MERCADERES DE LA MUERTE.- Las negociaciones de paz para Colombia
están lentas. El grupo
terrorista Daesh realiza atentados en Siria, Túnez, Francia y la lista sigue.
Hay agresiones internacionales contra Yemen. Estados Unidos tiene en su haber una larga lista de guerras, pareciera
que nunca ha tenido paz. Pero la guerra, decía Paul Valery, es una masacre entre personas que no se conocen para
que ganen personas que si se conocen y no se masacran. Dicho de otra manera: la
guerra es un negocio. El TCA, Tratado de
Control de Armas de la Unión Europea prohíbe la venta de armas cuando se
sabe que serán utilizadas para cometer atrocidades. Sin embargo no entra en
vigencia porque muy pocos países lo han firmado. España ha sido el primero en hacerlo, el 2 de abril del 2014, pero
sus ventas de armas han aumentado desde entonces. Curiosa la premura por firmar
tratados comerciales y la lentitud cuando se trata de control de armas.
Es más, España es uno de los países que le compra armas a Israel.
Israel exporta aproximadamente tres cuartas
partes de su producción militar a más de cien países. Su aparato de defensa y seguridad es altamente dependiente de esas
exportaciones, que reducen considerablemente los costes de adquisición de
material por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad israelíes, dado que
permiten exportar la producción excedente y reducir así los costes por unidad
de producción. La lista de principales
exportadores la encabeza EE.UU. (31 por ciento), seguida de Rusia (27), China
(5), Alemania (5), Francia (5) y Reino Unido (4). El 2013 la Unión Europea exportó 36,700 millones de euros en
armas. Pero los Estados
Unidos, Rusia y China concentran el 63%
de las ventas y están fuera de la UE. Cojan lápiz y papel y hagan sus
operaciones. Es una millonada criminal.
En 2014, el gasto mundial total en defensa aumentó por sexto año
consecutivo, pasando de 56.800 a 64.400
millones de dólares. Las ventas de armas y de servicios militares por parte
de las principales empresas productoras de armas alcanzaron los 402.000 millones de dólares en 2013
según los datos sobre producción internacional de armas publicados por el SIPRI: Instituto Internacional de Estudios
para la Paz de Estocolmo.
Resulta penoso también relacionar los volúmenes de venta con la
transparencia de las negociaciones.
La posibilidad de saber a quién se vende, cuanto, qué uso final tendrán las
armas. Los países más transparentes son
los que menos ventas realizan: Suiza.,
Alemania, Serbia, Reino Unido y Países Bajos. Estados Unidos, que está primero en la lista de vendedores, está en
puesto 15 en transparencia. Jamás sabremos si le venden al mismo tiempo armas
al gobierno colombiano y a las FARC, a
Daesh y a Asaad. La mayor parte de
los compradores son países violadores de los derechos humanos y el derecho
internacional humanitario. De hecho el mayor comprador de armas es Arabia Saudí. Curiosa doble moral de
quienes critican la falta de libertad de las mujeres árabes y protegen al
Estado más opresor. No sólo son las mujeres. Las autoridades de este país llevan décadas cometiendo violaciones
graves y sistémicas de derechos humanos. Todo
el poder se concentra en la oficina y la persona del Rey de Arabia Saudí, y
no existe una separación real de poderes en el país. En los últimos dos años se
ha aplastado sin piedad a la incipiente sociedad civil y a las organizaciones
independientes de derechos humanos.
Arabia
Saudí es un aliado importante de EE.UU. y los países occidentales, y desempeña
una función
fundamental como uno de los mayores exportadores de petróleo. Como tal, ha
tenido apoyo político de EE.UU. y los
países de la UE, que son propensos a hacer caso omiso del deficiente
historial saudí en material de derechos humanos y de su función como país que
apoya y proporciona armas y dinero a grupos
armados no estatales implicados en abusos graves contra los derechos humanos
en Oriente Próximo y el Norte de África y otras regiones. Así que parece que en todo esto nos hemos
repartido las funciones: son sus guerras, son nuestros muertos. Por Daniel
Mathews / resumen.cl.
/////
MERCADERES DE LA MUERTE,
GANADORES DEL AUMENTO DE CONFLICTOS.
*****
Thalif Deen.
IPS.
Rebelión jueves 15 de marzo del 2018.
Los cinco mayores proveedores de armas coinciden
con cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU que,
irónicamente, abogan por una coexistencia pacífica y defienden los principios
del desarme.
“No tienen escrúpulos en, simultáneamente, vender armas mortales en
zonas de combate”, ridiculizó un diplomático de la ONU (Organización de las
Naciones Unidas) que pidió reserva de su identidad.
A China, Estados Unidos, Francia y Rusia se les
suma Alemania, que desde hace tiempo trata de conseguir un asiento permanente
en el máximo órgano de seguridad de la ONU, según un informe publicado el 12 de
este mes por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo
(Sipri).
Cuando hay guerras, no gana ninguna de las partes
enfrentadas, sino los comerciantes de armas, llamados mercaderes de la muerte
por los pacifistas.
Los conflictos aumentan y con ellos, el hambre de
armas convencionales como lo prueban los seis años de guerra civil en Siria,
donde las múltiples facciones enfrentadas reciben armas de Estados Unidos,
Rusia o Irán.
Pero también está el conflicto en Yemen, que ya
lleva tres años, donde Arabia Saudita emplea armas estadounidenses de forma
indiscriminada, en gran medida contra la población civil.
Además, se mantiene el conflicto palestino-israelí,
que transformó al estado judío en una potencia militar, muy superior a la de
todos los países árabes juntos.
También llegan armas sin interrupción a Egipto,
Libia, Líbano, Irán, India, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Afganistán y
Pakistán.
Las armas comercializadas incluyen aviones de
combate avanzados, vehículos aéreos no tripulados, misiles, buques de guerra,
tanques, vehículos blindados para transporte de tropas, artillería pesada y
armas pequeñas.
Los cinco mayores proveedores de armas fueron los
responsables de 74 por ciento de las exportaciones en el período 2013-2017,
según datos de Sipri.
Y el quinto miembro permanente del Consejo de
Seguridad, Gran Bretaña, no los sigue de lejos. Londres cerró un acuerdo
armamentístico con Arabia Saudita por 5.000 millones de dólares en la primera
semana de marzo, como informó el diario The Wall Street Journal el 10 este mes.
Solo los países de Medio Oriente, la mayoría
destruidos por las guerras, aumentaron a más del doble la compra de armas en
los últimos 10 años, indica Sipri.
A pesar de las preocupaciones por las violaciones a los derechos
humanos, “Estados Unidos y los países
europeos siguen siendo los principales exportadores de armas a la región,
responsables del suministro de 98 por ciento de las armas importadas por Arabia
Saudita”, señaló Pieter Wezeman,
investigador del programa Gasto Militar y de Armas de Sipri.
Los actuales conflictos armados en Yemen, Siria,
Iraq, la región egipcia de Sinaí, Libia, Palestina, Líbano y Turquía y la idea
de que la fuerza militar es un importante instrumento, sino el principal, para
lidiar con ellos, son las razones de la mayor demanda de armas en la región.
Además, las guerras se vinculan con las
aspiraciones de varios países de convertirse en potencias regionales, en
particular Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Turquía que, a su
vez, instalan la profunda sensación de amenaza entre Arabia Saudita y Emiratos
contra Irán, y entre Israel e Irán.
Y el enfrentamiento entre Arabia Saudita, respaldado
por Emiratos, y Qatar refleja la rapidez con que aumentan las tensiones, aun
entre países que eran aliados hasta hace poco.
“La preparación para esas tensiones imprevistas es probablemente el
motivo de que los regímenes de la región se modernicen o, en el caso de Qatar,
amplíen su arsenal”, observó Wezeman.
La compra de armas ha demostrado poca efectividad
en la disuasión de conflictos. La sensación de seguridad, además del prestigio
y de la oportunidad que el comercio de armas ofrece a la corrupción, son otras
razones que explican el actual comercio de armas.
Los nuevos datos de Sipri confirman una tendencia
perturbadora, Estados Unidos amplía la distancia que le lleva en este sector a
Rusia, el segundo mayor exportador de armas en el período 2013-2017, indicó
Natalie J. Goldring, del Programa de Estudios de Seguridad de la Facultad
Edmund A. Walsh de Servicio Exterior, de la Universidad de Georgetown.
Estados
Unidos mantiene el título de “principal mercader de la muerte”. Los
fabricantes estadounidenses suministraron más de una tercera parte del valor de
las mayores armas convencionales dispersas por el mundo entre 2013 y 2017,
precisó.
“La situación no parece mejorar pronto”, pues el gobierno de Donald Trump parece promover el plan
“compre estadounidense”, que en la práctica se traduce en considerar a las
armas como si fueran cualquier otro producto.
Parece que Trump
continuará con la lamentable tendencia de los anteriores gobiernos de ejercer
muy poco control sobre las armas de fabricación estadounidense, observó Goldring, quien también representa al
Instituto Acrónimo de las Naciones Unidas en materia de comercio de armas
convencionales.
Una señal positiva es que el “Congreso
(legislativo) adopta una visión más crítica sobre algunas exportaciones de
armas”, indicó.
“En el verano (boreal) pasado le faltaron tres votos para aprobar una
resolución que impidiera la venta de municiones de alta precisión a Arabia
Saudita”, ejemplificó Goldring.
“Si con más armas, las personas estuvieran más seguras, Medio Oriente
debería ser un lugar notoriamente pacífico. Pero lo contrario parece estar más
cerca de la verdad”, apuntó.
India fue el mayor importador de armas entre 2013 y
2017 con 12 por ciento del total, seguida de Arabia Saudita, cuya compra
aumentó en 225 por ciento, en comparación con el período 2008-2012, según
Sipri.
Las armas importadas por Egipto, en tercer lugar,
aumentaron 215 por ciento, seguido de Emiratos, en cuarto lugar, mientras Qatar,
en el lugar 20, aumentó sus importaciones y suscribió varios importantes
acuerdos en el mismo período.
“Las tensiones entre India, por un lado, y Pakistán y China, por otro,
incentivan la creciente demanda india de grandes armas, ya que sigue sin poder producir”, explicó Wezeman.
En cambio,
China, tiene cada vez más capacidades de producir sus propias armas y sigue
fortaleciendo sus relaciones con Pakistán, Bangladesh y Myanmar (Birmania) a
través del suministro de armas.
Y Medio Oriente, explicó Wezeman según los datos de
Sipri, aumenta sus importaciones de uso militar, que incluyen a las fuerzas
paramilitares como la policía militarizada o las llamadas fuerzas internas de
seguridad, que existen en casi todos los estados de la región.
Casi todos los países de la zona tienen conflictos
armados. Muchos, tanto internos como intervenciones en el extranjero.
El uso de armas pesadas en conflictos internos es
común en las operaciones turcas contra grupos kurdos, entre los diferentes
grupos en Siria, en las fuerzas estadounidenses y europeas contra el Estado
Islámico, en las fuerzas egipcias en el Sinaí, en Israel contra el libanés
Hezbolá y el palestino Hamás, y en Iraq y Yemen.
Los acuerdos de armas para operaciones internas
contra fuerzas rebeldes o contra la oposición desarmada también son
sustanciales.
Un ejemplo
típico es la venta de un gran número de vehículos blindados, fabricados en Canadá, para la Guardia Nacional Saudí por
10.000 millones de dólares, señaló Wezeman.
Traducido
por Verónica Firme.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario