domingo, 9 de junio de 2013

Diez días seguidos de furia en Turquía. Arde políticamente Ankara, Estambul e insurgen nuevos Actores Sociales.

&&&&&
“Esto es un levantamiento del pueblo. El pueblo está enojado. Algunas fuerzas políticas intentan utilizar este movimiento para intimidar al gobierno, no para buscar un nuevo futuro”, explicó Kemal Okuyan, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Turquía (TKP). Okuyan también descartó que se trate de una crisis revolucionaria como intentan presentarla desde algunos sectores. “Estamos muy lejos de ella. Al menos por ahora”, explicó. Sin embargo, ni Erdogan ni el AKP esperaban que las protestas y la respuesta del gobierno desencadenaran una manifestación masiva en todo el país. “Afortunadamente, no hay motivos para convocar elecciones anticipadas”, dijo Celik, tras el encuentro, al que acudió Erdogan. También insistió en que el Ejecutivo estaba abierto a escuchar demandas razonables de los ciudadanos. La Plataforma Taksim, que coordinó las primeras protestas contra la urbanización del parque Gezi, insistió ayer en pedir la dimisión de quienes consideran responsables de abusos policiales contra manifestantes. Entre ellos nombraron a los gobernadores y jefes policiales de Estambul, Ankara y Hatay. Celik volvió a referirse a que la ola de protestas estaba manipulada por la oposición política y que pretendían echar sombra sobre los éxitos del gobierno, como la apertura de un proceso de paz con la guerrilla kurda o la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
/////

Diez días seguidos de furia en Turquía.

El gobierno de Erdogan resiste la demanda de llamar a elecciones anticipadas.
*****
ANKARA, capital de Turquía y Estambul, capital financiera: Arden políticamente. Surgen Nuevos Actores Sociales.

Mientras la Unión Europea se quejaba por la violencia policial, el gobernador de Estambul descartó un nuevo desalojo de los miles de manifestantes que desde hace más de una semana ocupan el parque Gezi de esa ciudad.

