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Es muy reconfortante para los que amasan grandes fortunas escuchar a
periodistas y académicos
que atribuyen la razón de estas acumulaciones a los enormes méritos desplegados
para conseguirlas. Méritos que les
hablan y halagan sobre músicas que les placen enormemente: si han llegado
donde están es porque se trata de grandes emprendedores o inteligentes innovadores o genios financieros o working
rich… No todo el mundo dispone de esos méritos y genios, y por tanto, hay
que aceptar que es el pago justo a tanta excelencia. No solamente se trata del
llamado "sesgo de la
confirmación", según la cual la información acorde con las propias
convicciones se procesa de forma mucho más favorable que la información que no
es acorde con las mismas. Hay más.
Así, la
desigualdad no sería sino el coste que hay que pagar a cambio de la
oportunidad. En un reciente libro,
se recordaban algunos datos que no hacen tan favorables las cosas para los muy ricos: el 40% de los 400
estadounidenses más ricos habían heredado más de un millón de dólares de sus
mayores.
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La élite mundial , financiera-especulativa, del llamado Club de Bilderberg - "Los Nuevos del Amos del Mundo". Los Nuevos Buitres del capital monopólico global.
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LA LIBERTAD DE TODOS AMENAZADA POR LA GRAN
RIQUEZA DE 2.170 PODEROSOS.
*****
Daniel Raventós
(SINPERMISO).
Martes 7 de enero del
2014.
No ha habido ningún autor
mínimamente serio que haya sido un defensor de lo que para simplificar
podríamos llamar igualdad total. Si "igualdad total" son palabras con
algún sentido preciso.
Efectivamente, somos muy diferentes.
Unas personas son jóvenes y otras casi centenarias, unas gozan de buena salud y
otras la tienen muy precaria, unas son muy inteligentes y otras no tanto, unas
prefieren la televisión a todas horas y otras lecturas de biología evolutiva, a
unas les chifla leer prensa deportiva y a otras estudiar a Aristóteles, unas
desean escalar montañas y otras atiborrarse de pornografía o de discursos
papales, etc. Constatar estas evidencias resultaría innecesario si no fuera
porque en ocasiones estas grandes diversidades en las preferencias y en la
constitución natural se utilizan para intentar defender situaciones sociales
que no son producto de desigualdades más o menos neutras sino completamente
inicuas. Hay desigualdades que no afectan a la libertad de la mayoría, pero hay
otras que la comprometen cuando no la impiden.
Las grandes desigualdades económicas
son un impedimento a la libertad de la gran mayoría. Cuando un poder privado es
tan inmenso que puede imponer su voluntad o, más técnicamente, su concepción
del bien, al resto de la sociedad o a una gran parte, la libertad de esta
mayoría está seriamente afectada. Los poderes privados más desarrollados que
actualmente pueden imponer su voluntad a la gran mayoría de la sociedad,
incluidos muchos Estados que parecen estar a su servicio (y en muchos casos
están directamente a sus órdenes), son las grandes transnacionales. Mediante
amenazas de distinto calibre (migración a otro lugar, cierre de fábricas…)
estas grandes transnacionales han conseguido entre otros objetivos: rebajas del
impuesto de sociedades, bonificaciones fiscales muy diversas, adjudicación de
terrenos de forma ventajosa respecto a otras empresas… Sin contar las ayudas
legislativas que reciben desde muchos países que permiten la ingeniería fiscal
mediante, aunque no solamente, los paraísos fiscales y que ocasionan la evasión
de cifras multimillonarias de impuestos.
Por ejemplo, Apple tuvo en el Reino
de España una declaración del impuesto de sociedades negativa en el año 2011.
Es mucho el dinero también que estas empresas dedican al cabildeo directo o
indirecto. Otro ejemplo: entre 1998 y 2004, 759 millones de dólares se
emplearon por parte de las grandes farmacéuticas para influir en nada menos que
1.400 disposiciones del Congreso de Estados Unidos. Se estima que hay 2'5
lobbistas por cada diputado en Estados Unidos. No es extraño que el que fuera
presidente de aquel Estado, F.D. Roosevelt, llamara a estas empresas
"monarcas económicos". La razón es que atentaban contra la libertad
de la república, una vieja tradición monárquica. Y lo siguen haciendo de forma
aún más desvergonzada. ¡Cómo calificaría Roosevelt ahora a estas empresas 80
años después! Cuando la existencia material de millones de personas depende de
la arbitrariedad de algunos pocos y potentes consejos de administración, la
libertad del primer grupo peligra si no está ya sometida.
Es muy reconfortante para los que
amasan grandes fortunas escuchar a periodistas y académicos que atribuyen la
razón de estas acumulaciones a los enormes méritos desplegados para
conseguirlas. Méritos que les hablan y halagan sobre músicas que les placen
enormemente: si han llegado donde están es porque se trata de grandes
emprendedores o inteligentes innovadores o genios financieros o working rich…
No todo el mundo dispone de esos méritos y genios, y por tanto, hay que aceptar
que es el pago justo a tanta excelencia. No solamente se trata del llamado
"sesgo de la confirmación", según la cual la información acorde con
las propias convicciones se procesa de forma mucho más favorable que la información
que no es acorde con las mismas. Hay más. Así, la desigualdad no sería sino el
coste que hay que pagar a cambio de la oportunidad. En un reciente libro , se recordaban algunos datos que no
hacen tan favorables las cosas para los muy ricos: el 40% de los 400
estadounidenses más ricos habían heredado más de un millón de dólares de sus
mayores.
Con un millón o más de dólares, sin
contar relaciones, educación, amistades aportadas por las familias de origen,
ya se empieza la carrera de una manera bastante ventajosa. Más gratificante es,
empero, para estos tipos achacar a los méritos propios su privilegiada
posición. Y siempre hay académicos y periodistas dispuestos a decírselo
repetidamente para hacerles más fantástica su ya afortunada existencia. Tampoco
es necesario ser muy extremista a la hora de agasajar a los muy ricos y, en
perfecta simetría, responsabilizar a los pobres de su desgraciada situación. No
hace falta, por ejemplo, llegar a las propuestas de Thomas Nixon Carver, el que
fuera catedrático de política económica en la Universidad de Harvard entre 1902
y 1935 y uno de los presidentes de la American Economic Association. Este
pimpante economista proponía la esterilización de los "palmariamente
ineptos", es decir, a los que no alcanzaban un ingreso anual de 1.800
dólares.
Los miles de millones, de millones, de los afortunados ganadores con la crisis mundial. ¿ Lógico, si las deudas privadas en tiempos de crisis de transforman por arte de birlibirloque en deudas públicas? el Estado con dinero de todos los Ciudadanos, termina pagando la deuda inmoral, injusta, ilegal, corrupta, ¿cómo son todas las deudas?.-
***
En los años 30 del siglo pasado, que
es cuando se hizo la propuesta, esta cantidad abarcaba al 50% de la población
de Estados Unidos, es decir, a unos 60 millones de personas. No se andaba con
pequeñeces el señor Carver. Pero,
insisto, no hace falta llegar a tanto extremismo: es suficiente con que los
periodistas y académicos mencionen el justo pago a los ricos por sus méritos y
genialidades para justificar sus inmensas fortunas. A veces también debe
acompañarse de la envidia que, según ellos, invade al resto. Pero
moderadamente, no hace falta presentarlo de forma demasiado radicalizada, no.
Al fin y al cabo, ¿no son estas fortunas las que contribuyen con alguna
cantidad a paliar algunas desgracias en el mundo? El filantro-capitalismo al
que se dedican algunos de los grandes multimillonarios no solamente lava
conciencias sino que es muy rentable. Y
a nadie le amarga un dulce.
Desde el inicio de la crisis
económica las distancias sociales y las desigualdades entre los más ricos y el
resto de la especie se han incrementado. Ya en el año 2012, por citar a un
economista conocido, Joseph Stiglitz escribía: "Quienes más padecen las
crisis son los trabajadores y las pequeñas empresas, y eso ha sido
especialmente cierto durante esta crisis, en la que los beneficios de las
grandes empresas siguen siendo elevados en muchos sectores, y a los bancos y a
los banqueros les van bien las cosas.".
Datos que lo corroboran, pero antes
un comentario. Como queda dicho, los ricos tienen académicos y periodistas que
son sus bufones y su corte. "Mucha de la literatura actual sobre el mundo
de los grandes directivos de empresa se publica en revistas como Fortune,
Businessweel o Forbes. (…) en ningún lugar pueden encontrarse estudios
empíricos sobre las raíces sociobiológicas de las tendencias criminales de la
clase ejecutiva." Veamos una
muestra de esa "literatura actual sobre el mundo de los grandes
directivos" que aporta datos interesantes. El informe acabado de publicar
de UBS (antiguamente se conocía como Unión de Bancos Suizos) Wealth-X and UBS
Billionaire Census 2013, indica que en el Reino de España hay 22 milmillonarios
que acumulan una fortuna de 74.000 millones de dólares, lo que equivale a más
del 5% del PIB del Reino.
Sí, solamente 22 personas acumulan
esta increíble fortuna. Y los 2.170 humanos que en el 2013 acabado de finalizar
atesoran 6'5 billones (trillones en inglés de los Estados Unidos) de dólares
disponen de la misma fortuna que representa todo el PIB mundial menos el de la
China y los Estados Unidos. Esta inmensa cantidad de dinero en tan pocas manos
es un 60% superior de lo que acumulaban en 2009. Efectivamente, en plena crisis
y en 4 años han aumentado un 60% su riqueza, pas mal. Las muy concretas 2.170
personas y algunas más son las que están en el extremo privilegiado de las
grandes desigualdades. "Los frecuentes éxitos que cosechan las grandes
empresas a la hora de no tener que asumir todas las consecuencias de sus actos
son un ejemplo de cómo modelan a su favor las reglas del juego económico.".
Es un poder privado tan inmenso que su voluntad, su concepción del bien, se
impone a una gran mayoría de la sociedad. No se trata sólo de la galopante
desigualdad que con algunos remiendos pueda mitigarse, se trata de la libertad
de la inmensa mayoría.
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(Una
versión más reducida de este artículo se publicó en el Diario de Mallorca el
25-12-2013)
Daniel
Raventós es
profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona,
miembro del Comité de Redacción de sinpermiso y presidente de la Red Renta
Básica. Es
miembro del comité científico de ATTAC. Su último libro es ¿Qué es la Renta 2012).
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