&&&&&
“Dado lo anterior nadie debería sorprenderse del elevado nivel de intervencionismo estatal que prevalece en Austria. Lejos de los prejuicios, los insultos y el culto a la crueldad que practica el gobierno de Milei en aquel país centroeuropeo la mayoría de los
residentes de Viena, un 60%
aproximadamente, reside en viviendas
públicas y los alquileres,
tanto los de ellos como los de quienes
habitan en viviendas municipales
se encuentran sometidos a una estricta
regulación estatal que hace que
los alquileres se fijen muy por debajo del precio del mercado. Las viviendas construidas antes del año
1945 también están sometidas a una estricta
regulación. Una práctica semejante -llamada
el rent stabilization– existe también en New York, algo que los economistas libertarios parecen desconocer por completo. En la big apple aproximadamente
un 45 por ciento de los alquileres se encuentran regulados por
las autoridades municipales.
“A diferencia de
lo que hace el gobierno argentino
que se incumple con la obligación
constitucional de financiar al hospital público -caso Garrahan y tantos otros- así
como a las agencias especializadas
en el área de salud, en Austria las instituciones estatales garantizan una cobertura gratuita y universal para todos sus
habitantes, incluyendo a los extranjeros
legalmente establecidos en el país. El sistema se financia mediante un aporte equivalentes al 7.5% del salario bruto y pagado
por partes iguales entre los
trabajadores y los empleadores.
/////
MILEI, LA ESCUELA
AUSTRÍACA Y SUS ALUCINACIONES.
*****
Por Atilio A. Boron, Pagina
12.
Sociólogo. Doctor en Ciencias Sociales.
Maestro Universitario. Buenos Aires.
Fuente. Jaque al Neoliberalismo jueves 9
de agosto del 2025.
El presidente argentino es
un fervoroso creyente en las teorías desarrolladas por los economistas de la Escuela Austríaca y su remate más
radical e intransigente: el anarco capitalismo de Murray Rothbard que no conforme con someter toda la vida social a
la magia de los mercados llega al extremo de proponer la lisa y llana abolición del Estado. Eso es lo que Milei, auto confesado “topo”, pretende
hacer destruyéndolo desde adentro, cosa que en cierta medida ya está logrando,
para desgracia de quienes (sobre)vivimos en este país.
En anteriores trabajos he demostrado la
insanable debilidad teórica de ambas corrientes de pensamiento y su total
incomprensión del funcionamiento real de una economía capitalista. Sus teorías no se remiten a las realidades de
su tiempo, sino que son ocurrencias y especulaciones que nada tienen que ver con el capitalismo realmente
existente. En el caso argentino este
desvarío se complica por el esoterismo
y las fabulaciones a las cuales es tan afecto el presidente (¡la Argentina como una potencia mundial!,
por ejemplo) y su notable desprecio por los datos concretos que lo llevan a utilizar un número mágico, 17.000, casi para cualquier cosa.
La miseria teórica de la Escuela
Austríaca y su vástago neoyorquino, Rothbard, salta a la vista ni bien se contrastan sus elucubraciones
con la economía austríaca “realmente
existente”. Para los apóstoles de la absoluta
primacía de los mercados debe resultarles un dato indigesto el hecho de que en Austria el gasto público en relación al PIB
haya fluctuado entre el 48.5% en
2019, llegando al 59.4% durante
la pandemia del 2020 y estabilizándose
en el 2024 en torno al 56%. (https://datosmacro.expansion.com/paises/austria)
¿Qué tiene esto que ver con la
desaforada prédica de Milei y sus prosélitos? Nada. Lo de ellos es pura
borrachera ideológica. La deuda
pública alcanzó el año pasado en Austria
al 81,8% del PIB y el déficit fiscal,
anatema para nuestro gobierno,
se empinó en ese mismo año hasta un 4.7%
del PIB. Son totalmente ajenos a las autoridades
austríacas los delirios del equipo
gobernante argentino y su culto
supersticioso al “equilibrio
fiscal”. Casi ningún gobierno en el mundo
cree en esa tontería pues la gran mayoría
de los gobiernos tienen sus cuentas en rojo.
Dado lo anterior nadie debería sorprenderse del elevado nivel
de intervencionismo estatal que
prevalece en Austria. Lejos de los prejuicios, los insultos y el culto a la
crueldad que practica el gobierno de
Milei en aquel país centroeuropeo
la mayoría de los residentes de Viena,
un 60% aproximadamente, reside en viviendas
públicas y los alquileres,
tanto los de ellos como los de quienes
habitan en viviendas municipales
se encuentran sometidos a una estricta
regulación estatal que hace que
los alquileres se fijen muy por debajo del precio del mercado. Las viviendas construidas antes del año
1945 también están sometidas a una estricta
regulación. Una práctica semejante -llamada
el rent stabilization– existe también en New York, algo que los economistas libertarios parecen desconocer por completo. En la big apple aproximadamente
un 45 por ciento de los alquileres se encuentran regulados por
las autoridades municipales.
A diferencia de
lo que hace el gobierno argentino
que se incumple con la obligación
constitucional de financiar al hospital público -caso Garrahan y tantos otros- así
como a las agencias especializadas
en el área de salud, en Austria las instituciones estatales garantizan una cobertura gratuita y universal para todos sus
habitantes, incluyendo a los extranjeros
legalmente establecidos en el país. El sistema se financia mediante un aporte equivalentes al 7.5% del salario bruto y pagado
por partes iguales entre los
trabajadores y los empleadores.
Según la Organización Mundial de la
Salud (OMS) Austria se encuentra
entre los diez mejores países en lo
tocante a la atención médica de su
población. Y lo mismo ocurre con
la educación: pública y gratuita desde
el jardín de infantes; obligatoria, pública y gratuita en la primaria y la
secundaria, y pública y gratuita en el nivel universitario. Una rigurosa regulación del mercado de trabajo, con un claro sesgo pro-labor garantiza un nivel de igualdad económica superior al
de otros países desarrollados. El
coeficiente Gini que mide la
desigualdad económica (cuanto más
grande su valor mayor es la desigualdad) es uno de los más
bajos de los países desarrollados: 28.1
contra 41.8 de Estados Unidos, el país modelo
para Milei y sus secuaces. (https://datosmacro.expansion.com/demografia/indice-gini)
Para concluir, la gestión estatal ha logrado atenuar las desigualdades socioeconómicas que el capitalismo reproduce y acrecienta incesantemente. Esto
fue posible gracias a que ningún gobierno
de los más distintos signos políticos
-conservadores, democristianos,
socialdemócratas, liberales, coaliciones varias-que tuvo Austria desde la posguerra se le ocurrió
hacer de la motosierra el símbolo de su gestión. Esos mayúsculos desatinos como los
que incurre nuestro gobierno son impensables
en otras latitudes.
Fueron las activas políticas
gubernamentales las que hicieron de Austria un país más
igualitario y solidario que la Argentina,
impidiendo que los mercados arrasen
con los derechos inherentes a la ciudadanía -a la salud, la educación, la previsión social, etcétera- y empobrezcan
a sectores crecientes de la
población, sacrificados en el
altar de las ganancias empresariales.
Es decir, la Escuela Austríaca (ya una pieza de museo) y sus cultores han demostrado, al igual
que los libertarios argentinos, que
no tienen la menor idea de cómo funciona la economía de sus respectivos
países y que son tan sólo una esotérica secta fundamentalista hábilmente manipulada por una voraz
clase empresarial que se
aprovecha de ella para embolsar fabulosas
ganancias y vender el país al mejor postor.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario