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“La despedida. Hebe de Bonafini ya había tenido algunos problemas
en octubre por lo que estuvo internada y bajo control médico. La semana pasada recorrió la Plaza de Mayo en
su marcha habitual de los jueves junto a estudiantes
secundarios que llevaban adelante tomas en contra el gobierno de la Ciudad
de Buenos las escuelas, como parte de un
plan de lucha por una serie de consignas Aires. “Transformamos el odio y la bronca en lucha. En una lucha concreta
diaria, permanente sin dejar nunca la plaza. Trece años
y medio no faltamos ni un solo jueves a la Plaza. La defendimos y la
seguimos defendiendo porque es el bastión para nuestro pueblo. El jueves es el
día que se reclama contra la injusticia, que los hombres y mujeres que son
despedidos de sus trabajos, que son perseguidos, que los desalojan, van a la
Plaza”.
“Por su
parte, Alejandra, hija de Hebe, escribió este
domingo un comunicado. “Agradecemos enormemente las demostraciones
de amor, acompañamiento y preocupación que, en estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, como en
toda su trayectoria militante, ha recibido mi madre. Son momentos muy difíciles
y de profunda tristeza y comprendemos el amor del pueblo por Hebe, pero en este momento como familia tenemos la
necesidad de llorar a la Madre de Plaza de Mayo, a
Hebe, en intimidad”, añadió. “Desde
ya no hay palabras que signifiquen realmente mi profundo agradecimiento para
con el equipo de salud médico que durante tantos años la asistieron y cuidaron
como, así también, al equipo médico, de enfermería, auxiliares y directivos del
Hospital Italiano de La Plata, que durante los
días de internación estuvieron al lado de mi madre cuidándola con mucho amor y
respeto. ¡La seguiremos encontrando a Hebe en la Plaza
y en las luchas de pueblo!”, concluyó su hija.
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HEBE, MADRE DE TODAS LAS
LUCHAS.
Obituario: Hebe de Bonafini,
fundadora de Madres de Plaza de Mayo
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Por Maby Sosa 21/11/2022| Argentina.
Fuente Rebelión lunes 21 de noviembre
del 2022,
Un perfil de
la trayectoria, las conquistas, las peleas y el heroísmo de la presidenta de la
Asociación de Madres de Plaza de Mayo. Hebe afirmaba
que fue una madre común, sin embargo, la desaparición
de sus hijos la convirtió en una de las madres más importantes de la
historia. “Haber socializado la maternidad nos dio una
posibilidad muy grande”.
Hebe de Bonafini se abre camino
entre una multitud de gente que está hace varias horas en el barrio de Recoleta.
Camina con la dificultad propia de la edad y lleva en sus manos un ramo de
flores para la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien horas
después saldría hacia el Senado para
responder desde su despacho las acusaciones
del fiscal Luciani.
Ese gesto de
Hebe, presidenta de la Asociación Madres de
Plaza de Mayo, es uno en miles. Junto a
otras mujeres comenzó en abril de 1977 su caminata enfrentando a la dictadura cívico
militar. Feroz defensora de la democracia, de convicciones firmes y de una militancia
indómita que persistió hasta los últimos
días de su vida.
Hebe
de Bonafini nació el 4 de diciembre de 1928 en Ensenada. Tenía 14
años cuando se casó con Humberto Alfredo Bonafini con quién tuvo tres hijos: Jorge Omar, Raúl Alfredo y
María Alejandra.
“Fui una mamá joven, una madre común, siempre jugué mucho con mis hijos”, contó en una entrevista con Rosario Lufrano en la TV Pública por el Día de la Madre. “Éramos una familia muy unida, mis hijos fueron muy diferentes, los tres. El más grande era más paternalista, le decíamos El Duque, y Raúl era más de los bichos. Y Alejandra todo lo estudiaba, sabe de todo ella”.
Fue la desaparición de sus hijos la que la convirtió en una
de las dirigentas más importantes en la historia de Argentina. Su hijo Jorge Omar fue
el primero en desaparecer. El 8 de febrero de 1977 se lo llevaron de su casa luego de haber sido golpeado en
uno de los tantos operativos ilegales de
la dictadura. El 6 de diciembre de ese mismo año ocurrió lo
mismo con Raúl Alfredo, en Berazategui. Un año después, el 25 de mayo de 1978, desapareció la
nuera de Hebe, María Elena Bugnone
Cepeda, esposa de Jorge.
“Desde los
15 años ellos hacían política. Yo estaba encantada de lo que hacían mis hijos,
como yo casi no pude ir a la escuela, para mí todo era nuevo, me parecía
fantástico”, contaba Hebe. “Cuando se llevan a
Jorge y Raúl tuvo que pasar a la clandestinidad,
una ya está medio preparada o apertrechada. Yo le decía “Raúl, por qué no te vas” y nos veíamos muy poco. Después ya
empezó a decirme que me iba a ver cada vez menos, pero quería ver a la nena. Alejandra con sus diez añitos veía a su hermano, pero
nunca dijo dónde ni qué hablaban”.
Dos años
después de la desaparición de sus hijos, Hebe pasó a ser la presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
“Transformamos
el odio y la bronca en lucha. En una lucha concreta diaria, permanente, sin
dejar nunca la Plaza”, definía Hebe.
En los
primeros años de la década del 80, ya durante el gobierno de Alfonsín, la dirigenta intentó entrevistarse con el entonces presidente, quien nunca accedió a
recibirla. Tiempo después se negó a darle
la mano porque
“con esa mano firmó la ley de Obediencia Debida y Punto Final, que permitió que los genocidas estén en la calle el tiempo que quieran”, explicó.
Hebe de
Bonafini marcha contra la Ley de Obediencia Debida del gobierno de Raúl
Alfonsín (Télam)
***
Los gestos
políticos de Hebe la diferenciaron de otras
madres. En 1986, luego de profundos debates
respecto a la CONADEP y al desempeño
del gobierno alfonsinista en relación con los derechos humanos, un grupo de integrantes
se separó y fundó Madres de Plaza de Mayo – Línea fundadora, encabezadas
por Nora Cortiñas y Tati Almeida.
Durante los
90 también se enfrentó al gobierno de Menem.
“El día del indulto sentimos bronca, impotencia, odio. No
puedo decir que no odio a aquel que hizo pedazos a más de 30 mil personas, que los violó y que robó a nuestros
niños. Los odios desde lo más profundo de mi corazón. Por eso yo no voy a
perdonar y no voy a olvidar”, dijo en una entrevista en el programa El Perro
Verde que conducía el periodista español Jesús Quintero.
Allí dijo
también que el entonces presidente Carlos Saúl Menem era
una “basura”. Por esa expresión,
el mandatario le interpuso una denuncia
por desacato. Esa quizá fue uno de los tantos destratos judiciales que debió enfrentar Hebe a lo largo de su vida.
Durante el
gobierno de Mauricio Macri la justicia, afín al oficialismo, se dedicó a perseguir a dirigentes sociales. En agosto de 2016, el juez Marcelo Martínez de Giorgi
libró una orden de detención para Hebe y la declaró prófuga. Apenas se conoció la
noticia, una multitud se instaló en la
sede de la Asociación, frente a Plaza
Congreso, para proteger a Hebe.
“Al señor
juez de la Nación, Marcelo Martínez de Giorgi, me dirijo usted para
manifestarle el motivo de respuesta a su citación. Desde el año 1977, desde el 8 de febrero de ese año vengo
padeciendo las agresiones de la mal llamada justicia.
En ese momento empezó mi calvario. Hice 168
presentaciones por mi hijo Jorge. Luego, en
conjunto, reclamé por mi hijo Raúl -que
desapareció en diciembre del mismo año- en una constante peregrinación por los
juzgados, siempre padeciendo la misma injusticia, las mismas agresiones. Las Madres siempre vamos a defender los valores de
solidaridad social. Extender las manos a los vulnerados por sus sueños en este
tiempo y por los que vendrán y vamos a luchar para que alguna vez nos
enfrentemos con jueces probos que nos ayuden a
sentir en nuestros cuerpos el valor de la justicia”, le respondió al juez en
una carta que leyó en Plaza de Mayo.
El encuentro con el kirchnerismo
Fue el
saludo de Cristina Kirchner el que confirmó la muerte de Hebe de Bonafini. “Dios te llamó el día de la Soberanía
Nacional… no debe ser casualidad”, expresó la vicepresidenta en Twitter.
El
kirchnerismo tuvo en Hebe a una de sus grandes
aliadas. “No apoyamos con el voto
porque pensábamos que era toda la misma mierda”, dijo en una ocasión Hebe respecto a la candidatura de Néstor Kirchner. Sin embargo, tiempo después, pidió una audiencia con
el mandatario y tuvo una recibida
afectuosa y un encuentro que duró para siempre.
En marzo
pasado, Bonafini recibió a Cristina en la sede
de las Madres. “Estuvo siempre con la misma sonrisa, el mismo abrazo”, dijo en
esa ocasión.
Fue en las primeras épocas del kirchnerismo cuando Hebe fundó el programa para construcción de viviendas, “Sueños Compartidos” que luego terminó con una causa judicial debido al manejo de fondos a manos de Sergio Schoklender.
Como defensora del kirchnerismo, también Hebe encabezó
apoyos a los presidentes de la región
Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales.
La Iglesia, un lugar hostil
Hebe supo ser
una de los grandes contrincantes de Jorge Bergoglio,
quien estaba al frente del Arzobispado de Buenos Aires.
La reconciliación llegó cuando el funcionario eclesiástico se convirtió
en el Papa Francisco.
En mayo de
este año, el Papa recibió a Hebe en el Vaticano. Fue un encuentro que duró casi
tres horas. A su regreso, Hebe afirmó:
“Había
perdido la fe completamente y cuando comenzó la relación me devolvió la fe, tan
necesaria… Sin fe no se puede vivir, y gracias a esa fe yo hablo con mis hijos
todas las noches”.
También contó que había sido invitada muchas veces al Vaticano, pero ella jamás aceptó por las sucesivas peleas que tuvieron.
La despedida
Hebe de
Bonafini ya había tenido algunos problemas en octubre por lo que estuvo
internada y bajo control médico.
La semana pasada recorrió la Plaza de Mayo en su marcha habitual de los jueves junto a estudiantes secundarios que llevaban
adelante tomas en contra el gobierno de la Ciudad de Buenos las escuelas, como parte de un plan de
lucha por una serie de consignas Aires.
“Transformamos
el odio y la bronca en lucha. En una lucha concreta diaria, permanente sin
dejar nunca la plaza. Trece años y medio no
faltamos ni un solo jueves a la Plaza. La defendimos y la seguimos defendiendo
porque es el bastión para nuestro pueblo. El jueves es el día que se reclama
contra la injusticia, que los hombres y mujeres que son despedidos de sus
trabajos, que son perseguidos, que los desalojan, van a la Plaza”.
Por su
parte, Alejandra, hija de Hebe, escribió este
domingo un comunicado.
“Agradecemos
enormemente las demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación que, en
estos días de internación en el Hospital Italiano de
la ciudad de La Plata, como en toda su trayectoria militante, ha recibido mi
madre. Son momentos muy difíciles y de profunda tristeza y comprendemos el amor
del pueblo por Hebe, pero en este momento como
familia tenemos la necesidad de llorar a la Madre de
Plaza de Mayo, a Hebe, en intimidad”, añadió.
“Desde ya no
hay palabras que signifiquen realmente mi profundo agradecimiento para con el
equipo de salud médico que durante tantos años la asistieron y cuidaron como,
así también, al equipo médico, de enfermería, auxiliares y directivos del Hospital Italiano de La Plata, que durante los días de
internación estuvieron al lado de mi madre cuidándola con mucho amor y respeto.
¡La seguiremos encontrando a Hebe en la Plaza y en las
luchas de pueblo!”, concluyó su hija.
Madre de luchas
Hebe afirmaba que fue una madre común,
sin embargo, la desaparición de sus
hijos la convirtió en una de las madres más importantes de la historia. “Haber
socializado la maternidad nos dio una posibilidad muy grande”.
Decía que extrañaba a sus hijos, pero
sólo en algunos momentos.
“Me acostumbré a vivir sin ellos,
pero me acostumbré a vivir con millones y es que no tengo tiempo de
extrañarlos. Cuando llegan fechas que están en el almanaque sí, la mesa es más
chiquita. No están. Ahí sí se extraña, pero después no.
Como nosotros no consideramos muertos a nuestros
hijos, todas las noches hay un diálogo con ellos. Repaso lo que hago en
el día casi con ellos. Lo primero que se olvida de los hijos es la voz, yo
tengo que ponerme a recordar la voz de ellos, y eso cuesta. Ese ‘hola mamá’ tenés que esforzarte para volverlo a
escuchar. Me propongo que me aparezca”.
Nunca fue su bandera la
venganza. Sí la justicia que se le negó durante años y que
recién pudo obtener con los juicios de lesa humanidad
que comenzaron a realizarse por impulso de las organizaciones
de derechos humanos y decisión política del kirchnerismo.
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