viernes, 7 de junio de 2013

La Alianza del Pacífico, el Mercosur y la integración Latinoamérica. Alianza del Pacífico: ¿El nuevo club neoliberal?.

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LA ALIANZA DEL PACIFICO. ¿ EL NUEVO CLUB NEOLIBERAL?. El progresivo fortalecimiento institucional de La Alianza del Pacífico (ALPA) - el ALCA reducida o su intento de “resurrección” o el sueño de la dominación imperialista - es la "carta política" mejor "planificada", diseñada, estudiada por el neoliberalismo político gobernante, políticas dogmáticas  y radicales para dividir la "integración latinoamericana", integración democrática, con justicia y soberanía, mientras los históricamente explotados, dominados, excluidos, hoy caminamos por la larga avenida política del siglo XXI - avenida de doble pista: por un lado la integración promovida por los gobiernos progresistas en tiempos históricos y políticos del “Cambio de Época, Histórica”,  por lo general en “representación” de los nuevos movimientos sociales, abanderados de la “Nueva” Democracia participativa, ciudadana, dialogante, sustentable y moderna; y por la vía del frente el camino regresivo de la "integración" digitada, sin autonomía de los poderes facticos mundiales, con dependencia, sometimiento del poder imperial, “lúcidos” representantes de la democracia liberal representativa y ciudadanía electoral de las clases dominantes, los medios de comunicación, la expropiación de la gobernabilidad y la defensa absoluta de las políticas neoliberales, salvajes, violentas, destructoras del tejido social y llenas de veneno para dinamitar por dentro las organizaciones, alternativas, propuestas y esperanzas democráticas de los pueblos, comunidades y naciones de Nuestra América. 


UNASUR, CELAC, MERCOSUR, y la forja de Bloques Regionales Independientes, con capacidad política de mejores condiciones de negociación frente al poder imperial y las propias corporaciones transnacionales, proceso de integración autónoma del poder monopólico y los grandes poderes fácticos globales, representan la esperanza de Integración del futuro, libres de ataduras neocoloniales, independientes de los organismos multilaterales FMI, BM, OMC, OCDE, BID; de las Bases Militares – OTAN -. Todo este proceso multidimensional, es posible en un escenario muy complejo, múltiple, polarizado, resultado del “Cambio de Época, Histórica”, la crisis capitalista global, estructural y el nuevo proceso de acumulación del capitalismo mundial. Por la "esquina del frente" la Alianza del PacíficoALPA - con los gobernantes de México Colombia, Perú  Chile, fundados íntegramente en la aplicación del Tratado de Libre Comercio – TLC, los cuatro países ahora son firmantes -, la aplicación y defensa – sobre la base del crecimiento macro-económico - de las políticas neoliberales – políticas injustas, desiguales, asimétricas, excluyentes, etc. – Bloque regional hoy que tiene la “santificación” del Imperio, su avance “divisionista”, consolidación institucional y reafirmación democrática liberal, representativa, es el mejor “parto” político del imperio en A.L. – reafirmación del patio trasero, que aún le interesa – y con seguridad contará con la bendición y colaboración de la OEA – organización en muerte acelerada – y el poder dominante, dictatorial y represivo de las corporaciones de Medios de Comunicación – hoy “verdaderos” partidos políticos de las clases dominantes que ejercen dictadura en tiempos de democracia.
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La Alianza del Pacífico, el Mercosur y la integración Latinoamérica.
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Adolfo Aguirre (ACTA)

ARGENPRESS. info jueves 6 de junio del 2013.

Suenan las campanas de la división en América Latina. Con la última reunión en Cali, Colombia, la Alianza del Pacífico – ALPA - (Chile, México, Colombia y Perú) anuncia un nuevo proceso de integración regional, aparentemente más dinámico, moderno y abierto que lo conocido (el MERCOSUR principalmente). Cuánto tiene de cierta esta alianza, cuánto de operación marketinera, y cuánto de viabilidad política y económica.

Comencemos primero por los datos de la realidad. Desde hace varios años, pero con especial fuerza desde la constitución formal en junio del 2012, la denominada Alianza del Pacífico – ALPA - busca ser un eje de promoción de la integración regional a través de tratados de libre comercio, en contraposición con el modelo del MERCOSUR, que si bien también promueve la apertura comercial, busca ser una unión aduanera con algunos elementos de complementariedad económica entre los socios y protección de los mercados internos. En la última reunión de la Alianza del Pacífico (ALPA), los países participantes, con el liderazgo de México y Colombia, decidieron eliminar los aranceles aduaneros en un 90 por ciento de los productos y con perspectivas de negociar la eliminación restante en los próximos meses. Este proyecto tiene como eje promover el libre comercio entre estos países y mirar con una perspectiva común al Pacífico, con eje en las potencias de países asiáticos. El MERCOSUR, en cambio, parte de una base más sólida (existe hace más de 20 años), ha sumado nuevos miembros (Venezuela recientemente y se negocia con Ecuador y Bolivia) y opera en algunos niveles como bloque unificado (en especial en acuerdos comerciales con terceros países o bloques). Sin embargo, en los últimos años se ha visto jaqueado por las discrepancias comerciales entre los dos grandes socios, Argentina y Brasil, y también por las justificadas quejas de los socios más pequeños, en especial Uruguay.

La situación no es tan sencilla, ya que no se trata de un simple duelo entre la ALPA y el MERCOSUR. Hay elementos claves que los oponen, en especial la característica ideológica de los gobiernos y la presencia de Estados Unidos, pero también hay diversos aspectos que interpelan a todos los países. En el aspecto comercial, cabe decir que tanto Chile, como Perú, Colombia y México tiene Acuerdos Preferenciales con el MERCOSUR, que llevan a una relación comercial muy cercana entre ellos. Chile tiene una economía íntimamente conectada con la Argentina, tanto como Colombia exporta gran parte de su producción industrial a Venezuela. Sumado a esto, Perú, Chile y Colombia son parte de la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) y, con sus diferencias, han estado alineados en la integración política promovida desde esta organización. Sin ir más lejos, luego de la muerte de Néstor Kirchner la Secretaría General de UNASUR quedó en manos de Colombia. A este dato sumamos la conformación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que sí integra México y cuya presidencia pro-témpore acaba de pasar de Chile a Cuba. La CELAC está compuesta por miembros de todos los gobiernos de América Latina y también se ha planteado como un espacio de unidad, en oposición a la presencia norteamericana en la región. En base a estas realidades, se torna complejo hablar de una competencia entre un supuesto grupo “bueno” (la ALPA) y uno “malo” (MERCOSUR), ya que la integración se viene construyendo en conjunto y las economías se conectaron entre sí mucho más en la última década que en el pasado.

La geopolítica tiene mucho que ver en la búsqueda de una oposición entre la ALPA y el MERCOSUR. Está el interés de Estados Unidos, que luego de la derrota sufrida a manos principalmente de Argentina, Brasil y Venezuela en la propuesta del ALCA, tomó el rumbo de los acuerdos de libre comercio bilaterales. Los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico han firmado el libre comercio con Estados Unidos. Este dato es relevante, e influye a la hora de analizar las posturas de los gobiernos. Para EEUU, la conformación de la ALPA tiene relevancia en su proyecto más global, el de competir con la potencia comercial que propone China. Esta perspectiva de EEUU tiene dos ejes: uno es el Acuerdo del Transpacífico, que agrupa económicamente a países del pacífico asiático (menos China) con sus pares latinoamericanos (todos los miembros de ALPA); la otra perspectiva es el acercamiento a través de un tratado de libre comercio con la Unión Europea (todavía en discusión). El inconveniente mayor de esta estrategia es que, si bien China tiene lazos comerciales principalmente con Argentina y Brasil, los países de la ALPA también han firmado acuerdos con China. Sin ir más lejos, Perú, Chile y recientemente Costa Rica firmaron tratados de libre comercio con ese país. De la misma manera la comunidad económica del sudeste asiático (ASEAN) firmó acuerdos comerciales con China sin la participación de EEUU.

La firma del acuerdo comercial entre los principales países del pacífico de América Latina tiene como contrapartida la expansión del MERCOSUR con nuevos miembros, confirmado ya Venezuela y en tratativas con Ecuador y Bolivia. Más allá de estos hechos, y tal como lo expresamos en esta columna, las coincidencias (políticas y económicas) en la actualidad latinoamericana, son mayores que las diferencias. La búsqueda de una competencia entre estos dos sectores (ALPA y MERCOSUR) en realidad trata de dividir el espectro y poner en duda los procesos de integración económica y política de nuestra región.

Está demostrado que los modelos únicos de integración (es decir aquellos que plantean una hegemonía de pensamiento y práctica) no han dado frutos. Este es el caso tanto para el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) como también, debemos decirlo, para la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) que se planteaba como alternativa. Los hechos dan prueba de que ninguno de los modelos absolutos han logrado imponerse y que lo que mejor han hecho los gobiernos actuales de la región es debatir y negociar en conjunto, aceptando los distintos paradigmas y a la par ir profundizando la integración regional.

Las potencias, y en especial Estados Unidos, siempre van a estar presentes buscando dinamitar los esfuerzos de integración autónomos. La promoción principalmente mediática de la Alianza del Pacífico como el nuevo bloque que confronta con el MERCOSUR es parte de una estrategia de división. Experiencias como la UNASUR y CELAC son una demostración de la capacidad de nuestros países de articular (aún con sus contradicciones) un proyecto común en la región. El camino es continuar profundizando ese proceso, aceptando visiones diversas y no buscando remarcar las diferencias, que a la larga sólo servirá para perjudicar nuestra independencia.
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Adolfo Aguirre es Secretario de Relaciones Internacionales de la CTA.



