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El
gobierno actual (que se supone dominado por la mitad oriental) es acusado de
corrupción y autoritarismo por el otro bando en manifestaciones publicas. No
hay duda de que esto es cierto, por lo menos en parte. Sin embargo, no queda
claro que un gobierno dominado por la
parte occidental pudiera ser menos corrupto o menos autoritario. En
cualquier caso, el punto se propone internamente en términos geopolíticos: ¿debe Ucrania ser parte de la Unión Europea o tejer fuertes vínculos
con Rusia? Es, por tanto, quizá inesperado que YouTube muestre ahora una
filmación donde la secretaria de Estado
adjunto de Estados Unidos para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria
Nuland, discutiendo la estrategia política estadounidense sobre Ucrania vis-à-vis con el
embajador de Estados Unidos. En esta cinta, la señora Nuland plantea el punto como una pugna geopolítica entre
Estados Unidos y Europa (y más en particular Alemania). Es capturada en la diatriba al momento de
decir: que se jodan los europeos –los europeos, no los rusos.
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Kike.
INMANUEL WALLERSTEIN: LA GEOPOLÍTICA DEL CISMA EN UCRANIA.
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Inmanuel Wallerstein.
La Jornada.- lunes 24 de febrero del 2014
Ucrania ha estado sufriendo un profundo cisma
interno por algún tiempo ya. Éste amenaza con convertirse en una de esas feas
guerras civiles que están ocurriendo en más y más países. Las fronteras de la
Ucrania actual incluyen una grieta oriente-occidente que es lingüística,
religiosa, económica y cultural, y cada bando es cercano a 50 por ciento del
total.
El gobierno actual (que se supone dominado por la
mitad oriental) es acusado de corrupción y autoritarismo por el otro bando en
manifestaciones publicas. No hay duda de que esto es cierto, por lo menos en
parte. Sin embargo, no queda claro que un gobierno dominado por la parte
occidental pudiera ser menos corrupto o menos autoritario. En cualquier caso,
el punto se propone internamente en términos geopolíticos: ¿debe Ucrania ser
parte de la Unión Europea o tejer fuertes vínculos con Rusia?
Es, por tanto, quizá inesperado que YouTube muestre
ahora una filmación donde la secretaria de Estado adjunto de Estados Unidos
para Asuntos Europeos y Euroasiáticos, Victoria Nuland, discutiendo la
estrategia política estadunidense sobre Ucrania vis-à-vis con
el embajador de Estados Unidos. En esta cinta, la señora Nuland plantea el
punto como una pugna geopolítica entre Estados Unidos y Europa (y más en
particular Alemania). Es capturada en la diatriba al momento de decir: que
se jodan los europeos –los europeos, no los rusos.
Antes de proceder con el análisis, ofrezcamos un
poco de compasión hacia todas las personas importantes del momento. En años
recientes ha habido mucha discusión acerca de la pérdida de privacidad en las
comunicaciones. Pero esta discusión siempre ha estado relacionada con la gente
común que es objeto del espionaje de los gobiernos, en particular la Agencia de
Seguridad Nacional estadunidense (NSA, por sus siglas en inglés). Sin embargo,
parece que esta pérdida de privacidad ahora se extiende a gente como la señora
Nuland. Hay mucha especulación acerca de quién intervino su conversación y
quién la tornó viral en el YouTube. El punto es que la pobre señora Nuland ya
no está a salvo al decir nada –o al menos nada que ella no quiera que el mundo
entero sepa.
Echemos un vistazo a quién es Victoria Nuland. Ella
es una superviviente de la clíque neoconservadora que rodeaba a George W. Bush,
en cuyo gobierno ella servía. Su marido, Robert Kagan, es uno de los ideólogos
mejor conocidos del grupo de neoconservadores. Es interesante entender qué está
haciendo alguien como ella en una posición clave dentro del Departamento de
Estado de la presidencia de Obama. Lo menos que él y el secretario de Estado
John Kerry hubieran podido hacer era retirar a los neoconservadores de un papel
así.
Ahora, recordemos cuál fue exactamente la línea
neoconservadora en Europa durante los días de Bush. El entonces secretario de
Estado, Donald Rumsfeld, fue famoso por decir de Francia y Alemania que eran la
vieja Europa en contraste con lo que él consideraba la nueva Europa,
es decir, países que compartían los puntos de vista de Rumsfeld entorno a la
inminente invasión de Irak. Para Rumsfeld, la nueva Europa eran Gran Bretaña,
especialmente, y Europa centro-oriental, los países que fueron alguna vez parte
del bloque soviético. La señora Nuland parece tener esa misma percepción
respecto de Europa.
Entonces déjenme proponerles que Ucrania es
meramente una excusa conveniente o específica para una división geo-política
mayor que no tiene nada que ver con su cisma interno. Lo que acosa a los
Nulands de este mundo no es la absorción putativa de Ucrania por
Rusia –una eventualidad con la que ella podría vivir. Lo que la acosa a ella y
a quienes comparten sus puntos de vista es una alianza geopolítica de
Alemania/Francia y Rusia. La pesadilla de un eje París-Berlín-Moscú ha amainado
un poco desde su clímax en 2003, cuando los esfuerzos estadunidenses de hacer
que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respaldara la invasión de Irak
de 2003 fueron frenados por Francia y Alemania.
La pesadilla amainó un poco, pero sigue acechando
justo bajo la superficie, y por alguna buena razón. Una alianza así tiene mucho
sentido geopolítico para Alemania/Francia y Rusia. Y en geopolítica, lo que
tiene sentido es una restricción a la que no puede afectarle mucho insistir en
diferencias ideológicas.
Las opciones geopolíticas pueden torcerse por parte
de los individuos que ostenta el poder, pero la presión ejercida por los
intereses nacionales de largo plazo permanece fuerte.
¿Por qué tiene sentido un eje París-Berlín-Moscú?
Hay buenas razones. Una es el viraje de Estados Unidos hacia un
Pacífico-centrismo, lo que remplaza su larga historia de Atlántico-centrismo.
La pesadilla de Rusia, como la de Alemania, no es una guerra China-Estados
Unidos, sino una alianza China-Estados Unidos (una que incluyera a Japón y a
Corea también). La única manera que tiene Alemania de disminuir esta amenaza a
su propia prosperidad y poder es una alianza con Rusia. Y su política hacia
Ucrania muestra precisamente la prioridad que le otorga a resolver los asuntos
europeos incluyendo a Rusia, en vez de excluirla.
En cuanto a Francia, Hollande ha estado intentando
encantar a Estados Unidos actuando como si fuera parte de la nueva Europa.
Pero desde 1945 el gaullismo ha sido la postura geopolítica básica de Francia.
Presidentes supuestamente no gaulistas como Mitterrand y Sarkozy, de hecho han
proseguido políticas gaulistas. Y Hollande descubrirá pronto que no tiene mucha
opción, sino la de ser gaullista. El gaullismo no es izquierdismo, sino el
entendimiento de que es Estados Unidos lo que amenaza el papel geopolítico de
Francia, y que Francia tiene que defender sus intereses abriéndose a Rusia para
contrabalancear el poder de Estados Unidos.
¿Quién ganar este juego? Eso sigue por verse. Pero
Victoria Nuland se asemeja un poco al rey Canuto al ordenarle a los mares que
amainen. Y los pobres ucranianos pueden descubrir que son forzados a coser sus
heridas internas, les guste o no.
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Traducción:
Ramón Vera Herrera.
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