Página /12 Domingo 9 de junio del 2013.
Decenas de miles de ciudadanos se reunieron ayer en la céntrica plaza Taksim de Estambul, epicentro de las protestas antigubernamentales que desde hace diez días sacuden Turquía. Al mismo tiempo que el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, descartaba un nuevo desalojo de los miles de manifestantes que desde hace más de una semana ocupan el parque Gezi, el partido del primer ministro Tayyip Erdogan rechazaba los pedidos de elecciones adelantadas. “No existe motivo alguno para llamar a elecciones anticipadas. El gobierno, el Parlamento y el gabinete funcionan a la perfección”, explicó el vicepresidente del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan, Hüseyin Celik, tras mantener una reunión con la cúpula del partido. “El mundo está lideando con una crisis económica y las cosas están yendo bien en Turquía. Las elecciones no se convocan porque hay gente marchando en las calles”, agregó.
Por su parte, Erdogan había manifestado el viernes estar abierto a las exigencias democráticas y había rechazado las acciones violentas en un gesto dirigido a calmar los ánimos de los manifestantes que reclaman su dimisión y a reducir la presión de la Unión Europea (UE), preocupada por la violencia policial. Después de mostrarse firme contra los extremistas el jueves por la noche ante sus partidarios, el jefe del gobierno turco adoptó un tono más conciliador al declararse dispuesto a escuchar todas las reivindicaciones democráticas. “Estamos en contra de la violencia, el vandalismo y las acciones que amenazan a los otros en nombre de las libertades, pero recibimos de todo corazón a los que vienen con exigencias democráticas”, había dicho Erdogan en Estambul.
Pasado el mediodía, numerosas organizaciones feministas se dieron cita en la cercana calle Istiklal para iniciar una marcha “por una vida sin abusos y sin Tayyip”. Las mujeres se mantienen en la primera fila de las protestas desde que éstas se iniciaron, el martes 28 de mayo, en defensa de un parque público de Estambul, que pronto se convirtieron en un movimiento de crítica al estilo autoritario del AKP, un partido islamista moderado. “La gente está enfadada con el primer ministro, pero las mujeres están más enfadadas aún, porque desde hace diez años son el blanco del ataque de todos sus discursos, como cuando quiso prohibir el aborto”, explicó Asli Goymen, secretaria de redacción en una revista y una de las manifestantes. La activista se quejó de que el actual gobierno no ha hecho nada para frenar el acoso a las mujeres en el espacio laboral. “Esto es el inicio de una nueva era”, pronosticó.
Además, las hinchadas de dos de los tres clubes de fútbol más importantes de Estambul, el Fenerbahce y el Besiktas, marcharon hacia la plaza desde sus respectivos estadios al grito de “¡Tayyip renuncia!” y “¡Codo a codo contra el fascismo!”. Los hinchas reemplazaron en parte la presencia de los estudiantes universitarios, que normalmente son el grueso de los manifestante en la plaza, pero que se encontraban ocupados en una jornada de exámenes.
La represión policial con la que el gobierno respondió a las primeras manifestaciones, que dejó al menos 3 muertos y más de 5000 heridos, provocó que las movilizaciones se extendieran a las principales ciudades del país. Ayer en Ankara, la capital del país, al igual que en el parque Gezi de Estambul, la policía había recibido la orden de retirarse del parque Kugulu Park, después de varios días de represión contra los manifestantes.
“Esto es un levantamiento del pueblo. El pueblo está enojado. Algunas fuerzas políticas intentan utilizar este movimiento para intimidar al gobierno, no para buscar un nuevo futuro”, explicó Kemal Okuyan, miembro del Comité Central del Partido Comunista de Turquía (TKP). Okuyan también descartó que se trate de una crisis revolucionaria como intentan presentarla desde algunos sectores. “Estamos muy lejos de ella. Al menos por ahora”, explicó. Sin embargo, ni Erdogan ni el AKP esperaban que las protestas y la respuesta del gobierno desencadenaran una manifestación masiva en todo el país.
“Afortunadamente, no hay motivos para convocar elecciones anticipadas”, dijo Celik, tras el encuentro, al que acudió Erdogan. También insistió en que el Ejecutivo estaba abierto a escuchar demandas razonables de los ciudadanos. La Plataforma Taksim, que coordinó las primeras protestas contra la urbanización del parque Gezi, insistió ayer en pedir la dimisión de quienes consideran responsables de abusos policiales contra manifestantes. Entre ellos nombraron a los gobernadores y jefes policiales de Estambul, Ankara y Hatay. Celik volvió a referirse a que la ola de protestas estaba manipulada por la oposición política y que pretendían echar sombra sobre los éxitos del gobierno, como la apertura de un proceso de paz con la guerrilla kurda o la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
Celik trató además de suavizar las acusaciones de Erdogan en los primeros días de protestas, cuando dijo que los manifestantes eran saqueadores, extremistas y delincuentes. “El primer ministro habló de tres o cinco saqueadores”, dijo, tratando de revertir el impacto de la palabra, que se ha convertido en símbolo de la revuelta y sinónimo de luchador por los derechos. También aseguró que las autoridades locales compartirán con los manifestantes los planes de reurbanización del parque Gezi, la mecha que encendió las protestas, y que no hay, en ese sentido, motivo de preocupación.


Turquía vivió un cuarto día de indignación.

El rechazo a las políticas del Premier Erdogan unió a manifestantes y a la Central Sindical.
*****
“Ahora estamos en primavera, pero no dejaremos que se transforme en invierno”, declaró Erdogan en alusión a la “primavera árabe” que terminó con gobiernos como el egipcio. En cambio, el presidente Abdullah Gul se mostró moderado.

Página /12 martes 4 de junio del 2013.

