internacional de Prensa Latina
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario