martes, 29 de octubre de 2024

LA CUMBRE DE LOS BRICS, ¿INICIO DE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL?

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“Mundo multipolar. Los BRICS se fundaron para crear un espacio de mayor cooperación entre las economías emergentes y servir de contrapeso a Estados Unidos y sus aliados. Los países BRICS quieren alejarse de las prácticas dominantes de Occidente. Buscan un mundo multipolar, un mundo en el que haya más equilibrio de poder y más oportunidades para los países del Sur.  La gran crisis financiera (2007-2011) demostró lo frágil y poco fiable que es la arquitectura económica de los países occidentales. El nacionalismo respecto a las vacunas contra el COVID-19 demostró lo poco fiables que, a la hora de la verdad, son los países del Norte. Lo mismo ocurre con la negativa de los países ricos a asumir su responsabilidad histórica en el calentamiento global.

“La división aumentó a raíz de la guerra en Ucrania. La mayoría de los países del Sur se mantienen en gran medida neutrales y se niegan a cooperar con las sanciones económicas contra Rusia. Además, muchos países fruncieron el ceño cuando se congelaron las reservas de efectivo del Banco Central ruso en Occidente y se excluyó a los bancos rusos del tráfico internacional de pagos (SWIFT). Si hoy se puede hacer con Rusia, mañana se puede hacer con cualquier otro país. A consecuencia de ello, se vio gravemente mermada la confianza en el sistema financiero occidental.  La ruptura se agravó por el apoyo incondicional de Occidente al genocidio de Gaza. Los países occidentales habían anunciado inmediatamente fuertes sanciones contra Rusia tras la invasión de Ucrania, pero dejan a Israel totalmente libre, incluso suministran armas o dejan que se utilicen sus puertos y aeropuertos para transportarlas a Israel. Este doble rasero es incomprensible e inaceptable para los países del Sur.

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LA CUMBRE DE LOS BRICS, ¿INICIO DE UN NUEVO ORDEN MUNDIAL?

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Por Marc Vandepitte | 29/10/2024 | Mundo

Fuentes. Revista rebelión martes 29 de octubre del 2024.

Fuentes: Rebelión

Traducido del neerlandés para Rebelión por Sven Magnus

36 países, que representan más de la mitad de la población mundial, se reunieron en Rusia para preparar una nueva infraestructura financiera y económica mundial. El impacto a largo plazo podría ser enorme.

Del 22 al 24 de octubre 36 países, en su mayoría del Sur, participaron en la décimo sexta cumbre de los BRICS. El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, también asistió a la reunión. En palabras del Presidente chino Xi, la cumbre pretende «crear nuevas oportunidades para el Sur Global».

Cambio en el equilibrio de poder

Desde la Segunda Guerra Mundial hubo varios intentos por parte de los antiguos países colonizados de establecer un orden mundial más justo. En los años setenta, por ejemplo, se intentó establecer un Nuevo Orden Económico Internacional.

Estos y otros intentos fracasaron debido a las divisiones internas y, sobre todo, a que el equilibrio de poder mundial era muy desfavorable. El Norte tenía todo tipo de palancas económicas y diplomáticas para mantener a raya a los países del Sur. Y si eso no alcanzaba, Estados Unidos sacaba la opción militar.

La situación ha cambiado profundamente desde entonces. En las últimas décadas, el dominio económico de Occidente ha disminuido drásticamente. En 1990 Estados Unidos y sus aliados aún representaban el 62,4% del producto mundial. Este año se ha reducido al 39,6%, y el descenso continúa. Por otro lado, países como China e India, y a su estela otros países emergentes, están irrumpiendo con fuerza.

El impacto de Occidente en la esfera militar también ha caído en picado. Todas las intervenciones militares de Estados Unidos y sus aliados de los últimos 25 años han fracasado. Tuvieron que abandonar Irak y Afganistán, no consiguieron dominar Siria y Yemen, y Libia terminó siendo un completo fracaso y un caos.

Al empezar la guerra en Ucrania esperaban poner de rodillas a Moscú sobre la base de un apoyo militar generalizado a Kiev y fuertes sanciones económicas contra Rusia. Pero fue otro fracaso .No en vano, el jefe de la CIA William J. Burns señaló que

«Estados Unidos ya no posee una supremacía indiscutible».

Así que han cambiado muchas cosas. En marzo de este año el presidente chino en visita a Vladimir Putin lo expresó así:

«Ahora mismo hay cambios como no hemos visto en cien años y debemos impulsarlos juntos»

Este es el contexto en el que se desarrolló la cumbre de Kazán.



Un club que no es pequeño

El grupo BRICS se creó en 2006. La sigla viene de los cuatro miembros originales Brasil, Rusia, India y China. Sudáfrica se incorporó en 2010. El objetivo de los BRICS es

«remodelar la arquitectura política, económica y financiera mundial de manera justa, equitativa y representativa, basándose en el multilateralismo y el derecho internacional». En otras palabras, los cinco países quieren establecer un gobierno mundial que sea inclusivo e igualitario.

El 1 de enero de 2024, se incorporaron cuatro nuevos miembros como miembros de pleno derecho: Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU). En la cumbre en Kazán, 13 «países socios» se unieron a BRICS+. Y hay al menos otros 20 países que tienen interés en unirse, de modo que el grupo BRICS+ ya no es un club pequeño.

Representa actualmente el 46% de la población mundial y el 37% del producto mundial. Los BRICS+ también representan una cuarta parte de todas las exportaciones de bienes y el 40% de la producción de petróleo. El PIB de los BRICS+ es ya mayor que el del G7 y su producción industrial duplica incluso la del G7.



Mundo multipolar

Los BRICS se fundaron para crear un espacio de mayor cooperación entre las economías emergentes y servir de contrapeso a Estados Unidos y sus aliados. Los países BRICS quieren alejarse de las prácticas dominantes de Occidente. Buscan un mundo multipolar, un mundo en el que haya más equilibrio de poder y más oportunidades para los países del Sur.

La gran crisis financiera (2007-2011) demostró lo frágil y poco fiable que es la arquitectura económica de los países occidentales. El nacionalismo respecto a las vacunas contra el COVID-19 demostró lo poco fiables que, a la hora de la verdad, son los países del Norte. Lo mismo ocurre con la negativa de los países ricos a asumir su responsabilidad histórica en el calentamiento global.

La división aumentó a raíz de la guerra en Ucrania. La mayoría de los países del Sur se mantienen en gran medida neutrales y se niegan a cooperar con las sanciones económicas contra Rusia. Además, muchos países fruncieron el ceño cuando se congelaron las reservas de efectivo del Banco Central ruso en Occidente y se excluyó a los bancos rusos del tráfico internacional de pagos (SWIFT). Si hoy se puede hacer con Rusia, mañana se puede hacer con cualquier otro país. A consecuencia de ello, se vio gravemente mermada la confianza en el sistema financiero occidental.

La ruptura se agravó por el apoyo incondicional de Occidente al genocidio de Gaza. Los países occidentales habían anunciado inmediatamente fuertes sanciones contra Rusia tras la invasión de Ucrania, pero dejan a Israel totalmente libre, incluso suministran armas o dejan que se utilicen sus puertos y aeropuertos para transportarlas a Israel. Este doble rasero es incomprensible e inaceptable para los países del Sur.



Independencia financiera

Uno de los aspectos importantes es la búsqueda por parte de los países BRICS de una mayor independencia financiera de los sistemas financieros occidentales y del dominio del dólar.

«Todas las noches me pregunto por qué todos los países tienen que basar su comercio en el dólar», dijo Lula en un discurso ante el Nuevo Banco de Desarrollo, el nuevo nombre del banco de los BRICS. Ese banco se creó en 2015 para promover estos esfuerzos en pro de la independencia financiera.

Para liberarse del dólar, en el seno de los BRICS circulan ideas para crear una moneda de reserva, respaldada en un 40% por oro y otros recursos naturales y en un 60% por una cesta de monedas de los países miembros.

También promueve una plataforma de pagos y liquidación que conectaría los mercados financieros de los países BRICS, independiente del actual Banco de Pagos Internacionales (BPI), con sede en Suiza.

Otros proyectos son: un sistema de seguros propio, una agencia de calificación independiente de las potencias occidentales y un sistema independiente de transacciones interbancarias que pueda competir con el SWIFT, controlado por Estados Unidos.

Aunque aún no se ha destronado al dólar y puede que siga siendo la moneda de reserva mundial durante bastante tiempo, en los próximos años

“podría surgir un mundo monetario «multipolar «, que haría a los países del Sur menos dependientes del dólar y reduciría la capacidad de Estados Unidos para utilizar el arma de las sanciones económicas.

A primera vista puede parecer que los pasos dados en esta reunión no son muy grandes, pero a largo plazo podrían ser el principio de toda una nueva infraestructura económica en la que Occidente deje de ser el único dominante, lo que permita a los países del Sur participar plenamente.

En cualquier caso, al haber cambiado las relaciones de fuerza, ahora hay muchas más posibilidades de que esto ocurra que hace cincuenta años. La historia dirá si se puede calificar esta cumbre de histórica.

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