ANDES
MANUEL LÓPEZ OBRADOR: “NO TENGO DERECHO A FALLAR AL PUEBLO DE MÉXICO” JURÓ NUEVO PRESIDENTE. LÍDER de la “CUARTA
TRANSFORMACIÓN.- El presidente de MÉXICO dibuja su
sexenio con una agenda ANTICORRUPCIÓN que rechaza juzgar los delitos del
Gobierno de Peña Nieto. /Presidente primer gran “error”, primer paso negativo
en su lucha contra la CORRUPCIÓN. En MÉXICO es HISTÓRICA, ESTRUCTURAL, MÚLTIPLE
y de ALTA COMPLEJIDAD, todo en relación con la captura del PODER. Por algo
Señor Presidente es la CUARTA TRANSFORMACIÓN – no ceder un milímetro a los
CORRUPTOS Y TRAIDORES A LA PATRIA. Cuidado Peña Nieto NO es un Angelito. Al frente suyo, Presidente están
los restos de los 43 Alumnos Normalistas Rurales de Ayopzinapa, reclamando ante
el mundo JUSTICIA. Sus Padres exigen la VERDAD.
LA DENOMINADA
CUARTA TRANSFORMACIÓN ha puesto en marcha su reloj en México. Andrés Manuel López Obrador se convirtió oficialmente en presidente este
sábado a las 11.20 de la mañana. La ceremonia de traspaso de poderes culminó un
largo camino que el POLÍTICO DE IZQUIERDAS comenzó en julio de 2005 y que
incluyó dos intentos fallidos de hacerse con el poder.
Más de 13 años después, y al fin con la banda tricolor sobre el pecho, el LÍDER
del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) dibujó en su primer discurso un proyecto que
pretende delo neoliberal aplicado en 36
años, sino también por el predominio de la más inmunda corrupción pública y
privada… Lo digo con realismo y sin prejuicios, la política económica ha sido
un desastre, una calamidad para la vida pública del país”.
EL PRIMER MENSAJE
DEL POLÍTICO, desde la tribuna de la Cámara
de Diputados de San Lázaro, en el
centro de la capital mexicana, fijó su hoja de ruta para un Gobierno de seis
años. Fue un largo discurso que abarcó desde su programa social hasta la
promesa de poner fin al fracking y a los transgénicos.
No obstante, en el centro del mensaje está la promesa de poner FIN A LA
CORRUPCIÓN y dar un cambio ejemplar en el reflejo que el poder da a la CIUDADANÍA
en un país acostumbrado a ver a sus políticos rodeados de opulencia y riqueza. “Nada ha dañado más a MÉXICO que la
deshonestidad de los gobernantes y la minoría que ha lucrado con el
influyentismo”, afirmó el mandatario. Minutos después agregó: “¡No tengo derecho a fallarle al pueblo de
México! Nada material me interesa y no me atrae la parafernalia del poder. Soy
consciente de la gran expectativa que tienen los mexicanos”.
“NO INICIA UN CAMBIO DE GOBIERNO, ES UN CAMBIO DE RÉGIMEN POLÍTICO. Una transformación política y ordenada, pero al mismo tiempo pacífica y radical”, siguió. A pocos minutos de iniciar su gestión, LÓPEZ OBRADOR se autoproclamó protagonista de un momento estelar de la historia de México. Este momento seguiría, según el ganador de los comicios de julio con 30 millones de votos, a la INDEPENDENCIA DE MÉXICO (1810-1821) “que luchó por abolir la esclavitud y alcanzar la soberanía”; LA REFORMA (1858-1866) “en la que predominó el poder civil y restauró la república”; y LA REVOLUCIÓN (1910-1921) “donde se luchó por la justicia y la democracia”. López Obrador prometió convertir la honestidad y fraternidad en forma de vida y Gobierno. Pablo Raúl sábado1 de diciembre del 2018.
1/.- Asumió la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) "Acepto el reto, no tengo derecho a fallar". López Obrador, Presidente de México, Hombre de Izquierda Democrática, y su Movimiento Político MORENA. Luego de 36 años de gobiernos conservadores y neoliberales. En su discurso inaugural se comprometió a luchar contra la CORRUPCIÓN y MEJORAR LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA. México después de BRASIL es el País de Mayor DESIGUALDAD Económico-Social de la REGIÓN
2/.- Investido
como presidente constitucional, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) expresó: “Acepto el reto. No tengo derecho a fallar.
Bajo ninguna circunstancia habré de reelegirme”. Y anunció la separación definitiva del poder público del
poder económico que, acusó, durante décadas se alimentaron mutuamente al
cobijo del modelo neoliberal, que “resultó
una calamidad” para México, envenenó con la CORRUPCION las INSTITUCIONES, la
violencia e inseguridad, la narco-política destruyeron la DEMOCRACIA, y un
ESTADO INVIABLE un NARCO-ESTADO.
3/.- Real y objetivamente Presidente LOPEZ OBRADOR, hoy y mañana – los 6 años como Mandatario de MÉXICO, NO TIENE DERECHO A FALLAR. Millones de Ciudadanos, hombres y Mujeres, tienen en Usted la esperanza de rescatar el DERECHO AL FUTURO, de forjar desde los cimientos sociales LA CONFIANZA de la CIUDADANÍA - como columna vertebral, de la DEMOCRACIA y la POLÍTICA- en la lucha contra la CORRUPCIÓN, la DESIGUALDAD económico-social y las bandas armadas del NARCO-TRAFICO. Una esperanza política para NUESTRA AMÉRICA, la PATRIA GRANDE. Pablo Raúl sábado 1 de diciembre del 2018.
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Presidente Andrés Manuel López Obrador -AMLO - desde el Norte, la Liberación Social y Política de México, de las garras destructivas del neoliberalismo - no es un cambio de gobierno, sino un cambio de sistema político - ha expresado, como Política Central de Gobierno. La gran esperanza, de no fallar a su pueblo e impulsar mirando hacia América Latina, la Integración Soberana de nuestro Continente, la Patria Grande.
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¿RENACE
CON AMLO EL SUEÑO DE INTEGRACIÓN SOBERANA DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE?.
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Javier Tolcachier.
ALAI. América latina en Movimiento.
Martes 4 de diciembre del 2018.
En un ambiente signado por la
esperanza de millones de mexicanos, asumió
la presidencia de México Andrés Manuel López Obrador. Esperanza impulsada
por la promesa histórica de una cuarta revolución que mejore las condiciones de vida
de las mayorías, que acabe con la violencia
y la degradación institucional en la que sucesivos gobiernos neoliberales, atados al yugo
estadounidense, han dejado al país.
Su mandato pretende inspirarse en
figuras señeras de la historia política del país, como lo indica la nueva
imagen institucional del Gobierno. En ella están Miguel Hidalgo y José María Morelos, próceres en la lucha contra el
imperio español; Benito Juárez, hijo
de indígenas zapotecas y presidente liberal de la Reforma; Francisco Madero, referencia política de la Revolución de 1910 contra la dictadura porfirista y el general Lázaro Cárdenas del Río, quien
impulsó la reforma agraria, nacionalizó
el petróleo y dio asilo a miles de perseguidos luego de la guerra civil
española.
Sin
duda, una herencia de inclusión y
derechos sociales, de soberanía y dignidad. Un legado de unidad nacional y
transformación valiente que intentará sobreponerse a un horizonte plagado de
obstáculos.
Silvio Rodríguez,
invitado a la finca de AMLO en Palenque a modo de musa inspiradora, trasmitió el desafío del
flamante gobierno con un poema de su connacional cubano Nicolás Guillén. Para hacer esta muralla, tráiganme todas las
manos, los negros sus manos negras, los blancos sus blancas manos…, recitó el
trovador, en clara alusión a una orientación de resistencia a los muros
racistas y fascistas.
Mientras
tanto, en la porteña Buenos Aires,
otra muralla de gendarmes y vallas blindaban la reunión G-20 de jerarcas mundiales y otras especies menores. Allí,
como no podía ser de otro modo, el presidente saliente Peña Nieto ejecutaba su último gran acto de entrega neoliberal, la firma del nuevo tratado
comercial T-Mec (USMCA por sus
siglas en inglés) entre México, Canadá y
Estados Unidos, apenas una renovación forzada del viejo NAFTA.
La esperanza de retomar la senda virtuosa.
La
presencia de varios presidentes y líderes de izquierda como Evo Morales Ayma,
Nicolás Maduro, Miguel Díaz Canel o Manuel Zelaya, simbolizaron la esperanza con la
que revolucionarios y el progresismo
latinoamericano miran hoy hacia su propio Norte. Un horizonte de anhelos
necesario luego de la dura derrota ante el fascismo
en Brasil.
¿Marca la presidencia
de AMLO la posible
recuperación del sueño de soberanía de América Latina y el Caribe? ¿Es el
posible inicio de una nueva “oleada” – al decir de García Lineras – de gobiernos alineados con sus pueblos y no con
los amos del capital? ¿Podrá el nuevo gobierno mexicano tender puentes, marcar
nuevamente los trazos de una integración regional hoy desdibujada por el
imperialismo?
Aunque
sea demasiado pronto para afirmarlo con certeza, para elucidar parcialmente
estos interrogantes bien vale dar una mirada al panorama regional que se
avecina, para entender los retos que tendrá que afrontar América Latina y el Caribe en su sinuosa marcha hacia la
emancipación.
Lo previsto y lo imprevisto.
En la arena de la
institucionalidad democrática,
en pocos días se llevarán a cabo elecciones municipales en Venezuela, en las que además del PSUV y sus partidos aliados,
algunos partidos opositores o locales podrían obtener un buen resultado. Más
allá de eso, el gobierno bolivariano
continuará en el intento de volver a la mesa de negociación con la oposición,
para distensar una guerra económica que no da tregua. Es evidente que el
panorama sigue siendo complicado dado que Estados
Unidos ha fortalecido su retaguardia en la región, contando ahora con una
derecha militarista y macartista en el poder en el vecino Brasil.
Como
contrapeso a la consolidación del esquema
golpista en Brasil, el éxito en la gestión de gobierno de López Obrador y la posibilidad de
concertar un ambiente de menor agresividad a través de una política exterior dialoguista, serán un gran aporte.
Si
bien la paz regional es el primario,
las fuerzas progresistas latinoamericanas deberán apoyar también con compromiso
a la revolución bolivariana en sus
esfuerzos por reconducir la situación económica del país. A la estrategia de
sometimiento neocolonial le resulta casi tan útil el derrocamiento del gobierno
de Nicolás Maduro, como culparlo de
las penurias económicas del país, difamando a Venezuela como un experimento fallido de modelos socialistas para
anular la imagen de que hay alternativas a la barbarie capitalista.
Presidente Evo Morales de Bolivia, la esperanza y la realidad de mantener, la Antorcha Revolucionaria y Democrática de la Integración Soberana de Nuestra América, La Patria Grande.
***
Dicho
esquema de propaganda no será tan fácil en Bolivia,
país que junto a Paraguay proyectan
el mayor crecimiento económico para este año, alrededor de un 4,3% según la CEPAL. En su último
informe “Estudio Económico de América
Latina y el Caribe 2018”, la Comisión destacó las políticas del gobierno de
Evo Morales
basadas en la inversión pública y el consumo interno, señalando además entre
otros factores positivos su bajo nivel de emisión de deuda en relación a otros
países de la región.
Pese
a ello, los sectores conservadores
no cejarán en arremeter en las primarias y generales de este año contra una nueva
reelección del binomio Morales-García Lineras. Las estratagemas de
manipulación de la oposición serán todas las conocidas y acaso más, ya que la
situación objetiva habla a favor del actual gobierno.
Una
parada difícil tendrá el FMLN en el
Salvador para continuar en el gobierno y obtener mayoría parlamentaria el 3
de febrero. En apariencia, las mejores posibilidades de triunfo las tienen por
ahora el ex alcalde de San Salvador
Nayib Bukele, expulsado del FMLN en
2017 en puja contra el candidato del partido derechista ARENA, Carlos Calleja. Esto
constituiría un nuevo revés para la izquierda en la región y por supuesto para
los bloques de integración regional soberana.
En Centroamérica estará también en juego el poder
ejecutivo de Panamá (en Mayo) y Guatemala (en Junio). Aunque no es
posible aún realizar vaticinio alguno, la mayor parte de los contendientes
pertenecen a partidos del establishment y a la derecha, lo cual no permite
alentar optimismo sobre cambios positivos.
Además
de todo esto, en la vecindad subregional es previsible lo imprevisible. La
debilidad del gobierno de Hernández en Honduras, el desmejoramiento social en Costa Rica, la agresión estadounidense
contra Nicaragua, el tema migratorio
y la contienda entre China y los EEUU
por prevalecer, hacen de Centroamérica un polvorín inestable en el que podría
haber variaciones no inscritas en calendario.
Lo
mismo podría suceder en Haití, si
las manifestaciones y la impopularidad de Moise
continuaran subiendo de tono.
Otro
momento clave ocurrirá en octubre, cuando – además de las elecciones en Bolivia ya mencionadas- se elija un
nuevo gobierno en Uruguay y Argentina.
En el país charrúa, también se perfilan dificultades para la continuidad
del Frente Amplio, luego de tres
ciclos consecutivos en el poder.
En Argentina, el desprestigio del actual gobierno neoliberal de Macri es muy grande,
pero la alternancia hacia un gobierno popular de raigambre peronista no
está asegurada. Los medios monopólicos y el gobierno de Estados Unidos jugarán allí muy fuerte, dividiendo y ensuciando la
imagen pública de la oposición. Sólo un potente movimiento popular unificado
logrará contrarrestar allí la catástrofe de una nueva victoria del poder
concentrado.
Dentro de la
inestabilidad regional
se inscriben también la enorme fragilidad del sistema político
peruano, apenas mitigado por un Vizcarra
navegando entre rocas afiladas y la pérdida
de legitimidad institucional del gobierno de Lenin Moreno en Ecuador, ocultada por los medios hegemónicos. Si la
situación económica desmejora por el ajuste iniciado, acabaría por encenderse
la chispa de la indignación, lo cual
según la historia de este lugar podría incendiar la pradera velozmente.
¿Qué sucederá con la integración regional?.
Los
pueblos del mundo se ven hoy confrontados con la falta de salidas que ofrece el
capitalismo, la incertidumbre futura y
la inseguridad generalizada. En el trasfondo subjetivo las personas sufren
la asfixia de la globalización cultural, la extrañeza que producen los cambios
veloces y la angustia de un modelo de sociedad que promueve la ruptura de
lazos, la competencia individualista y el consumo irracional.
A
ello se suma en América Latina la
desmoralización insuflada por las “cruzadas
anticorrupción” – impulsadas por Estados Unidos para eliminar a la
competencia política y por ende económica.
En
vez de optar por el único camino posible, una
revolución humanista de los valores y la organización social, la emergencia
de un nuevo sentido común que
permita redistribución de riqueza y emancipación colectiva, un gran sector,
acaso el más vulnerable, opta por la regresión, adhiriendo a modo de tabla de salvación a morales conservadoras,
fundamentalismos religiosos y personajes autoritarios. Todo ello sumamente
funcional al poder establecido.
La derechización
social cuestiona la decadencia sistémica, la opresión globalizadora y de algún modo también los
fundamentos racionalistas de las
sociedades surgidas a partir de las revoluciones del siglo XVIII.
En ese clima adverso, los lentos avances conseguidos en
la integración y la soberanía en los últimos años se ven barridos hoy
por una ola mundial y regional de fragmentación. En su caída del pedestal de la unipolaridad, los
EEUU aspiran a arrasar con toda resistencia en bloque para rehacer al menos
en parte su dominancia sobre las naciones al Sur del Río bravo.
Los gobiernos
progresistas de los países latinoamericanos, comenzando con el nuevo
faro mexicano, tendrán que vérselas en todos los casos con fuerzas de
choque internas que consumirán la mayor parte de sus energías disponibles,
dificultando que parte de esta energía fluya hacia proyectos de integración
compartidos.
Aun
así, ya se deja entrever la recomposición
de lazos de pertenencia a un amplio
campo popular en el que incubará un futuro más promisorio, lazos en los que
los movimientos sociales de base y sobre todo, las nuevas generaciones y las
mujeres deberán tomar la palabra.
El fuego de la unidad
solidaria y soberana de los pueblos no se apaga. En la hora en
que la adversidad política institucional la convierte en rescoldo, corresponde
su cuidado, hasta que nuevamente vuelva a ser potente llama.
JAVIER
TOLCACHIER es
investigador del Centro de Estudios Humanistas de Córdoba y comunicador en
agencia internacional de noticias Pressenza.
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