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"Paralelamente,
la destrucción de ecosistemas para el monocultivo de la soja tiene efectos nefastos sobre la vida en espacios de enorme riqueza natural. Según el estudio
de Transport&Environment, se
calcula que el jaguar
ha perdido en torno al 50 % de sus hábitats originales como consecuencia
de la deforestación de la Amazonía.
Igualmente, en el informe miembros de comunidades indígenas denuncian
situaciones de hostigamiento para abandonar sus territorios, incendios
provocados, rociamiento de
comunidades con pesticidas o contaminación
de sus aguas, entre otras agresiones
por parte de la industria.
"Para frenar todos estos impactos, el estudio apunta a una serie de recomendaciones políticas para la UE, inmersa en el proceso de revisión de la Directiva de Energías Renovables. En opinión de Pablo Muñoz, portavoz de la campaña de biocombustibles de Ecologistas en Acción, “la UE puede y debe frenar el daño que la expansión de la soja está provocando en Brasil y otros puntos del planeta. Para hacerlo, la Comisión y el Consejo deben simplemente apoyar la propuesta del Parlamento Europeo de abandonar en 2023 el aceite de palma y de soja para producir combustibles”. Algo que aplica igualmente a los Estados miembro individualmente, según recuerda el portavoz ecologista: “España debe sumarse a otros países de la UE que ya han decidido abandonar tanto la palma como la soja. Seguir quemando alimentos en nuestros depósitos no tiene ninguna justificación, como tampoco la tiene seguir deforestando y agravando la crisis climática que nos afecta”.
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EL AUMENTO DE LA DEMANDA DE ACEITE DE SOJA PARA COMBUSTIBLES AMENAZA CON COLAPSAR LA AMAZONÍA BRASILEÑA
*****
Por
|08/11/2022| Ecología Social.
Fuente- Rebelión martes 8 de noviembre del 2022.
Un nuevo
estudio analiza la relación entre el incremento del uso de aceite de soja para producir carburantes
y los niveles históricos de deforestación de extensas zonas de Brasil.
– Un nuevo
estudio analiza la relación entre el incremento del uso de aceite de soja para producir carburantes y los niveles
históricos de deforestación de extensas zonas de Brasil,
así como con el aumento del precio de alimentos básicos
y la destrucción de un ecosistema
clave para la vida en el planeta.
– Ecologistas
en Acción alerta de que la eliminación
progresiva del aceite de palma en la
fabricación de combustibles está
provocando la utilización masiva de otros cultivos
alimentarios como el aceite de soja, con unos impactos muy
negativos que deben ser frenados.
– La UE en su
conjunto, y España como Estado miembro,
deben catalogar el aceite de soja como
materia prima insostenible y
abandonar de inmediato su utilización
para la fabricación de combustibles, tal y como ha propuesto
el Parlamento Europeo.
Según el informe publicado hoy por la organización europea Transport&Environment, de la que forma parte Ecologistas en Acción, el fuerte aumento de la demanda de aceite de soja para producir combustibles está directamente relacionado con la aceleración de la deforestación en la Amazonía brasileña, que en 2021 alcanzó su máximo de los últimos 15 años. Una tendencia que se mantiene en 2022, año en el que se ha registrado el mayor nivel de destrucción de la selva brasileña entre los meses de enero y agosto desde 2008.
La Amazonía brasileña al borde del colapso, por la creciente demanda de aceite de soja.
***
Tal y como
pone de manifiesto el estudio,
dicha tendencia coincide con un incremento
progresivo en la demanda de aceite de soja para
la fabricación de combustibles. En
efecto, mientras en 2005 tan solo el 6 % del aceite de soja producido en el ámbito global iba a parar a nuestros
depósitos, en 2021 la cifra se había triplicado para alcanzar el 20 %. Si
tenemos en cuenta los volúmenes de soja procesados
en este periodo, estos han aumentado un 580 %, pasando de 2,1 millones
de toneladas en 2005 a 12,2 en 2021.
