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“Nosotras
queremos que las autoridades también piensen en las mujeres cuando se trabaje
el cambio climático, y lo que
necesitamos es capacitarnos para incidir con nuestras propuestas”, indicó esta integrante de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas,
Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Fenmucarinap). El
horizonte que dibuja Coronado se encuentra ya en proceso con
la instalación en el país del Comité Nacional de Mujeres y Cambio Climático (Conamucc), una
instancia reconocida como uno de los ocho grupos de interés no
estatales que forman parte de la gobernanza
climática nacional.
El reconocimiento es al más alto nivel, realizado
por la Comisión Nacional sobre Género y Cambio Climático del Ministerio del
Ambiente (Minam), máximo responsable peruano en la
materia. En el 2019 comenzó este esfuerzo conjunto entre
el Minam y organizaciones de mujeres que conjugan el trabajo
de género y el cambio climático, a
fin de generar el espacio de representación de las mujeres a nivel
nacional. La iniciativa se ha
mantenido pese a la irrupción adversa de la pandemia de covid-19 un año después.
El
Conamucc se instaló oficialmente en
septiembre de 2020 y este año ya realizó su primera asamblea
nacional y eligió su comité coordinador, conformado por
representantes de cinco organizaciones. “No se trata de ir por un camino paralelo para ver los temas de género y
de las acciones de adaptación y mitigación del cambio climático, sino de cómo
estas acciones incluyen las medidas que nos lleven a la igualdad”: Rosa
Morales.“Fue un desafío
sostener nuestro proceso en plena emergencia sanitaria por la covid-19 pero
logramos convocar a diversas organizaciones de las regiones, tener encuentros
virtuales, identificar prioridades comunes y definir una ruta de acción”, sostuvo Katherine Pozo, integrante de ese
comité coordinador del Conamucc.
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Fuentes: IPS [Varias campesinas vuelven de sus labores agrícolas en la localidad altoandina de Andahuaylillas, en el departamento de Cusco, en el suroeste de Perú, una zona afectada este año por una sequía persistente, consecuencia del cambio climático y que pone en riesgo sus cultivos, fundamentales para su alimentación. Las mujeres rurales peruanas quieren ser parte de las políticas y medidas para contener la crisis climática. Foto: Mariela Jara / IPS]
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MUJERES
Y GOBERNANZA CLIMÁTICA, APORTE A LA IGUALDAD DE GÉNERO EN PERÚ.
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Por Mariela Jara | 23/09/2021 | Ecología social
Fuente. Rebelión jueves 23 de setiembre del 2021.
LIMA – Sequía
y un frío inusitado en la calurosa selva central de Perú son dos
manifestaciones del cambio climático
que este año ha experimentado Aurora
Coronado, productora del valle agrícola de La Merced, en el municipio de Chanchamayo, en el departamento de Junín, en el centro del país.
Tiene 59 años
y en los 34 que vive en el valle situado a 750 metros sobre el nivel del mar es
la primera vez que tuvo la
necesidad de sacar frazadas y mantas para abrigarse por las noches. “Hasta medias
tuvimos que ponernos para dormir por el frío”, contó en un diálogo por teléfono con IPS desde La Merced, la cabecera del
distrito (municipio) rural.
Refirió que
en los meses de mayo y junio
se produjo ese cambio
en el clima y que ahora están con una
fuerte sequía que está minando sus cultivos de yuca (mandioca), cebolla y hierbas aromáticas para su
autoconsumo, mientras produce comercialmente miel de abeja de frutales cítricos.
“Nosotras
queremos que las autoridades también piensen en las mujeres cuando se trabaje
el cambio climático, y lo que necesitamos es capacitarnos para incidir con
nuestras propuestas”, indicó esta
integrante de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas,
Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú (Fenmucarinap).
El horizonte que dibuja Coronado se encuentra ya en proceso con la instalación en el país
del Comité Nacional de Mujeres y Cambio Climático (Conamucc),
una instancia reconocida como uno de los ocho
grupos de interés no estatales que forman parte de la gobernanza climática nacional.
El reconocimiento es al más alto nivel, realizado
por la Comisión Nacional sobre Género y
Cambio Climático del Ministerio del Ambiente (Minam),
máximo responsable peruano en la materia.
En el 2019 comenzó este esfuerzo conjunto entre el Minam y organizaciones de mujeres que
conjugan el trabajo de género y el
cambio climático, a fin de generar el espacio de representación de las mujeres a nivel nacional. La iniciativa
se ha mantenido pese a la irrupción adversa de la pandemia de covid-19 un año
después.
El Conamucc se instaló oficialmente en septiembre de 2020 y este año ya realizó su primera asamblea nacional y eligió su comité coordinador, conformado por
representantes de cinco organizaciones.
“No
se trata de ir por un camino paralelo para ver los temas de género y de las
acciones de adaptación y mitigación del cambio climático, sino de cómo estas
acciones incluyen las medidas que nos lleven a la igualdad”: Rosa Morales.
“Fue
un desafío sostener nuestro proceso en plena emergencia sanitaria por la
covid-19 pero logramos convocar a diversas organizaciones de las regiones,
tener encuentros virtuales, identificar prioridades comunes y definir una ruta
de acción”, sostuvo Katherine Pozo, integrante de ese
comité coordinador del Conamucc.
Pozo representa en ese comité al colectivo no gubernamental de Mujeres
Rurales Cambio Climático y Agricultura Familiar de Cusco, el departamento en el corazón de los Andes peruanos, en el sureste del país.
Aurora
Coronado, productora en el valle de La Merced, en la selva
central peruana de Chanchamayo, se dedica a la agricultura familiar y venta de
miel de abeja. Como parte de su trabajo en la Federación Nacional de Mujeres
Campesinas, Artesanas, Indígenas, Nativas y Asalariadas del Perú, realiza
también talleres de capacitación en las comunidades indígenas, para
sensibilizar a las mujeres sobre sus derechos. Foto: Cortesía de Aurora
Coronado
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En
conversación telefónica con IPS desde la ciudad de Cusco, explicó que el
espacio de Conamucc está iniciando su
vida institucional, guiado por el
objetivo de identificar los impactos diferenciados por género del cambio climático en los territorios del país y promover el enfoque de género en las políticas climáticas, para lo cual se
fortalecerán las capacidades de las 36
integrantes regionales que conforman en su asamblea.
Es importante, agregó, que toda acción, programa o
política climática a nivel local, regional o nacional
“contribuya
a impulsar la igualdad de género y autonomía de las mujeres, y ese es uno de
los desafíos centrales que asumimos como Conamucc, teniendo en cuenta que somos
un país con muchas inequidades que obstaculizan la acción protagónica de las
mujeres, sobre todo rurales, campesinas e indígenas”.
“En
el caso de Cusco, por ejemplo, queremos incidir
en el gobierno regional en que se vinculen las políticas de género y cambio
climático en relación al agua, que es un
problema prioritario en nuestra región que depende en gran parte de la
agricultura para la subsistencia de las familias y el abastecimiento de los
mercados”: Katherine Pozo.
Perú es
considerado uno de los 10 países megadiversos del mundo y con una alta
vulnerabilidad al cambio climático.
Las
capacidades de respuesta de las mujeres a la crisis climática no alcanzan su potencial por las desventajas en que se encuentran. Se estiman que
las brechas de
género en educación, salud, empleo y acceso a bienes y recursos productivos se han incrementado por efecto de la pandemia en este
país andino de unos 33 millones de
habitantes.
La
clave es la institucionalidad
Rosa
Morales, directora general de Cambio Climático y
Desertificación del Minam, destacó la
importancia de los ocho grupos ajenos al
Estado a los que vienen fortaleciendo con asesoría técnica para su organización y propia gobernanza, a fin
de lograr su participación efectiva en la construcción de las políticas de
mitigación y adaptación al cambio climático
Entre esos
ocho grupos están los jóvenes, los sindicatos, la academia, las organizaciones
no gubernamentales, el pueblo afroperuano, las mujeres y los pueblos indígenas, que además cuentan con una plataforma especial que
conforma a diferentes centrales que
aglutinan la diversidad étnica del país.
Rosa
Morales, directora general de Cambio Climático y
Desertificación del Ministerio del Ambiente de Perú, durante su entrevista por videoconferencia
con IPS. E ministerio es la autoridad nacional en materia de cambio climático y
ha identificado 154 medidas de adaptación y mitigación como parte del desafío
climático del país, que ahora incorporan en forma transversal el enfoque de
género. Foto: Mariela Jara /IPS
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“Tenemos una ley marco de cambio climático y su
reglamento que establece los enfoques transversales de género,
interculturalidad e intergeneracional, y estamos sacando lineamientos, pero es
para que exista una implementación”,
destacó Morales, en una entrevista con
IPS por videoconferencia.
En ese contexto, “el Conamucc contribuye a que las mujeres en su diversidad tengan
participación informada en sus territorios aportando a una visión completa de
nuestro país”, añadió.
En esa perspectiva la capacitación fortalecerá la acción, liderazgo y propuestas de las
mujeres en sus propios territorios en relación a las medidas necesarias
para disminuir los gases de efectos
invernadero, reducir su vulnerabilidad al cambio climático e incrementar su
resiliencia
Sobre esa base, remarcó la funcionaria,
“las mujeres
podrán plantear desde sus propias necesidades, preocupaciones y prioridades
sobre su rol en la implementación de las contribuciones determinadas a nivel
nacional (NDC, en inglés) o nuestro desafío climático como las llamamos”.
El Estado ha
identificado 154 medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.
“Hemos
trabajado para incluir los tres enfoques transversales, pero su implementación
requiere de la práctica y conocimiento de quienes están en los territorios; qué
mejor que nos digan que el enfoque de género se puede aplicar de otro modo
según su experiencia, así el Estado aprende a hacer mejor las cosas”, explicó Morales.
Con una
maestría en Economía, Morales
empezó a trabajar el tema de cambio
climático en 1997 en el que fuera el Consejo
Nacional del Ambiente. Su experiencia en instituciones públicas y privadas
supera las dos décadas y combina su labor en el Estado con la docencia
universitaria.
Está convencida de que el fortalecimiento de la
institucionalidad es un factor de sostenibilidad para garantizar el enfoque de
género en la acción climática.
Katherine Pozo, quien trabaja en el feminista Centro Flora
Tristán en el departamento andino de Cusco, en Perú, ante un maizal en el
municipio rural de Huaro. Ella coordina un colectivo conformado por 11
instituciones de mujeres que buscan que el gobierno regional establezca políticas
climáticas con enfoque de género, que contemplen a las mujeres rurales y a
agricultura familiar. Foto: Mariela Jara / IPS
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“No se trata de ir por un camino paralelo para ver
los temas de género y de las acciones de adaptación y mitigación del cambio
climático, sino de cómo estas acciones incluyen las medidas que nos lleven a la
igualdad”, dijo.
Subrayó que además las mujeres al hacer su propia
acción climática contribuyen a mantener
y fortalecer las distintas políticas de Estado, en un país que cuenta con
políticas nacionales de género y de cambio climático.
En esa línea, Pozo
opina que contar con el Conamucc
como instancia reconocida por el Estado
da fuerza y legitimidad a la participación y propuesta de las mujeres en lo
territorial y nacional, de manera articulada.
“En el caso de Cusco,
por ejemplo, queremos incidir en el gobierno regional en que se vinculen las
políticas de género y cambio climático en relación al agua, que es un problema
prioritario en nuestra región que depende en gran parte de la agricultura para
la subsistencia de las familias y el abastecimiento de los mercados”,
sostuvo.
Pozo, quien labora en el no gubernamental Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán desde
donde desarrollan una Escuela Agroecológica para mujeres rurales, con
presencia en seis distritos altoandinos, explicó que es necesario visibilizar el rol de las mujeres en el
cuidado del agua y el impacto en sus vidas del actual estrés hídrico al ser ellas las responsables del cuidado de la familia y
riego de sus cultivos.
También en la selva central de la región de Junín, donde reside Coronado,
el agua es igualmente una preocupación tan alarmante como desatendida.
“Queremos incentivar la cosecha de agua que
muchas de nuestras autoridades desconocen, yo por ejemplo pongo mi cilindro
pero captar de la lluvia pero en sequía qué hace el municipio para tener agua y
regar nuestras plantitas”,
se preguntó la campesina.
Coronado, quien
realiza talleres de sensibilización sobre los derechos de las
mujeres en el valle donde vive, ve en Conamucc
una oportunidad para que las mujeres
impulsen transformaciones desde el abordaje
del cambio climático y sus enfoques
transversales de género, interculturalidad e intergeneracional.
“Las más
afectadas con el cambio climático somos las mujeres del campo y ante la
adversidad seguimos resistiendo; toca que escuchen lo
que proponemos y el Conamucc nos abrirá esas puertas, eso espero”, manifestó.
ED: EG
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