“A principios del siglo XIX surgen en EEUU y
Europa los primeros aventureros, exploradores y viajeros románticos que se adentran por territorios
ignotos en busca de las civilizaciones perdidas y los tesoros arqueológicos.
Actos de piratería considerados gloriosas epopeyas por la historia
universal. A ellos son los pioneros de los turistas modernos. El
turismo invade, corrompe, contamina, condena a la extinción tanto a los ecosistemas
naturales como a las tribus, etnias o comunidades indígenas (relegados
a exhibirse en los museos) El turismo ha desencadenado un atroz holocausto difícil de
cuantificar: donde antes había un bosque o una playa de ensueño hoy
se levantan complejos hoteleros, condominios, autopistas, estaciones de autobuses,
aeropuertos, puertos, centros comerciales, restaurantes, piscinas, campo de
golf, zoológicos, parques de atracciones, etc. Los planes de
crecimiento no pueden detenerse y quienes se opongan corren el riesgo de caer
asesinado tal y como ha sucedido con tantos líderes y activistas sociales. Se viola flagrantemente la soberanía de los
pueblos con la complicidad de unos gobiernos locales fáciles de comprar a
base de sobornos y comisiones".
“Los países del Tercer
Mundo han sido sentenciados al monocultivo turístico. Lo que significa la eterna dependencia del sector servicios -que es el
único que les puede garantizar una mínima subsistencia. Porque ante la quiebra
económica, la falta de productividad no queda más remedio que ceñirse a los
requerimientos del FMI. La demanda de mano de obra barata se
dispara, los socios
capitalistas necesitan urgentemente peones,
obreros, camareros, mucamas, cocineros, barmans, chefs, meseros, repartidores,
vigilantes, jardineros, barrenderos, guías, azafatas, etc. El turismo genera uno de cada diez empleos en el mundo (sin contar los
puestos de trabajo indirectos) Según los economistas neoliberales esta es la única
alternativa viable para sacar a los países pobres del subdesarrollo”.
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Francia y la Torre Eiffel, primer lugar en el Turismo hoy en el Mundo.
EL NUEVO ORDEN TURÍSTICO MUNDIAL.
*****
Carlos de Urabá.
Rebelión, miércoles 15 de mayo del 2019.
Lo que no había logrado el imperialismo agresor lo ha conseguido el
turismo depredador.
Occidente lleva más de 500 años en su proceso histórico de invasión y
expolio global. Pero en el estrenado siglo XXI las cosas han cambiado
radicalmente. Hoy las potencias aplican otros métodos más sutiles y menos
dolorosos para imponer sus leyes y principios. El turismo de masas se ha
convertido en la punta de lanza del capitalismo globalizador. Se acabó el armamentismo y el belicismo. Ya
no es necesario lanzar bombas ni cañonazos porque estamos en la era cibernética
donde el mundo puede controlarse desde un teléfono móvil o
celular -como bien lo hace el presidente de EEUU Donald Trump. Con el costo que supone invadir
un país movilizando tropas, navíos, portaviones o cazabombarderos. Ahora los
invasores llegan en son de paz armados de cámaras fotográficas y palos de
selfies; visten de short, playeras, gorras, sandalias, gafas de sol y mimetizan
sus cuerpos con bloqueador solar. Los nuevos “marines” desembarcan de los cruceros
de placer, los yates, veleros o ferrys; otros llegan a bordo de los vuelos
chárter copando por completo los hoteles, los resorts o lounge. El boom
turístico supera las ganancias obtenidas en la extracción de petróleo o de los
metales preciosos. Esos países exóticos bendecidos por las bellezas naturales,
montañas nevadas, ríos caudalosos, selvas exuberantes, playas blancas henchidas
de cocoteros son el destino favorito de millones de turistas procedentes de
Europa, EEUU, Canadá, Japón y últimamente de China.
Existe un organismo a nivel mundial llamado OMT (Organización Mundial del Turismo)
dependiente de la ONU integrado por 158
países, cuyo fin principal es el de promover el turismo sostenible:
” Una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan
satisfacer las necesidades económicas, sociales y estéticas respetando al mismo
tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos, la diversidad biológica
y los sistemas que sostienen la vida” ¿Promover
el turismo cultural y responsable? Pero tras esa bondadosa apariencia se
esconden los oscuros intereses de las multinacionales
del turismo cuyo único objetivo es captar la mayor cantidad de clientes y
promocionar sus ofertas en los grandes congresos o ferias internacionales.
A principios del siglo XIX surgen en EEUU y Europa los primeros
aventureros, exploradores y viajeros románticos que se
adentran por territorios ignotos en
busca de las civilizaciones perdidas y los tesoros arqueológicos. Actos de
piratería considerados gloriosas epopeyas por la historia universal. A
ellos son los pioneros de los turistas modernos.
El turismo invade, corrompe,
contamina, condena a la extinción tanto a los ecosistemas naturales como a las
tribus, etnias o comunidades indígenas (relegados a
exhibirse en los museos) El turismo ha desencadenado un atroz holocausto
difícil de cuantificar: donde antes había un bosque o una playa de ensueño hoy
se levantan complejos hoteleros, condominios, autopistas, estaciones de autobuses,
aeropuertos, puertos, centros comerciales, restaurantes, piscinas, campo de
golf, zoológicos, parques de atracciones, etc. Los planes de
crecimiento no pueden detenerse y quienes se opongan corren el riesgo de caer
asesinado tal y como ha sucedido con tantos líderes y activistas sociales. Se viola flagrantemente la soberanía de los
pueblos con la complicidad de unos gobiernos locales fáciles de comprar a
base de sobornos y comisiones.
Los países del Tercer
Mundo han sido sentenciados al monocultivo turístico. Lo que significa la eterna dependencia del sector servicios -que es el
único que les puede garantizar una mínima subsistencia. Porque ante la quiebra
económica, la falta de productividad no queda más remedio que ceñirse a los
requerimientos del FMI. La demanda de mano de obra barata se
dispara, los socios
capitalistas necesitan urgentemente peones,
obreros, camareros, mucamas, cocineros, barmans, chefs, meseros, repartidores,
vigilantes, jardineros, barrenderos, guías, azafatas, etc.
El turismo genera uno de cada diez empleos en el mundo (sin contar los
puestos de trabajo indirectos) Según los economistas neoliberales esta es la
única alternativa viable para sacar a los países pobres del subdesarrollo.
Los nativos están obligados a
adaptarse a los gustos y exigencias de los turistas extranjeros. Good Morning ¿How are you? Obligados a hablar en inglés y macdonalizarse para que sus majestades se sientan como en
su propia casa. ¡Welcome
sir, my lady! American breakfast, waffels, buffet gourmet, cócteles tropicales
y barra libre. La servidumbre siempre tan sumisa agachando la cerviz
y extendiendo alfombra roja al paso de Mr. o Mrs, Madame o Monsieur. Bwana, por amor a Dios, una propina, un tip o un bakchich, una limosna,
thanks. La ayuda humanitaria en dólares y divisas que reparte la ONG de filántropos turistas es el maná
redentor caído del cielo. ¡Buy,
buy please! baratijas o souvenirs made
in China very cheap.
Las Ruinas de Tulum en la Riviera Maya, ocupan otro lugar predilecto para el Turismo Mundial.
Al Tercer Mundo se le ha encomendado también la misión de producir los postres: el
banano, el cacao, el café, el mango, la piña, el coco, la caña de azúcar, el
aguacate; y como no los licores
exóticos, el ron, el aguardiente, tequila, pisco, cachaza y sin que falte
la música tropical, salsa, merengue,
cumbia, bachata o samba. La sociedad del bienestar ha santificado las vacaciones que es la fecha más importante del
calendario.
El World Travel and Tourism
Council agrupa a las 100
empresas más poderosas del sector entre las que se encuentran los grandes
tour operadores mundiales como China Air
lines (con acciones por 5.810 millones de dólares) Eva Airways, las Vegas
Sands, Marsans, Expedia, Pullman Tour, eBookers.com, American Express,
Travelocity, Lastminute.com, Expedia, Kuoni, Club Med, Tripadvisor, Airbnb,
Uber, Avis, Hertz…En el 2018 la empresa Tui
facturó 19.000 millones de euros, Thomas
Cook 12.000 millones de euros. La industria turística es el negocio
más pujante del planeta pues mueve anualmente miles de millones de dólares.
We accept American Express, Visa, Diners club, aproveche las últimas
ofertas low cost, gangas a los destinos más excitantes “the best deal 50% off” se rematan las siete maravillas del mundo: las pirámides de Egipto, Machu Picchu, Chichen Itzá, Tikal, Taj Mahal, Petra, Ángkor, la
muralla China, Borneo, Indonesia, Maldivas, Seychelles, las islas del Caribe,
las playas del Mediterráneo, o safaris románticos en la sabana africana. El paraíso perdido se cotiza en dólares o en euros y tan solo con
apretar un botón en las aplicaciones de teléfonos celulares todos nuestros
deseos se hacen realidad. Este verano se prevé un 100% por 100% de ocupación hotelera en la Riviera Maya. Es tal la
demanda de reservas que los responsables de agencias de viajes confirman que
hay overbooking pues se venden más plazas de las que
existen. Según las estimaciones de la OMT
en el año 2018 más de 1.300 millones de personas
viajaron por el mundo. (Mayoritariamente urbanos)
Es preciso garantizar la paz y seguridad de los
huéspedes movilizando ejércitos y policías ante la
amenaza de la delincuencia y el terrorismo islámico que pretende sabotear los
intereses occidentales. Lo fundamental es
brindarles una feliz estancia a tan distinguidos visitantes porque de lo
contrario podría desatarse una crisis social de
impredecibles consecuencias. Solo aquellos que posean los “voucher” y
documentos en regla pueden acceder a los grandes complejos vacacionales o
guetos VIP protegidos por altos
muros, cercas electrificadas, circuitos cerrados de televisión, garitas, y
agentes con perros guardianes.
El turismo de masas ha provocado además de la desestructuración de las comunidades nativas,
la perdida de las raíces y la identidad, el aumento de la delincuencia, las
mafias de drogas, la trata de blancas, la marginalidad. Se imponen las leyes de
una sociedad burguesa capitalista que favorece la especulación inmobiliaria y la
privatización en detrimento de los espacios públicos y comunitarios. Es tal la monetarización de la vida cotidiana que la gente cuando se
levanta por la mañana lo primero que pregunta es ¿a cómo está el dólar? Detrás
del lujo y opulencia de las zonas turísticas
se esconden favelas, tugurios, hambre, desnutrición, enfermedades y miseria, Unos
sufre y otros se divierten; unos ríen y otros lloran.
El turismo rapaz demanda drogas blandas, drogas duras, trata de blancas, escorts, explotación
sexual, niñas, niños y jóvenes, libertad, libertinaje y vicios prohibidos. Please one daiquiri, please piña colada y “satisfaction”, la dolce
vita y el hedonismo. Paraísos artificiales, discotecas, night clubs, casinos, strip
tease, jacuzzi, SPA, tai chi. Sodoma y
Gomorra con todas las tentaciones a la carta: orgías y bacanales, porno, la pedofilia, lujuria y desenfreno,
sobredosis y borrachera. Los
sibaritas se mecen en una hamaca a la sombra de un cocotero o se broncean
en la arena blanca mientras un camarero
les sirve un ron con Coca Cola. No son más que ególatras coleccionistas de
postales dedicados a colgar un selfie narcisista en las redes sociales Facebook,
Twitter o Instagram, para ganarse
un like que les haga famosos.
Europa y EEUU reciben anualmente más de 800 millones de
turistas que dejan unos beneficios de más de 500.9 mil millones de dólares. Pero lo
que no sale en las estadísticas es que quienes ocupan los puestos más
sacrificados de este complejo engranaje capitalista son los migrantes del Tercer
Mundo. Según sus patrones han nacido para servir y resignados deben aceptar
los designios del destino. Y lo paradójico del caso es que generan una
increíble plusvalía
que engrandece aún más el poder del “fascismo
económico y financiero”. Como lo declaró en una ocasión David
Rockefeller ¿quién, entonces, va
a cortar el césped de nuestros campos de golf o a limpiar nuestras piscinas?
En España la industria turística representa el 15.8% del PIB
y el 16% de la fuerza laboral. Francia fue
en 2018 con 86 millones el país con el mayor flujo de turistas en el
mundo,
En 2018 los turistas chinos sobrepasaron los 180 millones
y se estima que en los próximos años esta cifra se duplique. En EEUU los turistas gastaron 180.000 millones de euros
convirtiéndose de esta forma en el campeón del turismo mundial.
Definitivamente el turismo se ha
convertido en la última fase del colonialismo. Los banqueros y mercaderes se
frotan las manos; suben los intereses, se capitalizan los bonos y las acciones
de Wall Street multiplican las
ganancias. Su delirio expansionista no tiene límites ni fronteras y muy
pronto el boom turístico conquistará hasta el mismísimo espacio interestelar.
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