Alianza del Pacífico: ¿El nuevo club neoliberal?.

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José Fortique.

ADITAL  jueves 29 de mayo del 2013.

La VII cumbre de La Alianza del Pacífico,- ALPA - en Cali, ha revitalizado el debate sobre los diversos enfoques planteados para América Latina en materia de Acuerdos de Cooperación Regional. Las palabras del anfitrión, Juan Manuel Santos, evidencian el intento por romper con los modelos predecesores e instalar lo que él ha dado en llamar el nuevo "motor” de la economía regional. El grupo (fundado por: México, Chile, Perú y Colombia - ALPA - ) ha incorporado como miembro pleno en esta cumbre a Costa Rica, también participaron como observadores Uruguay, España, Canadá, Panamá y Guatemala, adicional de otras delegaciones del Pacífico.

De los discursos que circularon en la cumbre, se desprendió la intención en profundizar el proceso de negociación arancelaria, destinado a cumplir la anhelada meta del libre mercado, en desmedro de las demandas sociales o las asimetrías entre las economías involucradas. La tarea del corto plazo, implica la liberación del 90% de aranceles en forma poca discriminada, permitiendo crear un mercado de más de 216 millones de personas sin incluir los observadores, con una tendencia a la desregulación estatal en sectores estratégicos: de tipo agrícola o en los recursos naturales; un retorno al proceso de reestructuración neoliberal que tomo fuerza desde la década de los 70 a los 90 (época dorada de los Chicago Boy), propuesto como alternativa al cepalismo de Prebish acusado de proteccionista bajo el modelo de industrialización por sustitución de importaciones

La cumbre coincide con el papel activo de América Latina, en la agenda económica para el segundo período del gobierno de Barack Obama. Diversas cumbres de alto nivel se han celebrado con la región, involucrando al Vicepresidente Biden, el propio Obama en fecha reciente visitó a México y Centroamérica. Algunos especialistas en el tema geopolítico, señalan que la nueva estrategia de los EEUU con los TLC es contener a China, que ha demostrado fuerza con una diplomacia activa a nivel global. La visita del vicepresidente chino Li Yuanchao se sumará a una nueva del propio XI Jinping que escoge América Latina en el marco de su primera visita oficial a los EEUU y su segunda gira internacional como presidente. La creciente inversión china en América Latina, implica a sectores mineros y energéticos pero se ha diversificado a la infraestructura y con una abundancia financiera ha permitido a algunos países escapar de la hegemonía del Fondo Monetario Internacional para la capitalización

El nuevo club neoliberal, recurre a la versión neo-realista de los ACR con la fórmula de los Tratados de Libre Comercio, en antagonismo a la última década donde las propuestas como el ALBA, marcaron la agenda de ruptura en las relaciones con las transnacionales, privilegiando la participación del Estado y abriendo posibilidad a la participación de los movimientos sociales. El golpe de Estado en Hondura abrió la primera fisura a la integración "soberana” en Centroamérica, completada con el golpe en Paraguay dirigidos a frenar la exportación del modelo impulsado por Chávez y, bloquear su acceso a MERCOSUR donde aún se enfrenta a la amenaza de la derecha paraguaya. La mayoría de los miembros de la Alianza del Pacífico están incorporados en forma bilateral a TLC con los EEUU, permitiendo mantenerse como "cabeza de playa” a lo largo del continente, adicional cuentan con su venia para el ingreso al TPP como satélites para el control geoestratégico del pacífico asiático.

En la Cumbre del Mar del Plata de 2005 los movimientos sociales, con la anti-cumbre exigieron la sepultura del modelo neoliberal que Bush intentó imponer con el ALCA. La resistencia de gobiernos progresistas atajó el desmantelamiento estatal, recuperando el control de los recursos naturales. ¿Una resurrección del ALCA?, el control sobre México a través del TCLAN, la injerencia militar en Colombia, el manejo casi absoluto de Centroamérica con el DR-CAFTA, indican el estado de robustez de los dispositivos de vigilancia de carácter militar y político de los EEUU en algunas regiones del continente, pero esa salud tiende a empeorar cuando la decadencia del capitalismo anglosajón reduce a promesas las ventajas de sus TLC, la quimera del crecimiento por el libre mercado convierten sólo en optimismo las palabras de Santos en Cali, un peón en el tablero geopolítico de la partida que libran EEUU vs China, olvidando en su rompecabezas económico el papel vital de Brasil en la región (BRIChS).

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