La UE ha contribuido en gran medida a dicho aumento
de la demanda. El fomento de la producción de combustibles procedentes
de cultivos alimentarios establecido
en la Directiva de Energías Renovables ha provocado que el consumo de aceite de soja en la UE se
haya duplicado entre 2015 y 2017. Y
esta tendencia podría verse agravada en
el futuro: tras la catalogación
por Bruselas del aceite de palma como materia prima de alto riesgo en
2019 y el abandono previsto de su uso en 2030, la
industria se focaliza cada vez más
en materias primas como la soja. De
ahí que, según cálculos de Transport&Environment,
la demanda de aceite
de soja podría cuadriplicarse en los próximos años.
Según el
informe publicado, demanda de aceite
de soja y deforestación van de la mano.
Amplios territorios de selva (como
la Amazonía)
y de sabana (como El Cerrado,
un extensísimo bioma al sur de aquella) han sido arrasados para
convertirse en zonas de cultivo de la soja. Incluso
tierras deforestadas para ganadería industrial acaban
cediendo a la presión del monocultivo
de la soja,
lo que fuerza a las explotaciones ganaderas a adentrarse aún más en la selva.
Los datos mostrados por el informe son concluyentes: la superficie de terreno dedicada al cultivo de soja en la Amazonía ha aumentado 10 veces entre 2009 y 2019. Algo coherente con las estimaciones de la FAO, que muestra cómo, mientras la superficie para ganadería se ha mantenido estable en Brasil desde el año 2000, las tierras destinadas al cultivo de soja, maíz y caña de azúcar —los cultivos más demandados para la fabricación de combustibles— han crecido en 23, 6,4 y 5,2 millones de hectáreas, respectivamente.
Hace 4 dúas. El aumento de la demanda de aceite de soja para los combustibles, amenaza con colapsar la Amazonía brasileña. Se calcula que el jaguar ha perdido en torno al 50 % de sus hábitats originales y además la caza ilegal.
***
Paradójicamente, ese aumento de la superficie de tierra cultivada no se está empleando para producir alimentos que satisfagan las necesidades alimentarias de personas y
animales, como pone de manifiesto el hecho de que las áreas dedicadas al cultivo de arroz o leguminosas ocupan
hoy 3,6 millones de hectáreas menos
que en 2000.
Por otro
lado, la fuerte demanda de cultivos alimentarios para producir carburantes ha
provocado importantes subidas en los
precios de los aceites
vegetales, que alcanzaron un máximo histórico en 2021. La presión sobre una materia prima como la soja genera aumentos inmediatos en el coste de otras materias primas, como aceites vegetales, cereales o productos
lácteos.
Intensificada
por la guerra en Ucrania,
esta situación se traduce en un aumento de los niveles de inseguridad alimentaria en numerosos
puntos del planeta: según el Programa
Mundial de Alimentos, el número de personas
en situación de inseguridad alimentaria
aguda ha pasado de algo más de 200 millones en 2019 a 345
millones a día de hoy.
Paralelamente,
la destrucción de ecosistemas para el monocultivo de la soja tiene efectos nefastos sobre la vida en espacios de enorme riqueza natural. Según el estudio
de Transport&Environment, se
calcula que el jaguar
ha perdido en torno al 50 % de sus hábitats originales como consecuencia
de la deforestación de la Amazonía.
Igualmente, en el informe miembros de comunidades indígenas denuncian
situaciones de hostigamiento para abandonar sus territorios, incendios
provocados, rociamiento de
comunidades con pesticidas o contaminación
de sus aguas, entre otras agresiones
por parte de la industria.
Para frenar
todos estos impactos, el estudio
apunta a una serie de recomendaciones
políticas para la UE, inmersa en el proceso de revisión de la Directiva de Energías Renovables. En
opinión de Pablo
Muñoz, portavoz de la campaña de biocombustibles de Ecologistas en
Acción,
“la UE puede y debe frenar el daño que la expansión de la soja está provocando en Brasil y otros puntos del
planeta. Para hacerlo, la Comisión y el Consejo deben simplemente apoyar la
propuesta del Parlamento Europeo de abandonar en 2023 el aceite de palma y de
soja para producir combustibles”.
Algo que
aplica igualmente a los Estados
miembro individualmente, según recuerda el portavoz ecologista:
“España debe sumarse a otros países de la UE que ya han decidido abandonar tanto la palma como
la soja. Seguir quemando alimentos en nuestros depósitos no tiene ninguna
justificación, como tampoco la tiene seguir deforestando
y agravando la crisis climática que nos afecta”.
que
nos afecta”.
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