&&&&&
Transición democrática trabada.
Tres razones por
las cuales la transición democrática está
trabada.
La primera: el relativo “aletargamiento”
del movimiento de masas. Sigue pesando el temor por la impune
muerte de decenas de civiles por agentes del Estado,
en el contexto de las movilizaciones de diciembre del 2022.
La segunda: partidos políticos debilitados,
cuasi extinguidos. Y, por otro lado, organizaciones de
la sociedad civil que, salvo excepciones, no pasan a la
acción. Algunas de ellas, acaso, paralizadas por el “temor
reverencial” a ser calificadas de caviares por
vocingleros extremistas de
derecha. Muchas de estas organizaciones fueron cruciales en el
desmoronamiento —y fuga—
de la autocracia corrupta de Fujimori a
fines de los noventa. Grave su pasividad actual. (Pregunta. ¿Hay partidos
políticos en el Perú? Dr. Diego García) No nos engañemos.
La tercera: pese
a existir las causales para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana,
dada la “ruptura del orden democrático” (art.
19, 20, 21), no se ha avanzado en esa dirección. Sería un camino
para impulsar diálogos políticos efectivos,
monitoreados internacionalmente.
Tenemos entidades no
gubernamentales valiosas, pero que no parecen haberse enterado de que la
activación de la Carta Democrática Interamericana o
la activación de la diplomacia de terceros países no viene sola. Lo que se
aplica también para otras rutas internacionales a gestionar: la
aplicación por el Gobierno de los EEUU de
la Ley Magnitsky, diseñada para reaccionar frente a
atropellos y corrupción. Tan relevante en Guatemala este 2023-24.
Pues actuó contra los corruptos —en el Congreso y el empresariado— retirando
más de 300 visas e interviniendo en sus finanzas
en EEUU. El fin del pacto de los corruptos no cayó del cielo.
Lo que sí cayó fue el pacto. Precedente a no dejar caer en saco roto.
/////
RECESIÓN DEMOCRÁTICA: AUSENCIAS Y COMPLICIDADES.
por Diego García-Sayán
*****
"El poder político en Perú es,
esencialmente, un delictivo
pacto de corruptos.
Muy semejante al que prevaleció en Guatemala, el cual se superó después de una intensa movilización
popular y la acción de la comunidad
internacional”.
Por Diego García Sayán.
Fuente. La República jueves 18 de
abril del 2024.
Significativo título llevó
el año pasado el último informe de Latinobarómetro (2023): Recesión
Democrática. Título preciso, bien puesto, pues
tenía —y sigue teniendo— sentido con lo que ocurre en la región
latinoamericana.
Y que no surgió, pues, del aire o porque a
alguien le sonase bonito… o “porque sí”. Brotó
de la realidad misma y de la percepción de la gente. Se aplicaron en la región cerca de 20.000 entrevistas entre
habitantes, de 18 años, a muestras representativas de la
población de cada país. De la viva realidad, pues, salió la sustancia que le
dio ese título al estudio.
Varios meses después
de publicado, el contenido de este informe tiene más sentido que nunca. Pues
eso de la “recesión democrática” sigue
siendo expresión representativa de un sentir
ciudadano prevaleciente en América Latina, en la actualidad. De hecho, en la
realidad y tendencia regional, es fácil constatar la continuada —y
acentuada— prevalencia de esa recesión democrática en
este 2024.
Modesta y respetuosa sugerencia desde estas líneas: el informe de este año podría llamarse, irreprochablemente, “2024: Recesión Democrática bis”.
La Democracia en el Perú de hoy, es de muy baja intensidad.
***
Corrupción y recesión democrática
Varios son los factores que
generan esa fundada percepción extendida de recesión democrática en nuestros
países. Ayer y hoy, pues la realidad no ha variado significativamente.
La corrupción de gobernantes elegidos sigue
siendo elemento crucial en el socavamiento de las democracias. Sin embargo, “corrupción”
puede ser entendido en un sentido más amplio… o profundo. Y no siempre
circunscrito a la vil apropiación de
dinero o de bienes, sea a modo de propiedad, como supuesta “comisión”
por asignación de recursos públicos o
por “ayuditas” a privados (por lo general, grandes
como Odebrecht) para la contratación pública.
También podría entenderse, en nuestro “creativo” país, a generosos “préstamos” de bienes muebles (joyas o relojes de lujo…) para que se posean a modo de propiedad. Como es el patético caso de los Rolex “prestados” a la presidenta Dina Boluarte, según parece, a cambio de la asignación de recursos presupuestales. Es uno de los más recientes y groseros ejemplos.
¿Qué tal reverencia? ¿Sin comentarios?
***
Forzando las reglas de juego
Yendo más allá de
ese caso de angurria,
para ganarse “alguito”, aprovechando
que se está en el poder, otra faceta de la corrupción
es aferrarse al poder contra las reglas y el sentido común.
Va más allá de la codicia.
Los intentos de
forzar las reglas del juego para quedarse en el poder tuercen el poder
del voto y, en general, de las reglas democráticas.
Esto deja casi como un simple incidente el peso del poder de dinero corrupto
en el financiamiento de las campañas.
De esto —y de todo lo anterior—, nuestro país
lamentablemente es pródigo
de escándalos de campañas con financiamiento ilegal
y/o de actos graves de corrupción en pleno ejercicio del poder democrático.
Hoy, factores de poder
oscuros conspiran abiertamente para someter políticamente a nuestros órganos
electorales que se han venido comportando con
independencia y corrección. Independencia que es pecado mortal en nuestro pestilente
contexto político.