Turquía vivió un cuarto día de protestas sociales y represión de la policía, razón por la cual la principal central sindical del país convocó para hoy a una huelga por 48 horas contra el exceso policial. La situación se agravó ayer después de que la Unión de Médicos Turcos (TBB) anunciara la muerte de Mehmet Ayvatas, un manifestante de 19 años atropellado al levantar una barricada en una autovía en Estambul. Frente a los acontecimientos, el presidente, Abdullah Gul, aceptó entrevistarse ayer con Kemal Kilicdaroglu, dirigente del opositor Partido Republicano del Pueblo (CHP), al que se acusa de estar fomentando las protestas.
Esta anunciada reunión llegó en un momento crítico y horas después de que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, que concentra la mayoría de las críticas, se fue del país para una visita oficial a Marruecos y Túnez durante cuatro días, repitiendo que no cedería ante las protestas. “Nos mantendremos firmes (...). Sí, ahora estamos en primavera, pero no dejaremos que se transforme en invierno”, declaró Erdogan por la mañana, en alusión a la “primavera árabe”.
La confrontación entre activistas y el gobierno turco comenzó el viernes pasado en el pequeño parque de Gezi, una zona arbolada de tres hectáreas situada junto a la plaza de Taksim, centro neurálgico del lado europeo de Estambul. Las protestas se iniciaron pacíficamente para pedir que ese parque no sea demolido para construir un centro comercial y un complejo de viviendas, aunque luego se profundizaron y derivaron en reclamos de la renuncia de Erdogan con manifestaciones en todo el país. El primer ministro, acusado de autoritarismo y de querer islamizar la sociedad turca, se enfrenta a un movimiento de protesta de una importancia inédita desde la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista moderado) en 2002.
Por su parte, el presidente Gul se mostró a favor de una solución pacífica, en contraste con la actitud del primer ministro. “Hay que respetar a todos, hay que cumplir las reglas. La democracia no son sólo las elecciones. Entendimos el mensaje. Vivimos en una sociedad abierta y hay que mostrar respeto hacia todas las opiniones, visiones e ideas políticas diferentes”, dijo el presidente turco.
Las fuerzas antidisturbios turcas emplearon ayer gases lacrimógenos contra cientos de manifestantes que trataban de reunirse en la céntrica plaza Kizilay de Ankara, informaron los medios locales. La intención policial fue evitar que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, se concentren en esa plaza que ya fue escenario de enfrentamientos violentos en la noche de anteayer. Algunas calles de la capital turca estaban bloqueadas por las barricadas levantadas por los manifestantes, mientras que la ruta principal desde la localidad de Eskisehir a Ankara fue bloqueada por estudiantes de dos universidades que tienen sus campus fuera de la ciudad.
Por otro lado, el corazón simbólico de la protesta, la plaza Taksim de Estambul, recuperó ayer algo de normalidad. A media tarde, sólo unos centenares de personas se paseaban por el lugar. La mayoría de los comercios reabrió sus puertas, pero las barricadas armadas con mobiliario urbano o coches destruidos bloqueaban el acceso a la plaza desde las calles adyacentes, signo de la determinación de los manifestantes de no dejar que las fuerzas de seguridad, que por orden del gobierno se alejaron el sábado pasado, tomen el control del lugar.
Frente a esta situación de creciente violencia, Ismail Hakki Tombul, el secretario general de la Confederación de Sindicatos de Trabajadores Públicos (KESK), una de las cuatro principales organizaciones obreras de Turquía, anunció ayer dos días de huelga a partir de hoy y anticipó que solicitó a otros sindicatos que se unan a las protestas. “Desde hace siete días la gente está en la calle y los sindicatos deben de jugar también su papel en esto”, declaró, sumando las tres primeras jornadas en la que la protesta popular no fue reprimida. La huelga de advertencia anunciada por el sindicato en un comunicado se justifica por el estado de terror que se aplicó contra las multitudinarias protestas de los últimos días. Esta confederación de sindicatos está conformada por once organizaciones obreras y cuenta con más de 200 mil afiliados.
En tanto, el ministro del Interior turco, Muammer Guler, señaló que 939 personas fueron detenidas en las más de 90 protestas que se realizaron.
Asimismo, además del anuncio del primer muerto, un médico de uno de los hospitales en los que se refugiaron varios manifestantes señaló a la prensa que los heridos por la brutalidad policial se cuentan por centenares. Las organizaciones no gubernamentales hablan de mil heridos en Estambul y al menos 700 en Ankara, pero el gobierno no confirmó las cifras.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se manifestó profundamente preocupado por las protestas violentas en Turquía y en especial por la represión excesiva de las manifestaciones. “Nos preocupan los reportes de un uso excesivo de la violencia por parte de la policía, esperamos que haya una investigación completa de esos incidentes y una contención total por parte de los agentes frente a estos incidentes”, dijo Kerry, de visita en Polonia.
*****

No hay comentarios: