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¿En el Perú estamos haciendo todos los méritos para que esta democracia
muera o aún estamos a tiempo de no convertirnos en una especie de
Guatemala? -Bueno,
Perú está a medio camino de Guatemala. Si se muere la democracia peruana, que está muy mal actualmente, se
va a morir, por lo menos, con
una enfermedad que es un poco diferente al caso de Fujimori hace una generación. Alberto Vergara y Rodrigo Barrenechea están
viendo un libro sobre la extraña muerte de la democracia peruana, que está mu Politólogo, profesor en la Universidad
de Harvard, Estados Unidos, y autor del libro
Cómo mueren las democracias. riendo sin dictador.
Pero sí (nuestra democracia), está haciendo todos los méritos para
morir. Lo peor y lo más peligroso es la falta de rendición de cuentas y la falta de respuesta ante la gente. O sea, las encuestas
en el Perú son muy claras. Y lo que la gente quiere es elecciones, por
ejemplo. La gente quiere rendición de cuentas por los casi 50 muertos a manos del Estado peruano y
la gente quiere un alto a la corrupción, un
cierto control de la corrupción. Lo que hace la
presidenta y el Congreso
es al revés, es
escupir en la cara de la gran mayoría de los peruanos y decirnos “no nos importa lo que ustedes quieren, no nos importa
qué quiere la sociedad, vamos a hacer lo que nos da la gana: protegernos,
hacernos ricos y quedarnos en el poder, aunque no
tengamos legitimidad”.
-Han perdido el descaro, ¿no? -El costo que va a pagar el sistema político peruano va a ser enorme. ¡No pueden cagarse en la gente por dos o tres años
y esperar que el sistema político sobreviva! Esto va a
terminar muy mal.
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Análisis. Politólogo Steven Levitsky hace un balance de lo que fue este año 2023 con este Gobierno. “Hay una situación política muy fragmentada”, afirma. Foto: difusión.
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STEVEN
LEVITSKY: “EL PERÚ ESTÁ SIENDO GOBERNADO POR UNA COALICIÓN DE CORRUPTOS Y
AUTORITARIOS”
*****
El politólogo, profesor en la Universidad de Harvard, Estados Unidos, y autor del
libro Cómo mueren las democracias analiza el
panorama político del país y alega que la protesta
pos-Castillo asustó mucho a los sectores urbanos.
Por Diego Quispe.
Fuente. La República 31 de diciembre del
2023.
En esta entrevista,
el politólogo Steven Levitsky comenta cómo la
coalición entre el régimen de Dina
Boluarte y el Congreso socava la
democracia, y pone énfasis en que nuestro país se encuentra en una situación
similar a la de la dictadura
de Alberto
Fujimori, con la diferencia de
que ahora hay una alianza más amplia, pero a su vez frágil.
-Hace casi un año cuestionó el exceso de violencia del Gobierno. ¿Cómo definir
el Gobierno de Dina Boluarte? ¿Un régimen autoritario?
-El Perú obviamente está en transición y el
Gobierno de Boluarte es una especie de híbrido. No estamos
en un régimen sólido o institucionalizado en una situación de alta inestabilidad. Mencionaste el excesivo uso de fuerza hace un año, yo diría que fue una masacre
de parte de las fuerzas de seguridad del Estado y
ha pasado un año y no hay rendición de cuentas, no hay justicia después de esa
tremenda masacre del tamaño que no estamos acostumbrados a ver en democracia. Una definición básica de la democracia moderna
exige elecciones libres, el derecho de votar y
la protección amplia de los derechos cívicos y humanos. Para mí,
primero, con la masacre de casi 50 personas y segundo, con la ausencia casi
total de rendición de cuentas después de esa masacre, el Perú empieza a violar
abiertamente ese último criterio de la democracia. No hay en el régimen actual protección
amplia de derechos civiles y humanos. Entonces, para mí el
régimen actual deja de ser plenamente democrático. Dictadura es un poco exagerado. Es un Gobierno débil.
Pero plena democracia ya no es.
En esta entrevista, el politólogo Steven Levitsky comenta cómo la coalición entre el régimen de Dina Boluarte y el Congreso socava la democracia, y pone énfasis en que nuestro país se encuentra en una situación similar a la de la dictadura de Alberto Fujimori, con la diferencia de que ahora hay una alianza más amplia, pero a su vez frágil.
-Hace casi un año cuestionó el exceso de violencia del Gobierno. ¿Cómo definir
el Gobierno de Dina Boluarte? ¿Un régimen autoritario?
