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“El
panorama latinoamericano no es alentador. Sin embargo, la CEPAL
argumenta que el continente no debe resignarse al
diagnóstico de una economía
paralítica, sino buscar puertas de escape al actual
laberinto. Una manera de lograrlo, según esta organización, consiste en dinamizar la actividad económica: “Es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo
con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para
potenciar la movilización de recursos”.
Según la CEPAL, estas directrices de desarrollo
productivo deben complementarse con políticas
macro y financieras que permitan un adecuado manejo de los riesgos
financieros y cambiarios que enfrenta la región y
que además estimulen la movilización de recursos
internos con el propósito de ampliar el espacio fiscal e incrementar la inversión y la productividad. Tan importante como esta
propuesta, el impulso de propuestas y políticas “que permitan una mayor inclusión y la reducción de las grandes desigualdades que caracterizan a la región,
destacando las de género”. CEPAL también le
advierte desafiante a la comunidad internacional que “son necesarias reformas a la arquitectura financiera y tributaria
internacional para acompañar a los países del continente latinoamericano
en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, movilizando
recursos hacia la región”.
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AMERICA
LATINA.
NUBARRONES
ECONÓMICOS, RECUPERACIÓN POSTERGADA.
*****
Por Sergio
Ferrari.
Fuente.
Prensa Latina, viernes 29 de diciembre del 2023.
Artículos
Firmas Selectas.
En
2024 el crecimiento económico previsto para América Latina será todavía menor
que en 2023: perspectivas sombrías para un
continente que no logra escapar de la crisis
internacional. Crecerá
poco el próximo año: apenas un 1,9%, es decir, menos que el magro 2,4% de 2023. Así lo anticipa el
Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2023
publicado la segunda semana de diciembre por la Conferencia Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) (https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/3134f367-6f78-4e17-b22c-2120d1a73df1/content).
Crecimiento
a la baja en 2024
Esta perspectiva
de bajo crecimiento
tendrá al menos tres
efectos: menor creación de empleo; marcada
persistencia del trabajo informal e incremento
de las diferencias salariales entre hombres y mujeres, en
detrimento de éstas.
Según la CEPAL, se estima que en los próximos doce meses América del Sur padecerá “una
desaceleración del crecimiento regional” con respecto a los niveles de 2023: 1,4% versus 1,5%.
Por su parte, Centroamérica y México un 2,7% versus 3,5%, mientras que el Caribe
(sin incluir Guyana), 2,6% versus 3,4&.
Este decline prolonga una tendencia decreciente bien marcada con respecto a 2022, cuando estas tres subregiones crecieron 3,8, 4,1 y 6,4%, respectivamente.
En cuanto al mercado de trabajo, el número de personas ocupadas en 2023 creció solo un 1,4%,
lo que representa una reducción de cuatro puntos porcentuales con respecto al 5,4% del 2022. Las
perspectivas para 2024 son aún más alarmantes ya
que el número de ocupados aumentaría sólo el 1%.
Según la CEPAL, organismo regional dependiente de las Naciones
Unidas, estas proyecciones para 2024 reflejan no solo el bajo dinamismo del
crecimiento económico, sino también del comercio global, “lo que se traduce en un limitado impulso desde la economía
mundial”. Adicionalmente, su Balance Preliminar 2023
señala el
“limitado
espacio interno de la política fiscal y
monetaria que enfrentan los países de la región”, en gran medida debido al
impacto de la inmensa deuda pública.
Por otra
parte, aunque la inflación (como tendencia
continental) ha disminuido, las tasas de interés que
definen las economías de los países desarrolladas no se han reducido. Esto
significa que los costos de financiamiento se
hayan mantenido en niveles elevados durante todo el año 2023 y se espera que continúen así durante los próximos años, lo
que penaliza a los países del Sur.
La crisis argentina.
Según los
datos del Balance Preliminar de la CEPAL, en
términos de crecimiento Argentina ocupa en 2023 el último puesto entre los países del continente.
Su crecimiento negativo de -2,5% (incluso por
detrás de Haití, con -1,8%) ha sido resultado del “impacto
combinado de la caída de la inversión y las exportaciones”. (https://repositorio.cepal.org/server/api/core/bitstreams/9e07ef2f-7fa1-4e33-8ed5-2d99ebbe4bf6/content).
La
baja de inversiones se debió a una creciente incertidumbre
macroeconómica y política.
Las de las exportaciones, a una de las
sequías más graves de las últimas décadas, lo
cual afectó al complejo agroexportador y
exacerbó una serie de desequilibrios macroeconómicos de largo alcance.
La
inflación al mes de octubre, un período caracterizado por
tensiones en el frente externo, incertidumbre
política por las elecciones presidenciales y un persistente déficit fiscal, llegó al 143%
Sin embargo,
las soluciones mágicas no parecen estar a la mano. Para 2024, la CEPAL proyecta una contracción o crecimiento negativo
del 1,0% como consecuencia, fundamentalmente,
del arrastre estadístico que dejará 2023 (al
momento de cierre del Balance no se conocían en detalle las medidas de política económica que adoptó el 20 de diciembre el
nuevo Gobierno).
Economía
mundial en baja
Según la CEPAL, el crecimiento de la economía mundial también
experimentará un decline: de 3,0& en 2023, a 2,9% en 2024.
Algo para tomar muy en cuenta si se recuerda un promedio de 3,8% entre 2000 y 2019.
En cuanto a
los países desarrollados, o de economías
avanzadas, todo indica una
desaceleración del crecimiento de 1,5% en 2023 y 1,4% en 2024, muy por detrás del 2,6% en 2022. Indicadores que se ubican en un contexto
internacional marcado por un desempeño mejor que el proyectado de los Estados Unidos, pero peor que el previsto en la Unión Europea. Es decir, del primer
y el tercer socio comercial de América Latina.
América Latina "muy enferma" y convaleciente 2023.
***
Con respecto
a los precios de las materias
primas, los bienes no energéticos han
mantenido durante este año la misma tendencia decreciente, con un promedio de 11% menos que en 2022. Los bienes energéticos (en particular el petróleo), experimentaron un aumento
desde la segunda mitad del año; sin embargo, se mantendrán un 21% por debajo de los
niveles promedio en 2022.
También otros
factores internacionales salpican y condicionan
a América Latina. Por ejemplo, las políticas monetarias restrictivas en los países
desarrollados, así como los altos niveles de inflación, muy por encima de los topes propuestos
y del 3,6% de la década previa a la pandemia.
En el ámbito financiero, las condiciones de financiamiento
continúan siendo significativamente restrictivas.
De hecho, el nivel actual de restricción no se había visto desde la crisis financiera mundial de 2008-2009. El endurecimiento de las condiciones
financieras refleja la contracción de la liquidez mundial en 2023, que se produjo de
manera simultánea en los Estados Unidos, la zona
del euro y el Reino
Unido, algo que pocas veces se había observado antes.
Por otra parte, como puntualiza la CEPAL, dentro de este contexto financiero más restrictivo el nivel de la deuda mundial ha alcanzado un máximo histórico, especialmente en las economías desarrolladas. Esto, a su vez, ha contribuido a un mayor endeudamiento de los países en vías de desarrollo, incluidos los de América Latina y el Caribe. Inevitablemente, también ha aumentado el riesgo de suspensión de pagos por parte de varios países emergentes.
Dentro de
este complejo marco internacional, sin embargo, el bajo crecimiento que se
espera de las economías latinoamericanas en 2023 y 2024 habla no solo de un
problema coyuntural, sino también de un decline tan consistente como duradero.
Los datos parecen confirmarlo: mientras que el Producto Bruto Interno (PBI) en
el período 1951-1979 creció más del cinco por ciento anual, durante 1980-2009
aumentó menos del tres por ciento anual, y de 2010-2024 a no más de 1,6 por
ciento.
Miradas desde
Europa
La prensa
europea tomo nota de las proyecciones de CEPAL sobre el desmejoramiento de la
salud de las economías latinoamericanas.
En su reciente análisis
“El crecimiento en los países de América Latina y el
Caribe está perdiendo fuerza”, el 18 de diciembre el periódico francés Les
Echos comenta que dicho decline regional representa un “parón del crecimiento”
y sostiene que las proyecciones decepcionantes de CEPAL
se deben a la desaceleración del “efecto de
recuperación del Covid” y a menores precios de muchas de las materias
primas procedentes de Latinoamérica.
Además, menciona
“la falta de confianza política, particularmente en Chile,
Colombia y Perú” con procesos fragilizados por la transición (en los dos
primeros) y de perfil represivo en el caso de la nación
andina (https://www.lesechos.fr/monde/ameriques/la-croissance-des-pays-damerique-latine-et-des-caraibes-sessouffle-2042040).
El artículo
también destaca la tasa de crecimiento brasilera en
2023, mucho mejor de lo esperado, ya que podría
alcanzar un tres por ciento, dos puntos porcentuales más que el escaso uno por
ciento que los analistas proyectaban a inicios del año. En cuanto a Argentina, “no sabemos qué puede pasar”, aunque
vaticina que los recortes presupuestarios que el nuevo presidente, el ultraliberal Javier Milei,
podría instituir “probablemente provocarán una recesión en 2024”.
También el 14 de diciembre, y en coincidencia con la presentación
del Balance Preliminar de la CEPAL en Santiago
de Chile, el cotidiano español El País informó
que
“el
organismo de Naciones Unidas ajustó sus
estimaciones para la región para este año y el próximo, alertando como
consecuencia la persistencia de elevados niveles de informalidad y grandes brechas de género”.
Según El País, que se hace eco de las proyecciones de la CEPAL, en
2023 el PIB per cápita
en Latinoamérica será igual al de hace una década. La debilidad económica que
enfrenta la región sin duda constituirá “una prueba
para los gobiernos el próximo año” (https://elpais.com/chile/2023-12-14/la-cepal-proyecta-un-crecimiento-del-22-en-latinoamerica-para-2023-y-advierte-del-impacto-en-el-mercado-laboral.html).
La británica BBC pone el acento en la observación de la CEPAL sobre el impacto negativo del
“bajo dinamismo
del crecimiento económico y el comercio global” actual sobre la región en
general. Esta contracción o enfriamiento global determina
que América Latina reciba un impulso limitado
desde la economía mundial. Y puntualiza que el impacto será aún mayor para
aquellos países cuyo principal socio económico es el gigante chino.
Fundamentalmente Chile, que le vende a China el 39% de sus bienes exportados; Perú y Panamá, el 32%, y Brasil y Uruguay, el 27
Opciones
para salir de tormenta
El panorama
latinoamericano no es alentador. Sin embargo, la CEPAL argumenta que el continente no debe resignarse al diagnóstico de una economía paralítica, sino
buscar puertas de escape al actual laberinto.
Una manera de lograrlo, según esta organización, consiste en dinamizar la actividad económica:
“Es necesario escalar las políticas de desarrollo productivo
con una mirada en sectores estratégicos dinamizadores, impulsar políticas para promover la inversión pública y privada, y adecuar el marco de financiamiento para
potenciar la movilización de recursos”.
Según la CEPAL, estas directrices de desarrollo
productivo deben complementarse con políticas
macro y financieras que permitan un adecuado manejo de los riesgos
financieros y cambiarios que enfrenta la región y
que además estimulen la movilización de recursos
internos con el propósito de ampliar el espacio fiscal e incrementar la inversión y la productividad.
Tan
importante como esta propuesta, el impulso de propuestas y políticas
“que permitan una mayor inclusión y la reducción de las grandes desigualdades que caracterizan a la región, destacando las de género”.
América Latina, desafíos en el camino a la recuperación.
***
CEPAL también le
advierte desafiante a la comunidad internacional que
“son
necesarias reformas a la arquitectura financiera y
tributaria internacional para acompañar a los
países del continente latinoamericano en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, movilizando
recursos hacia la región”.
Inclusión
social y políticas que ayuden a reducir las desigualdades. Recetas
realizables o simples sofismas económicos para un continente no solo aletargado
en su crecimiento sino también crucificado por la injusta redistribución de sus
ingresos. Y que solo cambiando de rumbo podrá sacar la cabeza del agua. Modificando su actual
rol de continente agroexportador; promoviendo una propuesta de desarrollo de la
industria nacional e integración regional complementaria;
posicionándose con rigor frente al tema agobiante y paralizante de la eterna
deuda externa. Pistas hay, lo que falta es voluntad
política de cambio.
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