domingo, 16 de febrero de 2014

ITALIA SE QUEDÓ SIN JEFE DE GOBIERNO. Primer Ministro Letta presentó su renuncia al Presidente napolitano. Crisis económica y política acabó con el gobierno. Desempleo, pobreza y corrupción.

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Italia. Partidos sin liderazgo y Reforma del Senado, para intentar salir de la crisis política.- .- Tachado de excesivamente proporcional, no es este extremo el único que fomenta la inestabilidad política en Italia. La raíz del problema está en el modelo de partidos, en los que no reina un modelo «unitario». De hecho, el bipartidismo, objeto de crítica en países como España se plantea en Italia como el oasis en medio del desierto: «Todos los intentos por generar mayorías fuertes necesitarían de partidos unitarios. Cuando en Italia se anhela el modelo el español, se piensa en eso, en un modelo con dos partidos fuertes y unitarios, como sucede también en Estados Unidos o Gran Bretaña, y en los que tiene lugar una razonable alternancia», señala Andrea Greppi, profesor de Filosofía Política y Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid. Lo que se conoce como el bicameralismo perfecto es la causa tanto de esta inestabilidad política como del poco carácter estatal de los partidos. En primer lugar, el hecho de que el Senado pueda revocar cualquier ley de la Cámara de Representantes, así como elegir o derrocar al primer ministro es lo que genera la inestabilidad, entre otras cosas porque funciona con un sistema electoral diferente al de la Cámara, con diferentes circunscripciones y límites de acceso parlamentario. «El bicameralismo parece innecesario, costoso e ineficiente», señala Greppi.

Es además en esas elecciones en las que se pone de manifiesto la maquinaria de las familias de los partidos. «Esas familias tienen mucho peso en la elección regional. Los partidos políticos no son formaciones unitarias que respondan en cada momento a un liderazgo. Funcionan mucho las familias y los contrapesos regionales», abunda Greppi. «Incluso Berlusconi ha fracasado en crear un partido normal», sentencia. En suma, esta reforma del Senado lo que trata es de desmontar las redes clientelares de los partidos, desmontando la maquinaria de intereses locales. Limitar el peso del Senado eliminaría la posibilidad de influencia de los poderes regionales y los aparatos de los partidos. En este punto han sabido coincidir tanto Renzi como Berlusconi en su pacto para reformar la Administración. El ex primer ministro porque sus intereses «no los tiene depositado en esas estructuras, sino en los medios de comunicación y también en empresas de la construcción. Además se sube al tren de esta reforma porque no le queda otra, necesita visibilidad». Mientras que Renzi es un outsider del sistema de partidos, que «ha escalado en el Partido Democrático al margen de la influencia de las antiguas élites del Partido Comunista».


Matteo Renzi, el “Berlusconi de izquierda que quiere gobernar Italia”. El Alcalde de Florencia y Líder del partido Democrático, forzó la salida del Primer Ministro Enrico Letta y ahora intentará formar gobierno. Sus parecidos con el polémico ex primer Ministro, hoy está presente en el escenario de la crisis política italiana.
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En cualquier caso parece que la reforma es inevitable, y viene impulsada por el presidente de la Republica, Giorgio Napolitano, y por el propio Renzi, los dos políticos mejor valorados por los italianos. Y parece imprescindible para que Italia recupere el pulso: «El hartazgo ha provocado una desconexión con la vida política y social. El Estado italiano funciona con piloto automático», señala Pablo Simón, investigador de la Universidad Libre de Bruselas. Aunque alerta que «cambiar las reglas no implica cambiar el funcionamiento», estima que el fin de ese bicameralismo es necesario, y cree que finalmente se optará por un sistema como el alemán, en el que el Senado no es una Cámara electa y es exclusivamente un órgano con poderes en asuntos regionales. Coincide además en que la ausencia de partidos unitarios es el otro gran problema, en consonancia sin ir más lejos con España: «Nosotros tenemos un sistema de partidos estable». No obstante, alerta que alguno de los puntos pactados entre Renzi y Berlusconi pueden ser objeto de inconstitucionalidad como las «listas cerradas y bloqueadas o el plus de mayoría en la Cámara de Representantes, que en cierta manera es como el «porcellum» que la Corte Constitucional declaró inconstitucional en diciembre pasado. ABC. Internacional.
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Lo renunciaron. Pero no tienen la capacidad política de abordar el origen estructural de la crisis. Siguen pensando sólo como crisis de los partidos políticos. España y Grecia los espera.
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ITALIA SE QUEDÓ SIN JEFE DE GOBIERNO.
El ahora ex Primer Ministro Letta presentó su renuncia al Presidente napolitano.
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No se sabe aún quién podría ser el próximo premier, aunque se habla insistentemente de Matteo Renzi, rival de Letta en la interna del PD. El alcalde de Florencia parece considerarse a sí mismo casi como el próximo primer ministro.

Elena Llorente

Desde Roma Página /12 sábado 15 de febrero del 2014.
El ahora ex primer ministro Enrico Letta cumplió ayer con lo que había prometido el día antes, cuando la dirección de su propia formación política, el Partido Democrático (PD), prácticamente lo destituyó. El viernes presentó su renuncia “irrevocable” al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y dijo que no estará disponible para nuevos gobiernos pero que seguirá siendo diputado del PD como hasta ahora. Y desde ese momento el país quedó formalmente sin gobierno, hasta tanto el presidente se reúna con todos los partidos y decida quién puede ser el candidato más idóneo para enfrentar este crítico momento.
Alguna prensa internacional habló de “motín”, como el diario The Wall Street Journal, o de “insurrección”, como el periódico The New York Times, al describir la maniobra dentro del PD que de hecho decidió el jueves la destitución. En algunos ambientes políticos italianos se habló de una “venganza” dentro del PD que le costó la cabeza a Letta. Y por lo que se ha podido ver, pocos salieron a defender el accionar de Letta, que bien o mal puso su empeño y capacidad al tomar en sus manos un país triturado por una crisis económica que lo agobia desde 2009.
Letta mantuvo una reunión con todos sus ministros ayer a la mañana y en torno de las 13, mucho antes de lo que se había anunciado, se dirigió al Palacio del Quirinal, la Casa Rosada italiana, para presentar su renuncia. Llegó al Quirinal en su propio auto y, después de 45 minutos de coloquio con Napolitano, se retiró como había venido. Y luego escribió en Twitter: “Gracias a todos los que me han ayudado cada día como si hubiera sido el último”
Ni lerdos ni perezosos, los políticos no sólo de su partido sino de todos los demás, empezaron la comidilla de reuniones apuradas para ofrecer o negar futuras alianzas y futuros candidatos cuando les toque el turno de ir a conversar con el presidente Napolitano, que empezó sus consultas inmediatamente. Al parecer las consultas podrían terminar hoy sábado y conocerse el candidato a premier, porque “no hay que perder tiempo”, dicen en el Quirinal. La experiencia muestra, en efecto, que los cambios de gobierno en Italia a veces demoran semanas y eso lleva a una gran inestabilidad interna y hacia el exterior. Una vez designado el candidato debería presentar un plan de gobierno y ver si el Parlamento lo vota favorablemente. Si no consigue el voto mayoritario del Parlamento, no puede ser primer ministro porque no podría hacer pasar ninguna ley, no podría gobernar, aunque el presidente lo haya designado en un primer momento.
No se sabe aún quiénes podrían ser los candidatos aunque se habla insistentemente de Matteo Renzi. Y el alcalde de Florencia parece considerarse a sí mismo casi el próximo primer ministro. Al menos así lo dieron a entender sus palabras ayer en su ciudad natal, donde habló como si fuera ya un ex alcalde. “Les pido que reserven al alcalde, sea quien sea, el mismo afecto y las mismas críticas que tuvieron para mí”, dijo a la gente reunida frente al municipio en ocasión de San Valentín.
Los partidos se apuran por llenar de comunicados y declaraciones a los periodistas para decirles tal o cual cosa sobre ministros que deberían continuar en el nuevo gobierno o insisten en que no asistirán a los encuentros en el Quirinal, porque ya está todo decidido, como sostiene el Movimiento Cinco Estrellas (M5S), de Beppe Grillo. “El nuevo capo no es Al Capone sino uno que quiere hacer carrera sin escrúpulos y se llama Renzi, buen amigo de Berlusconi y de gente que habría dado miedo a los gangsters del prohibicionismo”, escribió Grillo en su blog. Al parecer también la Liga Norte, tradicional aliada de Berlusconi y representante de la más rancia extrema derecha, piensa no presentarse en el Quirinal. Al menos ésa es la idea de Roberto Maroni, uno de sus más tradicionales dirigentes, que se dice extrañamente de acuerdo con Grillo. En cambio el ex senador condenado por corrupción, Silvio Berlusconi, conducirá personalmente la delegación del Forza Italia al Quirinal. Renzi en cambio no asistirá. Lo harán en su lugar algunos senadores y diputados del PD. Hasta ahora Napolitano se reunió con los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado solamente.
Según algunos analistas económicos, los mercados internacionales parecen ver con simpatía e interés un nuevo gobierno de Renzi. Pero otros sostienen que las reformas prometidas por él serán difíciles de conseguir y que es demasiado prematuro sacar conclusiones. Se dice además que el Nuevo Centro Derecha de Angelino Alfano seguiría siendo un aliado en el nuevo gobierno y que el propio Alfano podría seguir como ministro del Interior como hasta ahora. Pero éstas son todas hipótesis. Habrá que esperar uno o dos días para tener la verdad.


Se fue sin presentar una solución política en los meses que estuvo como Primer Ministro.
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CAYÓ EL GOBIERNO DE ITALIA.

El centroizquierda provocó su propia crisis e gobierno.
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El premier Enrico Letta anunció su renuncia luego de que la dirección de su Partido Democrático votara la propuesta de un cambio radical –y sin él– liderada por Matteo Renzi.

Elena Llorente
Desde Roma Página /12 viernes 14 de febrero del 2014.
Causó sorpresa y mal humor en muchos militantes del centroizquierda que esperaban que el gobierno de Enrico Letta, hombre del Partido Democrático (PD), cumpliera con las docenas de promesas, proyectos y medidas que supuestamente permitirían a Italia salir de la peor crisis económica desde la Segunda Guerra Mundial. Muchos en la calle se preguntaban además ayer por qué tenían que serrucharse el piso entre los compañeros del mismo partido en este momento tan crítico. Y se referían al primer ministro y al secretario del partido, Matteo Renzi, dos jóvenes y prometedores exponentes del PD. Pero así sucedió, sin que nadie entendiera muy bien las razones por las cuales Letta no podía seguir adelante como primer ministro aun con un nuevo programa impulsado por Renzi.
Lo cierto es que en la tarde de ayer se reunió en Roma la dirección del PD a la que Letta decidió no asistir para que pudiera decidir tranquila, según dijo en un comunicado. Renzi presentó una larga propuesta en la que habló de la necesidad de un cambio, incluso del Ejecutivo, de un “proyecto radical para salir del pantano”. “Se habla de la desmedida ambición de Renzi y del PD –indicó–. No lo voy a desmentir. Existe una ambición desmedida que todos debemos tener para cambiar el país. Les pido a todos que salgamos del pantano”, dijo Renzi, que es además alcalde de Florencia. Y su propuesta fue aprobada por 136 votos contra 16. Y así, de hecho, el PD provocó una crisis de gobierno, caso bastante raro en un país donde las crisis de gobierno generalmente las desatan los partidos opositores. “No haremos un proceso al gobierno de Letta –agregó Renzi–. Pero estamos en condiciones de abrir una nueva fase”, porque el PD “debe hacerse responsable de lo que está ocurriendo”.
Poco después, el premier Letta anunciaba que hoy se reunirá con el presidente de la república, Giorgio Napolitano, para presentarle formalmente su renuncia. En cambio, no se presentará ante el Parlamento, como se suele hacer ante una posible crisis de gobierno y antes de la cual se pide un voto de confianza. Si el voto de confianza es contrario, el primer ministro se presenta ante el presidente de la república. Forza Italia, de Silvio Berlusconi, y el Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, le pidieron que se presentara ante el Parlamento, tal vez con la escondida intención de aprovechar la crisis interna del PD para terminar de hundirlo ante los parlamentarios. Pero Letta, por lo visto, no lo permitirá.
Es que lo que haga de ahora en más Berlusconi, que sigue vivito y coleando pese a ser un condenado por la Justicia, les preocupa a todos. Y así lo manifestó sobre todo el exponente de la izquierda del PD y que fuera candidato a secretario del partido, Pippo Civati. “Soy contrario al camino que estamos emprendiendo. Y votaré contra la propuesta de Renzi. Pero tengo una gran preocupación: que Berlusconi se aproveche de toda esta situación.”
Aunque en Italia “crisis de gobierno” no significa que vayan a cambiar todos los ministros, ni siquiera los partidos ya aliados en el gobierno –en este caso el centroderecha de los ex berlusconianos de Angelino Alfano y el centroizquierda del PD principalmente–, queda por ver quién será el nuevo primer ministro. Por supuesto, se habla insistentemente de Renzi y de sus pretensiones en este ámbito. Pero también queda por aclarar quiénes formarán parte de la nueva coalición de gobierno, porque lo que es seguro es que el PD no cuenta con la mayoría en el Senado –sí, en cambio, en la Cámara de Diputados– como para poder gobernar y hacer aprobar todas las leyes y medidas que hoy son necesarias. Alfano ya abrió el paraguas: que no sea un gobierno sólo de izquierda, dijo. ¿Y Berlusconi? El ex premier y ex senador sin ningún prejuicio ha dicho que guiará personalmente la delegación de su partido a las consultas que el presidente de la república deberá comenzar en los próximos días con todos los partidos para ver a quién le encargará la formación del nuevo gobierno. La persona encomendada por el presidente normalmente debería ser el “papable” futuro primer ministro.


Enrico Letta, Primer Ministro, en Italia renunció y se fue.
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ITALIA. POBRES CADA VEZ MÁS POBRES.

Cinco millones de italianos viven en la “pobreza absoluta”.
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Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, la desocupación a nivel nacional en 2012 fue del 10,7 por ciento (hoy supera el 11 por ciento) y en regiones del sur como Calabria y Campaña alcanzó el 19,3 por ciento.

Elena Llorente
Página/12 En Italia
Desde Roma jueves 6 de febrero del 2014.
Los ricos son cada vez más ricos; los pobres, cada vez más pobres. Las leyes del más crudo capitalismo parecen haber tomado un nuevo brío en Italia a causa de la crisis económica comenzada en 2009 y que, pese a las previsiones optimistas del gobierno para este año, no parece mejorar. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas Istat, casi cinco millones de personas en 2012 vivían en condiciones de “pobreza absoluta” (en el año 2000 eran 2,9 millones), sobre todo en el sur de la península. Pero al informe del Istat se le agrega otro del banco central italiano, Bankitalia, que dice que el 10 por ciento de las familias más ricas poseía en 2012 casi la mitad de la riqueza total del país, más precisamente el 46,6 por ciento de la riqueza neta total. Pero los ricos han aumentado su riqueza. Hace dos años, en efecto, esa cifra llegaba al 45,7 por ciento.
No se trata de un aburrido malabarismo de números. Se trata de seres humanos, de familias con uno o dos hijos que no pueden pagar la luz, los impuestos, el alquiler, ni comprar lo que necesitarían para vivir normalmente. Porque tal vez trabaja escasamente uno de los miembros de la familia. Porque tal vez el hombre ha quedado sin trabajo, aumentando los números de la desocupación ya de por sí altísima, porque supera el 11 por ciento el desempleo general y el 36 por ciento el juvenil. Como dato al margen se debe recordar la impresionante cantidad de suicidios que ensombrecen la sociedad italiana, un padre que mata a sus hijos y después se suicida porque no sabe cómo mantenerlos, un anciano que mata a su esposa y después se pega un tiro por las dificultades económicas, un jubilado que se mata porque el fisco le secuestra la casa, un pequeño empresario que se tira del techo porque no puede pagar los sueldos a sus empleados.
El informe del Istat “Nosotros Italia, 100 estadísticas para entender el país en el que vivimos” precisa que en 2012, cerca de 9,6 millones de individuos vivían en condiciones de “pobreza relativa” (en el año 2000 eran 2,7 millones), entendiéndose por esto que vivían con un ingreso medio inferior a la media nacional que debería rondar en torno de los 1000 euros. La “pobreza absoluta” –es decir los que apenas podían o que directamente no podían comprar los bienes y servicios elementales que los estadísticos llaman “canasta familiar”– afligía al 6,8 por ciento de las familias equivalente a 4,8 millones de personas. El panorama más desolador se presenta en el sur del país, dice el Istat, donde la pobreza absoluta llega al 17,3 por ciento de la población y la pobreza relativa alcanza al 19,9 por ciento. La situación más grave la padecen las familias residentes en Sicilia, Apulia, Campaña y Calabria, donde prácticamente son pobres un cuarto de todas ellas.
Pero hay un dato curioso entre todos éstos. Por el contrario de lo que podría imaginarse mirando el tradicional mapa italiano del norte rico y del sur más pobre, es que la más grande desigualdad en la distribución de la riqueza existe en una región del sur, la Campaña, es decir la zona de Nápoles, reino absoluto de la mafia conocida como Camorra. Y aunque el informe estadístico no entra en estos particulares, se sabe que la Camorra vive principalmente del comercio de vestimentas y objetos de lujo de firmas famosas falsificados, de las extorsiones a los comerciantes y empresarios que actúan en su territorio y del tráfico de droga, cocaína y hashish principalmente. Y para esos comercios usa a jóvenes desocupados que no ven otras perspectivas y, sobre todo, a inmigrantes africanos y asiáticos que no tienen otras fuentes de ingreso y que aceptan ganar pocas monedas antes que volver a sus países de origen donde vivirían peor. Por eso se ve en las calles de muchas ciudades italianas a jóvenes negros que ofrecen, acomodándolas en un trozo de tela en el piso, carteras y bolsos de marcas famosas a precios accesibles, y que corren, poniendo todo apuradamente en una bolsa, cuando ven aparecer un auto de la policía. Los señores que dirigen estos tráficos ganan millones y claramente no pagan impuestos. Esta es seguramente una de las razones importantes de la diferencia abismal entre ricos y pobres en Campaña.
A esto se le agrega el altísimo nivel de la desocupación que a nivel nacional en 2012 fue del 10,7 por ciento (hoy supera el 11 por ciento) y en regiones del sur como Calabria y Campaña alcanzó el 19,3 por ciento. Las mujeres, además, han sido más castigadas que los hombres, sobre todo las jóvenes, cuya desocupación ha llegado al 37,5 por ciento, 3,8 puntos más que la desocupación juvenil masculina.

“ITALIA necesita una estabilidad política a largo plazo”.

NUESTRA OPINIÓN.

Sin duda no genera estabilidad política, por la crisis estructural que vive Italia - millones de desempleados, juventud sin derecho al futuro y más de 5 millones de pobres extremos -. Esta, es una realidad hiriente y cruel, fruto directo del neoliberalismo. La crisis de los partidos políticos o la reforma del Senado como plantean hoy como alternativas a la crisis política, nos parecen simplemente medidas superficiales, pasajeras – sólo para salir por el momento de la crisis – pero si se quiere realmente construir gobernabilidad, se debe abordar dos problemas centrales sumamente complejos: primero, el carácter de la crisis estructural y las políticas que deben implementarse, con mayor participación del Estado (aquí ingresan los partidos políticos representativos desde lo local, regional y nacional) y segundo, parecería que en Italia no hay clase obrera, trabajadores, juventud, desempleo, sub-empleo, Ciudadanos, es decir, Sociedad Civil, o es que las huelgas, movilizaciones y las más diversas formas de protesta hoy no son consideradas por los políticos. La sociedad civil real, democrática y sus instituciones muy diversas deben ser actores centrales en este proceso de reconstrucción política de la Nación, de lo contrario los arreglos políticos de las elites empresariales y la “cumbre” de los políticos, no dura, son acuerdos en las alturas, sin piso, sin fortaleza y muy rápido vuelve a caerse ante el más elemental cuestionamiento o cambio de parecer de los componentes o integrantes de las alianzas. Piensen con mayor sabiduría y siempre teniendo como base principal los 60 millones de italianos que hoy de una o de otra forma en su mayoría son víctimas directas del fracaso de las políticas neoliberales.

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