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“La
realidad helvética revela que unas 745 mil personas (de
un total de ocho millones 703 mil) viven con ingresos por debajo
del umbral de pobreza, dos mil 289 francos suizos (unos dos mil 534 dólares) al mes para una persona sola, y tres mil 989 francos
suizos (unos cuatro mil 434 dólares) mensuales
para dos adultos y dos niña-os. Las y los extranjeros, las personas solas, las familias a cargo de una sola persona adulta, o
aquellas que carecen de formación postescolar o
de un empleo fijo, son las más afectadas.
“Aunque en otros países estas cifras pueden parecer enormes, la realidad helvética es otra. En un país donde una persona necesita unos 400 francos (444 dólares) por mes para el seguro médico; no menos de mil 300 francos (mil 445 dólares) para el alquiler de un pequeño departamento de un solo ambiente (o como máximo, de dos dormitorios) y además debe apartar dos meses de sueldo para impuestos federales, cantonales y municipales, las cifras que determinan la situación de pobreza son extremadamente bajas. Para este sector, la atención odontológica es, por ejemplo, un artículo de lujo inaccesible. ¿Cómo pagar 220 francos (244 dólares) por una visita para higiene dental, 600 francos (660 dólares) para una extracción dental o cuatro mil 500 francos (cuatro 950 dólares) para un implante?
Cáritas Suiza, en un documento reciente, sostiene que
la pobreza ha aumentado «de
forma significativa y continuada» desde 2014, y que la demanda de
alimentos y productos cotidianos en sus “tiendas de
caridad” abiertas a la población de menos recursos continúa aumentando.
La tercera semana de septiembre, Hubert Péquignot, responsable de esa ONG en Neuchâtel,
anticipaba que cerca de una cuarta parte de la población de ese cantón “podría encontrarse en graves
dificultades financieras el año que viene si no
se hace nada para compensar la subida de las primas del seguro médico”
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FLASH DE LA CRISIS SOCIAL
EUROPEA.
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Unos 20
mil manifestantes
ganaron las calles de Berna, Suiza, el sábado 16 de septiembre para exigir ajustes salariales y de pensiones.
Fue una de las protestas sindicales más
concurridas de los últimos años en este país.
Por Sergio Ferrari.
Fuente. Prensa Latina
domingo 1 de octubre del 2023.
Anticipo, además, de una movilización nacional convocada para el sábado 30 de septiembre por la Alianza por el Clima-100 organizaciones ambientales,
de desarrollo y de solidaridad, entre otras- para demandar medidas gubernamentales efectivas e inmediatas contra
el calentamiento global. Los sindicatos ya
anunciaron su presencia, solidarizándose de esta manera con las organizaciones ambientalistas, que, por su parte,
apoyaron la marcha del 16 de septiembre.
En este
“caliente” otoño suizo, el movimiento sindical,
las organizaciones sociales y los partidos progresistas (el Socialista,
Los Verdes y la izquierda
extraparlamentaria) relanzan así la movilización en las calles para reinstalar la justicia social y
climática en el centro de la agenda política. Todo esto a solo tres
semanas de las elecciones legislativas del 22 de
octubre, las cuales redefinirán las cuotas de poder institucional para
los próximos cuatro años.
Redistribuir
el ingreso
Según la Unión Sindical Suiza (USS)-la mayor confederación nacional de trabajadores, con 20 sindicatos y 370 mil miembros y principal convocante de la movilización del 16 de septiembre- los ingresos reales de los trabajadores en Suiza cayeron en 2023 por tercer año consecutivo. La USS sostiene que la vida se encarece mientras que los salarios y las pensiones pierden su valor. Y que es difícil soportar los gastos cotidianos, a lo que se suman los aumentos previstos o ya anunciados de alquiler, cuotas de seguros médicos y costo de electricidad.
Los
ingresos (sueldos y jubilaciones) también deben aumentar.
“Si no es ahora,
¿cuándo?”, se preguntó Pierre Yves Maillard, el presidente de la USS, en el discurso de clausura en la Plaza Federal
frente a la sede del Gobierno y del Legislativo. Y señaló que “el desempleo está en su punto más bajo, pero las
ganancias y los dividendos están en su punto más alto. En tal situación, los salarios deben adaptarse al nivel de precios. ¡Es hora
de que aumenten!”.
Esta
demanda pública junto a las puertas mismas del Parlamento Nacional puso punto final a una
manifestación que había recorrido el centro histórico de
la capital suiza y que los organizadores
calificaron de muy exitosa. De acuerdo con la proporción poblacional, esa movilización correspondería a una manifestación de 120 mil personas en Argentina o España, 200 mil en
Francia o 300 mil en México.
Situación
europea similar
La
realidad salarial suiza no es una excepción. Condice, como tendencia, casi
con la de todos los países europeos donde la
explosión de la INFLACIÓN y el al aumento de impuestos (en muchos casos) generalizan la
pérdida del salario real de las y los
trabajadores.
A fines de junio el
cotidiano español El País daba cuenta de una
caída significativa del poder adquisitivo en ese país
ibérico en relación al del 2008
Su explicación es
que, a pesar del importante aumento de salarios debido al alza de precios de 2022 el salario medio registró una pérdida en el poder
de compra. Si se compara con el año 2008 –año de
referencia por la gran crisis financiera–, “el salario
español pierde un 7% de poder adquisitivo”.
Un estudio de julio
de la Organización de Cooperación y Desarrollo
Económico (OCDE, o OECD en inglés) constata una caída del salario real de los países europeos también en el
primer trimestre del 2023, que oscila entre el -15,6% de Hungría y el -0,8% de
Luxemburgo. Entre las potencias europeas, se registra un -7,3% en Italia, -3,3% en
Alemania, -2,9% en Gran Bretaña, y -1,8% en Francia. Únicas excepciones, según la OCDE, los Países Bajos, que lograron aumentar un 0,4% el salario real, y Bélgica, la gran excepción,
con 2,9%
Los que
ganan y los que pierden
A fines de 2022, los ingresos de gerentes, directores y ejecutivos en 37 de las
principales empresas helvéticas-algunas de las
cuales tienen un perfil multinacional- fueron,
en término promedio, 139 veces superiores a los salarios más bajos de las mismas.
Así lo revela una
detallada investigación publicada a fines de
agosto por el sindicato UNIA, el más grande del
país, con 175 mil afiliados (https://www.unia.ch/fr).
El estudio también compara las distribuciones de beneficios
entre los accionistas con la evolución salarial real y sitúa los resultados en el
contexto de la evolución económica general.
Constata, como tendencia, que, en las diez empresas con
mayor diferencia salarial interna, lejos de
reducirse esta brecha sigue aumentándose. Los beneficios
empresariales y las distribuciones de capital
entre los accionistas se mantienen a un nivel muy alto, casi como el de los
valores récord de 2021. Por otra parte, constata que en Suiza los salarios más bajos cayeron en 2022. Aunque en términos
nominales aumentaron casi 1%, lo cual coincide
aproximadamente con el crecimiento de la productividad, de todos modos, perdieron un valor real, o adquisitivo,
de casi 2% debido al impacto directo de la inflación).
Según esta investigación, la farmacéutica multinacional Roche
mantiene “el glorioso primer puesto por cuarta
vez consecutiva” en cuanto a la mayor brecha salarial interna.
Severin Schwan, su gerente general, percibe un salario
anual superior a los 15 millones de
francos suizos (16 millones 680 mil dólares), lo que equivale a 307 veces el salario más bajo en esa empresa.
Dicho de otra manera: un empleado de Roche con el salario más bajo debería trabajar durante más de 25 años para ganar un salario mensual de Schwan, quien hasta 2022 también ocupó un sillón en el directorio del hoy difunto Banco Credit Suisse.
Ralph
Hamers,
director de la Unión de Bancos Suizos (UBS), y
Vasant Narasimhan, director de Novartis, ocupan el segundo y el tercer lugar en
la escala de los ejecutivos mejor pagados, con sueldos anuales de 12 millones 640 mil y 10
millones 960 mil francos suizos, respectivamente.
Según el estudio de UNIA, la UBS ocupa la segunda posición en la escala de
brechas salariales, y la empresa de energía ABB,
la tercera. Le siguen la Nestlé (grieta salarial
de 202 veces entre el director y los empleados
con salarios inferiores), Logitech (198), Novartis (190), Alcon (187) y Zúrich Seguros (185).
Entre las 37 empresas evaluadas, que en su
mayoría cotizan en la Bolsa de Valores, se
encuentran nombres de primer nivel mundial como Swatch (brecha salarial de 165 veces), Holcim (154), Swiss Re (122), Julius Bär
(116) y Adecco (91), por citar solo algunas.
Los
salarios bajos financian las ganancias astronómicas.
No hay
lugar para falsos argumentos. La tendencia bajista de
los salarios en las grandes empresas suizas,
especialmente entre las-los trabajadores menos
pagados, no se corresponde con los exitosos resultados económicos de las
mismas. Todo lo contrario: en 2022, los accionistas de
las 37 empresas analizadas recibieron un total
de casi 76 mil millones de francos suizos (unos 84 mil 523 millones de dólares). A la cabeza y, como siempre, Nestlé,
Novartis, Roche y UBS, con repartijas de ganancias de más de 50 mil millones de francos (unos 55 mil 607 millones de
dólares). Estas cuatro empresas se encuentran
entre las diez primeras con las brechas salariales internas
más profundas. Según el estudio de UNIA, las mismas
“se comportan
descaradamente, distribuyendo unilateralmente sus beneficios mediante repartos
de capital en lugar de aumentar los salarios”.
Esta investigación concluye que, a pesar de la pandemia de Covid 19, los problemas en la cadena de suministros, la INFLACIÓN
y la guerra entre Rusia y Ucrania, los beneficios empresariales y las distribuciones de capital entre los accionistas
han continuado en aumento en los últimos años. En síntesis:
“Las empresas con
una amplia brecha salarial también se
caracterizan por repartos especialmente elevados
entre los accionistas, aunque podrían ajustar
fácilmente los salarios más bajos hasta un nivel
decente”.
Las cifras
hablan por su
cuenta. Y la investigación explica de qué manera
los enormes y crecientes beneficios de dichos grupos se distribuyen injustamente. Los directivos
siguen recibiendo primas absurdamente altas y los accionistas se benefician gracias a generosos dividendos y recompensas en concepto
de acciones.
Diez años
después de una votación popular que significó una victoria
para la Iniciativa contra las Remuneraciones Abusivas, la cual
procuraba, justamente, frenar salarios y
recompensas empresariales exorbitantes, el
estudio de UNIA concluye que,
retrospectivamente, esa iniciativa ha demostrado ser
una ilusión.
UNIA insiste que son las-los trabajadores quienes están pagando el precio
de esa mala distribución global de ingresos en
la sociedad helvética. Mientras los directivos y accionistas amontonan beneficios, las-los trabajadores tienen que aceptar
recortes del salario real.
Para justificar esta
iniquidad los empresarios no dudan en argumentar
que se trata de un contexto económico difícil,
con su consecuente reducción de los márgenes de beneficio. Sin embargo, el estudio salarial refuta estos argumentos basándose en
que las empresas investigadas obtienen ganancias astronómicas, que les podría permitir el pago de salarios
decentes y actualizados para todos sus empleados.
Pobreza creciente
En mayo pasado, la Oficina
Federal de Estadística (OFS) constató que en 2021
el 5% de la población suiza
tuvo que prescindir de determinados «bienes, servicios
y actividades sociales importantes» por falta de
dinero. Por ejemplo: el 7,9% no pudo
comprar ropa ni comer o beber con amigos una vez
al mes, como solía hacerlo. A pesar de que este indicador
medio es más bajo que en el resto de Europa,
donde la cifra alcanza el 11,9%, la tendencia en
Suiza es también de aumento permanente, pasando
de 8,5% en 2020 a 8,7%
en 2021.
La
realidad helvética revela que unas 745 mil personas (de
un total de ocho millones 703 mil) viven con ingresos por debajo
del umbral de pobreza, dos mil 289 francos suizos (unos dos mil 534 dólares) al mes para una persona sola, y tres mil 989 francos
suizos (unos cuatro mil 434 dólares) mensuales
para dos adultos y dos niña-os. Las y los extranjeros, las personas solas, las familias a cargo de una sola persona adulta, o
aquellas que carecen de formación postescolar o
de un empleo fijo, son las más afectadas.
Aunque en otros países estas cifras pueden parecer enormes, la realidad helvética es otra. En un país donde una persona necesita unos 400 francos (444 dólares) por mes para el seguro médico; no menos de mil 300 francos (mil 445 dólares) para el alquiler de un pequeño departamento de un solo ambiente (o como máximo, de dos dormitorios) y además debe apartar dos meses de sueldo para impuestos federales, cantonales y municipales, las cifras que determinan la situación de pobreza son extremadamente bajas. Para este sector, la atención odontológica es, por ejemplo, un artículo de lujo inaccesible. ¿Cómo pagar 220 francos (244 dólares) por una visita para higiene dental, 600 francos (660 dólares) para una extracción dental o cuatro mil 500 francos (cuatro 950 dólares) para un implante?
Cáritas Suiza, en un documento reciente,
sostiene que la pobreza ha aumentado «de forma significativa y continuada» desde 2014, y
que la demanda de alimentos y productos cotidianos en sus “tiendas de caridad” abiertas a la población de menos
recursos continúa aumentando. La tercera semana de
septiembre, Hubert Péquignot, responsable de esa
ONG en Neuchâtel,
anticipaba que cerca de una cuarta parte de la población de ese cantón
“podría encontrarse
en graves dificultades financieras el año que
viene si no se hace nada para compensar la subida de las primas del seguro médico”
En declaraciones al cotidiano Le Courrier, Péquignot explica que una de
las variables esenciales del presupuesto son los
alimentos. Y afirma que, si bien la gente
continúa alimentándose ya que no se vive en una situación de guerra o hambruna,
sin embargo, se está perdiendo la calidad de lo que consume:
“Alimentos muy
sencillos y repetitivos, como pastas. Algunos renuncian a un trozo de queso”.
Y recuerda que el 20% de la población en
ese cantón es pobre o está expuesto a caer en la
pobreza. Debido a las repercusiones de la pandemia y el elevado costo de
vida, este nivel aumentará en los
próximos años.
“Con el incremento
ya anticipado del 10% al 12% de las primas del seguro médico, de un 20
a un 30% de la población tendrá
dificultades para salir adelante. La situación va a ser muy complicada a muy
corto plazo”, concluye el directivo de Cáritas.
El flash sobre la realidad suiza encuentra similitudes y constantes en
toda Europa. La tendencia es continental (y aun
mundial): la caída del salario real en paralelo
a los aumentos siderales de las ganancias de las
grandes empresas y grupos multinacionales. Todo
esto acompañado del discurso empresarial mentiroso del “no
se puede aumentar los salarios debido a la crisis”. La gran economía no
solo sigue ganando fortunas; también se adjudica el discurso “cultural” hegemónico de lo posible y lo imposible cuando se
discute sobre la distribución del ingreso.
rmh/sf
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