&&&&&
La movilización
feminista. Decenas de miles de personas,
en su gran mayoría mujeres, ganaron las calles de las principales ciudades latinoamericanas la última semana de noviembre en el marco del Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia de la Mujer: desde Santiago de Chile a Ciudad de México,
pasando por Buenos Aires, Ciudad de Guatemala y Río de Janeiro, por citar solo algunas de
estas incontables protestas. En esa misma jornada, en Europa, se realizaron centenas de manifestaciones
entre otros países en España; en Francia (cerca de 100 mil participantes); Alemania;
Suiza; Italia (las organizadoras hablaron de 500 mil manifestantes en Roma) etc. Otras
movilizaciones masivas se habían dado el 8 de marzo pasado en los rincones
más alejados del planeta, cuando las mujeres y el Movimiento LGBTIK+
enarbolaron sus banderas y defendieron sus reivindicaciones
específicas.
Dinámica social imponente, también, los más de 300 mil manifestantes – predominantemente mujeres– que se movilizaron en toda Suiza el pasado 14 de junio para
participar en la Huelga de Mujeres con el
propósito de exigir, entre otros puntos, la igualdad salarial entre géneros y el respeto a la diversidad. No menos importante, la Asamblea bienal de octubre en Ankara,
Turquía, la cual convocó a más de un centenar de representantes de la Marcha Mundial de Mujeres de 62 países, el movimiento
feminista más activo a escala planetaria. Notable
movilización en un año en que las mujeres
continuaron ganando las calles en defensa de sus
derechos aun cuando las mejoras sustanciales en sus vidas cotidianas y sus
logros sociales siguen esperando.
Y fueron las mujeres, tal vez, las actoras sociales más dinámicas a la escala planetaria. Aun por encima de protestas sindicales y ambientales. Mujeres resistentes, aunque relegadas y ninguneadas. Casi
como siempre…
/////
RELEGADAS, PERO SIEMPRE RESISTENTES.
Mujeres y su lucha cotidiana
por la igualdad.
*****
Por | 19/12/2023 | Feminismos.
Fuente Revista Rebelión martes 19 de
diciembre del 2023.
Fuentes: Rebelión
[Imagen: La lucha de 8 años para exigir justicia por su hija asesinada. Foto
Gustavo Contreras ONU]
Siguen
perpetuándose tiempos difíciles para las mujeres
en América Latina y el resto del mundo: atención
deficiente de la salud, violencia de género e ingresos
desiguales. Pincelazos de un cuadro desafiante a pesar de la creciente
movilización de género y a favor de la diversidad.
Pesadilla postparto
No menos de 40
millones de mujeres padecen anualmente serios problemas de salud como resultado del parto. Entre ellos, dolores
durante las relaciones sexuales en la etapa de puerperio (35%); dolores lumbares (32%);
incontinencia anal o urinaria (8%-31%); ansiedad;
depresión (en torno al 15%); dolores perineales;
tocofobia o miedo al parto, así como infecundidad secundaria.
Sin embargo, muy poco se ha escrito al
respecto. Tal es la conclusión de una serie de artículos publicados por la
revista científica inglesa The Lancet Global Health la primera semana de diciembre bajo el
título «Maternal health in the perinatal period and
beyond» (“Salud
materna durante el periodo perinatal, y más allá del mismo”)
Mujer en el mundo de hoy y los graves problemas pos parto.
***
Tras revisar la bibliografía
de los últimos doce años sobre esta preocupante realidad, los autores de los artículos concluyen que prácticamente
no existe documentación seria ni directrices respetables para el tratamiento
eficaz de dichos problemas, los cuales representan apenas
la mitad de los que suelen acompañar una experiencia tan traumática como
el parto. Asimismo, las deficiencias en materia de
datos son abrumadoras, ya que tampoco existen estudios nacionales
representativos ni de alcance mundial. Por eso no es de extrañar que, a pesar
de la significativa prevalencia de estas afecciones, tanto las prácticas cotidianas como las
políticas de gobierno las hayan ignorado o descuidado en gran medida.
Los autores reclaman que el sistema de salud reconozca como es debido la seriedad
de estas afecciones, muchas de las cuales se
producen cuando las mujeres no pueden acceder a
los servicios de cuidado posnatal. Y también
reivindican la importancia crítica de una atención médica adecuada a lo largo del embarazo y el parto, sin
duda la mejor forma de prevención. De esta manera se podría detectar riesgos y evitar
complicaciones que habitualmente derivan en problemas de salud duraderos.
Proponen, además, un enfoque holístico para reducir el riesgo de mortalidad materna: prestar atención a las causas biomédicas
inmediatas y a la compleja interacción de las condiciones sociales, económicas y medioambientales que repercuten
en gran medida en la salud de la mujer. Por ejemplo,
“las
desigualdades por razones de raza o de género,
así como el contexto económico, la nutrición, la
salubridad, los riesgos ambientales o la exposición a violencia
y conflictos”.
La falta de atención a estos temas fundamentales, argumentan los autores del estudio publicado en The Lancet, explica por qué en 121 países (de un total de los 185 que analizaron) no se han logrado avances significativos en la reducción de la mortalidad materna durante las últimas dos décadas. En consecuencia, abogan por que los Estados desarrollen sistemas de salud adecuados y multidisciplinarios no solo para brindar servicios de maternidad dignos y de calidad, sino también para prevenir condiciones de salud deficitaria y mitigar el impacto de las desigualdades. De ser necesario, también mediante intervenciones específicas orientadas a las mujeres y niñas más vulnerables.
Brutalidad feminicida en Latinoamérica
En 2022, cada
dos horas una mujer latinoamericana fue asesinada –aproximadamente 4.050
mujeres, todas ellas víctimas de feminicidio como expresión extrema de desigualdad, discriminación y muchas otras formas de violencia contra mujeres y
niñas. Así lo revela un Boletín publicado la última semana de noviembre
pasado por el Observatorio de Igualdad de Género de
América Latina y el Caribe, (https://oig.cepal.org/es/documentos/boletin-no2-violencia-feminicida-cifras-la-prevencion-femicidios-obligacion-estados-reto).
Patrocinado por CEPAL (Conferencia Económica para América
Latina y el Caribe), este Observatorio procesó datos recogidos en 26 países del continente que constituyen la
información más actualizada y reciente de la región
sobre este tema. En 2022, más del 70% de las víctimas de feminicidio tenían entre 15
y 44 años; un 4%, menos de 15, y un 8%, más de 60.
Honduras ha sido el país con más crímenes de este tipo, con 6 por cada 100.000 mujeres. Seguido
por República Dominicana, con 2, y El Salvador y Uruguay,
con 1,6 cada uno. Las naciones con menos de una víctima por cada 100.000
mujeres fueron Puerto Rico, Perú, Colombia, Costa Rica, Nicaragua y Chile. Cuba tuvo la tasa
continental más baja: 0,3.
Estas variaciones son pequeñas y no
reflejan dinámicas sostenidas de incremento o reducción,
por lo que no se puede determinar tendencias. Sin embargo, enfatiza el estudio,
“se puede afirmar que la violencia feminicida se mantiene en la región pese a que hay una mayor conciencia pública al respecto, al igual que avances legislativos, respuesta estatal y progresos en la medición”.
Las encuestas
nacionales especializadas de diez países del
continente muestran que entre el 42% y el 79% de las mujeres (aproximadamente dos
de cada tres) han sido víctimas de violencia de género. Además, que 88 millones de mujeres mayores de 15 años experimentan
violencia física o sexual por parte de un perpetrador que era o que es su pareja, lo cual
conlleva el riesgo de violencia letal. Adicionalmente,
que los matrimonios
y las uniones infantiles,
tempranas y forzadas, sin duda una práctica nociva, son manifestación de una violencia de género
persistente y extendida que afecta al 20% de
las niñas.
El estudio publicado por el Boletín de la CEPAL insiste en la necesidad de respuestas estatales urgentes y terminantes. Para prevenir la violencia feminicida también se requiere fortalecer el adecuado tratamiento de las denuncias previas de violencia, así como de las medidas cautelares que permiten evaluar y actuar frente al riesgo, todo lo cual contribuye a evitar muertes violentas por razones de género. Y concluye que los Estados latinoamericanos y caribeños deben ampliar las asignaciones presupuestarias e invertir para fortalecer las políticas contra la violencia de género con nuevas estrategias para responder a las distintas manifestaciones de violencia, como, por ejemplo, la violencia de género en medios digitales.
Mujeres explotadas en la industria textil.
***
Mal pagadas
No menos preocupante que la falta de atención médica postparto y la violencia de género es la desigualdad
salarial que afecta a la mujer. Según la
Organización Internacional del Trabajo (OIT), a
pesar de algunos avances “las diferencias salariales entre hombres y mujeres
persisten e incluso aumentan en algunas ocupaciones”. Dichas diferencias,
puntualiza la OIT, no se deben principalmente a
diversos niveles
educativos y, en general, no se reducen, sino que aumentan con la edad. Estas son las principales conclusiones de su
estudio Igualdad de retribución por un trabajo de igual valor: ¿en qué
situación nos encontramos en 2023?, publicado a fines de septiembre (https://ilostat.ilo.org/es/equal-pay-for-work-of-equal-value-where-do-we-stand-in-2023/).
Los datos son contundentes:
la proporción de mujeres en posiciones directivas e intermedias es inferior al 35% en la mitad de los
países del mundo.
“Los hombres siguen ganando más que las mujeres en la mayoría de los países, y en casi todos
los sectores, debido a diversos factores, como la persistente segregación de género
en una ocupación o grupo ocupacional, las
interrupciones en la vida laboral de las mujeres
debidas a la maternidad, el reparto desigual de las responsabilidades de cuidado
familiar, y las prácticas salariales injustas”.
Según Naciones Unidas (ONU), en todos los continentes
“a las mujeres se les paga menos que a los hombres, con una brecha salarial de género estimada en alrededor del 20% a nivel mundial”. Además, “la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres
y las niñas siguen
estancados debido a la persistencia de desigualdades
históricas y estructurales en las relaciones de
poder entre mujeres y hombres”. Inevitablemente,
la pobreza acrecienta las desigualdades y desventajas en el acceso a recursos y
oportunidades para las mujeres, y los esfuerzos
para reducir esa brecha han sido lentos. Si bien
la ONU ha respaldado ampliamente la igualdad de remuneración,
su aplicación en la práctica ha sido difícil, (https://www.un.org/es/observances/equal-pay-day).
Según Statista.com., un sitio web especializado, aun cuando en 2023 América Latina y el Caribe lograron avanzar y mejoraron sus puntajes con respecto al año anterior, necesitarán 53 años para alcanzar la paridad salarial de género, y eso si se mantiene la tendencia actual. Es decir, a este ritmo, se proyecta en el horizonte medio siglo adicional de desigualdades sistemáticas en cuanto a ingresos y salarios,).
Histórica movilización de Mujeres el 8 de marzo en Santiago de Chile.
***
La movilización feminista
Decenas de miles de personas, en su gran mayoría mujeres, ganaron las calles de
las principales ciudades latinoamericanas la
última semana de noviembre en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de la
Mujer: desde Santiago de Chile a Ciudad
de México, pasando por Buenos
Aires, Ciudad de Guatemala y Río de Janeiro,
por citar solo algunas de estas incontables protestas. En esa misma
jornada, en Europa,
se realizaron centenas de
manifestaciones entre otros países en España;
en Francia (cerca de 100 mil participantes); Alemania; Suiza; Italia (las organizadoras hablaron de
500 mil
manifestantes en Roma) etc.
Otras movilizaciones masivas se habían
dado el 8 de marzo pasado en los rincones más alejados del planeta, cuando las mujeres
y el Movimiento LGBTIK+
enarbolaron sus banderas y defendieron sus reivindicaciones
específicas.
Dinámica social imponente, también, los más de 300 mil manifestantes – predominantemente mujeres– que se movilizaron en toda Suiza el pasado 14 de junio para
participar en la Huelga de Mujeres con el
propósito de exigir, entre otros puntos, la igualdad salarial entre géneros y el respeto a la diversidad.
No menos importante, la Asamblea bienal de octubre en Ankara,
Turquía, la cual convocó a más de un centenar de representantes de la Marcha Mundial de Mujeres de 62 países, el movimiento
feminista más activo a escala planetaria.
Notable movilización en un año en que las mujeres continuaron ganando
las calles en defensa de sus derechos aun
cuando las mejoras
sustanciales en sus vidas
cotidianas y sus logros sociales siguen esperando. Y fueron las mujeres,
tal vez, las actoras sociales más dinámicas a la
escala planetaria. Aun por encima de protestas sindicales y ambientales.
Mujeres resistentes, aunque
relegadas y ninguneadas. Casi como siempre…
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario