“LOS HUMEDALES ESTÁN DESAPARECIENDO. Un
nuevo informe, de la Convención de Ramsar sobre los Humedales, advierte sobre
la desaparición acelerada de los humedales. Estos ecosistemas, valiosos en términos
económicos, están disminuyendo a un ritmo tres veces mayor que el de los bosques, con graves consecuencias para
nuestro futuro. Entre 1970 y 2015
desapareció aproximadamente el 35 por
ciento de los humedales del planeta y las tasas anuales de pérdida se
aceleraron a partir del año 2000,
según el primer informe Global Wetlands
Outlook [Perspectiva mundial sobre los humedales] de la Convención de
Ramsar, un tratado mundial ratificado
por 170 países para proteger los
humedales y promover su uso racional. El informe indica que todas las regiones
están afectadas. Las pérdidas han sido
impulsadas por megatendencias como el cambio
climático, el crecimiento
poblacional, la urbanización,
sobre todo de zonas costeras y deltas fluviales, y los cambios en los patrones de consumo.
Todo esto ha provocado cambios en el uso de la tierra y el agua y
en la agricultura.
Los humedales, entre los que figuran lagos,
ríos, marismas y turberas así como zonas costeras y marinas tales como estuarios,
lagunas litorales, manglares y arrecifes de coral, abarcan actualmente una
superficie estimada de más de 12,1
millones de km2, una extensión mayor que la del Canadá. Entre el 13 y el 18 por ciento de ellos están incluidos en
la Lista de Humedales de Importancia Internacional de Ramsar, que son sitios protegidos. Los humedales son cruciales para la vida de los seres humanos y del
planeta. Ya sea de forma directa o indirecta, proporcionan prácticamente
toda el agua
dulce que se consume en el mundo. Más de mil millones de personas dependen de ellos para su sustento y el
40 por ciento de las especies de la Tierra viven y se reproducen en humedales. Son
una fuente esencial de alimento, materia
prima, recursos genéticos para medicinas y energía hidroeléctrica. Mitigan las inundaciones, protegen el litoral y aumentan la resiliencia de las comunidades
frente a los desastres. Además, desempeñan
un papel importante en el transporte, el turismo y el bienestar
cultural y espiritual de las personas.
Los estudios muestran que el valor económico
de los servicios que prestan los humedales es
muy superior al de los ecosistemas
terrestres. Los humedales
continentales, por ejemplo, tienen un valor económico total cinco veces mayor que el de los bosques tropicales, que son el hábitat
terrestre más valioso. Los humedales también
son esenciales para los esfuerzos encaminados a regular el clima mundial. Las turberas almacenan el
doble de carbono que todos los bosques del mundo, aunque representan solo el
tres por ciento de la superficie terrestre del planeta; las marismas saladas, las praderas marinas
y los manglares también son ecosistemas muy ricos en carbono. No obstante, los humedales generan entre el 20 y el 25 por ciento de las
emisiones mundiales de metano y se
prevé que el aumento de las temperaturas
debido al cambio climático incremente las emisiones de gases de efecto
invernadero de los humedales.
A pesar de todo esto, los humedales siguen
siendo gravemente infravalorados por los responsables de políticas y de la toma de decisiones en los planes nacionales.
Esta omisión es inexplicable dado el papel fundamental que juegan los humedales para el cumplimiento de los
compromisos mundiales sobre cambio climático, desarrollo sostenible,
biodiversidad y reducción del riesgo de desastres. De hecho, los humedales
contribuyen a 75 indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, por
mencionar solo un ejemplo. La persistente y creciente amenaza para los humedales que quedan en el planeta debido al drenaje del agua, la
contaminación, el uso insostenible, las especies invasoras, la perturbación de
los caudales causada por los embalses y la acumulación de sedimentos a
consecuencia de la deforestación y la erosión del suelo aguas arriba se
detallan en el informe Global Wetlands
Outlook.
Las tendencias de la calidad del agua están
empeorando y casi todas las fuentes de agua dulce del planeta ya están afectadas en cierta medida. La contaminación del agua y el exceso de nutrientes procedentes de los fertilizantes
son algunos de los mayores retos. Según las Naciones Unidas, más del 80
por ciento de las aguas residuales se vierten a los humedales sin tratamiento adecuado, y se considera probable que el
uso de fertilizantes en 2018 sea un 25
por ciento más elevado que en 2008, exacerbando el crecimiento excesivo de
las plantas de los humedales y los niveles de descomposición, con la
consecuencia falta de oxígeno para la
flora y la fauna.
La crisis en materia de
la biodiversidad es igual de alarmante. Más
del 25 por ciento de todos los animales
y plantas de los humedales están amenazados de extinción. El Índice de la Lista Roja de la UICN, que evalúa la
probabilidad de supervivencia en función de los datos disponibles, muestra
tendencias negativas para los mamíferos, aves, anfibios y corales que habitan en los
humedales, lo cual indica que están en peligro de desaparecer. Los arrecifes de
coral son las comunidades que están
disminuyendo más rápido debido al aumento de la temperatura del mar, mientras
que las especies de anfibios son las
que cuentan con el menor número de ejemplares y están más amenazadas. Los
peces, reptiles y grandes mamíferos de los humedales también son vulnerables;
de hecho, todas las especies de tortugas marinas están
amenazadas a escala mundial y un tercio están en peligro crítico.
“El informe Global
Wetlands Outlook es una señal de alarma que nos muestra no solo la elevada tasa
de pérdida de los humedales del planeta sino también de los servicios cruciales
que brindan. Sin ellos, no se cumplirá la agenda mundial para el desarrollo
sostenible”, afirma Martha Rojas Urrego, Secretaria
General de la Convención de Ramsar sobre los Humedales. “Se
necesitan medidas urgentes y colectivas para invertir las tendencias de la
pérdida y degradación de los humedales y garantizar el futuro de los humedales
y el nuestro al mismo tiempo.”
Las Partes en la
Convención de Ramsar se han comprometido a llevar a
cabo la conservación y el uso racional
de todos los humedales. Aunque han designado más de 2.300 sitios de importancia internacional hasta la fecha, lo que ha
hecho que la Lista de Ramsar sea una
de las mayores redes de áreas protegidas del mundo, la designación de sitios
nuevos para protegerlos no es suficiente. El informe pone de relieve la
necesidad de elaborar planes eficaces de gestión
de los humedales y de integrar los humedales
en la planificación y ejecución de
los planes nacionales sobre el desarrollo sostenible, el cambio
climático y otros compromisos mundiales fundamentales”. Fuente.
Silvia Celi. VIDA EN EL PLANETA.
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Marion Hammerl, presidenta de Living Lakes, en la
conferencia de Valencia. MÒNICA TORRES
“LOS HUMEDALES NO SON SOLO UN PAISAJE BONITO SINO UN ECOSISTEMA
ESENCIAL”.
*****
Por Cristina Vásquez
Fuente: El País.
Viernes 10 de mayo
del 2019.
La organización
ecologista Living Lakes denuncia que el 80% de los lagos y humedales del mundo
han desaparecido o están muy deteriorados
La red internacional Living Lakes (Lagos Vivos), de la
que forman parte representantes de más de un centenar de lagos y humedales de los cinco continentes, han mostrado en
Valencia —donde acaban de reunirse en su 15ª conferencia— su preocupación por
“el grave estado de deterioro y destrucción de algunos de los humedales
mediterráneos”. La alemana Marion Hammerl, presidenta de esta red
conservacionista y miembro de la Fundación Global Nature, alerta de la falta de
agua en humedales como Doñana, las Tablas de Daimiel, el Delta del Ebro, el Mar
Menor o la Albufera. El manifiesto de esta organización pide a España que
aplique la directiva marco del Agua y asegure las necesidades hídricas de los
hábitats y especies protegidos en España.
Pregunta. Más de 200 personas de todo el mundo han
compartido en Valencia información sobre el estado de conservación de los
humedales y sus ecosistemas. ¿Cuál es el diagnóstico?
Respuesta.
Las cifras que manejábamos hasta hace unos días indicaban que más del 60%
de los humedales y lagos del mundo han desaparecido o se encuentran muy
degradados pero el informe de la Plataforma
Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES), presentado este lunes en París, arroja datos
terribles: es el 80% de estos lagos y humedales los
que están gravemente deteriorados. Estamos en una tendencia negativa y,
aun disponiendo de mucha tecnología, ni hacemos lo suficiente ni a la
velocidad adecuada para salvar los humedales del planeta.
P. ¿Cómo
frenar este proceso de degradación?
R. Implementar los muchos planes que hay porque son
buenos, da igual si es el Plan de Humedales Ramsar o de las cuencas
hidrográficas, así que lo más urgente es ejecutar lo que tenemos y después
afrontar problemas tan básicos como tratar adecuadamente las aguas residuales o
regar de forma más eficiente, que sabemos hacerlo. No inventemos nada nuevo,
hagamos lo que tenemos al alcance.
P. Al inicio
de la conferencia recordó, como creen los Huicholes, pueblo indígena de México,
que los lagos son el espejo de los seres humanos. ¿Por qué parece importar tan
poco su conservación?
R. No lo sé, no lo entiendo, porque los lagos
siempre han sido el centro de la urbanización, de los asentamientos humanos.
Donde había lagos, había pueblos establecidos. Muchos son sagrados para los
pueblos indígenas y a lo largo de toda la historia hemos tenido una relación
muy estrecha con ellos, pero quizás hemos visto más sus valores recreativos.
L’Albufera de Valencia, por ejemplo, es un bello espacio para pasear los fines
de semana, pero nos olvidamos de que da servicios ecosistémicos esenciales para
los humanos porque actúan de escudo frente al cambio climático. Debemos darnos
cuenta de que los humedales no son solo un paisaje bonito sino un ecosistema
esencial. Muchos pueblos tienen agua potable gracias a estos lagos, por
ejemplo, el de Atitlán, en Guatemala.
P. ¿Es
sensible España al estado de sus humedales?
R. Hay algunas cosas que se están haciendo bien y
otras no. Se están recuperando los humedales de la Mancha o L’Albufera
valenciana. Pero el uso de pesticidas por parte de la agricultura no es
aceptable en estos espacios. Deben ser cultivos ecológicos. Además, España ha
tenido tres grandes humedales que se desecaron en el siglo XX: Antela
[Ourense], Mar de Campos [Palencia] y La Janda [en Cádiz]. Con la Fundación
Global Nature hemos recuperado 300 hectáreas en Fuentes de Nava pero podrían
recuperarse fácilmente 3.000 o 4.000 hectáreas. Los planes están y la población
local ve esa recuperación como una posibilidad de desarrollo, así que la
Administración debería de ponerse las pilas.
P. Más
presupuesto.
R. El dinero es importante pero también ponerse de
acuerdo con otros organismos y Administraciones con competencias en estos
espacios naturales. Es básico que todos vayan en la misma dirección.
P. ¿Qué
pueden hacer los ciudadanos por los humedales?
R. Los ciudadanos deberían hacer saber a sus
políticos locales que les importan sus humedales y no consentir que se sigan
degradando. También pueden contribuir con una buena gestión del agua, sin
desperdiciarla y, desde el punto de vista del consumo, huir de los microplásticos,
que no afectan solo a mares y océanos sino también a las bolsas de agua dulce.
El microplástico está en la cosmética, en las chaquetas deportivas, y contamina
los humedales porque la mayoría de plantas de tratamiento de aguas residuales
no puede retirarlos.
P. Ha dicho
que lagos y humedales actúan de escudos contra el cambio climático. ¿De cuánto
tiempo se dispone antes de llegar a un punto de no retorno?
R. Hay que acelerar las actividades de recuperación
y protección porque el cambio climático avanza rápido. Si pasamos ese punto de
no retorno, el esfuerzo será más grande y costoso y habría que ver si podemos
recuperar parte de lo perdido. Los planes están bien pero un plan sobre el
papel no vale de nada. Y esta política de pequeños pasos ya no vale, lo siento.
Tenemos que acelerar mucho en la
recuperación.
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