“EL
AUMENTO DE LA DESIGUALDAD SOCIAL,
RECORRE EL MUNDO.
“A fines
del año pasado se conoció en Europa el libro del investigador francés Thomas Piketty, "El
capital en el Siglo XXI". La obra es todo un éxito de ventas y
ha producido un verdadero impacto en los
círculos académicos, intelectuales y políticos, tanto europeos como
estadounidenses. Esa ola expansiva llegó también a nuestro país y próximamente
conoceremos la edición en castellano.
Semanas
atrás fue presentado en Madrid, por
la secretaria general adjunta de Naciones Unidas, el "Informe de
Desarrollo humano 2014 (IDH/14)". El núcleo de este informe sostiene
que el nivel de desarrollo se ha incrementado a nivel global pero que el
progreso es muy frágil, tanto por las dificultades al acceso a los sistemas
de salud, educativo y a los sistemas sanitarios, como por la debilidad
en la esperanza de vida o el nivel medio de renta. Así crece el riesgo de
que un mayor número de persones caiga en la pobreza. Estas tendencias se han
agudizado a nivel mundial desde la crisis del 2008.
Pobreza y desigualdad.
Todos los
estudios disponibles muestran que los mayores niveles de pobreza y desigualdad
en el mundo tienen su contrapartida en una acumulación de riquezas y en un
"boom" de prosperidad que remite a los inicios del siglo XX. Cada
vez más una minoría de la población mundial es rica y una mayoría vive en
condiciones de pobreza y pobreza extrema.
Según el Informe de FAO 2010 "Estado
de inseguridad alimentaria en el mundo", 925 millones de personas
pasaban hambre, de estos el 60 por ciento son mujeres, 1.500 millones
vivían con un dólar diario y se registraban 200 millones de desocupados. De la
población mundial casi el 80 por ciento no contaba con una protección social
integral, el 12% padece hambre crónica y casi la mitad de trabajadores (más de
1.500 millones) tiene empleos informales o precarios.
La mayoría de quienes pasan hambre viven
en países en desarrollo, representan el 16 por ciento de la población
mundial y se concentran en regiones como el Asia y Pacífico, el Africa
subsahariana y del Norte y América latina. Un informe actualizado seguramente
diría que estos datos no se han mantenido, sino agravado. El IDH/14 advierte
que 800.000 personas que han salido de la pobreza en las últimas décadas
podrían volver a caer en ella, y nuevamente sumarse a los 1.500 millones
que viven en la miseria.
La contrapartida es que
el 5 por ciento de las personas más ricas del planeta se apropian de 114
veces los ingresos del 5 por ciento más pobre. Las mil personas más ricas
del mundo atesoran una riqueza personal mayor a la de 600 millones de personas
que viven en los países de menor desarrollo. Pero dentro de las primeras hay 85
personas, las más acaudaladas del mundo, que acaparan la misma riqueza que los
3.500 millones más pobres, la mitad de los habitantes del planeta.
En tanto en el otro extremo la desigualdad se nutre
de los trabajadores migrantes, de la precarización laboral, de las minorías
étnicas y de los grupos sociales marginados de la producción y el consumo, que
sufren déficit alimentario, baja escolaridad, baja esperanza de vida,
insuficiencias de los sistemas de salud y del bajo acceso a los servicios
esenciales.
También en EEUU.
A
mediados de este mes la presidenta de la Reserva Federal (FED), Janet Yellen,
manifestó su preocupación porque el crecimiento de las desigualdades en EEUU
trepó a su punto más elevado en un siglo. Según la FED entre 1989 y 2013 los
ingresos del 5 por ciento de los hogares estadounidenses más ricos crecieron un
38 por ciento mientras que los del 95 por ciento subieron solo un 10. La
distribución de la riqueza muestra porcentuales aún peores: si en 1989 el 5 por
ciento más rico se apropiaba del 54 por ciento, ese porcentual trepó al 63 en
2013.
Latinoamérica: la mayor desigualdad.
El continente
africano es el más pobre del planeta y comparte con el Asia meridional
liderar el ranking de zonas donde la pobreza es mayor. América latina se
ubica después de África.
Para la CEPAL, según datos del 2011, la
pobreza disminuyó en la región y las tasas son las más bajas de los últimos
treinta años. Sin embargo, aún persisten 167 millones de personas en
situación de pobreza, un 29.4 por ciento de la población. En nuestro país
las cifras no son demasiado confiables, pero es posible entre un 25 y 30 por
ciento de la población pueda considerarse pobre.
Sin embargo
América latina es el continente que alberga las mayores desigualdades sociales.
Luces y sombras de Piketty.
El éxito
comercial del libro de Piketty
radica en que expone en forma radical esta realidad global, ya en el prólogo
expone su conclusión política: "Ya
es hora de volver a poner la cuestión de las desigualdades en el centro del
análisis económico". Nuestro autor califica al capitalismo posterior
al ciclo dorado 1945-1975, al que autores como E. Mandel o E.P.Thompson calificaran como único e irrepetible, como
un sistema que reproduce y amplia las desigualdades, lo que podría socavar las
democracias liberales.
Su tesis principal es que
en todo este período histórico la tasa de ganancias del capital es superior a
la tasa de crecimiento de la economía, por lo tanto la riqueza se acumula más y
más. Sin embargo el análisis se centra en la distribución de los ingresos y
no en la acumulación del capital y en la explotación del trabajo. Y este es
tal vez su punto débil porque acumulación de riqueza no es sinónimo de
acumulación de capital.
Tanto la producción como el crecimiento están
relacionados a la capacidad (de producción /distribución) instalada. Esto es al
capital físico, por lo tanto se trata de que la riqueza se transforme en bienes
de capital. Lo que sucede en estos
tiempos es que la inversión es baja, por eso se recrean una y otra vez las
diversas formas de valorización financiera en detrimento de las productivas. En EEUU los 400 súper-ricos acumulan
una fortuna estimada en 2,2 billones de dólares, algo así como el PBI de
Brasil, sin embargo la transformación en bienes de capital es muy pobre, a tal
punto que se habla de "huelga de
inversores".
Dos enfoques.
Al
momento de enfrentar la desigualdad es necesario distinguir entre el enfoque
centrado en la distribución de los ingresos -como suelen hacer
centroizquierdista y populistas varios- del que se centra en la acumulación
y reproducción del capital -como lo hacen los marxistas-.
Para los
primeros se trata de sostener políticas públicas y fiscales orientadas a la
creación de empleo y mejoras en los ingresos. Un capitalismo humanizado,
socialmente responsable, "serio" si se quiere, es su paradigma.
Para los segundos la desigualdad es esencial al capitalismo, está en su ADN.
Puede achicarse o agrandarse la brecha según las etapas de la acumulación, pero
no erradicarse. Esto solo es posible cambiando las relaciones de producción
y transformando la sociedad.
Mientras
tanto, cuando entre nosotros hay tantos que se rasgan las vestiduras hablando
de la pobreza. Cuando a los pobres se los cuenta de arriba para abajo y de
abajo a arriba. Cuando más de un socio-tecnócrata vive de los pobres y cuanto
programa focalizado se ponga en práctica no es ocioso señalar que el problema
no es la pobreza. Que el problema es la riqueza que para concentrarse necesita
de la pobreza.
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CRECEN LAS DESIGUALDADES EN EL MUNDO,
ESPECIALMENTE EN ESTADOS UNIDOS.
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AFP.
Viernes 15 de diciembre del 2017.
Europa, África, Asia o América: “Las desigualdades
aumentaron en casi todas las regiones del mundo”, asegura un “informe sobre la
Desigualdad global”, que compara de manera inédita el reparto dela riqueza a
nivel mundial y su evolución.
Las desigualdades se
agravaron profundamente en el mundo desde la década de 1980, en particular en
Estados Unidos, según un informe publicado el jueves por un centenar de
economistas, que se muestran preocupados ante un posible empeoramiento de la
situación de aquí a 2050.
En Europa, África, Asia o el continente americano,
"las desigualdades aumentaron en casi todas las regiones del mundo",
asegura este "informe sobre la desigualdad global", que compara de
manera inédita el reparto de la riqueza a nivel mundial y su evolución desde
hace casi cuatro décadas.
Este fenómeno se desarrolló no obstante "a ritmos
diferentes" según las regiones, precisan los investigadores, que señalan
un fuerte aumento de las desigualdades en Estados Unidos, pero también en China
y en Rusia, países cuyas economías se liberalizaron significativamente durante
los años 1990.
Según el informe, dirigido principalmente por Lucas
Chancel (Paris School of Economics), Gabriel Zucman (Berkeley) y Thomas
Pikkety, autor del superventas "El capital en el siglo XXI", la parte
de la riqueza nacional en manos del 10% de los contribuyentes más ricos pasó
del 21% al 46% en Rusia y del 27% al 41% en China, entre 1980 y 2016.
En Estados Unidos y Canadá, este índice pasó del 34% al
47%, mientras que en Europa hubo una subida "más moderada" (del 33%
al 37%). "En Oriente Medio, en África subsahariana y en Brasil, las
desigualdades se mantuvieron relativamente estables", pero "a niveles
muy elevados", precisa el informe.
- Divergencia extrema -
En 2016, el podio de las regiones y países menos
igualitarios estaba formado por Brasil (55% de los ingresos nacionales en manos
del 10% más rico), India (55%) y Oriente Medio (61%), que perfila según los
autores un "horizonte de desigualdades" a escala mundial.
FP/Archivos / Issouf Sanogo. Un
hombre transporta el chasis de un vehículo en Abobo, barrio de Abiyán, el 1 de
diciembre de 2017
En esta última región, las desigualdades están
"sin duda subestimadas", subraya además el documento, que menciona
una contradicción entre las estadísticas oficiales de los países del Golfo y
"algunos aspectos de su política económica", como "el creciente
recurso a trabajadores extranjeros poco pagados".
En términos de evolución, la divergencia es además
"extrema entre Europa occidental y Estados Unidos, que tenían niveles de
desigualdad comparables en 1980, pero se encuentran actualmente en situaciones
radicalmente diferentes", señala el texto, realizado con la ayuda de un
centenar de investigadores de 70 países.
En 1980, la parte de la riqueza nacional en manos del
50% de los contribuyentes más pobres era casi idéntica en las dos regiones: un
24% en Europa occidental y un 21% en Estados Unidos. Desde entonces, esta tasa
se estabilizó en el 22% en lado europeo, y cayó al 13% en Estados Unidos.
Un fenómeno que se explica, según Thomas Piketty, por
"la caída de los ingresos más bajos" en Estados Unidos, pero también
por "una desigualdad considerable en materia de educación" y
"una fiscalidad cada vez menos progresiva" en este país. "Esto
muestra que las políticas públicas tienen un fuerte impacto en las
desigualdades", añade.
- Márgenes de maniobra -
La principal víctima de esta dinámica, según el
informe, que se apoya en 175 millones de datos fiscales y estadísticas
resultantes del proyecto wid.world (wealth and income database), es la
"clase media mundial".
AFP
/ Jonathan STOREY. Crecen las desigualdades en el mundo
"Desde 1980, el 1% más rico aprovechó el doble el
crecimiento mundial que el 50% más pobre", señaló Lucas Chancel en una
conferencia. Según él, los contribuyentes más podres han visto sin embargo
aumentar ligeramente sus recursos, lo que no fue el caso de la clase media,
cuyo "crecimiento de ingresos fue bajo".
¿Estas desigualdades van a agravarse o a atenuarse en
el futuro? En su informe, los autores anticipan un nuevo crecimiento de aquí a
2050, en base a las tendencias actuales. La parte de patrimonio de los más
ricos pasaría así del 33% al 39%, mientras que "la clase media
mundial" vería su parte de patrimonio "menguar", del 29% al 27%.
"Tal evolución no es sin embargo inevitable",
insiste Chancel. Según sus proyecciones, las desigualdades se agravarán más, si
todos los países siguen la tendencia actual en Estados Unidos, pero podrían
reducirse ligeramente si siguen la trayectoria de la Unión Europea.
"Hay márgenes de maniobra. Todo dependerá de las
decisiones que se tomen", concluye Pikkety, que juzga necesario un "debate
público" sobre estas cuestiones.
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