Esto pocas veces
tiene una respuesta oportuna y efectiva del sistema penal. En otras, la respuesta de la justicia es
perversamente lenta (i.e.: caso Cócteles) o,
simplemente, inexistente.
Mientras, desde los poderes oscuros hay intereses actuando para
socavar y aniquilar áreas institucionales claves: por
ejemplo, los fiscales anticorrupción como
“objetivos” del poder corrupto
en el Congreso, ciertos medios bajo la lupa y ciertos empresarios con las manos
sucias comprometidos en financiar
ilegalmente campañas.
Lo que viene
Partidos políticos
debilitados y prevalencia de personalismos, más que de propuestas programáticas
o ideológicas. Lo que viene en la región es
preocupante.
En Radar Latam 360,
valiosa publicación periódica que dirige Daniel Zovatto,
él se ha referido al
“frenético panorama electoral” para
los siguientes cuatro meses: “Una consulta popular y un referéndum en Ecuador el
próximo domingo 21 de abril;
elección general en Panamá, el 5 de mayo;
elección presidencial
y legislativa en la República Dominicana,
el 19 de mayo; elecciones generales en México,
el 2 de junio; elecciones para definir las
candidaturas presidenciales en Uruguay, el 30 de junio; y elección presidencial en
Venezuela, el 28 de julio”.
Como sabemos, todo dentro de un delicado contexto de bajo apoyo a la democracia, desplome de partidos políticos, preferencia y actitudes favorables al autoritarismo y posiciones autoritarias.
Y en Perú: “¿Que se vayan todos?”
En el “radar” de Zovatto sobre las elecciones
latinoamericanas no aparece, ciertamente, el Perú, ya que no hay elecciones
programadas para este año.
Mientras, el poder político hoy
en el Perú consiste, esencialmente, en un deleznable y delictivo
pacto de corruptos. Muy semejante al que prevaleció en Guatemala
hasta hace pocos meses. Y que pasó a mejor vida solo después de una
intensa movilización
popular y la acción de la comunidad
internacional. Esto generó condiciones para elecciones generales (2023).
Y, luego de forcejeos con el atrincherado pacto de los
corruptos, el respeto de los resultados y que Bernardo Arévalo sea
hoy presidente de Guatemala.
En el Perú, y bajo el colapso institucional
galopante, es indispensable recordar dos
asuntos fundamentales y hacerse algunas preguntas
Primero, la naturaleza de la interacción diabólica
prevaleciente. Entre el Gobierno gris, ineficiente e impopular de Dina Boluarte y,
por otro lado, un Congreso,
también impopular (95%
de rechazo). No solo plagado el legislativo de corrupción,
sino hasta presidido por un corrupto (no es “adjetivo”:
su presidente está condenado por corrupción por la justicia penal).
Segundo, no vienen elecciones
generales inmediatas. En el contexto del
colapso de las organizaciones políticas y
de los liderazgos democráticos,
difícil pensar que unas elecciones podrían ser per se la única ruta de salida
ante el colapso
democrático.
La deleznable legitimidad, generalizada, del poder político impulsa a muchos sectores de la sociedad al clamor: “Que se vayan todos”, junto con “¡Elecciones generales, ya!”. Camino deseable pero complicado. Pues, ¿qué “elección” legítima puede venir de la práctica extinción de los partidos políticos? Que deja caminos abiertos a impredecibles y poco confiables caudillismos de ocasión (i.e.: Antauro Humala).
Dr. García-Sayán, cuando miles de miles de Mujeres del Perú Profundo salieron a protestar, Hicieron "unidad de represión", Gobierno, Legislativo, prensa vendida. acusándolas de terroristas, vándalos, al servicio de los "ponchos rojos" y los resultados todos los conocemos.
*****
Transición democrática trabada
Tres razones por
las cuales la transición democrática está
trabada.
La primera: el relativo “aletargamiento”
del movimiento de masas. Sigue pesando el temor por la impune
muerte de decenas de civiles por agentes del Estado,
en el contexto de las movilizaciones de diciembre del 2022.
La segunda: partidos políticos debilitados,
cuasi extinguidos. Y, por otro lado, organizaciones de
la sociedad civil que, salvo excepciones, no pasan a la
acción. Algunas de ellas, acaso, paralizadas por el “temor
reverencial” a ser calificadas de caviares por
vocingleros extremistas de
derecha. Muchas de estas organizaciones fueron cruciales en el
desmoronamiento —y fuga—
de la autocracia corrupta de Fujimori a
fines de los noventa. Grave su pasividad actual. (Pregunta. ¿Hay partidos
políticos en el Perú? Dr. Diego García) No nos engañemos.
La tercera: pese
a existir las causales para la aplicación de la Carta Democrática Interamericana,
dada la “ruptura del orden democrático” (art.
19, 20, 21), no se ha avanzado en esa dirección. Sería un camino
para impulsar diálogos políticos efectivos,
monitoreados internacionalmente.
Tenemos entidades no
gubernamentales valiosas, pero que no parecen haberse enterado de que la
activación de la Carta Democrática Interamericana o
la activación de la diplomacia de terceros países no viene sola. Lo que se
aplica también para otras rutas internacionales a gestionar: la
aplicación por el Gobierno de los EEUU de
la Ley Magnitsky, diseñada para reaccionar frente a
atropellos y corrupción. Tan relevante en Guatemala este 2023-24.
Pues actuó contra los corruptos —en el Congreso y el empresariado— retirando
más de 300 visas e interviniendo en sus finanzas
en EEUU.
El fin del pacto de
los corruptos no cayó del cielo. Lo que sí cayó fue el pacto. Precedente
a no dejar caer en saco roto.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario