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“En
un informe publicado en 2020, el Banco Mundial escribía : «la
lucha contra la pobreza registra su peor regresión en 25 años. En 2020, el
porcentaje mundial de extrema pobreza debería aumentar por primera vez en más
de 20 años, debido a la pandemia de coronavirus». En el mismo artículo, los
autores del Banco agregaban: «el cambio climático podría arrastrar de 68 a 135
millones de personas a la pobreza hacia 2030».
Esos
cálculos que realmente se habrían
de tomar con pinzas, visto los
métodos utilizados por el Banco Mundial,
indican, no obstante, una evolución dramática que exige soluciones radicales y
urgentes a favor de los derechos humanos.
El
Banco mundial considera que: “Al lento ritmo actual, podría ser necesario más
de un siglo para eliminar la pobreza tal como se la define en casi la mitad del
mundo” El comunicado de prensa
publicado por el Banco Mundial el 15 de
octubre de 2024 se titulaba: «Al ritmo actual, se tardaría más de un
siglo en sacar a la mitad del mundo de la pobreza». En el artículo del
Banco Mundial de 2010 citado anteriormente, uno de los subtítulos decía: «El
mundo en desarrollo sigue en vías de reducir la pobreza a la mitad para 2015 en
comparación con los niveles de 1990».
Ya es hora
de que nos deshagamos del dúo Banco Mundial-FMI y lo sustituyamos por otras instituciones al servicio de la humanidad.
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EL BANCO MUNDIAL ATRAPADO EN
SUS CONTRADICCIONES SOBRE LA POBREZA.
*****
Por Eric Toussaint | 23/10/2024 | Economía
Fuente. Revista Rebelión miércoles 23 de octubre
del 2024.
En una
publicación de abril de 2024, el Banco Mundial señalaba que,
como consecuencia de la crisis del coronavirus, 23
millones de personas vivirían en la pobreza
extrema en 2020-2021: “En 2022, un total de 712
millones de personas vivían en la pobreza
extrema en todo el mundo, un aumento de 23 millones en comparación con
2019.” [1] El 15 de octubre
2024, el Banco mundial declaro que
“El objetivo mundial de poner fin a la pobreza extrema —que se define en USD
2,15 por persona al día— para 2030 está fuera de alcance: podría llevar tres
décadas o más eliminar la pobreza de este umbral, que es pertinente en especial
para los países de ingreso bajo.” [2]
Menuda
confesión de impotencia para una institución que se supone debe contribuir a
reducir la pobreza en el mundo.
La verdad es que, en lugar de contribuir a reducir la pobreza, las políticas financiadas por el Banco Mundial y
su gemelo, el FMI,
la reproducen y acentúan.
Los dirigentes del Banco Mundial y del FMI nunca reconocen el papel eminentemente negativo de las recetas y del modelo que recomiendan o incluso imponen a los países que recurren a sus créditos.
Este artículo
pretende demostrar que el Banco Mundial tiende
desde hace décadas a subestimar el número de personas afectadas por la pobreza.
Merece la pena volver sobre un
acontecimiento que tuvo lugar hace más de quince años, cuando el Banco Mundial admitió que se había
equivocado sobre el número de personas que vivían en la extrema pobreza. De hecho, en 2008, el Banco Mundial reconoció que había cometido errores importantes en
sus cálculos sobre la situación de la pobreza
en el mundo. Al tiempo que afirmaba que
«las estimaciones de la pobreza establecidas por el
Banco Mundial mejoran gracias a datos más fiables sobre el coste de la vida»,
la institución había descubierto que «viven en la pobreza 400 millones de
personas más de lo que nosotros pensábamos». [3]
En 2008, el
Banco Mundial admitió que
había subestimado en 400 millones el
número de pobres: ¡el equivalente a más de la mitad de la población del África subsahariana en ese momento!
¡Y eso era el equivalente a más de la mitad de la población del África subsahariana en ese momento! Eso refleja la falta de fiabilidad de las estadísticas publicadas por el Banco Mundial, estadísticas que sirven, sobre todo, para avalar las políticas neoliberales dictadas o impuestas a lo largo y ancho del mundo por sus propios expertos.
Según su comunicado de 2008,
«1.400 millones de personas que viven en el mundo
en desarrollo, o sea 1 de cada 4 personas, subsistían con menos de 1,25 dólares
por día en 2005», mientras que las estimaciones precedentes estaban alrededor
de los 1.000 millones de personas.
Sin embargo,
el Banco Mundial no dejaba
de alegrarse, ya que lo que cuenta para esta institución no es el número de
pobres sino la proporción de personas pobres. ¿Por qué? Porque con la demografía mundial en progresión, esa cifra
permite hacerse ilusiones con mayor facilidad. Si, por ejemplo, el número de personas pobres es constante, la
proporción de pobres bajará mecánicamente a lo largo de los años dado el
aumento de la población mundial. Esa es la razón por la que el objetivo «del milenio» era reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de pobres cuyo ingreso era menor a 1,25 dólares por día.
Pero con
esos errores enormes del Banco Mundial en los
cálculos sobre la pobreza, era toda
la estructura de las políticas internacionales contra la pobreza la que se derrumbaba. Las
políticas de ajuste
estructural (la reducción de los presupuestos sociales, la recuperación de costes en los sectores de
salud y de educación, la agricultura volcada a la exportación y la reducción de
los cultivos de huerto, el abandono de la soberanía alimentaria, etc.),
impuestas por el FMI y el Banco Mundial
desde comienzos de los años 1980,
deterioraron las condiciones de vida de cientos de millones de personas en el
mundo. No faltaron las críticas hacia el Banco
Mundial sobre ese tema. Así Thomas
Pogge, profesor de la universidad de
Columbia escribía en 2008:
«Los métodos de cálculo del Banco Mundial son
extremadamente dudosas. Hay razones para pensar que con un método más aceptable,
se observaría una tendencia más negativa y una pobreza mucho más extendida. (…)
En tanto que el método actual del Banco Mundial y los datos que surgen del
mismo conserven su monopolio en las organizaciones internacionales y en la
investigación universitaria sobre la pobreza, no podremos pretender tomar
realmente en serio ese problema.»
La poca seriedad de los cálculos del Banco Mundial
aparecía muy claramente en esta declaración de Martin Ravallion, uno de los principales autores del Banco sobre la
cuestión de la pobreza:
«Las estimaciones más recientes de la pobreza
fueron establecidas a partir de las encuestas realizadas a 675 familias en 116
países en desarrollo que representan el 96 % del mundo en desarrollo.»
explicaba Ravaillon.
¿Cómo se puede pretender publicar cifras fiables
que conciernen a varios miles de millones de personas sobre la base de una
encuesta a 675 familias? ¡Eso sí que es
admitir falta de seriedad! El propio autor reconoce también que, a
comienzos de los años 1990, el Banco Mundial se limitaba a encuestas llevadas a
cabo solamente en 22 países.
En tono
diplomático, el propio Martin Ravaillon escribía:
«Unos importantes datos nuevos revelaron que el
coste de la vida en los países en desarrollo es más elevado de lo que pensábamos,
lo que explicaría la magnitud sin precedentes, hasta ahora, de las
modificaciones aportadas a las cifras relativas a la pobreza en el marco de la
última revisión… ».
En el
momento en que se escriben estas líneas
en 2024, el Banco Mundial calcula
que una persona no vive en la extrema
pobreza si, residiendo en un país en desarrollo, dispone de más de 2,15 dólares diarios. Es evidente que
eso es totalmente discutible. Esa cifra fija muy bajo el ingreso diario que permite determinar si una persona vive por
debajo del umbral de la pobreza extrema.
En conclusión, ese baremo de 2,15
dólares por día no constituye un indicador fiable y los métodos para
extrapolar a escala del planeta el
número de pobres no son serios.
Como
escribe el economista británico Michael Roberts, si en lugar de 2,15 dólares al día fijáramos el umbral de la pobreza extrema en 5 dólares al día, el 40% de
la población mundial se consideraría extremadamente pobre; si fijáramos el umbral en 10 dólares al día, esta
proporción sería del 62% y en 30
dólares, del 85%.
Si fijamos el umbral de la pobreza extrema en 5 dólares al día, el 40% de la población mundial se consideraría extremadamente pobre; si fijamos el umbral en 10 dólares al día, esta proporción aumentaría al 62%
En un
informe publicado en 2020, el Banco Mundial escribía :
«la lucha contra la pobreza registra su peor
regresión en 25 años. En 2020, el porcentaje mundial de extrema pobreza debería
aumentar por primera vez en más de 20 años, debido a la pandemia de coronavirus».
En el mismo artículo, los autores del Banco agregaban: «el cambio climático
podría arrastrar de 68 a 135 millones de personas a la pobreza hacia 2030».
Esos cálculos que realmente se habrían de tomar con
pinzas, visto los métodos utilizados por el Banco Mundial, indican, no obstante, una evolución dramática que
exige soluciones radicales y urgentes a favor de los derechos humanos.
El Banco mundial considera que: “Al lento ritmo
actual, podría ser necesario más de un siglo para eliminar la pobreza tal como
se la define en casi la mitad del mundo”
El
comunicado de prensa publicado
por el Banco Mundial el 15 de octubre de
2024 se titulaba:
«Al ritmo actual, se tardaría más de un siglo en
sacar a la mitad del mundo de la pobreza». En el artículo del Banco
Mundial de 2010 citado anteriormente, uno de los subtítulos decía: «El mundo en
desarrollo sigue en vías de reducir la pobreza a la mitad para 2015 en comparación
con los niveles de 1990».
Ya es hora
de que nos deshagamos del dúo Banco Mundial-FMI y lo sustituyamos por otras
instituciones al servicio de la humanidad.
Eric Toussaint es Doctor en
Ciencias Políticas de la Universidad de Lieja y de la Universidad de París
VIII, portavoz del CADTM internacional y miembro del Consejo Científico de
ATTAC Francia.
*****
Notas:
[1] Fuente Banco Mundial consultado
el 22/10/2024
[2] Banco Mundial, «Poner
fin a la pobreza en la mitad del mundo podría llevar más de un siglo», publicado
el 15/10/2024, consultado el 22/10/2024
[3] Banco Mundial,
«Estimaciones de la pobreza en el mundo en desarrollo (puesta al día)»,
publicado el 17 febrero 2010 consultado el 22/10/2024.
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