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En la actualidad de nuestra cultura, en
parte resignados a la alegría de haber sido y al dolor de ya no ser,
vimos la revolución no ya como un sueño eterno sino como un anhelo imposible.
La profecía revolucionaria es considerada como la nostalgia del pasado o el
delirio del futuro. Es sustituida “Revolución”
por “Batalla Cultural”. En forma
sutil, y no tanto, sustituye palabras para corromper ideas. Si bien la Revolución es una Batalla
Cultural, no toda Batalla Cultural tiene una dimensión revolucionaria.
Incluso hay batallas culturales que son reaccionarias. Y para peor, triunfantes. Algunas llaman a esto neoliberalismo y el tan cacareado fin
de la historia. La
Revolución es subvertir el nivel fundante de la realidad. Si hace 5
siglos estamos igual, o por lo menos no demasiado diferentes, mucho ha cambiado
en el nivel convencional, pero nada en el fundante. Este fundante es la propiedad privada de los medios de producción. No solamente de los bienes, sino también de las artes, del
tiempo libre, de la ciencia, de la misma cultura.
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La batalla contra la ignorancia.- Para los cubanos de hoy el 22 de diciembre es un
significativo día, es el “Día del Educador”, el momento
para rendir homenaje a esa gran Batalla por la Cultura, que tenía como
protagonistas a 120 mil alfabetizadores populares, 100 jóvenes estudiantes
agrupados en la legendaria “Brigada Conrado Benítez”, 13 mil brigadistas
obreros y más de 34 mil Maestros y Profesores que eran la vanguardia de esa
hermosa tarea que hizo proclamar el año de 1961, como el Año de la Educación en
Cuba.
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SEIS DÍAS QUE
CONMOVIERON MI MUNDO.
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Alfredo Grande (APE)
ARGENPRESS.info viernes 14 de febrero del 2014.
"No
digáis que agotados su tesoro, de asuntos falta enmudeció la vida, podrá no
haber profetas, pero siempre habrá profecía". Aforismo teológico implicado
"La opción por los pobres no es una opción por la pobreza. Es una opción para construir una nueva forma de riqueza". Aforiamo implicado
"La opción por los pobres no es una opción por la pobreza. Es una opción para construir una nueva forma de riqueza". Aforiamo implicado
El periodista John Reed publicó en 1919
su libro testimonial “Diez días que
conmovieron al mundo”. Desde su implicación socialista y libertaria, relata
a modo de entrevistas la Revolución de Octubre. Si la Revolución Francesa
materializó la profecía de la libertad, la igualdad y la fraternidad, la
revolución bolchevique derribó el perímetro clasista para que la profecía no
quedara como privilegio de la clase dominante.
En la
actualidad de nuestra cultura, en parte resignados a la alegría de haber sido y
al dolor de ya no ser, vimos la revolución no ya como un sueño eterno sino como
un anhelo imposible. La profecía revolucionaria es considerada como la
nostalgia del pasado o el delirio del futuro. Es sustituida “Revolución” por “Batalla Cultural”. En forma sutil, y no tanto, sustituye palabras
para corromper ideas.
Si bien la Revolución es una Batalla Cultural,
no toda Batalla Cultural tiene una dimensión revolucionaria. Incluso hay
batallas culturales que son reaccionarias. Y
para peor, triunfantes. Algunas llaman a esto neoliberalismo y el tan cacareado fin de la historia. La Revolución es
subvertir el nivel fundante de la realidad. Si hace 5 siglos estamos
igual, o por lo menos no demasiado diferentes, mucho ha cambiado en el nivel
convencional, pero nada en el fundante. Este fundante es la propiedad privada de los medios de producción. No solamente de los bienes, sino también
de las artes, del tiempo libre, de la ciencia, de la misma cultura.
El
recientemente sobreseído Carlos Saúl Menem por la voladura de Río Tercero,
acuño para una sorprendida posteridad una frase: “la Ferrari es mía, mía, mía”. Menem, al que Pino Solanas clasificara como “la
comadreja de los llanos”, es el Jaimito
del neoliberalismo. La propiedad privada en el capitalismo es sacra.
Desde ya, mucho más que la vida, que es apenas un recurso renovable para la
reproducción del capital. Ahora mal: ese fundante de dura piedra (la propiedad
privada) debe ser encubierto, mistificado, disfrazado, camuflado. La Operación Masacre, como escribiera Rodolfo Walsh, siempre está vigente,
aunque siempre parece un accidente. Pero con los vientos de las democracias de
la representación, una Operación
Maquillaje es imprescindible. El maquillaje es el nivel convencional
encubridor. Masacre y Maquillaje son
hermanitas encontradas que impiden llegar al fundante y que garantizan el
exterminio para quienes, a pesar de vientos y mareas, se asoman a las orillas.
La
Operación Masacre
es el Terrorismo de Estado y la Operación
Maquillaje es el Estado Benefactor. A las
dos Operaciones las incluyo en el concepto de Cultura Represora. La Operación M y M puede ser enfrentada. La
Cultura Represora produce una forma de subjetividad que podría denominar Autismo Ciudadano.
Muchos libros de auto ayuda, con un suceso de ventas que envidio profundamente,
hacen palanca en este Autismo. La dimensión vincular, grupal y colectiva está
anulada. Desde ya, miles, cientos de miles, millones, de Autistas Ciudadanos,
ni siquiera rozan la dimensión vincular.
Para
asomarse al nivel fundante e interpelar la sacra propiedad privada, es
necesario construir dispositivos. O sea: un
artificio, que no es lo mismo que lo artificial, para que la dura piedra
sea diluida. Durante los seis días
que participé de las actividades del 28°
Seminario de Formación Teológica en el Oratorio Don Bosco en la ciudad de
Santiago del Estero, comprobé en forma vivencial que solamente un colectivo, es decir, un grupo con una estrategia de poder, puede
derrumbar la Operación Masacre y Maquillaje.
La autogestión de la Fe, (la Fe
pensada como otro de los nombres del Deseo), implica mirar a los costados,
abrazarse con el que está al lado, cercano, de pie, mirando a los ojos abiertos
que nos miran, para sostener asimetrías
pero también para derrumbar jerarquías. Lo
Jerárquico, sea terrenal o
divino, sea individual o partidario, sea masculino o femenino, es el garante de toda dominación. No importa
que a lo Jerárquico se llegue por la
razón o por la fuerza. Por el voto o por el asesinato. Lo que importa es
que cuando se llegan a instituir
Jerarquías, éstas son eternas. Y el sujeto degrada a individuo, y el
individuo a un autista ciudadano. Proceso similar al que empezó con el
orgulloso ciudadano que armaba sus
batallones para enfrentar al enemigo impuro(1), pasando por el consumidor
serial para terminar en el contribuyente esclavizado (al que también llaman mercado
cautivo) La propiedad privada exige
la escasez planificada, porque su objetivo no es el “bien común” sino el “lucro
individual”. Fundantes incompatibles.
En estos seis días que conmovieron mi mundo, se
verificó y ratificó que compartir es multiplicar. Cuando todo se compra, nada alcanza. La parábola de los panes y los peces es
apenas el milagro de la cooperación. Sobra cuando todos compartimos. Y no
son las sobras del banquete capitalista. No es un sobrante, es un excedente
colectivo. Con los proletarios y
precarizados del mundo, con los pobres de la tierra, como escribía José Martí, podremos construir otra
forma de la riqueza. Riqueza
pensada como la propiedad colectiva de todos los excedentes. Del cuerpo y del
alma. Confieso que yo disfruté de esa riqueza. Y mi gratitud, que es el envés de la envidia, a
quienes lo hicieron posible, en los seis días que conmovieron mi mundo.
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Nota:
1) Traducción quizá demasiado libre de algunos versos de La Marsellesa.
1) Traducción quizá demasiado libre de algunos versos de La Marsellesa.
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