¿EL
CAMBIO CLIMÁTICO EN QUÉ SE DIFERENCIA DEL CALENTAMIENTO GLOBAL?
Normalmente
se utilizan los términos cambio climático y calentamiento global como
sinónimos, pero la realidad es que no son lo mismo. Te explicamos brevemente
sus significados. La Tierra se está calentado y la
evidencia es clara. El mundo vive un cambio climático, término utilizado con
frecuencia para comentar los estragos en el ambiente.
¿QUÉ ES EL CAMBIO CLIMÁTICO? Cualquier cambio significativo en
las medidas del clima que duren por un periodo de tiempo extendido, de acuerdo
a la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA ). Es así que el cambio climático incluye modificaciones
significativas en temperatura,
precipitación, patrones de viento, entre otros efectos, que ocurren durante
varias décadas o más.
¿QUÉ ES EL CALENTAMIENTO
GLOBAL.- El cambio climático no debe
confundirse con el calentamiento global. Este último se refiere al alza
reciente y continua en la temperatura media global cerca de la superficie
terrestre. La Tierra se está
calentado y la evidencia es clara. El mundo vive un cambio climático,
término utilizado con frecuencia para comentar los estragos en el ambiente. El calentamiento global es causado mayormente por “aumentos en las concentraciones de gases de efecto invernadero en
la atmósfera”, indica EPA. Asimismo,
el calentamiento
global está
provocando cambios en los patrones del clima.
El calentamiento global en sí es tan solo
un aspecto del cambio climático.
¿EL CAMBIO CLIMÁTICO ES REAL?.- La Tierra se está
calentando. La
temperatura media del planeta ha subido más de 7ºC en el siglo pasado, de acuerdo a datos de Estados Unidos. Científicos
proyectan que la temperatura media seguirá aumentando entre
1.1 º y 6.4º en este siglo. Si bien
aparentemente son pocos grados, estos pequeños cambios en la temperatura
implican modificaciones peligrosas en el clima .
EFECTOS DEL CAMBIO
CLIMÁTICO.- En muchos lugares las lluvias han aumentado y han ocasionado
inundaciones, mientras que en otras regiones, por el contrario, se han
producido sequías. Las olas de calor
son más frecuentes, causando más víctimas mortales, así como los incendios forestales.
ONU: el
cambio climático traerá más sequías, inundaciones e incendios. Terremotos, desglaciación
de los Nevados, etc. Los océanos se están calentando y
acidificando, mientras que los glaciares y los polos se están derritiendo. En
consecuencia, los niveles del mar están subiendo, y se teme que las ciudades
costeras sean las más afectadas en los próximos años.
La acidificación de los
mares acelera el calentamiento global.-
El cambio climático también
trae efectos en términos económicos: daña las cosechas y pone en riesgo la
producción alimentaria, y el aumento de desastres naturales también impacta en el Producto Bruto Interno (PBI) de las
naciones. El Banco Mundial calcula
que las pérdidas por los desastres naturales alcanzan los 3,8 billones de dólares desde 1980,
reporta Greenpeace España .
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DEL
CAMBIO CLIMÁTICO.- Son varias las causas – naturales y humanas – que pueden
provocar un desequilibrio en la temperatura de la Tierra.
–
Los cambios en el efecto invernadero
–
Las variaciones en la energía solar que llega al planeta
–
Las modificaciones en la reflectividad de la atmósfera y la superficie.
Los
cambios climáticos antes de la Revolución Industrial en el siglo XVIII se pueden explicar por causas naturales. Sin embargo, los científicos creen que el calentamiento
visto en el siglo XX responde a actividades
humanas. En el siglo pasado, las actividades industriales han significado
una descarga de grandes cantidades de
dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera. La
mayoría de estos gases de efecto invernadero provienen de la industria
energética. No obstante, la deforestación y otros procesos industriales, e
incluso, algunas prácticas agrícolas también los emiten.
¿CÓMO FUNCIONAN LOS GASES
DE EFECTO INVERNADERO? El efecto invernadero, la razón por
la cual la tierra se calienta.
Conócelo Los gases de efecto invernadero forman como una manta alrededor del
planeta que mantiene a la Tierra
caliente. Este proceso es natural y
necesario para la vida. Sin embargo, la
acumulación de un exceso de gases de efecto invernadero puede cambiar el clima y se vuelve pernicioso
para los ecosistemas y la salud de los seres humanos.
¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA
LUCHAR CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO?.- En la década del 90, la ONU creó la
Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que busca
reforzar la conciencia pública sobre los problemas relacionados con este
fenómeno. Hacia 1997 se firmó el Protocolo de
Kioto, en donde se establecieron medidas para luchar contra el cambio
climático. Actualmente se realizan las Conferencias
de las Partes o Cumbres del Clima, la última fue la COP 20 en Lima, que busca
un nuevo acuerdo vinculante para que los países limiten la emisión de los gases
de efecto invernadero. La nueva cita es este año en París. Sin embargo, cada
persona también puede contribuir con el planeta, reduciendo el uso de
automóviles, utilizando bicicletas, desenchufando los electrodomésticos,
reciclando, entre otras acciones.
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CAMBIO CLIMÁTICO, NO ME GRITES QUE NO TE VEO.
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Eva
García Sempere y Andrés Barrio.*.
Público.
Sábado
3 de marzo del 2018.
El pasado 13
de enero, la web Climate Home news filtraba un
borrador del informe que el IPCC (Panel Intergubernamental de Cambio Climático) está
elaborando para la próxima Cumbre del
Clima COP24, que se celebrará en la ciudad
polaca de Katowice. Este borrador, aunque sufrirá modificaciones hasta que
el informe definitivo vea la luz en octubre, deja muy a las claras lo que todos
y todas ya intuimos: que poco o nada se ha avanzado desde la cacareada Cumbre de París y que el
partido nos lo está ganando el cambio climático por goleada.
Según el informe, para no superar la barrera de los
1,5 ºC de aumento de temperatura a final de siglo, se
requerirá una rápida y profunda reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), ya
que las emisiones establecidas para 2030 bajo el Acuerdo de París son
superiores a los escenarios compatibles con el horizonte de 1,5 ºC. Como hemos
dicho, lo que todos y todas intuíamos.
La importancia de analizar los informes y estudios
del panel de expertos de la ONU,
como lo fueron los cinco anteriores desde que en 1988 empezó su andadura, es que no sólo nos llega la realidad
climática, sino también la realidad de las actuaciones que nuestros gobernantes
están realizando, limpios de polvo y paja de la publicidad y el boato que nos
visten las diferentes cumbres climáticas.
Además, nos muestran las consecuencias que esta
realidad lleva aparejadas. Pero la
pregunta es saber si nuestros gobernantes lo hacen o, mejor dicho, si escuchan
lo que la realidad climática y sus
consecuencias acarrean para el planeta y nuestra civilización tal y como la
conocemos. Porque aquí está el verdadero
quid de la cuestión: que de una vez por todas entendamos todos y todas que
el cambio climático, sus
consecuencias y las herramientas para pararlo no son cuestiones del medio ambiente sino que dependen de
decisiones políticas y de un cambio integral de modelo.
El informe rompe con el antiguo umbral de seguridad
climática de los 2ºC y se centra en
marcar por un lado las reducciones necesarias para no sobrepasar los 1,5ºC y, por otro, cuáles son los
diferentes escenarios existentes entre llegar al grado y medio y los dos grados
de aumento de temperatura desde la época preindustrial (1850-1900). Y es que,
ese “mísero” grado y medio de diferencia conllevaría un 10 % más de días con temperaturas extremas, un 25 % más de ecosistemas que se verán forzados a desplazarse a latitudes o altitudes más frías o un
incremento del 50% del estrés
hídrico a nivel mundial.
Pero aun
así, y con los datos del informe en la mano, llegar al grado y medio de
aumento de temperatura global ya acarrearía de por sí consecuencias como la
desaparición del hielo ártico en septiembre, la desaparición de grandes
cantidades de corales en las barreras marinas o el desplazamiento de 100 millones de personas, algo que, por otro
lado, ya está ocurriendo en la actualidad.
Como el cambio climático es una realidad física,
esta realidad nos ofrece una solución, que no es otra que la de no sobrepasar nuestro presupuesto de carbono. ¿Qué quiere decir con esto el
IPCC? Que no emitamos más Gases de
Efecto Invernadero (GEI) de los que conllevarían una concentración de CO2 atmosférico por
encima de las 450-500 ppm, en
función de la cantidad de CO2 que
el planeta es capaz de fijar,
absorber o transformar a través del ciclo del carbono.
Aquí el IPCC se pone el
uniforme de inspector de hacienda y nos reduce ese presupuesto muy por debajo
de lo que hizo su quinto informe para la Cumbre
de París. Si en aquel informe nos daba un presupuesto de 1.000 Giga Toneladas de Carbono (Gt CO2eq)
acumuladas para todo el siglo XXI, en este nos da un presupuesto de 390 Gt CO2eq para
tener un 66% de posibilidades de no llegar al aumento de 1,5ºC o de 590 Gt CO2eq para tener un 50%, a contar desde el 1 de
Enero de 2016.
Para que nos hagamos una idea de cuál es la premura
en aplicar medidas de reducción de emisiones, en 2015 y de acuerdo a los datos que el Centro de Estudios
Atmosféricos Global (EDGAR) pasó a la Comisión Europea, las emisiones antropogénicas fueron de 36,2 Gt CO2eq y
para este 2017, se esperan que sean de 41 Gt; multipliquen ustedes por 10 años
y obtendrán por si mismos la respuesta.
Ante esta realidad, ¿qué? Pues en nuestra humilde opinión, mientras sea más
noticia que llueva o nieve a que no lo haga, o tengamos más miedo a que nos
atropelle una bicicleta que a que la gente no la use, pues mal vamos. La sordera es antológica y catastrófica,
porque gritar se grita y mucho.
La semana pasada conocíamos otro estudio, en este
caso hecho por doctores de la Universidad
de Newcastle, donde analizaban sobre 571
ciudades europeas las consecuencias del cambio climático según los
escenarios marcados por el IPCC. En
él concluían que las ciudades del sur de
Europa iban a sufrir un 69% más
de episodios de calor extremo, con
episodios de sequía catorce veces más radicales que los sufridos hasta
ahora con lo que esto supone para
nuestra salud, reservas hídricas y modelos de producción y económicos.
Debemos tener claro que, como Santiago
A. Cantalapiedra describía en su prólogo del libro Cambio Climático S.A., “hemos pasado de la era de lucha contra el
cambio climático, a la era de las consecuencias” y debemos hacernos cargo
de ellas de la forma más rápida y socialmente justa posible.
Pero los
gobiernos se han dedicado a lo contrario, a continuar con su lógica capitalista de acumulación de
riqueza y recursos, subiendo la Frontera a latitudes cada vez más altas
donde, por acción u omisión, España,
como “zona cero europea del cambio
climático” está a un tris de quedarse fuera de ese primer mundo climático.
Los procesos
de desertización y el aumento de los ciclos de sequía nos hacen
más vulnerables que el resto de países de Europa,
algo ante lo que nuestro presidente, M.
Rajoy, está haciendo de Richard
Pryor en aquella película en la que hacía de un sordo que se enteraba de
todo. Mariano hace como que no existen los problemas en la producción de
alimentos y escasez de agua en la
región mediterránea, cuenca del Ebro,
Tajo o Guadalquivir, lo que daña al sector turístico el aumento del nivel
del mar con su pérdida de playas o falta de agua en zonas principales, o como
si de hilillos fueran los incendios de Galicia,
Asturias, Andalucía o Castilla y León.
Mientras tanto, confirma que no se cumplirán los
objetivos marcados para el horizonte 2020, retrasa la Ley de Cambio Climático, el autoconsumo y frena la transición
energética. Financia con más de mil
millones infraestructuras de gas o hace trampas legales a la hora de calcular
las emisiones de GEI, poniendo de
referencia 2005 para que las cuentas le salgan a devolver.
No hagamos
como Mariano. Exijamos las transiciones justas e inminentes, descarbonicemos nuestras vidas para que
estas sigan siendo vidas y pasémonos al lado de los que gritan frente a los que
no quieren oír. El
cambio climático ha venido para quedarse y sólo con mayorías sociales
que exijan los cambios políticos y de modelos
necesarios para mitigarlo podemos hacer frente al futuro sin dejarnos a nadie
atrás.
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EVA GARCÍA SEMPERE es Coordinadora del Área Federal
de Medio Ambiente de IU y diputada de Unidos Podemos, y ANDRÉS BARRIO es
oceanógrafo e ingeniero medioambiental.
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