-El Perú obviamente está en transición y el
Gobierno de Boluarte
es una especie de híbrido. No estamos
en un régimen sólido o institucionalizado en una situación de alta
inestabilidad. Mencionaste el excesivo
uso de fuerza hace un año, yo diría que fue una masacre de parte de las fuerzas de seguridad del Estado y ha
pasado un año y no hay rendición de cuentas, no hay justicia
después de esa tremenda masacre del tamaño que no estamos
acostumbrados a ver en democracia. Una definición básica de la democracia moderna exige
elecciones libres, el derecho de votar y la protección amplia de los derechos
cívicos y humanos. Para mí, primero,
con la masacre de casi 50 personas y
segundo, con la ausencia casi total
de rendición de cuentas después de esa masacre,
el Perú empieza a violar abiertamente ese último criterio de la democracia.
No hay en el régimen actual protección
amplia de derechos civiles y humanos.
Entonces, para
mí el régimen actual deja de ser plenamente democrático. Dictadura es un poco exagerado. Es un Gobierno débil.
Pero plena democracia ya no es.
-¿Por qué duda que el Gobierno pueda durar hasta el 2026?
-Porque es un Gobierno muy frágil y todas las
bancadas en el Perú son muy frágiles.
Es una situación política muy fragmentada. Entonces, hay una coalición que yo
llamaría autoritaria, que hoy en el Perú es una coalición de corruptos y
autoritarios. En vez de tener un Fujimori y un Vladimiro
Montesinos, tienen prácticas sostenidas entre varios grupos pequeños
que fácilmente pueden fragmentarse. Y es un poco como Guatemala, tiene una situación parecida. No hay Fuerzas
Armadas en el poder, no hay partidos sólidos, no hay un líder consolidado
en el poder como Fujimori y Nayib Bukele
en El Salvador. Es una coalición
fluida y fragmentada. Y por eso creo que es bastante factible, sobre todo por su falta de popularidad del
Gobierno, una ruptura.
-La otra idea que mencionó fue que hay una sociedad exhausta ante todo lo
que pasa. Hubo convocatorias de protestas contra el Gobierno y el Congreso,
pero no han tenido la acogida que se esperaba. ¿Por qué, pese a todo lo que
pasa, la sociedad sigue exhausta?
-La protesta masiva y la movilización social es siempre difícil de
predecir. Puede ocurrir cuando uno no espera. Muchas veces uno piensa que hay condiciones para las protestas y no son
(grandes). Pero en el Perú, me parece,
una movilización requiere de los sectores medios urbanos. La caída de Merino, hace unos años, fue producto de una movilización que incluía a gran parte de los sectores medios
urbanos. La protesta tras la
caída de Pedro Castillo fue,
sobre todo, en provincia y le dio un
susto tremendo a casi todo Lima, sobre todo a la élite. Y me parece que los sectores medios limeños ahora no están tan dispuestos a juntarse con los sectores calificados como radicales. Hay una brecha mucho más grande que antes
entre los sectores de provincia y medios urbanos. Con esa división, no creo que tenga éxito
la protesta.
-¿A qué se debe esa brecha?
-Como sabes bien, siempre hubo una brecha entre
Lima política y el resto del país.
Coalición. Ejecutivo y fujimorismo. Los une el autoritarismo. Foto:
difusión.
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-Pero se ha agudizado en este periodo.
-Sí. Mira, Castillo
y la protesta pos Castillo asustó mucho a los
sectores urbanos y a la costa. Le dio un susto tremendo y el miedo es una
de las razones por la que mucha gente en Lima está dispuesta a aceptar el Gobierno
y la situación actual porque lo prefieren a una situación de inestabilidad y amenaza desde el interior del país. Yo creo que fue una reacción histérica, no
basado en la realidad. La protesta quizás amenazaba al
Gobierno de Boluarte, pero no
existía una amenaza real a los limeños. Pero no fue percibido así. La clase media limeña reaccionó muy mal.
-¿Es atípico que alguien como Boluarte, quien llegó a la presidencia con
Perú Libre y un ideario radical, ahora esté de aliada con la derecha y el
fujimorismo?
-Estamos viviendo en un
país donde los partidos políticos colapsaron hace más de una
generación, un sistema político donde los políticos como clase han desaparecido, no hay. Hay pocos políticos de carrera. La
política está llena de novatos que andan sin partido con proyectos
individualistas. Y Boluarte,
como Castillo, es una política sin experiencia, una novata, que busca, como la
gran mayoría de los políticos, algo individual y no tiene movimiento, no tiene
partido, no tiene ni pasado ni futuro político. Está
buscando sobrevivir. Y un político individual, solo en el mundo, buscando sobrevivir, está
expuesto a un nivel de pragmatismo
que francamente asusta.
-Quiero preguntarle su opinión sobre el comportamiento de nuestras
instituciones al indultar a Alberto Fujimori y desacatar al sistema
interamericano de derechos humanos. ¿Cómo deja esto al Gobierno?
-Lo deja mal. El Perú está siendo gobernado por una coalición de corruptos derechistas y autoritarios, y el fujimorismo es un socio de esa coalición. Y estamos viendo una actitud que muchas veces vemos en gobiernos autocráticos, como en el de Fujimori, Hugo Chávez, Rafael Correa o Bukele. Salvo que no hay un solo líder, sino una coalición de varios actores y operan, no tanto desde el Poder Ejecutivo, sino desde el Congreso y otras instituciones. Están haciendo lo mismo que Fujimori hizo buscando controlar y corromper varias instituciones del sistema judicial y otras para poder protegerse y usarlo de armas contra sus rivales políticos. Es el mismo comportamiento, pero desde el Congreso. Entonces, esa coalición ya no es absolutamente fujimorista, los fujimoristas forman parte de ella. Hace años un objetivo político fue obtener la libertad de Alberto Fujimori y lo lograron. Lograron controlar el Tribunal Constitucional (TC) a fin de cuentas.
Se protegen. Hay una alianza frágil en el Congreso. Foto: difusión.
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-Dentro de esta coalición hay ciertas narrativas. Por ejemplo, dicen que
quienes defienden las instituciones son los “caviares” y progresistas. Antes
les decían comunistas o rojos. Son un mismo sector que desconoce los tratados
internacionales. ¿Cómo definir ese discurso político?
-Iliberales,
antiliberales y antidemocráticos. Son autoritarios y
sus enemigos los definen ellos. Lo que más odian en el
mundo son los caviares. ¿Los caviares qué son? Los que defienden las instituciones y los
derechos. Las instituciones y los derechos son parte de un régimen democrático. Los defensores
de la institucionalidad democrática liberal terminan siendo los caviares.
Y atacan a los caviares y quieren destruir y
están destruyendo la
democracia liberal en el Perú.
-Hace dos semanas fue suspendida la fiscal Patricia Benavides por estar
investigada por presunta organización criminal. ¿El Perú es un país donde no
hay garantías en el sistema de justicia para que prevalezcan los derechos de
los ciudadanos?
-Es muy precario. Mira, yo actualmente estoy en Lima y cuando llegué hace un par de semanas sentí como si hubiera regresado al pasado. Yo vivía aquí a mediados de los años 90, en la época de Fujimori y Montesinos. Ver el comportamiento de los medios e ir a un quiosco y ver varias tapas de periódicos derechistas atacando a Gustavo Gorriti. Ver el comportamiento del fiscal de la Nación haciendo acuerdos, comprando congresistas y utilizando varios tipos de chantaje para controlar el Congreso, ver que los canales de televisión excluyen a los mejores periodistas del país, es como si estuviéramos viviendo la época de Fujimori y Montesinos, pero sin Fujimori y Montesinos. Entonces, sí, la corrupción de la fiscal es un golpe tremendo y es un golpe positivo que haya sido suspendida. Hay instituciones menos corrompidas obviamente, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) sigue siendo una institución todavía más independiente que otras y por eso están desde el Congreso intentando tumbarla.
“Vamos a hacer lo que nos da
la gana”
-¿En el Perú estamos haciendo todos los méritos para que esta democracia
muera o aún estamos a tiempo de no convertirnos en una especie de
Guatemala?
-Bueno, Perú está a medio camino de
Guatemala. Si se muere la democracia peruana,
que está muy mal actualmente, se va a morir, por lo menos, con una enfermedad que es
un poco diferente al caso
de Fujimori hace una generación. Alberto Vergara y Rodrigo Barrenechea están
viendo un libro sobre la extraña muerte de la democracia peruana, que está mu Politólogo, profesor en la Universidad
de Harvard, Estados Unidos, y autor del libro
Cómo mueren las democracias. riendo sin dictador.
Pero sí (nuestra democracia), está haciendo todos los méritos para
morir. Lo peor y lo más peligroso es la falta de rendición de cuentas y la falta de respuesta ante la gente. O sea, las encuestas
en el Perú son muy claras. Y lo que la gente quiere es elecciones, por
ejemplo. La gente quiere rendición de cuentas por los casi 50 muertos a manos del Estado peruano y
la gente quiere un alto a la corrupción, un
cierto control de la corrupción. Lo que hace la
presidenta y el Congreso
es al revés, es
escupir en la cara de la gran mayoría de los peruanos y decirnos
“no nos importa lo que ustedes quieren, no nos
importa qué quiere la sociedad, vamos a hacer lo que nos da la gana:
protegernos, hacernos ricos y quedarnos en el poder, aunque no tengamos legitimidad”.
-Han perdido el descaro, ¿no?
-El costo que va a pagar el sistema político peruano va a ser enorme. ¡No pueden cagarse en la gente por dos o tres años
y esperar que el sistema político sobreviva! Esto va a
terminar muy mal.
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