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“CON UN HISTORIAL DE LÍNEA DURA “Johnson fue uno
de los partidarios más fervientes y leales a Trump en el Congreso durante los días en que la
retórica del robo electoral, en noviembre de 2020,
alcanzó niveles impresionantes, pero antes de su meteórico ascenso a la
presidencia era casi un desconocido, aunque con
un historial de línea dura. “El hecho de que ahora haya un negacionista de las
elecciones como presidente de la Cámara (Baja)
muestra que la democracia todavía enfrenta un tremendo ataque en este país”,
dijo la secretaria de Estado de Colorado, Jana Griswold, citada por el diario The Hill. «No creo que ningún
miembro del Congreso que sea republicano y
haya votado por él pueda eludir el hecho de que elevaron el extremismo en este país», dijo la también presidenta
de la Asociación Demócrata de Secretarios de
Estado.
El Partido Demócrata apuesta a que el ferviente apoyo de Johnson al expresidente y su postura en cuestiones
como el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y la anulación
de los resultados de las elecciones de 2020 serán contraproducentes para votantes indecisos e
independientes en 2024.
Lideró Johnson la redacción de un escrito amicus curiae en respaldo a una demanda de Texas que impugnó los resultados de las
elecciones presidenciales de 2020, lo cual
convirtió al congresista en una figura clave en los esfuerzos republicanos para
anular las elecciones. Igualmente es considerado
un aliado clave en el movimiento antiaborto,
pues apoyó la legislación que limitaba el procedimiento como la Ley de Protección del Niño No Nacido con Capacidad de Dolor y la Ley de Protección de los
Latidos del Corazón de 2021. Además, respaldó
propuestas que harían recortes al Seguro Social y Medicare.
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CONGRESO
DE ESTADOS UNIDOS, REHÉN DE PIRÓMANOS POLÍTICOS.
(Pirómano:
enfermo incendiario)
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Washington (Prensa Latina) La histórica
destitución de Kevin McCarthy como líder
republicano de la Cámara de Representantes, muestra hasta dónde el Congreso de
Estados Unidos es rehén de un pequeño grupo de pirómanos
políticos.
Por Deisy
Francis Mexidor.
Fuente.
Prensa Latina lunes 30 de octubre del 2023.
Corresponsal
jefa en Estados Unidos
Solo ocho de los 222 miembros republicanos
de la Cámara Baja lograron imponer su agenda de expulsión
el pasado 3 de octubre contra el colega
de California y en este empeño sumaron el voto
de la bancada demócrata que no estaba dispuesta a salvar a McCarthy.
Desde
entonces ese órgano del legislativo, compuesto
por 435 miembros -el número ya mencionado del
Partido Republicano y 213 del Demócrata-, estuvo
sin presidente por más de tres semanas.
En
ese tiempo dejó paralizados todos los trabajos
del hemiciclo, desde proyectos aplazados hasta
las negociaciones que permitan aprobar el
presupuesto del año fiscal 2024, iniciado el
pasado 1 de octubre.
La
sentencia de muerte la firmó el propio McCarthy
con su colaboración de última hora con los demócratas
para financiar el gobierno federal más
allá del 30 de septiembre, cuando se terminarían
los fondos y sobrevendría el perjudicial cierre o
shutdown.
La resolución continua, alcanzada antes de que expirara el
plazo fijado, dio un oxígeno al Congreso por
unos 45 días para llevar a cabo las
negociaciones. «No me arrepiento de haber negociado», expresó
McCarthy la noche del martes 3 de octubre.
Pero
uno de sus asesinos políticos, el congresista Matt
Gaetz, un republicano de extrema derecha de Florida,
le había pronosticado la expulsión si colaboraba
con los demócratas en la extensión de esa financiación.
Días
antes de ser destituido, Gaetz recordó que McCarthy
“llegó a un acuerdo con los conservadores de la Cámara de Representantes en enero, y desde entonces incumplió descarada, repetida y materialmente” eso.
El pacto
“hecho
con los demócratas para superar en gran medida
las barreras de gasto que habíamos establecido, resultó realmente la última
gota», subrayó el representante floridano.
McCarthy asumió el cargo en enero después de 15 rondas de votaciones, en medio de la división en las filas republicanas a cuya ala extremista tuvo que hacer demasiadas concesiones, los
mismos que luego lo despojaron del puesto de forma escandalosa y hasta
humillante, como lo fue su propia llegada al poder.
La
organización prodemocracia Stand Up America advirtió
que la votación para cesar a McCarthy demostró
«cuán
decididos están los republicanos ultra-MAGA (Make
America Great Again, eslogan popularizado por el expresidente Donald Trump) a sembrar el caos y la disfunción, en
lugar de gobernar en nombre del pueblo estadounidense».
«Está claro quién está realmente a cargo de la
conferencia republicana: Matt Gaetz y su banda
de pirómanos políticos»,
acotó al insistir que la única agenda de los republicanos del MAGA «es paralizar al gobierno federal, usar su poder
para exigir venganza política y atacar nuestra
democracia y libertades básicas».
BATALLA POR EL MAZO
Fueron tres semanas de incertidumbre
en la Cámara de Representantes. El expresidente
de ese órgano Newt Gingrich advirtió que los ocho republicanos impulsadores de la moción de
destitución “desataron furias” en la conferencia
del partido.
Además
de Gaetz, quien encabezó la moción para derrocar
a McCarthy, respaldaron esta iniciativa -que por primera vez tuvo éxito en la historia legislativa de Estados Unidos- los representantes Andy Biggs (Arizona), Ken Buck
(Colorado), Tim Burchett (Tennessee), Eli Crane (Arizona), Bob Good (Virginia),
Nancy Mace (Carolina del Sur) y Matt Rosendale (Montana).
Para
Gingrich lo vivido en los últimos días en la Cámara Baja no tiene otro calificativo más que “desastre” y alertó sobre un
“peligro muy real” de que elija a alguien y, en unas pocas semanas, “un grupo de personas explotará y decidirá volver al mismo lío”.
La
pelea por la presidencia de la Cámara de
Representantes en un contexto de extrema división de los republicanos vio desfilar a cuatro
candidatos.
El primero que pasó la prueba de la nominación en la
conferencia republicana fue el líder de la mayoría de
la Cámara de Representantes, Steve Scalise, de Luisiana,
un incondicional soldado del partido, quien renunció
a la carrera apenas se percató que si bien tenía una parte de apoyo le sería
imposible llegar al número mágico, 217, cantidad
mínima para acceder al cargo.
Los 217 votos significaban una tarea hercúlea en una
bancada a todas luces fracturada.
El segundo nominado fue el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jim Jordan, de Ohio, fundador del conservador Freedom Caucus, quien pese a su insistencia perdió
tres sufragios seguidos y al negarse a renunciar sus propios colegas le dieron
la espalda.
En
tanto, el tercer nominado de los republicanos
resultó ser Tom Emmer, líder
de la mayoría, el cual apenas saboreó la designación porque enseguida descubrió que el respaldo a su candidatura se limitaba
a quienes votaron por él de forma secreta cuando se reunió la conferencia para elegirlo.
La renuncia del legislador de Minnesota
ocurrió poco después de que el expresidente Trump
emitiera una mordaz declaración contra él en la cual lo llamó «RINO» (Republican In Name Only, o sea, Republicano solo de nombre).
Así
que el cuarto nominado, Mike Johnson, emergió justo en
un momento de continuos llamados a solucionar el caos.
El pasado 25 de octubre, el Partido Republicano decidió dar una muestra de cohesión y este político de Luisiana logró los 220 votos (tres más que el mínimo necesario) que le aseguraron su elección como el presidente 56 de la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos.
Johnson nuevo presidente del Congreso. Cámara Baja.
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CON UN HISTORIAL DE LÍNEA DURA
Johnson fue uno de los partidarios más fervientes y leales a Trump
en el Congreso durante los días en que la retórica del robo electoral, en
noviembre de 2020, alcanzó niveles impresionantes,
pero antes de su meteórico ascenso a la presidencia era casi un desconocido, aunque con un historial de línea dura.
“El hecho de que ahora haya un negacionista de
las elecciones como presidente de la Cámara (Baja)
muestra que la democracia todavía enfrenta un tremendo ataque en este país”,
dijo la secretaria de Estado de Colorado, Jana Griswold, citada por el diario The Hill.
«No creo que ningún
miembro del Congreso que sea republicano y
haya votado por él pueda eludir el hecho de que elevaron el extremismo en este país», dijo la también presidenta
de la Asociación Demócrata de Secretarios de
Estado.
El
Partido Demócrata apuesta a que el ferviente
apoyo de Johnson al expresidente y su postura en
cuestiones como el matrimonio entre personas del
mismo sexo, el aborto y la anulación de los resultados
de las elecciones de 2020 serán
contraproducentes para votantes indecisos e independientes en 2024.
Lideró Johnson la redacción de un escrito amicus curiae en respaldo a una demanda de Texas que impugnó los resultados de las
elecciones presidenciales de 2020, lo cual
convirtió al congresista en una figura clave en los esfuerzos republicanos para
anular las elecciones.
Igualmente
es considerado un aliado clave en el movimiento antiaborto,
pues apoyó la legislación que limitaba el procedimiento como la Ley de Protección del Niño No Nacido con Capacidad de Dolor y la Ley de Protección de los
Latidos del Corazón de 2021.
Además,
respaldó propuestas que harían
recortes al Seguro Social y Medicare.
La estrategia para el partido político opositor (en este caso el Demócrata, minoría en el hemiciclo) de tratar de convertir al presidente de la Cámara Baja en un lastre para los candidatos, sobre todo en territorios muy competitivos, no es nueva.
El Trumpista Mike Johnson es elegido presidente del Congreso.
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Los
republicanos intentaron presentar en su momento
a Nancy Pelosi (demócrata por California) como elemento
en contra de los candidatos del partido.
Quizás
a los demócratas les llegó la ocasión ahora con Johnson en el puesto de liderazgo
republicano en ese órgano del legislativo para devolverle “el favor”.
Piensan que es el tiempo justo para para definir no
solo quién es Mike Johnson y qué defendió, sino
también con quién está y contra quién, advirtió Antjuan
Seawright, un estratega demócrata.
Reseñó el periódico que, por ejemplo, el representante Mike Lawler, de Nueva York, enfrenta una difícil
campaña de reelección en su distrito y mientras votaba por Johnson se escuchó en el pleno que un demócrata le gritó “adiós”.
El
Congreso de Estados Unidos lo componen el Senado, de 100 miembros, controlado por los demócratas, y la Cámara de
Representantes, de 435.
En
las elecciones de medio término de noviembre de 2022 los demócratas perdieron por ajustada mayoría la Cámara
Baja, donde la correlación de fuerzas es de 222 escaños
para los republicanos y 213 para el partido en
el poder.
Algunos analistas son del criterio que la nueva muestra de
incompetencia y extremismo podría obstaculizar el intento del Partido Republicano de conservar los escaños indecisos
que necesita para mantener su mayoría en la Cámara de
Representantes en 2024.
arb/dfm
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