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Italia.
Partidos sin liderazgo y Reforma del Senado, para intentar salir de la crisis
política.- .- Tachado
de excesivamente proporcional, no es este
extremo el único que fomenta la inestabilidad política en Italia. La raíz del
problema está en el modelo de partidos,
en los que no reina un modelo «unitario». De hecho, el bipartidismo, objeto de crítica en países como España se plantea en
Italia como el oasis en medio del desierto: «Todos los intentos por generar
mayorías fuertes necesitarían de partidos unitarios. Cuando en Italia se
anhela el modelo el español, se piensa en eso, en un modelo con dos partidos
fuertes y unitarios, como sucede también en Estados Unidos o Gran Bretaña, y en
los que tiene lugar una razonable alternancia», señala Andrea Greppi, profesor de Filosofía
Política y Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid. Lo que se conoce como el bicameralismo perfecto es la causa
tanto de esta inestabilidad política como del poco carácter estatal de los
partidos. En primer lugar, el hecho
de que el Senado pueda revocar cualquier ley de la Cámara de Representantes,
así como elegir o derrocar al primer ministro es lo que genera la
inestabilidad, entre otras cosas porque funciona con un sistema electoral
diferente al de la Cámara, con diferentes circunscripciones y límites de acceso
parlamentario. «El bicameralismo parece innecesario, costoso e ineficiente»,
señala Greppi.
Es además en esas
elecciones en las que se pone de manifiesto la maquinaria de las familias de
los partidos. «Esas familias tienen
mucho peso en la elección regional. Los partidos políticos no son
formaciones unitarias que respondan en cada momento a un liderazgo.
Funcionan mucho las familias y los contrapesos regionales», abunda Greppi. «Incluso Berlusconi ha fracasado en crear un partido normal», sentencia. En
suma, esta reforma del Senado lo que trata es de desmontar las redes
clientelares de los partidos, desmontando la maquinaria de intereses locales. Limitar
el peso del Senado eliminaría la posibilidad de influencia de los poderes
regionales y los aparatos de los partidos. En este punto han sabido
coincidir tanto Renzi como Berlusconi
en su pacto para reformar la Administración. El ex primer ministro porque sus
intereses «no los tiene depositado en esas estructuras, sino en los medios de comunicación y también en
empresas de la construcción. Además se sube al tren de esta reforma porque no
le queda otra, necesita visibilidad». Mientras que Renzi es un outsider del
sistema de partidos, que «ha escalado
en el Partido Democrático al margen de la influencia de las antiguas élites del
Partido Comunista».
Matteo Renzi, el
“Berlusconi de izquierda que quiere gobernar Italia”. El Alcalde de Florencia y
Líder del partido Democrático, forzó la salida del Primer Ministro Enrico Letta
y ahora intentará formar gobierno. Sus parecidos con el polémico ex primer
Ministro, hoy está presente en el escenario de la crisis política italiana.
***
En cualquier caso parece
que la reforma es inevitable, y viene impulsada por el presidente de la
Republica, Giorgio Napolitano, y
por el propio Renzi, los dos
políticos mejor valorados por los italianos. Y parece imprescindible para que
Italia recupere el pulso: «El hartazgo ha
provocado una desconexión con la vida política y social. El Estado italiano
funciona con piloto automático», señala Pablo Simón, investigador de la Universidad Libre de Bruselas. Aunque alerta que «cambiar las reglas no implica cambiar el
funcionamiento», estima que el fin de ese bicameralismo es necesario, y
cree que finalmente se optará por un sistema como el alemán, en el que el Senado
no es una Cámara electa y es exclusivamente un órgano con poderes en asuntos
regionales. Coincide además en que la ausencia de partidos unitarios es el otro
gran problema, en consonancia sin ir más lejos con España: «Nosotros tenemos
un sistema de partidos estable». No obstante, alerta que alguno de los puntos
pactados entre Renzi y Berlusconi pueden ser objeto de inconstitucionalidad como
las «listas cerradas y bloqueadas o el plus de mayoría en la Cámara de
Representantes, que en cierta manera es como el «porcellum» que la Corte
Constitucional declaró inconstitucional en diciembre pasado. ABC. Internacional.
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Lo renunciaron. Pero no tienen la capacidad política de abordar el origen estructural de la crisis. Siguen pensando sólo como crisis de los partidos políticos. España y Grecia los espera.
***
ITALIA SE QUEDÓ SIN JEFE DE GOBIERNO.
El ahora ex Primer Ministro Letta
presentó su renuncia al Presidente napolitano.
*****
No se sabe aún quién podría ser el próximo premier,
aunque se habla insistentemente de Matteo Renzi, rival de Letta en la interna
del PD. El alcalde de Florencia parece considerarse a sí mismo casi como el
próximo primer ministro.
Elena Llorente
Desde
Roma Página /12 sábado 15 de febrero del 2014.
El ahora ex primer
ministro Enrico Letta cumplió ayer con lo que había prometido el día antes,
cuando la dirección de su propia formación política, el Partido Democrático
(PD), prácticamente lo destituyó. El viernes presentó su renuncia “irrevocable”
al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y dijo que no estará
disponible para nuevos gobiernos pero que seguirá siendo diputado del PD como
hasta ahora. Y desde ese momento el país quedó formalmente sin gobierno, hasta
tanto el presidente se reúna con todos los partidos y decida quién puede ser el
candidato más idóneo para enfrentar este crítico momento.
Alguna prensa
internacional habló de “motín”, como el diario The Wall Street Journal, o de
“insurrección”, como el periódico The New York Times, al describir la maniobra
dentro del PD que de hecho decidió el jueves la destitución. En algunos
ambientes políticos italianos se habló de una “venganza” dentro del PD que le
costó la cabeza a Letta. Y por lo que se ha podido ver, pocos salieron a
defender el accionar de Letta, que bien o mal puso su empeño y capacidad al
tomar en sus manos un país triturado por una crisis económica que lo agobia
desde 2009.
Letta mantuvo una
reunión con todos sus ministros ayer a la mañana y en torno de las 13, mucho
antes de lo que se había anunciado, se dirigió al Palacio del Quirinal, la Casa
Rosada italiana, para presentar su renuncia. Llegó al Quirinal en su propio auto
y, después de 45 minutos de coloquio con Napolitano, se retiró como había
venido. Y luego escribió en Twitter: “Gracias a todos los que me han ayudado
cada día como si hubiera sido el último”
Ni lerdos ni perezosos,
los políticos no sólo de su partido sino de todos los demás, empezaron la
comidilla de reuniones apuradas para ofrecer o negar futuras alianzas y futuros
candidatos cuando les toque el turno de ir a conversar con el presidente
Napolitano, que empezó sus consultas inmediatamente. Al parecer las consultas
podrían terminar hoy sábado y conocerse el candidato a premier, porque “no hay
que perder tiempo”, dicen en el Quirinal. La experiencia muestra, en efecto,
que los cambios de gobierno en Italia a veces demoran semanas y eso lleva a una
gran inestabilidad interna y hacia el exterior. Una vez designado el candidato
debería presentar un plan de gobierno y ver si el Parlamento lo vota
favorablemente. Si no consigue el voto mayoritario del Parlamento, no puede ser
primer ministro porque no podría hacer pasar ninguna ley, no podría gobernar,
aunque el presidente lo haya designado en un primer momento.
No se sabe aún quiénes
podrían ser los candidatos aunque se habla insistentemente de Matteo Renzi. Y
el alcalde de Florencia parece considerarse a sí mismo casi el próximo primer
ministro. Al menos así lo dieron a entender sus palabras ayer en su ciudad
natal, donde habló como si fuera ya un ex alcalde. “Les pido que reserven al
alcalde, sea quien sea, el mismo afecto y las mismas críticas que tuvieron para
mí”, dijo a la gente reunida frente al municipio en ocasión de San Valentín.
Los partidos se apuran
por llenar de comunicados y declaraciones a los periodistas para decirles tal o
cual cosa sobre ministros que deberían continuar en el nuevo gobierno o insisten
en que no asistirán a los encuentros en el Quirinal, porque ya está todo
decidido, como sostiene el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), de Beppe Grillo.
“El nuevo capo no es Al Capone sino uno que quiere hacer carrera sin escrúpulos
y se llama Renzi, buen amigo de Berlusconi y de gente que habría dado miedo a
los gangsters del prohibicionismo”, escribió Grillo en su blog. Al parecer
también la Liga Norte, tradicional aliada de Berlusconi y representante de la
más rancia extrema derecha, piensa no presentarse en el Quirinal. Al menos ésa
es la idea de Roberto Maroni, uno de sus más tradicionales dirigentes, que se
dice extrañamente de acuerdo con Grillo. En cambio el ex senador condenado por
corrupción, Silvio Berlusconi, conducirá personalmente la delegación del Forza
Italia al Quirinal. Renzi en cambio no asistirá. Lo harán en su lugar algunos
senadores y diputados del PD. Hasta ahora Napolitano se reunió con los
presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado solamente.
Según
algunos analistas económicos, los mercados internacionales parecen ver con
simpatía e interés un nuevo gobierno de Renzi. Pero otros sostienen que las
reformas prometidas por él serán difíciles de conseguir y que es demasiado
prematuro sacar conclusiones. Se dice además que el Nuevo Centro Derecha de
Angelino Alfano seguiría siendo un aliado en el nuevo gobierno y que el propio
Alfano podría seguir como ministro del Interior como hasta ahora. Pero éstas
son todas hipótesis. Habrá que esperar uno o dos días para tener la verdad.
Se fue sin presentar una solución política en los meses que estuvo como Primer Ministro.
***
CAYÓ EL GOBIERNO DE ITALIA.
El centroizquierda provocó su propia crisis e
gobierno.
*****
El premier Enrico Letta anunció su renuncia luego de que
la dirección de su Partido Democrático votara la propuesta de un cambio radical
–y sin él– liderada por Matteo Renzi.
Elena Llorente
Desde
Roma Página /12 viernes 14 de febrero del 2014.
Causó sorpresa y mal
humor en muchos militantes del centroizquierda que esperaban que el gobierno de
Enrico Letta, hombre del Partido Democrático (PD), cumpliera con las docenas de
promesas, proyectos y medidas que supuestamente permitirían a Italia salir de
la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos en la calle se
preguntaban además ayer por qué tenían que serrucharse el piso entre los
compañeros del mismo partido en este momento tan crítico. Y se referían al
primer ministro y al secretario del partido, Matteo Renzi, dos jóvenes y
prometedores exponentes del PD. Pero así sucedió, sin que nadie entendiera muy
bien las razones por las cuales Letta no podía seguir adelante como primer
ministro aun con un nuevo programa impulsado por Renzi.
Lo cierto es que en la
tarde de ayer se reunió en Roma la dirección del PD a la que Letta decidió no
asistir para que pudiera decidir tranquila, según dijo en un comunicado. Renzi
presentó una larga propuesta en la que habló de la necesidad de un cambio,
incluso del Ejecutivo, de un “proyecto radical para salir del pantano”. “Se
habla de la desmedida ambición de Renzi y del PD –indicó–. No lo voy a
desmentir. Existe una ambición desmedida que todos debemos tener para cambiar
el país. Les pido a todos que salgamos del pantano”, dijo Renzi, que es además
alcalde de Florencia. Y su propuesta fue aprobada por 136 votos contra 16. Y
así, de hecho, el PD provocó una crisis de gobierno, caso bastante raro en un
país donde las crisis de gobierno generalmente las desatan los partidos
opositores. “No haremos un proceso al gobierno de Letta –agregó Renzi–. Pero estamos
en condiciones de abrir una nueva fase”, porque el PD “debe hacerse responsable
de lo que está ocurriendo”.
Poco después, el premier
Letta anunciaba que hoy se reunirá con el presidente de la república, Giorgio
Napolitano, para presentarle formalmente su renuncia. En cambio, no se
presentará ante el Parlamento, como se suele hacer ante una posible crisis de
gobierno y antes de la cual se pide un voto de confianza. Si el voto de
confianza es contrario, el primer ministro se presenta ante el presidente de la
república. Forza Italia, de Silvio Berlusconi, y el Movimiento Cinco Estrellas,
de Beppe Grillo, le pidieron que se presentara ante el Parlamento, tal vez con
la escondida intención de aprovechar la crisis interna del PD para terminar de
hundirlo ante los parlamentarios. Pero Letta, por lo visto, no lo permitirá.
Es que lo que haga de
ahora en más Berlusconi, que sigue vivito y coleando pese a ser un condenado
por la Justicia, les preocupa a todos. Y así lo manifestó sobre todo el
exponente de la izquierda del PD y que fuera candidato a secretario del
partido, Pippo Civati. “Soy contrario al camino que estamos emprendiendo. Y
votaré contra la propuesta de Renzi. Pero tengo una gran preocupación: que
Berlusconi se aproveche de toda esta situación.”
Aunque
en Italia “crisis de gobierno” no significa que vayan a cambiar todos los
ministros, ni siquiera los partidos ya aliados en el gobierno –en este caso el
centroderecha de los ex berlusconianos de Angelino Alfano y el centroizquierda
del PD principalmente–, queda por ver quién será el nuevo primer ministro. Por
supuesto, se habla insistentemente de Renzi y de sus pretensiones en este
ámbito. Pero también queda por aclarar quiénes formarán parte de la nueva
coalición de gobierno, porque lo que es seguro es que el PD no cuenta con la
mayoría en el Senado –sí, en cambio, en la Cámara de Diputados– como para poder
gobernar y hacer aprobar todas las leyes y medidas que hoy son necesarias.
Alfano ya abrió el paraguas: que no sea un gobierno sólo de izquierda, dijo. ¿Y
Berlusconi? El ex premier y ex senador sin ningún prejuicio ha dicho que guiará
personalmente la delegación de su partido a las consultas que el presidente de
la república deberá comenzar en los próximos días con todos los partidos para
ver a quién le encargará la formación del nuevo gobierno. La persona
encomendada por el presidente normalmente debería ser el “papable” futuro
primer ministro.
Enrico Letta, Primer Ministro, en Italia renunció y se fue.
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ITALIA. POBRES CADA VEZ MÁS POBRES.
Cinco millones de italianos viven en la
“pobreza absoluta”.
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Según datos del Instituto Nacional de
Estadísticas, la desocupación a nivel nacional en 2012 fue del 10,7 por ciento
(hoy supera el 11 por ciento) y en regiones del sur como Calabria y Campaña
alcanzó el 19,3 por ciento.
Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma jueves 6 de febrero del 2014.
Los ricos son cada vez
más ricos; los pobres, cada vez más pobres. Las leyes del más crudo capitalismo
parecen haber tomado un nuevo brío en Italia a causa de la crisis económica
comenzada en 2009 y que, pese a las previsiones optimistas del gobierno para
este año, no parece mejorar. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas
Istat, casi cinco millones de personas en 2012 vivían en condiciones de
“pobreza absoluta” (en el año 2000 eran 2,9 millones), sobre todo en el sur de
la península. Pero al informe del Istat se le agrega otro del banco central
italiano, Bankitalia, que dice que el 10 por ciento de las familias más ricas
poseía en 2012 casi la mitad de la riqueza total del país, más precisamente el
46,6 por ciento de la riqueza neta total. Pero los ricos han aumentado su
riqueza. Hace dos años, en efecto, esa cifra llegaba al 45,7 por ciento.
No se trata de un
aburrido malabarismo de números. Se trata de seres humanos, de familias con uno
o dos hijos que no pueden pagar la luz, los impuestos, el alquiler, ni comprar
lo que necesitarían para vivir normalmente. Porque tal vez trabaja escasamente
uno de los miembros de la familia. Porque tal vez el hombre ha quedado sin
trabajo, aumentando los números de la desocupación ya de por sí altísima,
porque supera el 11 por ciento el desempleo general y el 36 por ciento el
juvenil. Como dato al margen se debe recordar la impresionante cantidad de
suicidios que ensombrecen la sociedad italiana, un padre que mata a sus hijos y
después se suicida porque no sabe cómo mantenerlos, un anciano que mata a su
esposa y después se pega un tiro por las dificultades económicas, un jubilado
que se mata porque el fisco le secuestra la casa, un pequeño empresario que se
tira del techo porque no puede pagar los sueldos a sus empleados.
El informe del Istat
“Nosotros Italia, 100 estadísticas para entender el país en el que vivimos”
precisa que en 2012, cerca de 9,6 millones de individuos vivían en condiciones
de “pobreza relativa” (en el año 2000 eran 2,7 millones), entendiéndose por
esto que vivían con un ingreso medio inferior a la media nacional que debería
rondar en torno de los 1000 euros. La
“pobreza absoluta” –es decir los que apenas podían o que directamente no
podían comprar los bienes y servicios elementales que los estadísticos llaman
“canasta familiar”– afligía al 6,8 por ciento de las familias equivalente a 4,8
millones de personas. El panorama más desolador se presenta en el sur del país,
dice el Istat, donde la pobreza absoluta llega al 17,3 por ciento de la
población y la pobreza relativa alcanza al 19,9 por ciento. La situación más
grave la padecen las familias residentes en Sicilia, Apulia, Campaña y
Calabria, donde prácticamente son pobres un cuarto de todas ellas.
Pero hay un dato curioso
entre todos éstos. Por el contrario de lo que podría imaginarse mirando el
tradicional mapa italiano del norte rico y del sur más pobre, es que la más
grande desigualdad en la distribución de la riqueza existe en una región del sur,
la Campaña, es decir la zona de Nápoles, reino absoluto de la mafia conocida
como Camorra. Y aunque el informe estadístico no entra en estos particulares,
se sabe que la Camorra vive principalmente del comercio de vestimentas y
objetos de lujo de firmas famosas falsificados, de las extorsiones a los
comerciantes y empresarios que actúan en su territorio y del tráfico de droga,
cocaína y hashish principalmente. Y para esos comercios usa a jóvenes
desocupados que no ven otras perspectivas y, sobre todo, a inmigrantes
africanos y asiáticos que no tienen otras fuentes de ingreso y que aceptan
ganar pocas monedas antes que volver a sus países de origen donde vivirían
peor. Por eso se ve en las calles de muchas ciudades italianas a jóvenes negros
que ofrecen, acomodándolas en un trozo de tela en el piso, carteras y bolsos de
marcas famosas a precios accesibles, y que corren, poniendo todo apuradamente
en una bolsa, cuando ven aparecer un auto de la policía. Los señores que
dirigen estos tráficos ganan millones y claramente no pagan impuestos. Esta es
seguramente una de las razones importantes de la diferencia abismal entre ricos
y pobres en Campaña.
A esto
se le agrega el altísimo nivel de la desocupación que a nivel nacional en 2012
fue del 10,7 por ciento (hoy supera el 11 por ciento) y en regiones del sur
como Calabria y Campaña alcanzó el 19,3 por ciento. Las mujeres, además, han
sido más castigadas que los hombres, sobre todo las jóvenes, cuya desocupación
ha llegado al 37,5 por ciento, 3,8 puntos más que la desocupación juvenil
masculina.
“ITALIA necesita una
estabilidad política a largo plazo”.
NUESTRA OPINIÓN.
Sin duda no
genera estabilidad política, por la crisis estructural que vive Italia -
millones de desempleados, juventud sin derecho al futuro y más de 5 millones de
pobres extremos -. Esta, es una realidad hiriente y cruel, fruto directo del
neoliberalismo. La crisis de los partidos políticos o la reforma del Senado
como plantean hoy como alternativas a la crisis política, nos parecen
simplemente medidas superficiales, pasajeras – sólo para salir por el momento
de la crisis – pero si se quiere realmente construir gobernabilidad, se debe
abordar dos problemas centrales sumamente complejos: primero, el carácter de la
crisis estructural y las políticas que deben implementarse, con mayor
participación del Estado (aquí ingresan los partidos políticos representativos
desde lo local, regional y nacional) y segundo, parecería que en Italia no hay
clase obrera, trabajadores, juventud, desempleo, sub-empleo, Ciudadanos, es
decir, Sociedad Civil, o es que las huelgas, movilizaciones y las más diversas
formas de protesta hoy no son consideradas por los políticos. La sociedad civil
real, democrática y sus instituciones muy diversas deben ser actores centrales
en este proceso de reconstrucción política de la Nación, de lo contrario los
arreglos políticos de las elites empresariales y la “cumbre” de los políticos,
no dura, son acuerdos en las alturas, sin piso, sin fortaleza y muy rápido vuelve
a caerse ante el más elemental cuestionamiento o cambio de parecer de los
componentes o integrantes de las alianzas. Piensen con mayor sabiduría y
siempre teniendo como base principal los 60 millones de italianos que hoy de
una o de otra forma en su mayoría son víctimas directas del fracaso de las
políticas neoliberales.
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