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“En fin, nuestro presidente no parece ser la
persona más autorizada para descalificar a Nicolás Maduro, o a Lula,
o a Claudia Sheinbaum, a Gustavo Petro y Xiomara Castro.
Su referente es el magnate neoyorquino y, ahora, un nazi como José Antonio
Kast, que no sólo proviene de una familia identificada con el Tercer Reich,
sino que es uno de los más encendidos defensores de la dictadura asesina de Pinochet.
Su alusión al “reconocimiento internacional al coraje de María Corina
Machado, Premio Nobel de la Paz 2025” ignora que, al premiar a una cultora
del extremismo y la violencia política, a la abogada a la invasión de su propio
país, con la destrucción y muertes que tal cosa significa, han provocado una
repulsa internacional al Comité Nobel. Sin ir más lejos, Julián Assange
ha planteado una demanda a la Fundación Nobel por haber premiado a María
Corina Machado, y entre nosotros, un Nobel auténtico, Adolfo Pérez
Esquivel se ha manifestado en el mismo sentido.
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Fuentes: Página/12
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MILEI, DESINFORMADO Y PREJUICIADO.
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Por Atilio A. Boron | 27/12/2025 | Argentina
Sociólogo y Politólogo. Dr. En Ciencias
Sociales.
Maestro Universitario- Buenos Aires.
Argentina.
Fuente. Revista Rebelión sábado 27 de diciembre del 2025.
El discurso del presidente Javier
Milei en la clausura de la Cumbre del MERCOSUR en Foz de Iguazú fue
una previsible repetición de las consignas del anarcocapitalismo. Una primera
impresión que produce la lectura de sus palabras es lo alejado que está Milei
del mundo de la economía real. Tan ensimismado está con sus ocurrencias
pseudo-libertarias que no advierte contradicción alguna entre su diatriba
contra el proteccionismo y las tarifas aduaneras y las políticas
proteccionistas y de aranceles brutalmente elevados que practica su protector,
jefe, o patrón, o comoquiera que se lo quiera llamar: Donald Trump.
Ignora en su discurso que Estados
Unidos siempre fue proteccionista, desde su primer secretario del Tesoro, Alexander
Hamilton (1789) y que la época del libre cambio que se abrió recién después
de finalizada la Segunda Guerra Mundial y que culminó con la primera
Administración Trump fue una excepción en la historia de ese país y no
la regla. Ahora, con Trump 2.0 el país retornó a un proteccionismo
extremo y beligerante, cosa que parece no advertirse desde la Casa Rosada y
menos aún desde la Residencia de Olivos.
Tampoco parece haber tomado nota de un
dato elemental, que hasta los aficionados a la economía conocen muy bien: que
son varios los países de la Unión Europea que han jurado y perjurado que
jamás firmarán un acuerdo de libre comercio con el MERCOSUR porque dicho
arreglo arruinaría a los agricultores. Si las negociaciones con los europeos se
extendieron por veinte años no fue a causa de la inflexibilidad del MERCOSUR
sino por la sistemática negativa de algunos países europeos. Y lo que Milei
presenta como un gran fracaso ignora que las políticas del MERCOSUR impulsaron
la industrialización de sus miembros, sobre todo Argentina y Brasil, e
impulsaron un salto muy significativo en los intercambios intrazona, pasando de
unos 4.000 millones de dólares a comienzos de los 90s, poco después de firmado
el tratado constitutivo en Asunción, a unos 46.000 millones en 2022.
Más allá de estos antecedentes,
ignorados en el discurso de Milei, llama la atención su encendido ataque
al presidente Nicolás Maduro repitiendo, como un disciplinado alumnito de Donald
Trump, las calumnias y mentiras de su protector. Acusaciones como la de “narcoterrorista”
que carece de fundamento alguno. El tan meneado Cartel de los Soles no
figuró en ninguno de los documentos oficiales publicados por la DEA en los
últimos años, pero Milei sigue a pie juntilla el libreto que le marcan
desde Washington. Toda esta farsa es archiconocida por los estudiosos del tema.
Intensas campañas de satanización de quienes son tildados como enemigos por Estados Unidos es un componente crucial de la guerra cognitiva. Véase si no lo que decía a comienzos de siglo la Casa Blanca en contra de Saddam Hussein (“fabricación de armas de destrucción masiva), cosa que era negada por los propios inspectores de la ONU. En fin, Milei tendría que ser más cuidadoso y no mentar la soga en la casa del ahorcado porque si de “narcos” se trata su entorno inmediato y sus representantes políticos no parecen tener una “ficha limpia” que los exima de caer en tal calificación.
Pocas veces la historia
latinoamericana registra los niveles de cipayismo y lambisconería como los que
exhibió Milei en su discurso. Decir que
“la Argentina saluda la
presión de los Estados Unidos y Donald Trump para liberar al pueblo venezolano”
es una mentira gigantesca.
Que no hable por la Argentina sino por
sus compinches, que están destruyendo a este país. Dentro de EE. UU. la
aventura militar cuenta con la reprobación del 63 por ciento de los votantes y
a nivel latinoamericano, encuestas que incluyen a la Argentina, hablan de un
nivel de reprobación cercano al 80 por ciento.
Además, Milei habla de un
“experimento autoritario” en Venezuela, en circunstancias en que es público y
notorio que él, Milei, no cree en la democracia, y además su estilo de gobernar
plagado de insultos, aprietes, atropello a la división de poderes, compraventa
descarada de votos en el Congreso, ataques al periodismo independiente y
represión de la protesta social pacífica dibujan el contorno de un autócrata
delirante, que miente permanentemente igual que Trump. Se funden pymes y
empresas grandes, aumenta el desempleo, suben los precios de los servicios,
salarios y haberes jubilatorios a la baja y desplome del consumo, pese a lo
cual el milagrero argentino dice que estamos mejor que nunca. Seguramente le
pedirán la receta en otros países para lograr estos éxitos económicos.
En fin, nuestro presidente no parece
ser la persona más autorizada para descalificar a Nicolás Maduro, o a Lula,
o a Claudia Sheinbaum, a Gustavo Petro y Xiomara Castro.
Su referente es el magnate neoyorquino y, ahora, un nazi como José Antonio
Kast, que no sólo proviene de una familia identificada con el Tercer Reich,
sino que es uno de los más encendidos defensores de la dictadura asesina de Pinochet.
Su alusión al “reconocimiento internacional al coraje de María Corina
Machado, Premio Nobel de la Paz 2025” ignora que, al premiar a una cultora
del extremismo y la violencia política, a la abogada a la invasión de su propio
país, con la destrucción y muertes que tal cosa significa, han provocado una
repulsa internacional al Comité Nobel. Sin ir más lejos, Julián Assange
ha planteado una demanda a la Fundación Nobel por haber premiado a María
Corina Machado, y entre nosotros, un Nobel auténtico, Adolfo Pérez
Esquivel se ha manifestado en el mismo sentido.
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