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Europa, si algo es tan importante en nuestras vidas, sin duda significa que no puede sernos ajeno, ni su control puede escapar de las manos de la ciudadanía. Lo cual a su vez desemboca en dos conclusiones básicas en cuanto a líneas de pensamiento y de acción para reinventar Europa: primero Democratizar Europa es una prioridad para que las decisiones en ese ámbito sean acordes con el sentir y la deliberación ciudadana. Y segundo, Europeizar la democracia es una necesidad para que las decisiones beneficien al bien común y al conjunto de la ciudadanía europea, desde Berlín hasta Atenas. Para alcanzar estos dos objetivos indisociables y avanzar hacia una “democracia europea de lo común”, veo diferentes frentes de ataque. Primero, como carrera de fondo, la regeneración democrática de Europa tendría que pasar por un proceso constituyente de ámbito europeo. La ciudadanía europea es quién tiene que decidir qué Europa quiere para hoy y mañana, sus reglas comunes y cuál es el sentido de la construcción europea. Dentro de este proceso, promovería sin la menor duda una Europa federal con un poder ejecutivo, legislativo y judicial claramente definidos y separados; una Europa federal donde las decisiones siempre se tendrían que tomar en el nivel territorial más adecuado. En esta Europa federal la regeneración democrática a nivel continental va pareja con la regeneración democrática a nivel local y nacional.
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!!!Atención, urgente, debe ser una realidad hoy como expresión de las multitudes ciudadanas " en pie de guerra" contra la austeridad bancaria: "Está usted en territorio europeo, aquí manda la Ciudadanía"¡¡¡.
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ESTÁ USTED EN
TERRITORIO EUROPEO, AQUÍ MANDA LA CIUDADANÍA.
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Florent Marcellesi.
Público.es sábado 18 de
enero del 2014.
El pasado 1 de enero
celebramos el vigésimo aniversario del levantamiento zapatista en Chiapas. De
las muchas enseñanzas que recibí trabajando allí con ellos, destaco una frase
que se encuentra a la entrada de sus pueblos: “Está usted en territorio zapatista. Aquí manda el pueblo y el gobierno
obedece”. Desde luego, este mensaje de democracia radical dista del modelo
dominante en la Europa actual donde, salvo algunas excepciones, la pancarta
tendría que ser más bien “aquí manda el gobierno y el pueblo obedece”.
Con una profunda falta
de legitimidad democrática, la Troika (compuesta por la Comisión Europea,
el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) sigue imponiendo
sus políticas de austeridad que llevan al desempleo y al empobrecimiento a
millones de personas como en los casos de Grecia, España o Portugal. Mientras
tanto, aunque los jefes de los Estados-miembro no sean elegidos para votar las
leyes europeas, son ellos quienes marcan en realidad —y no el Parlamento
Europeo— la agenda política y mediática europea a través del Consejo Europeo. Si
bien Europa es también una excusa fácil para algunos gobiernos nacionales
incompetentes y para movimientos anti-europeos, es de reconocer que la
construcción democrática europea ha ido y sigue yendo a remolque de la
construcción económica y tecnocrática, y de los egoísmos estatales. Hasta tal
punto que la Unión Europea (UE) se ha convertido hoy en un laberinto
incomprensible y lejano para la ciudadanía de a pie, proclive a la
abstención masiva en las elecciones europeas, es decir una UE presa de los
intereses políticos y económicos de unos pocos.
Sin embargo, nunca
habíamos necesitado tanto a Europa. La UE es uno de los actores clave donde
debatir las políticas económicas, sociales, fiscales, energéticas o climáticas.
Dicho de forma más simple, es uno de los espacios donde se deciden nuestros
niveles de bienestar, nuestros empleos, nuestras pensiones y el destino de las
generaciones futuras. Como explica acertadamente Subirats, “de golpe, nos hemos dado cuenta o, mejor, nos han hecho
dar cuenta, de la importancia que tiene para nuestras vidas lo que se decide en
Europa” (El País, 04-01-2014). Y si algo es tan importante en nuestras
vidas, sin duda significa que no puede sernos ajeno, ni su control puede
escapar de las manos de la ciudadanía. Lo cual a su vez desemboca en dos
conclusiones básicas en cuanto a líneas de pensamiento y de acción para
reinventar Europa:
- Democratizar Europa es una prioridad para que las decisiones en ese ámbito sean
acordes con el sentir y la deliberación ciudadana.
- Europeizar la democracia es una necesidad para que las decisiones beneficien al bien común
y al conjunto de la ciudadanía europea, desde Berlín hasta Atenas.
Para alcanzar estos dos
objetivos indisociables y avanzar hacia una “democracia europea de lo común”,
veo diferentes frentes de ataque. Primero, como carrera de fondo, la
regeneración democrática de Europa tendría que pasar por un proceso
constituyente de ámbito europeo (que detallo en este artículo). La ciudadanía europea es quién tiene que
decidir qué Europa quiere para hoy y mañana, sus reglas comunes y cuál es el
sentido de la construcción europea. Dentro de este proceso, promovería sin la
menor duda una Europa federal con un
poder ejecutivo, legislativo y judicial claramente definidos y separados; una
Europa federal donde las decisiones siempre se tendrían que tomar en el nivel
territorial más adecuado. En esta Europa federal la regeneración democrática a
nivel continental va pareja con la regeneración democrática a nivel local y
nacional.
Por otro lado, sigamos
trabajando para dar más capacidad de decisión y de legislación al Parlamento
Europeo. Es un paso esencial para reforzar la que debería ser la “casa común
de la ciudadanía europea”. Este órgano es la institución comunitaria con mayor
legitimidad de la UE puesto que sus representantes son elegidos a través del
sufragio universal y proporcional en los 28 Estados-Miembros. En concreto, esto
significa:
- Otorgar el derecho de iniciativa
legislativa el Parlamento Europeo y darle mayor control sobre la Comisión
Europea y el Banco Central Europeo.
- Vincular la composición de la Comisión
Europea (es decir el poder ejecutivo) a la mayoría resultante de las
elecciones europeas. En este sentido y bajo el impulso de Los Verdes
Europeos, el hecho de que los principales partidos europeos presenten una
persona candidata a la Comisión Europea de cara a mayo 2014 es un paso
adelante importante.
- Instaurar listas transnacionales que
permitan europeizar las campañas electorales europeas.
- Permitir la celebración de referendos o
de consultas electrónicas a nivel europeo.
- Y ¡recordar la importancia de las elecciones europeas de mayo del 2014 para mejorar nuestras vidas diarias!
Esa es la realidad hiriente, dolorosa, lacerante de la economía capitalista en crisis estructural actual y quién paga las consecuencias. "Es la más eficiente expresión del crimen organizado".. Por esa acera de la amplia avenida política del siglo XXI, caminan con crueldad y prepotencia la Troika, el G-8, el FMI, el BM, el G-20, la OMC, el BID y una élite reducida de acompañantes, pero multi-millonarios con las políticas de austeridad y salvataje de la crisis.
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Además, pensemos también
que dentro de la estructura existente ya tenemos herramientas de democracia que
podemos y debemos usar y reforzar. Por ejemplo, las Iniciativas Ciudadanas
Europeas —que con un millón de firmas pueden pedir a la Comisión Europea
que presente una propuesta de legislación— son instrumentos esenciales de
democracia directa y empoderamiento ciudadano. Aunque podrían ser aún más
potentes si se extendieran sus competencias o se sometieran a referendo
europeo, ya han permitido que la Comisión Europea tenga que estudiar ahora “el
derecho al agua como derecho humano” y que miles de personas de forma
transnacional luchemos a favor de una Renta Básica Europea.
Y como el cambio también
tiene que empezar por uno mismo, integremos mucho más las tecnologías de la
información en 1) el modo de
elección del eurodiputado 2) su
dinámica diaria de trabajo. Por un lado, las primarias
europeas de Equo para elegir a sus personas candidatas son un buen
ejemplo de que otra democracia, más directa y más abierta, es posible. Por otro
lado, Europa es mucho más que votar cada cinco años. Es deseable europeizar los
partidos, conectar los movimientos sociales con Europa y generar desde abajo a
lo largo de la legislatura un debate y propuestas permanentes sobre el proyecto
europeo. En este sentido, es perfectamente factible trasladar al Parlamento
Europeo la iniciativa Congreso Transparente o la iniciativa Escaño 110.
(“Escaño 752”).
Esta Europa de lo común
podrá funcionar a pleno rendimiento si al mismo tiempo seguimos construyendo
una conciencia y ciudadanía europeas fuerte, es decir un demos
europeo. Para ello:
- En lo cultural, podemos reforzar desde
la pluralidad de identidades el sentimiento de pertenencia al proyecto
común europeo, por ejemplo a través de programas universitarios como
Erasmus, del Servicio Voluntario Europeo o de la Casa de la Historia
Europea.
- En lo mediático, necesitamos un cuarto
poder, es decir establecer un marco constitucional para los medios de
comunicación que favorezca una prensa de ámbito europeo, libre, plural e
independiente.
- En lo social y político, pensemos y
actuemos en clave europea. Ahora que todas las opiniones públicas de la UE
hablamos de lo mismo (la crisis económica, la Troika, el futuro de Europa,
las elecciones de mayo del 2014, etc.), es el momento idóneo para
fortalecer iniciativas, movilizaciones y mayorías transfronterizas basadas
en más democracia, solidaridad y sostenibilidad.
En base a esta visión y
estas propuestas, es posible reinventar Europa. Incluso es posible imaginar que
un día podamos leer a la entrada de Europa: “Está usted en territorio europeo, aquí manda la
ciudadanía.”
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Florent
Marcellesi, investigador, activista y candidato a las primarias de
Equo para las elecciones europeas.
Rebelión ha publicado este
artículo con el permiso del autor mediante una licencia de
Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras
fuentes.
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