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“Los
responsables del censo coincidieron en que la baja tasa de natalidad fue el factor que más ha influido en el
estancamiento de la población.
Desde 2021, además,
murieron más personas de las que nacieron: 39.000 frente a 32.000. Por otro lado, la emigración
no fue mencionada como un causal de peso en este
detenimiento, como pudo serlo en otros tiempos. De hecho, casi 600.000
uruguayos residen actualmente en
el exterior. Los expertos en demografía estiman que en este periodo intercensal 2011-2023, el número de
personas que emigró sería similar
al que retornó. De modo que esa corriente no
habría movido la aguja en términos demográficos,
algo que sí ocurrió levemente con la llegada de nuevos extranjeros.
“Si no fuera por la inmigración seríamos menos”, dijo Isaac Alfie, presidente
de la Comisión Nacional de Censo, en la
presentación de los resultados preliminares. En los últimos 12 años, casi 62.000 personas
nacidas en el exterior se instalaron en Uruguay, provenientes sobre todo de Venezuela (27%), Argentina (22%) y Cuba (20%). Este movimiento migratorio permitió que la población
uruguaya creciera un ajustado 1% y evitó
que se redujera. “Ojalá hayamos entrado en una nueva
ola de inmigración que le permita al país sostener su población e incrementarla”, remarcó Alfie. En total, el 3% de la población que
vive en suelo uruguayo nació en el exterior.
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¿ESTÁN
LOS URUGUAYOS EN VÍAS DE EXTINCIÓN?
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Los datos
preliminares del Censo 2023 muestran que la
población de Uruguay creció solo el 1% en 12 años gracias a la llegada de inmigrantes. “Ojalá
hayamos entrado en una ola de inmigración”, expresan las autoridades.
Por Gabriel Díaz Campanella.
Montevideo lunes 4 de diciembre del 2023.
Fuente. El País martes 5 de diciembre del 2023.
El número de
habitantes de Uruguay se estanca, los nacimientos caen en picada y se acelera el envejecimiento
de la población. De acuerdo con los datos preliminares del Censo 2023, en el país sudamericano hay 3.444.263 personas, tan
solo el 1% más de
lo registrado en 2011. El magro aumento de la población se explica, según las cifras presentadas la
semana pasada, por la llegada de casi 62.000 inmigrantes. Esta tendencia, que es histórica, se disparó en los últimos años y dio pie a presagios apocalípticos. “Somos un pueblo de viejos, con peligrosos signos de
extinción”, había dicho en 2011 el expresidente uruguayo José Mujica, en ocasión del censo anterior.
En 2011 en Uruguay habían nacido
46.000 personas. Aquel año el Instituto Nacional de Estadística (INE) proyectaba el nacimiento de unas 44.000 para 2022, pero los nuevos uruguayos fueron
apenas 32.000. “Cada niño va a ser muy precioso”, afirmó Diego Aboal,
director del INE, en el acto de presentación del
Censo 2023. Allí se explicó que la desaceleración del crecimiento poblacional es
un fenómeno global, (¿N0?) que en Uruguay
comenzó a registrarse desde 1985 y se agudizó
con la caída de los nacimientos a partir de 2016.
En estos siete años
la tasa global de
fecundidad, que mide la cantidad promedio de hijos por mujer, cayó de 2,0 a 1,2. ¿NO? FINAL*
“El
descenso de la fecundidad se da en la dirección esperada, pero con un ritmo
inesperadamente veloz”, dice a EL PAÍS Ignacio Pardo, doctor en Sociología
e investigador del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de la República). Más
de la mitad de ese descenso se dio entre mujeres
menores de 25 años, continúa Pardo, lo
que incluye la caída de los embarazos
adolescentes no intencionales. ¿Qué ha ocurrido? Ha habido una mayor
capacidad para planificar,
explica, políticas
públicas específicas y la masificación de
métodos como el implante
anticonceptivo subdérmico, entregado y colocado sin costo en la sanidad pública.
En el resto
de las edades, la caída de la fecundidad es multicausal. Pardo menciona, entre otros, los
problemas para conciliar el trabajo remunerado
con la crianza de los hijos o la “puesta en cuestión” de
la maternidad como
un plan superior a todos los demás. También la incertidumbre laboral o conyugal pudo haber influido en muchas mujeres, que en total
conforman el 52% de la población.
“Quizás
algunas de estas dimensiones se modifiquen y la fecundidad
no sea siempre tan baja, pero es altamente probable que no vuelva a estar arriba de los dos hijos por mujer en
promedio”, añade el investigador.
“Es un escenario al que hay que adaptarse más que combatir, para
concentrar los esfuerzos en el bienestar de la
población en este contexto demográfico”,
sostiene. Pardo se
distancia de las posturas alarmistas
que pronostican una eventual
extinción de los uruguayos, como ocurre entre algunos políticos o académicos.
Lo vaticinó Mujica en 2011 y más adelante Benjamín Nahum, connotado historiador:
“Los nacimientos no
cubren la tasa de mortalidad
de la población uruguaya. ¿Eso qué quiere decir?
Que se puede hacer la cuenta matemática para
saber cuándo los uruguayos vamos a desaparecer”, decía Nahum al periódico local El País, en 2017.
En este contexto el alarmismo es habitual, comenta Pardo, atribuible a cierta nostalgia por el “aparente poderío” de las poblaciones crecientes, distintas al caso uruguayo. Uruguay llegó a los 3 millones en 1986 y actualmente, con menos de 3,5 millones, “asiste al fin de su crecimiento poblacional”, señala. La tendencia ha sido permanente “en distintas velocidades”, marcada por la tasa de fecundidad históricamente baja en una población mayoritariamente urbana. Sobre esto último, la tendencia también es categórica: el 96% de los uruguayos vive en ciudades, concentrándose en las principales capitales de la costa sur del país.
Los
responsables del censo coincidieron en que la baja tasa de natalidad fue el factor que más ha influido en el
estancamiento de la población.
Desde 2021, además,
murieron más personas de las que nacieron: 39.000 frente a 32.000. Por otro lado, la emigración
no fue mencionada como un causal de peso en este
detenimiento, como pudo serlo en otros tiempos. De hecho, casi 600.000
uruguayos residen actualmente en
el exterior. Los expertos en demografía estiman que en este periodo intercensal 2011-2023, el número de
personas que emigró sería similar
al que retornó. De modo que esa corriente no
habría movido la aguja en términos demográficos,
algo que sí ocurrió levemente con la llegada de nuevos extranjeros.
“Si no fuera por la inmigración seríamos menos”, dijo Isaac Alfie, presidente
de la Comisión Nacional de Censo, en la
presentación de los resultados preliminares. En los últimos 12 años, casi 62.000 personas
nacidas en el exterior se instalaron en Uruguay, provenientes sobre todo de Venezuela (27%), Argentina (22%) y Cuba (20%). Este movimiento migratorio permitió que la población
uruguaya creciera un ajustado 1% y evitó
que se redujera.
“Ojalá hayamos entrado en una nueva ola de inmigración que le permita al país sostener su población e incrementarla”, remarcó Alfie. En total, el 3% de la población que vive en suelo uruguayo nació en el exterior.
Población migrante llegada a Uruguay en la última década.
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Capítulo aparte
mereció el acelerado envejecimiento
de la población de Uruguay.
En ese sentido, los datos presentados muestran que en 2004 la edad media de los uruguayos era de 29 años,
mientras que en 2023 es de 38 años. Asimismo, reflejan que el 16% tiene más de 65 años; que son más de 26.000
los mayores de 90
años y 822 los mayores de 100, el doble que en 2004.
“Tenemos desafíos en políticas públicas de
salud y educación, cuidados y
seguridad social”,
remarcó Aboal, director del Instituto Nacional de Estadística. Y especificó:
“Vamos a tener que tomar medidas si queremos
mantener el Estado de bienestar que tenemos, con
menos gente trabajando”.
Una
población que no crece, insiste el sociólogo
Pardo, no necesariamente está en problemas.
“Los eventuales problemas, en mi opinión, deben
buscarse en los niveles de bienestar
y desigualdad de las sociedades, que se vinculan con lo demográfico, pero no en
un sentido lineal”, apunta. En el caso de Uruguay,
Pardo ejemplifica esa desigualdad
con la pobreza infantil que afecta a aproximadamente a 157.000 menores. “Tiene sentido concentrar
esfuerzos en los niños ya nacidos, más que
incentivar posibles nacimientos futuros, dado
que tampoco es muy claro en qué medida esas políticas
pueden funcionar”, concluye.
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Una población
que envejece en el mundo, exige de los Estados mayor pensión, atención en salud
y "salir de la sociedad del silencio y la soledad". EL ABANDONO.
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¿NOTA?
Hoy nen el mundo somos más de 8 mil millones de seres humanos. Si es cierto
la tendencia al envejecimiento – hoy se habla de la “Cuarta Edad LA VEJEZ” comprende entre los 80 a los 95 años. También es cierto que más del 80% hoy de la población mundial vive en la Ciudad (En especial La CIUDAD
CLOBAL) producto del proceso de migración intensiva,
generada por la Globalización. Pero India y China, tiene hoy un “crecimiento
poblacional” al haber fracasado igual que Europa (con población “vieja y muy vieja”) las políticas de “control de la natalidad”.
Ostensiblemente disminuyeron los nacimientos, pero creció la “población de mayor edad” lo que hoy es muy lógico,
donde los Sociólogos estamos investigando, es
aumento global de la población mayor, el aumento de la Edad
de Sobrevivencia. En concreto en el caso uruguayo, desde nuestra modesta
Opinión se tiene que REVISAR las Políticas Públicas,
con relación a la “Planificación Demográfica”. Que
está pasando con la Juventud
– con la misma atención profesional a Hombres y Mujeres – tomando en consideración de
que el País aún mantiene – es el único, aunque con serios tropiezos en los
últimos tiempos – un Estado
de Bienestar Social. Pablo Raúl (con errores subsanables)
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