lunes, 26 de febrero de 2024

“LOS DISCURSOS DE ODIO HOY SE DIRIGEN A LAS IDENTIDADES POLÍTICAS” Lucía Wegelin, socióloga y coordinadora del Laboratorio de Estudios sobre democracia y autoritarismos de la UNSAM

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En Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática sostiene que los discursos violentos no caen sobre una tabla rasa, recuperan y realzan cuestiones que ya circulan. ¿Qué de esos sentimientos circulantes pueden activar ese tipo de discursos? -Los discursos de odio se montan sobre prejuicios que tienen años de historia, como el antisemitismo, o los prejuicios sobre la diferencia de género. La particularidad de los discursos de odio es que nombran prejuicios que se vuelven parte de la esfera pública, no solo del discurso público de una persona sino de la esfera pública en el sentido de la discusión pública. Son legítimos de decir públicamente; los discursos de hoy tienen esa particularidad.

“¿Esa publicidad es un rasgo de siempre o toma forma en la actualidad? -Hoy sirve hablar en estos términos porque los prejuicios asumieron esa publicidad. El prejuicio es una lectura del mundo que hace el sujeto a partir de estándares que le ordenan el mundo de una determinada manera. El problema surge cuando esos prejuicios se convierten en una manera de percibir el mundo, desde donde el sujeto pretende armar jerarquías sociales entre ciudadanos. Y entonces se vuelve decible la violencia contra esos que ocupan una jerarquía inferior en la lógica del prejuicio. Las tramas de los prejuicios no son novedosas.

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“LOS DISCURSOS DE ODIO HOY SE DIRIGEN A LAS IDENTIDADES POLÍTICAS”

Lucía Wegelin, socióloga y coordinadora del Laboratorio de Estudios sobre democracia y autoritarismos de la UNSAM.

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La investigadora analiza la inédita grieta que surgió en la pandemia y el nuevo escenario en el que conceptos como democracia y derechos humanos quedaron petrificados en relatos que, asegura, terminaron volviéndose canónicos, alejados de la experiencia para los más jóvenes.

Por Bárbara Shijman y Natalia Aruguete. 

Fuente. Página / 12. Domingo 25 de febrero del 2024.

“Los discursos de odio se montan sobre prejuicios que tienen años de historia, como el antisemitismo, o la diferencia de género. Su particularidad es que nombran prejuicios que se vuelven parte de la esfera pública, no solo del discurso público de una persona, sino de la discusión pública”, señala Lucía Wegelin, licenciada en Sociología y doctora en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires.

Investigadora del Conicet y docente en la carrera de Sociología (UBA), Wegelin es investigadora del Centro Cultural de la Cooperación, dirige los estudios cualitativos del Grupo de Estudios sobre Ideología y Democracia y es coordinadora del Laboratorio de Estudios sobre democracia y autoritarismos de la Universidad Nacional de San Martín.



Entre sus publicaciones e investigaciones más recientes se encuentran el informe Encrucijadas de la política en la post pandemia, diversos estudios de opinión y grupos focales sobre perfiles de votantes y el libro Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática (UNSAM Edita), también junto a Ezequiel Ipar y Micaela Cuesta.

-En sus investigaciones señalan que desde la pandemia notan una nueva grieta entre “ellos”, los políticos, y “nosotros”, "los que estamos de este lado". ¿Qué pistas de esa nueva grieta fueron tomando forma para llegar al escenario de la última elección presidencial? ¿Cuáles son las bases de apoyo de este gobierno en función de esa idea?

-Lo que vimos en los grupos focales que hicimos durante la pandemia -por zoom y con gente de todo el país-, fue la configuración de un “nosotros” frente a un “ellos” novedoso. “Ellos” eran los que no padecían el encierro, el detenimiento de la vida, el miedo. Había un otro no padeciente al que se culpabilizaba por los padecimientos de ese “nosotros” que sufría. Esos otros, además, aparecían asociados a la figura de los políticos, los gobernantes. Observamos una larga línea de culpabilización sin distinción, que incluía a todos los lados del espectro político. Notamos rápidamente que había un “nosotros” y un “ellos” nuevos. Al mismo tiempo, surgía un nuevo tipo de discurso político que se vislumbraba posible de construir en esa nueva articulación de un “nosotros y ellos”; un discurso montado sobre esa nueva división del campo político ideológico.



-Entre sus hallazgos muestran que “ellos” no solo quedaban exceptuados del sufrimiento, sino que eran responsabilizados por ese padecimiento del “nosotros”. ¿Cómo se conjuga esa responsabilización totalizadora del Estado y la política con el escepticismo que surge en la postpandemia?

-Ahí hay matices. Yo asociaría el escepticismo a un tipo de antipolítica más propia de la desafección. No encontramos una subjetividad desafectada políticamente sino una activamente enojada con la política. Por supuesto que había un cierto escepticismo en relación con lo que la política puede hacer para sacarnos de esta situación, ya que fue la que la produjo. Observamos descreimiento con la capacidad de los políticos, pero al mismo tiempo, una subjetividad afectada políticamente, comprometida con la situación social que estábamos atravesando en ese momento, con pensar quiénes eran los culpables. No se trataba de una subjetividad como la de otros momentos, más replegada al mundo privado. También por eso es que no estaban dadas las condiciones para un discurso político más de centro, que se mostrara más allá de la grieta y se replegara en resolver los pequeños problemas. No había una disposición de escucha para ese tipo de discursos; había una subjetividad muy enojada y asociada a un padecimiento grande. Eso habilitó la escucha a un tipo de discurso político cargado de afectividad y no tanto a un discurso político más escéptico y desafectado.

-¿Encontraron algún rasgo distintivo de los jóvenes que explique su apoyo a este nuevo espacio político?

-Sí, por supuesto. La experiencia de la pandemia en los jóvenes tiene que ser parte del análisis; este aspecto lo encontramos en los grupos focales que hicimos a principios de 2023. En los últimos años se empezó a ver muy claramente en las redes sociales un tipo de subjetividad joven, la del joven libertario enojado. La pandemia tuvo un rol en el relato de enojo de estos jóvenes. Allí el “nosotros” y el “ellos” quedó dividido entre el mundo adulto, que nos encerró, y nosotros, los jóvenes que lo padecimos. Cuando se focaliza en los jóvenes aparece el “nosotros” y el “ellos”, y un padecimiento que no encontraba ninguna escucha en el mundo político, en el clásico sentido de un joven que no se siente escuchado por la sociedad en un padecimiento muy grande, porque le habían cortado de cuajo su etapa de socialización. En esos grupos aparecían muchos relatos, ya no experiencias individuales atravesadas por la Covid, sino padecimientos de salud mental. Esto encontró un canal en un tipo de discurso político muy violento y muy distinto a otros. Un discurso político como el de Javier Milei, que atrae a esta subjetividad más desenlazada de todos los discursos políticos existentes hasta el momento.



-¿Es posible identificar un cambio en el apoyo a los valores democráticos como producto de ese padecimiento?

-Allí hay un problema más de fondo, de algún modo, que se le pasó a la sociedad democrática argentina. En este periodo se constituye una juventud a la que le había quedado muy lejos la experiencia de la dictadura, frente a un relato sobre la dictadura que se volvió muy canónico. Frente a eso, se vacía de la experiencia que llenó a ese relato. Quedan la cáscara y los nombres. Al mismo tiempo son nombres muy pesados, que vienen asociados a una experiencia que los carga muy fuertemente. Por ejemplo, las Madres de Plaza de Mayo, para mi generación y para arriba, son una institución social que viene con una historia fuerte y que a todos nos interpela. Para los jóvenes de 20, ese nombre quedó cargado de un peso social que no todos entienden. Y por supuesto que la transgresión juvenil puede operar en la crítica a esos grandes nombres canónicos que ahora quedaron asociados al relato de la última dictadura militar. Allí hay algo que se puede transgredir porque está vaciado. Eso es un problema de la democracia argentina que hay que revisar.

-¿Qué es lo que se debería revisar?

-Cómo volver a llenar de contenido a la dictadura, a la amenaza a la democracia, sin colocarlo en el lugar de lo canónico e intocable. Es decir, hay que volver a interpelar a los jóvenes con un relato sobre la memoria y sobre los derechos humanos, sobre todo. Allí hay un concepto que debemos volver a llenar de sentido: ¿qué son los derechos humanos? En cualquier grupo focal esto abre una discusión muy distinta a lo que cualquier estudioso de los derechos humanos o de la democracia podría esperar.

-¿Cómo se conceptualiza el concepto de derechos humanos en estos grupos focales, respecto del concepto argentino de derechos humanos?

-El primer problema es que aparece una interpretación punitivista de los derechos humanos. Se corre completamente del campo semántico en el que uno espera que estén y aparece la idea de que los derechos humanos son, hoy en día, solo para los delincuentes. Lo mismo pasa con el término “justicia social”, que uno asocia al campo de los derechos democráticos, de la redistribución, de la igualdad. En cambio, en muchos grupos focales, sobre todo de jóvenes, hace años vemos rápidamente un corrimiento al campo de la justicia por mano propia, hacia el punitivismo. Hay una reescritura social de esos conceptos que necesita ser trabajada socialmente. Hay que actualizar ese discurso, traerlo al presente, que es lo que hacen estos jóvenes: traerlo al presente de otra manera, de un modo que desafía los sentidos democráticos.



-En sus análisis plantean que el de Milei es un votante heterogéneo, que no todos desacuerdan con los valores democráticos o no todos responsabilizan totalizadoramente al Estado. ¿Cómo se marca esta diferencia?

-En términos de los valores democráticos diría que hay menos de dónde agarrarse. Hay cierto vaciamiento de los principios de la democracia en los votantes de Milei. Ese vaciamiento no es igual para todos, sobre todo en términos etarios. En el votante del PRO, que terminó votando a Milei, también hay diferencias. En general, los indicadores de fragilidad democrática que utilizamos en las encuestas señalan poca adhesión a los valores de la democracia. Ahora bien, en la relación con el Estado, esa diferencia es más clara: los votantes de Milei no tienen una identificación con los valores de la democracia, aunque muchos de ellos sí tienen una identificación con -y una demanda hacia- el Estado. Y el Estado es el Estado democrático, al fin y al cabo, es el Estado que conocen. 

Lo democrático queda en un segundo plano, pero lo que sí aparece como una demanda vital es la relación con el Estado. Muchos de sus votantes aún tienen una relación intensa con el Estado y esperan seguir teniéndola. Esta cuestión apareció mucho en la esfera pública en el último tramo de la campaña electoral, sobre un descreimiento con que Milei fuera a hacer eso que decía que haría, como arancelar la educación y la salud públicas. Muchos de sus votantes descreen de que vaya a hacerlo y confían y esperan todavía que el Estado les garantice, por ejemplo, salud y educación. El discurso presidencial está muy firme en convicciones que no son las de todos sus votantes.

-En Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática sostiene que los discursos violentos no caen sobre una tabla rasa, recuperan y realzan cuestiones que ya circulan. ¿Qué de esos sentimientos circulantes pueden activar ese tipo de discursos?

-Los discursos de odio se montan sobre prejuicios que tienen años de historia, como el antisemitismo, o los prejuicios sobre la diferencia de género. La particularidad de los discursos de odio es que nombran prejuicios que se vuelven parte de la esfera pública, no solo del discurso público de una persona sino de la esfera pública en el sentido de la discusión pública. Son legítimos de decir públicamente; los discursos de hoy tienen esa particularidad.

-¿Esa publicidad es un rasgo de siempre o toma forma en la actualidad?

-Hoy sirve hablar en estos términos porque los prejuicios asumieron esa publicidad. El prejuicio es una lectura del mundo que hace el sujeto a partir de estándares que le ordenan el mundo de una determinada manera. El problema surge cuando esos prejuicios se convierten en una manera de percibir el mundo, desde donde el sujeto pretende armar jerarquías sociales entre ciudadanos. Y entonces se vuelve decible la violencia contra esos que ocupan una jerarquía inferior en la lógica del prejuicio. Las tramas de los prejuicios no son novedosas.



-¿Qué prejuicios y qué discursos violentos captaron en los grupos focales?

-Ya desde la pandemia venimos viendo una reaparición del antisemitismo. Quienes estudian más claramente esto, por ejemplo, el Congreso Judío Latinoamericano -con un observatorio web que mira muy regularmente las redes sociales- ven un crecimiento del antisemitismo en la esfera pública argentina. También se vuelven muy claros los prejuicios de género, los relacionados con la misoginia, el machismo, la legitimación de la violencia contra las mujeres, una violencia decible contra las mujeres que es creciente en cualquier experiencia de las redes sociales de mujeres públicas. Y surge una particularidad del momento actual: una violencia asociada a las identidades políticas. En nuestros relevamientos en redes sociales, los nuevos discursos de odio hoy se dirigen a las identidades políticas.

-¿Y cómo aparece valorada la idea de libertad de expresión?

-Las redes sociales hoy tienen una regulación, que establece cada empresa dueña de la plataforma. Pensar al mundo digital como un mundo libre es desconocer que con nuestro “click” aceptamos sus condiciones de uso, que nos colocan ya en un ámbito distinto al de la esfera pública tradicional, liberal burguesa, donde se suponía que todos tenemos iguales condiciones de acceso. Acá se supone que es el dueño de la plataforma el que decide quién entra y quién no, y cuándo un contenido es censurable y cuándo no. La libertad de expresión está en otra cultura política, tenemos que reescribirla, no podemos traer ese concepto del liberalismo para pensar un mundo que se ha corrido de esas normas que hacían al sentido de la esfera pública liberal burguesa. La de ahora es otra esfera pública.



-¿Qué características tiene esta nueva esfera pública?

-Se trata de una esfera semi-pública o, al menos, hay muchos fragmentos de esferas semi-públicas que están gestionadas por intereses comerciales. El concepto de libertad de expresión hoy nos trae muchas trampas. ¿Qué modelo puede tener esa nueva regulación? Bueno, quizás tampoco tendría que ser el Estado, quizás tendrían que ser los usuarios. Esa regulación está siendo pensada a nivel global de distintas maneras. Europa la piensa de una manera, Estados Unidos de otra, pero es un problema a pensar para las democracias, que no se puede pasar por alto porque nos lleva a graves problemas.

-Hoy se agrega que los dirigentes, los responsables de los espacios públicos o un presidente de Estado emiten discursos de odio; o que el dueño de una plataforma ejerce violencia política desde sus propias cuentas. ¿Cómo se incide en un escenario donde quienes deciden cuáles son las políticas de uso son, al mismo tiempo, los que promueven este tipo de violencia?

-Por eso digo que las cosas no se resuelven simplemente diciendo: “el Estado tendría que regular”. Hay que pensar mejor esa herramienta. Si uno quiere una esfera pública plural, donde todas las voces puedan tener lugar y no haya censura en función de una violencia política dirigida, por ejemplo, sería muy sano para una democracia garantizar que todas las voces puedan ser oídas sin ser atacadas. Cómo garantizar eso, es el gran desafío a pensar públicamente. Creo que el mejor organismo para pensarlo es el Congreso.

-¿Cómo podría intervenir un Congreso nacional sobre la regulación de plataformas desterritorializadas?

-De acuerdo, pero todos los países están construyendo sus propias herramientas. Alemania tiene su propia ley y ahora está siendo tramitada la posibilidad para la Unión Europea. El tipo de regulación de Alemania es efectivo y lo logra ejecutar desde un Estado eficiente, con un consenso social sobre que hay cosas que no son decibles en la esfera pública. Entonces tenemos que construir ese consenso, creo que el lugar para construirlo es el Congreso. Siempre sirven las alianzas regionales para construir los diálogos con estos grandes poderes. Por supuesto que tiene que haber voluntad política para ello y este no creo que sea el momento en el que esa voluntad política esté presente aquí. Eso es parte del problema.

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domingo, 25 de febrero de 2024

LA UNIÓN EUROPEA CONTINÚA CRIMINALIZANDO LA SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA.

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“Visto lo establecido en estos preceptos, podemos concluir que dicha reglamentación tiene como objetivo criminalizar cualquier intento de poner de relieve la raíz política del conflicto y de dar un debate desde la perspectiva de la liberación nacional y social. La propia utilización del término “resistencia palestina” podría ser razón suficiente, según lo establecido en el texto, para ser incluido en la mencionada lista. Y es que la reglamentación aquí analizada, permite que no calificar la misma como terrorismo o analizar y explicar la raíz y objetivos de su lucha sea argumentado por el Consejo de la Unión Europea como apoyo al terrorismo o como incitación a la realización de graves actos de violencia.

“Esto sitúa al pueblo palestino como sujeto pasivo del debate, como víctima de los abusos de Israel necesitada de ayuda humanitaria. En absoluto como un pueblo en lucha en pos de su liberación. Es así como debemos entender las manifestaciones de Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidente de la Comisión Europea, cuando solicitaba a EEUU que dejase de exportar armas a Israel.

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Fuentes: Rebelión


LA UNIÓN EUROPEA CONTINÚA CRIMINALIZANDO LA SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA.

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Por Aratz Estonba Iturriza | 24/02/2024 | Europa

Fuente. Revista Rebelión, sábado 24 de febrero del2024.

El 19 de enero de 2024 el Consejo de la Unión Europea aprobó la Decisión 2024/385 y su Reglamento de desarrollo 2024/386. En estas disposiciones se recogen diversas medidas restrictivas contra quienes apoyen, faciliten o apoyen las acciones de Hamás y Yihad Islámica Palestina.

Las medidas recogidas en dichos textos en su mayoría son de carácter económico; se hace una relación de personas físicas y jurídicas que presuntamente están relacionadas con Hamás y la Yihad Islámica Palestina y se ordena a los Estados de la UE que inmovilicen los fondos y recursos económicos. Asimismo, prohíbe que se destinen fondos o recursos económicos a las personas físicas y jurídicas enumeradas en la lista.

Las resoluciones de la UE aquí analizadas deben situarse en el marco de las sanciones internacionales. Tal y como establece el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, las sanciones internacionales son un elemento esencial en las relaciones internacionales de hoy día, y son impuestas a fin de debilitar la posición y condicionar la actividad de Estados, entidades no estatales e individuos que suponen una amenaza contra la paz y seguridad internacional.



Llama la atención como dicho Ministerio define las sanciones como sustitutas de la violencia armada, lo que necesariamente nos lleva a pensar en Clausewitz cuando afirmaba que la guerra no es más que la continuación de la política, si bien por otros medios. Y es que no podemos desvincular estas medidas, de la política antiterrorista desarrollada por el bloque imperialista liderado por EEUU desde finales del siglo XX.

Ahondando en este aspecto, la Decisión 2024/385 especifica que la misma es consecuencia de la posición común tomada por el Consejo el 27 de diciembre de 2021. Entonces, se concretaron diversas estrategias establecidas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, más concretamente las relativas a ir contra la financiación del terrorismo. Fue entonces cuando añadieron a Hamás y a la Yihad Islámica palestina a la lista de organizaciones terroristas.

La doctrina antiterrorista desarrollada a finales del siglo XX. tuvo su punto de inflexión el año 2001. El ataque perpetrado por Al Qaeda el 11 de septiembre de ese mismo año contra las Torres Gemelas, dio pie a la nueva doctrina antiterrorista que había venido gestándose desde finales de la década de los 90. En este caso, la política antiterrorista y la guerra se fusionaron, dando pie a los ataques contra Irak y Afganistán, entre otros. Es un claro ejemplo de la utilización por parte del imperialismo en base a sus necesidades, puesto que bajo la dirección de EEUU se reforzó y legitimó el eje atlantista. Este también es un claro ejemplo de la utilización interesada del concepto de terrorismo, puesto que EEUU agregó a Irán en su lista de organizaciones terroristas.

A su vez, se agravó la vulneración y merma de derechos y libertades, fue entonces cuando se conocieron los casos de tortura en Abu Ghraib o Guantánamo, los vuelos secretos, las desapariciones forzadas… Si bien, todo esto ya venía ocurriendo de antes, esta vez estos actos se llevaron a cabo en nombre de la democracia y contra un enemigo carente de legitimidad en la sociedad. Así, se fue introduciendo la conciencia de los beneficios de las excepciones en la lucha contra el terrorismo y la necesidad de defender las democracias burguesas. Es más, ciertas excepciones adquirieron rango legal.



Esto nos debe hacer ser conscientes del poderoso instrumento con que cuenta la clase opresora, pudiendo eliminar de esta manera todo tipo de disidencia en caso de ser necesario; dicho de otra manera, de inclinar a su favor la correlación de fuerzas existente.

En este contexto, la Unión Europea se alineó claramente con EEUU una vez más y el Consejo publicó una Decisión Marco el año 2002 (2002/475/JAI), en la misma se establece una definición común para todos los Estados miembros y se establece la obligación para todos ellos de desarrollar una legislación específica contra el terrorismo. Al fin y al cabo, comparten intereses capitalistas (y las contradicciones que puedan tener entre sí, son secundarias).

Previo a esto, sólo seis Estados contaban con una legislación especial antiterrorista: Alemania, España, Francia, Italia, Portugal y Reino Unido, todos ellos con presencia de grupos armados contra los cuales se había desarrollado una legislación antiterrorista específica. El resto castigaba como delitos comunes los actos de “grupos terroristas”. En el desarrollo de esta Decisión Marco del Consejo pudimos ver como los Estados aprenden unos de los otros y comparten instrumentos represivos, así como enseñanzas; de esta manera es como podemos concluir que los Estados y sus guerras anti insurreccionales se convierten en laboratorios represivos.

Los pasos dados por la UE supusieron relajar los límites legales burocráticos que pudiesen tener los Estados. La opinión pública se alineó ciegamente en contra del terrorismo y en defensa de la democracia liberal, y aprovechando dicha coyuntura se configuraron listas de organizaciones terroristas. En esta lista se incluyeron diversas organizaciones del Movimiento de Liberación Nacional Vasco, así como diversas organizaciones revolucionarias de otras partes del mundo. Así, se incrementó la represión ya existente, y se facilitó la actuación contra las disidencias (facilidades de entrega de detenidos entre Estados, actuación policial más allá de las fronteras propias, Europol….



Como ya hemos visto, las listas mencionadas siguen vigentes, y se encuentra, por ejemplo, además de las organizaciones palestinas ya mencionadas, el FPLP. Asimismo, hemos visto como dichas listas cumplen con la función de mantener el statu quo del imperialismo, al suponer éstas un claro ataque contra la solidaridad internacionalista entre pueblos.

Entre las medidas que se recogen en la Decisión 2024/385 y el Reglamento 2024/386 del Consejo de Europa, además de restringir los medios de financiación, se establecen ciertas excepciones respecto a los fondos destinados a necesidades básicas o respecto a la financiación de organizaciones auspiciadas por Naciones Unidas (todas ellas destinadas a cubrir necesidades humanitarias: ONG…). Esto está directamente relacionado con la promoción de discursos y políticas humanitarias y con el objetivo de ocultar y eliminar la raíz política de cualquier conflicto.

Otro elemento a analizar es lo especificado en las letras g y h del apartado 3 del artículo 2 del Reglamento. En este apartado se fijan los criterios para la inclusión de organizaciones e individuos en la lista del Anexo I; y según lo prescrito en dichas letras, se incluirán en la lista aquellos individuos y organizaciones

que inciten o provoquen públicamente graves actos de violencia por parte de, junto con, en nombre de, por cuenta de o en apoyo deHamás y la Yihad Islámica Palestina.

Visto lo establecido en estos preceptos, podemos concluir que dicha reglamentación tiene como objetivo criminalizar cualquier intento de poner de relieve la raíz política del conflicto y de dar un debate desde la perspectiva de la liberación nacional y social. La propia utilización del término “resistencia palestina” podría ser razón suficiente, según lo establecido en el texto, para ser incluido en la mencionada lista. Y es que la reglamentación aquí analizada, permite que no calificar la misma como terrorismo o analizar y explicar la raíz y objetivos de su lucha sea argumentado por el Consejo de la Unión Europea como apoyo al terrorismo o como incitación a la realización de graves actos de violencia.



Esto sitúa al pueblo palestino como sujeto pasivo del debate, como víctima de los abusos de Israel necesitada de ayuda humanitaria. En absoluto como un pueblo en lucha en pos de su liberación. Es así como debemos entender las manifestaciones de Josep Borrell, Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y vicepresidente de la Comisión Europea, cuando solicitaba a EEUU que dejase de exportar armas a Israel.

Esto, además, sienta una base para que cualquier expresión de solidaridad internacionalista pueda ser criminalizada en el ámbito de la Unión Europea. Desde octubre hasta ahora han sido diversas las organizaciones bajo amenaza de ilegalización, las movilizaciones prohibidas y las personas sancionadas. Por enumerar algunos casos:

El 25 de enero, Amichai Chikli, ministro israelí de la Diáspora y de Lucha contra el Antisemitismo, remitió una carta al ministro de Asuntos Exteriores español José Manuel Albares solicitando la ilegalización de: la red de solidaridad con los presos políticos palestinos Samidoun; del Movimiento Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina, Masar Badil; y del Frente de Liberación Popular de Palestina (PFLP en inglés).

El 2 de noviembre el gobierno de Alemania ilegalizó y disolvió la red Samidoun.

Tanto el Estado francés como el alemán prohibieron numerosas manifestaciones en solidaridad con Palestina argumentando que son “una amenaza contra el orden público”.

La Prefectura del Pirineo Atlántico ha prohibido diversas manifestaciones en solidaridad con Palestina.

La ertzantza ha iniciado varios procedimientos sancionadores por mostrar la bandera Palestina en los campos de fútbol, y ha cargado contra movilizaciones en solidaridad con Palestina.

Tal y como ha quedado dicho, toda esta dinámica tiene el claro objetivo de impedir la solidaridad política. Así se impide aflorar la raíz del conflicto político y desarrollar el debate en los términos adecuados, rechazando cualquier opción para una superación justa del conflicto, limitando la misma a la pacificación.

El bloque imperialista liderado por EEUU necesita a Palestina oprimida, y para ello utilizará todos los medios a su alcance. Así, podemos pensar en un escenario en el que incluso hablar del derecho de autodeterminación puede ser criminalizado.

Euskal Herria, a 23 de febrero de 2024.

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sábado, 24 de febrero de 2024

WASHINGTON AMBICIONA. LAS RIQUEZAS DE LATINOAMÉRICA.

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“El 8 de marzo de 2023, ante la Cámara de Representante, volvió a acusar a China de aprovecharse de los recursos naturales latinoamericanos. “La República Popular China sigue expandiendo su influencia económica, diplomática, tecnológica y militar en América latina y el Caribe y tiene la intención y la capacidad de emitir normas internacionales, promover autoritarismo y amasar poder e influencia a expensas de esas democracias”. “China, dijo, ha ampliado su capacidad para extraer recursos y establecer puertos, a través de prácticas de inversión depredadoras y construir instalaciones espaciales de doble uso”.

“Es el lenguaje característico de los halcones estadounidenses que aún tienen en sus mentes la idea de controlar América Latina amparados en la nefasta Doctrina Monroe de 1823, con el propósito de que el naciente imperio no toleraría interferencia o intromisión de las potencias europeas en América y que al paso del tiempo se convirtió en un mecanismo para invadir y controlar a las naciones del hemisferio. Como se conoce y ha sido denunciado en múltiples ocasiones, la Doctrina Monroe fue la base para decretar “América para los americanos” o mejor dicho, “América para Estados Unidos”. La Richardson también ha planteado utilizar el poder blando, es decir, penetrar en los países de América Latina mediante la tesis política del palo y la zanahoria como ya lo han hecho en otras ocasiones.

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Fuentes: Rebelión [Imagen: Laura Richardson primera mujer jefa del Comando Sur de EEUU]

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WASHINGTON AMBICIONA.

 LAS RIQUEZAS DE LATINOAMÉRICA.

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Por Hedelberto López Blanch | 24/02/2024 | Economía

Fuentes- Revista Rebelión sábado 24 de febrero del 2024.

Una fuerte ofensiva diplomática y de presiones hacia América del Sur ha lanzado Estados Unidos en los últimos dos años la cual ha sido encabezada por la jefa del Comando Sur, generala Laura Richardson.

Desde su nombramiento en octubre de 2021 la militar de cuatro estrellas ha comparecido en varias ocasiones ante el Congreso estadounidense, visitado varias naciones latinoamericanas y en todas sus alocuciones ha insistido en acusar a Rusia y China en ser las principales amenazas en la región.

A solo seis meses de su asunción, en abril de 2022, realizó una gira por Chile y Argentina, dos de los tres países (junto a Bolivia) que contienen la mayor cantidad de reservas de litio en el mundo.

Al regreso de la gira expuso ante el Congreso que

«la región del Comando Sur es de importancia estratégica para los intereses vitales de Estados Unidos y uno de los objetivos es sincronizar nuestro enfoque de cooperación en materia de seguridad, trabajando en todos los comandos combatientes para reducir las brechas que nuestros competidores están explotando».



Destacó que Latinoamericana es relevante para Washington

Laura Richardson afirmó que la región latinoamericana es

“por todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, el 60 % del litio está en el triángulo (Argentina, Bolivia, Chile) que es necesario para la tecnología actual, se encuentran en las zona las reservas más grandes de petróleo, el crudo ligero a lo que se suman los descubiertos recientemente en Guyana; se hallan los recursos de Venezuela, petróleo, oro y cobre; tenemos los pulmones del mundo, el Amazonas; también el 31 % del agua dulce del orbe en esta región. Quiero decir que tenemos mucho que hacer, esta región importa, tiene que ver mucho con nuestra seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”.

Durante una conversación en enero de 2023 con el think tank Atlantic Council, la generala se refirió a Rusia como su «adversario número dos» en la región —detrás de China—, debido a las relaciones del país euroasiático con Cuba, Venezuela y Nicaragua.



El 8 de marzo de 2023, ante la Cámara de Representante, volvió a acusar a China de aprovecharse de los recursos naturales latinoamericanos.

“La República Popular China sigue expandiendo su influencia económica, diplomática, tecnológica y militar en América latina y el Caribe y tiene la intención y la capacidad de emitir normas internacionales, promover autoritarismo y amasar poder e influencia a expensas de esas democracias”.

“China, dijo, ha ampliado su capacidad para extraer recursos y establecer puertos, a través de prácticas de inversión depredadoras y construir instalaciones espaciales de doble uso”.

Es el lenguaje característico de los halcones estadounidenses que aún tienen en sus mentes la idea de controlar América Latina amparados en la nefasta Doctrina Monroe de 1823, con el propósito de que el naciente imperio no toleraría interferencia o intromisión de las potencias europeas en América y que al paso del tiempo se convirtió en un mecanismo para invadir y controlar a las naciones del hemisferio.

Como se conoce y ha sido denunciado en múltiples ocasiones, la Doctrina Monroe fue la base para decretar “América para los americanos” o mejor dicho, “América para Estados Unidos”.

La Richardson también ha planteado utilizar el poder blando, es decir, penetrar en los países de América Latina mediante la tesis política del palo y la zanahoria como ya lo han hecho en otras ocasiones.

En la teoría kentiana del palo y la zanahoria expuesta por Sherman Kent en su libro

Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” de 1949, se señala que “la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: armas políticas y económicas”.

Cierto que, en los tiempos actuales, Estados Unidos ha pasado de la anterior táctica utilizada en América Latina cuando impuso dictaduras militares y el Plan Cóndor, a una guerra híbrida en la región pues cuando los pueblos se liberan de gobiernos neoliberales y prooccidentales, les imponen inmediatamente bloqueos económicos, golpes parlamentarios, campañas de desprestigio, encarcelamiento de líderes y golpes de Estado.


Potencias Sudamericanas, del Litio buscan afirmar su posición.

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El gobierno de Estados Unidos, el Pentágono, y las compañías transnacionales abren sus enormes bocas para tratar de tragarse todas las riquezas existentes en Latinoamérica que van desde el litio, cobre, oro, plata y petróleo hasta los enormes acuíferos y su enorme biodiversidad.

Por tanto, no hay más alternativa que los pueblos y gobiernos de la región abran los ojos ante esta fuerte arremetida imperial y tomen medidas que ratifiquen sus soberanías, autodeterminación e independencia.

Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano. 

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