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ECUADOR
SE PARALIZA DURANTE DOS DÍAS POR UNA GRAVE CRISIS ENERGÉTICA. EL PRESIDENTE
NOBOA suspende la
jornada laboral y escolar y acusa a la ministra de energía saliente de haber
ocultado el problema. Ecuador está a oscuras. No solo porque los apagones de más
de siete horas continúan este miércoles en todo el país, a pesar del anuncio presidencial de que se suspenderían,
sino también porque se desconoce la gravedad de la
crisis que afecta al sector energético y quienes son los responsables.
Las pistas las da el Gobierno a través de sus
decisiones. Como por ejemplo, el último decreto
que ha firmado Daniel Noboa, en el que paralizará al país por dos días.
El
jueves y viernes ha suspendido la jornada
laboral y escolar en el sector público y privado, para garantizar el “descanso y ocio”, señala el documento. Pero unas
horas después se supieron la razón de fondo: las
críticas condiciones de los dos embalses más importantes que proveen de agua a las hidroeléctricas.
“Registran un nivel de almacenamiento operativo
de 0 % en Mazar, y de 4 % en Paute”, dice el
comunicado de Presidencia. La situación ha tocado récords históricos, señala Cenace, el operador de electricidad, y advirtió que el
déficit energético que enfrenta el país es de hasta 27
gigavatios por día.
El
Gobierno asegura que de la investigación
preliminar que ha hecho el nuevo ministro de Energía
encargado, Roberto Luque, la crisis no tiene relación solo con circunstancias ambientales por
la falta de lluvias que ha provocado la
extensión del periodo de sequía,
sino a actos de corrupción y negligencia de funcionarios de alto nivel del
Ministerio de Energía, incluida la exministra Andrea
Arrobo. “Ocultaron intencionalmente información
crucial para el funcionamiento del sistema nacional
energético”. Además, que “suprimieron y
deshicieron advertencias y alertas al Comité de Crisis Energética, con el propósito de
que esta grave situación no sea conocida para la toma de decisiones oportunas”, explica el comunicado.
La
primera vez que el mandatario se
refirió al tema fue el 16 de abril en un evento
en el que iba a entregar becas a estudiantes,
casi una semana después de que iniciaron los cortes de
luz sorpresivos, pero que se agudizaron el lunes
cuando los apagones se extendieron a todo el país, hasta por más de seis horas.
Algunas localidades como Naranjal soportaron
hasta 20 horas sin
electricidad, lo que sacó a la gente a protestar
a las calles.
Ante la nueva crisis, Noboa respondió que se trataría de un “sabotaje”, para impedir ganar la consulta popular que ha convocado y que se votará el domingo. Como medida pidió la renuncia a la ministra de Energía, ofreció subsidiar el 50% de la planilla eléctrica de abril e iniciar una investigación por sabotaje, del que ya tiene resultados. Según el Gobierno, ha presentado ante la Fiscalía “una denuncia por paralización del servicio público contra 22 saboteadores que buscaron hacer daño a todos los ecuatorianos, afectando su desarrollo y productividad”.
No solo “saboteadores” estarían
detrás de la crisis energética, según el comunicado presidencial, también se refiere a defender
a los ciudadanos de “pretensiones del crimen organizado”, sin explicar los vínculos entre ambos.
Los apagones en Ecuador iniciaron en octubre de 2023 y
el actual Gobierno había declarado el fin de los
cortes de electricidad en febrero.
El
comunicado del Ejecutivo no explica por cuánto tiempo más continuarán los apagones, pero lo que sí
advierte es que habrá racionamiento en los dos días de descanso obligatorio que ha
decretado el mandatario, porque se realizarán “mantenimiento en las plantas eléctricas, lo que implicará el racionamiento energético en horarios determinados inamovibles”. Aún no se conoce cuántas horas se quedará el país a oscuras.
Fuente. El País España. 18/04/2024/.
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COLOMBIA SE ENFRENTA AL RIESGO
DE QUEDARSE A OSCURAS ANTE LA FALTA DE ENERGÍA.
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El ministro del ramo ha asegurado que pronto lloverá y que se
podrán abastecer los embalses. Pero los expertos
explican que no hay certezas de que se pueda evitar un racionamiento.
Por Lucas
Reynoso-
Fuente.
El País, Bogotá, jueves 18 de abril del 2024.
Colombia se asoma en estos días al abismo del racionamiento eléctrico. La lluvia no ha llegado en abundancia, como esperaba el Gobierno en abril, y la sequía que produce el fenómeno de El Niño se ha agravado. Las reservas hídricas están al 29%, según los últimos datos de XM, la empresa encargada de operar el sistema eléctrico. Es apenas dos puntos porcentuales por encima del nivel crítico de 27%, que forzaría al país al primer racionamiento eléctrico en más de 30 años. Las alarmas se han encendido y han puesto el tema en el centro de la agenda. Aunque el ministro de Minas y Energía, Omar Andrés Camacho, ha reiterado que pronto lloverá y que se podrá evitar el racionamiento, los expertos consultados alertan de que no hay certezas.
Parte
del problema se encuentra en la matriz energética del país,
según explica por videollamada José Reinaldo Vuelvas, director de la maestría
de Energía y Sostenibilidad de la Universidad Javeriana.
“La
energía hidráulica representa el 70% del
suministro y es nuestro mayor beneficio porque hace que nuestra matriz sea muy limpia. Pero también es nuestro peor enemigo porque, a la vez, nos hace muy
dependientes del clima”, remarca. Si llueve poco, los embalses se vacían y las turbinas
se quedan sin posibilidad de generar energía. Las centrales
térmicas, con gas, carbón y líquidos, no alcanzan el 30%. Las energías renovables no
convencionales, en tanto, todavía son marginales.
Otra
parte del problema es que la demanda ha
aumentado un 7,5% entre marzo y el mismo mes del
año anterior, según datos de XM. Es el triple
que el crecimiento promedio de 2,5% que se solía
registrar cada año. El incremento ha sido del 10,5% en
el Caribe, una región que ha padecido
especialmente las altas temperaturas de El Niño y que ha tenido mayor necesidad de aumentar el consumo de energía para los mecanismos de
refrigeración. El sistema no da abasto: las lluvias actuales
solo permiten generar 60 gigavatios hora día de
los 232 que se necesitan. Las centrales térmicas, más contaminantes y caras
—requieren de la compra de combustible—, se han activado en todo el país por la emergencia,
pero solo llegan a aportar otros 110. Eso
resulta en que los 60 gigavatios restantes que
se necesitan se produzcan con agua de las reservas, lo que va vaciando los
embalses.
El
ministro Camacho aseguró el miércoles en una entrevista con W Radio que el racionamiento no está entre los escenarios
que contempla el Gobierno.
“El
fenómeno de El Niño ya muestra señales de debilitamiento”, remarcó. “Empezaríamos un proceso de recuperación de los
embalses y podríamos tener garantía de que no hay
racionamiento”, agregó. Además, destacó que el año pasado se realizaron labores de mantenimiento de centrales térmicas que ahora entraron en operación y que el fin
de semana se suspendió la venta de energía a Ecuador. El
presidente Gustavo Petro, por su parte, lamentó
haber tenido que tomar esta decisión con respecto al país
vecino. “Mi compromiso con el
[ex]presidente Lasso fue proveer el servicio hasta
que no se pusiera en peligro la misma estabilidad eléctrica de Colombia”, dijo en sus redes
sociales, con lo que aceptó que la situación del sistema energético de Colombia es difícil.
Justamente, los
expertos comentan en conversación con este
periódico que no es posible descartar un racionamiento. Clara Inés Pardo, experta en
políticas energéticas y profesora de la Universidad del
Rosario, señala en una videollamada que las previsiones de lluvias ya
han fallado en las últimas semanas.
“Nadie
es mago para decir si mañana llueve o no y que llueve dónde
se necesita [y por el tiempo requerido]”, dice. Algo similar opina Sandra Fonseca, directora del gremio de consumidores Asoenergía, que agrega que pueden ocurrir
incidentes que agraven una situación que ya está al límite. Puede, por ejemplo, fallar una central térmica que ya está al
máximo de capacidad o haber problemas en una
línea de transmisión.
Hay
varias críticas de fondo al Gobierno. Más allá de un incremento de
temperaturas, que ocurrió en todo el mundo, Fonseca
comenta que el manejo de la crisis
se ha visto obstaculizado por la falta de nombramientos en la Comisión de
Regulación de Energía y Gas (CREG), la entidad
encargada de regular el sector y a la que describe como “inoperante”. También
lamenta que no hubiera una campaña de ahorro masivo adecuada en los
últimos meses, con incentivos como remunerar a
los usuarios que redujeran el consumo. El profesor
Vuelvas, por su parte, coincide en que el Ejecutivo
“ha
sido un poco lento en su actuación” y comenta que podrían
haberse implementado programas para penalizar a quienes consumieran demasiada energía. “Si hubiésemos arrancado hace unos meses, poco a poco, el nivel estaría más arriba y tendríamos más margen”, afirma.
Los
gremios también han expresado su descontento. Natalia Gutiérrez, directora de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía
Eléctrica (Acolgen), comenta por escrito que el
sector “levantó las alarmas hace más de un año”.
“El
parque generador entero está cumpliendo con lo que se comprometió,
el diseño de mercado cumplió. Lo que hoy tenemos
es un atraso en proyectos de energía que se suma
a que no se atendieron las alarmas con antelación”,
subraya. Para Acolgen, hay además un problema estructural en la falta de avances en la capacidad de generación eléctrica:
se esperaba ingresar 6.608 nuevos megavatios en 2023 y solo se sumaron 1.142. Apenas
hay avances en energía solar y eólica, que incorporaron el 5% y el 0% de lo
proyectado, respectivamente.
Las
soluciones a largo plazo varían. Fonseca,
que fue gerente de la Empresa de Energía de Bogotá designada
por Petro como alcalde de la ciudad,
considera que hay que construir embalses más grandes, con capacidad de reserva multianual y no solo de un par de meses. Los
profesores Pardo y Vuelvas, en tanto, enfatizan
más en la diversificación de la matriz energética.
Ambos reconocen, no obstante, que en los últimos
meses ha habido problemas burocráticos con
trámites enredados para nuevas iniciativas de energía
solar y dificultades para obtener la aprobación de las comunidades indígenas de La
Guajira con los proyectos eólicos y
especialmente con la colectora, la infraestructura clave para conectar la generación por turbinas
con el sistema nacional.
La
única certeza sobre un racionamiento
es que sería un fuerte golpe para una economía
que apenas crece y que es algo que cualquier Gobierno evitaría a toda costa. No hay detalles sobre cómo se implementaría, ya
que el último fue entre 1992 y 1993. La
reglamentación correspondería al Ministerio. No
obstante, los expertos coinciden en que, mientras tanto, es importante la concientización de los consumidores sobre el uso de energía. “Muchos creen
que con los electrodomésticos con energía eficiente pueden gastar sin límite.
Pero tener cuatro televisores prendidos hoy en
día consume igual que el televisor de hace 20 años. Creen que con las bombillas LED ahorran energía, pero por eso prenden
todas y eso no sirve”, comenta la profesora Pardo.
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