QUÉ ES EL NEOLIBERALISMO. El neoliberalismo es la etapa donde se exacerban las
lógicas y contradicciones inherentes a la reproducción y acumulación incesante
del capital: la explotación económica, la dominación política, la opresión
social y la alienación ideológica.
Enfatiza que el Neoliberalismo es, ante todo,
un Proyecto económico-político de clase
y no solamente un programa de políticas públicas. En este sentido, no se agota
ni se puede igualar al Consenso de Washington (1989) ni a sus versiones sucedáneas. Implica, ante todo, un Proyecto económico-político de clase (capitalista)
el cual se ha venido expresando a través de una estrategia de acumulación,
llamada común y colonialmente de “Desarrollo”.
La estrategia neoliberal se basa en la sujeción y
subordinación absoluta al Mercado -iniciativa privada que, en el mundo real,
siempre es asimétrica- como el dispositivo de producción y reproducción social
en sentido amplio. Es bajo esta impronta que se derivan la amplia gama de
políticas públicas. El autor encuentra
consistente y válida la denominación coloquial que identifica al
neoliberalismo como “capitalismo salvaje” que
deshumaniza al hombre en sentido genérico dentro del capitalismo.
Características del neoliberalismo
Puello-Socarrás
sostiene que el Neoliberalismo no es un asunto de economía
"pura" sino que tiene un carácter multidimensional.
Comprender las manifestaciones de la crisis actual del Capitalismo
facilita revelar el radical carácter multidimensional del neoliberalismo. Observa que la Crisis Global está
compuesta por ocho crisis “en minúscula”, fuertemente interrelacionadas: a)
económica, b) energética, c) ecológica y socio-medioambiental, d) biológica, e)
alimentaria, f) ideológica y epistémica, g) política, y h) social.
Puello-Socarrás explica cómo
al interior del neoliberalismo existen dos corrientes de mayor peso y fuerza
ideológica: la ortodoxia angloamericana
y la heterodoxia austriaca y
paulatinamente alemana.
Si bien tienen
diferencias y discrepancias que en abstracto configuran posiciones ortodoxas y
heterodoxas ambas corrientes "mantienen
al unísono los principios generales del neoliberalismo y convergen (...) en una unidad ideológica consistente que
guía sus prácticas fundamentales".
Un concepto básico que nunca se cuestiona es la
construcción no solo de una "economía
de mercado" sino de la Sociedad
de Mercado. Además, que los problemas
sociales, las dinámicas públicas y las tensiones y conflictos societales "deben ser
sancionados y considerados unívocamente bajo una óptica individualista en el
mercado".
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NEOLIBERALISMO Y DOMINACIÓN SOCIAL.
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Para entender por qué unos suscriben a las ideas de otros que tienen
intereses distintos e incluso perjudiciales a los propios, es interesante
repasar el corpus de la doctrina neoliberal. Es la biblia de los tiempos que
corren.
Por Ana
Castellani.
Directora
del Centro de Innovación de los Trabajadores (Conicet-UMET).
Caras
y Caretas.
Página/12
domingo 5 de mayo del 2019.
Difícilmente
podamos entender los rasgos característicos de las sociedades occidentales
actuales sin considerar los efectos que sobre ellas ha tenido la difusión de la
ideología neoliberal. Como toda ideología que se convierte en
dominante, este conjunto de ideas-fuerza
opera a través de diversos mecanismos y canales moldeando conductas, valores y
formas de percibir lo que nos rodea, impregnando el sentido común de las
mayorías. Veamos estas cuestiones con más detalle. Las relaciones sociales no se dan en el vacío y tampoco se adecuan
de forma exclusiva a las condiciones materiales que las sustentan. Precisamente
para sostenerse en el tiempo, se van articulando en el marco de un sistema de valores que sirve de brújula
para ir orientando acciones individuales y colectivas desde una mirada
particular del pasado, el presente y el futuro.
En un sentido general, las ideologías están
definidas como sistemas de creencias sociales compartidas por grupos sociales específicos, en los que convergen imágenes, ideas, valores, mitos, que
van construyendo un sistema de representaciones de lo social.
Las ideologías de los sectores sociales dominantes buscan
presentar sus propios intereses y
visiones del mundo como si fueran los intereses y visiones de todo el
conjunto social, y es precisamente esta capacidad de hacer valer lo propio como lo
de todos lo que les permite
legitimar socialmente la posición social dominante que detentan como resultado
de las relaciones asimétricas de producción y distribución.
EL CORPUS DE LA HIJAPUTEZ
Pero
¿cuáles son las ideas fuerza que el neoliberalismo, la ideología dominante de
estos tiempos, han logrado instalar con éxito en la sociedad? ¿Cómo se fue
dando ese proceso a nivel mundial? ¿A través de qué mecanismos logra operar
discursivamente y qué actores juegan un rol clave en su difusión? La ideología neoliberal se asienta en
una premisa fundamental de la cual se desprende un conjunto de ideas fuerza: la libertad
individual es el principal valor a preservar. El objetivo final de toda sociedad es el de mantener la libertad de sus integrantes por
encima de cualquier otro, especialmente por encima de la igualdad, que por lo general es el valor que se interpone para
terminar cercenando esas libertades individuales. Como la base última de la libertad individual se encuentra en su
aspecto económico, el funcionamiento
del mercado sin restricciones
constituye su principal garantía. En ese marco, el Estado adquiere un doble rol: por un lado, es un instrumento
insustituible para preservar la libertad
porque establece el significado de los derechos de propiedad y los garantiza;
pero, paradójicamente, constituye a su principal amenaza, ya que la concentración
de poder político en el Estado suele derivar en mayor intervención sobre el
funcionamiento del mercado y sobre
las libertades individuales básicas.
De ahí la mirada tan negativa que sobre lo estatal y lo político presenta el
neoliberalismo. Y en esa noción de paso, diluye e impugna los lazos sociales,
las acciones colectivas, y resalta los atributos individuales como principales
mecanismos de cambio.
Surgida
en plena expansión de los Estados de
bienestar en el Occidente europeo de la segunda posguerra, esta particular
forma de concebir a las personas, las sociedades, el Estado y sus múltiples
relaciones fue tomando impulso hacia fines de los años 70 con la crisis del modelo de producción fordista, sus principales regulaciones institucionales y el avance
de los procesos de financiarización
de la economía. Durante los gobiernos de Margaret
Thatcher y Ronald Reagan en la década siguiente, este conjunto de ideas se
plasmó en políticas públicas bien concretas que realizaron profundas
transformaciones en las pautas de distribución del ingreso, el rol del Estado en la producción de bienes
y servicios públicos y la orientación de los objetivos sociales de inclusión e
igualdad. La crisis de los
socialismos reales que se plasmó en la caída
del Muro de Berlín y la debacle de la Unión
Soviética generó las condiciones que posibilitaron la hegemonía del
pensamiento neoliberal en otras latitudes y se consagrara como “único camino” al desarrollo la batería
de medidas establecidas en el denominado Consenso de Washington: liberalización y desregulación de mercados,
apertura comercial y financiera irrestricta y privatización de empresas
públicas.
NEOLIBERALISMO PARA TODOS.
A
pesar de las profundas transformaciones y las graves consecuencias sociales que
vinieron de la mano con la aplicación de este recetario en América latina y el
Este europeo, las principales ideas del
paradigma neoliberal lograron calar en gran parte de la población hasta
convertirse en sentido común. De hecho, los procesos políticos de principios
del siglo XXI que se dieron en Latinoamérica y que intentaron reparar los
devastadores efectos socioeconómicos de la década neoliberal no lograron
generar nuevas ideas fuerza sólidas que tuvieran capacidad de permear
efectivamente el sentido común que el neoliberalismo había dejado arraigado en
amplias capas de la población de ingresos medios. En este proceso de
construcción de la hegemonía neoliberal hay actores que cumplieron un rol
relevante: los medios de comunicación.
Si
bien no fueron los únicos, lograron ser muy efectivos en la difusión de las
ideas fuerza del neoliberalismo con discursos y formas de presentación de “lo real” que recurrieron
insistentemente a los mecanismos que señala Teun Van Dijk como los más importantes a la hora de entender la
forma en que operan las ideologías: la legitimación/deslegitimación de las
ideas; la unificación/fragmentación de las interpretaciones y la polarización/
reificación de los actores y procesos. Efectivamente, estos mecanismos
actúan en espejo para construir sentido común, para presentar la ideología de los
sectores sociales dominantes (la neoliberal en este caso) como la ideología
general de la sociedad. Así se legitiman sus ideas y se deslegitiman las que
las cuestionan; se presentan interpretaciones globalizantes que naturalizan las desigualdades y reivindican la
necesidad de sostener las diferencias sociales; impugnan actores y prácticas
que intentan contrarrestar esa mirada. Como toda ideología, el neoliberalismo
no sólo cumple una función interpretativa brindando una mirada particular del
mundo que se presenta como única posible, sino que además genera efectos
performativos relevantes sobre las conductas sociales. Y horadar estos sentidos
comunes es una tarea ineludible de cualquier coalición social que pretenda
disputar con relativo éxito el gobierno del Estado para generar cambios
significativos, ya que las ideologías
son poderosas herramientas para legitimar situaciones de desigualdad y
dominación, pero también para organizar resistencias y generar cambios
sociales.
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