Venezuela cómo
llega la derecha. La derecha política NO, la derecha torpe, llena de odio,
venganza y violencia, al entrar como mayoría electoral
al Parlamento Nacional en Venezuela, llegó después de 17 años de ser absoluta
Minoría, pero no aprendió absolutamente NADA
sobre DEMOCRACIA, con una sola
acción de prepotencia ha demostrado que su objetivo político NO es la Cohabitación Política
(Ejecutivo-gobierno y Legislativo-Parlamento) NO es trabajar por salir de la aguda crisis económica, de la cual Venezuela es víctima directa
del bloqueo económico de las corporaciones transnacionales en alianza con los
poderes tradicionales internos. No es su
objetivo trabajar políticamente a futuro para desde las propias calles,
plazas públicas – y ahora desde el parlamento – por generar las condiciones internas
de apostar por la Estabilidad Política del país, recuperar la Confianza de la
población en la Política – una mayoría electoral no representa un triunfo
definitivo – para construir social y políticamente Gobernabilidad Democrática, sabiendo que
en Venezuela hoy están en el
escenario público nacional e internacional dos modelos, dos políticas
distintas, diferentes, contradictorias por
una lado el “chavismo” patriótico, revolucionario, bolivariano y por otro
los antiguos defensores de la República
y su modelo de las políticas del neoliberalismo fracasado y corrupto. Pero
no, la derecha prepotente, violenta desde el primer día de “trabajo parlamentario” puso un término de 6 meses para la salida del gobierno democrático del presidente
Maduro, una Ley para la Libertad de los presos y la juramentación de “Diputados”
que ha sido totalmente desconocidos por el Tribunal de Justicia. Definitivamente NO aprendió nada sobre
Democracia.
En concreto y absoluta
transparencia, desde ahora vemos – a la distancia – que el futuro escenario venezolano es de lucha de clases política, radicalizada
y polarizada. Los chavistas en el
gobierno, tampoco se “dormirán” políticamente y no permitirán la violencia
de una derecha torpe, llena de odio y venganza, por supuesto apoyada totalmente
por los poderes facticos del imperio,
los supuestos defensores de la “democracia
y la libertad” los dueños de los medios de comunicación en América Latina, los “Sipayos” . Hay un regocijo
triunfal, fantasmagórico de haber recuperado el gobierno, y ahora la coyuntura
nacional e internacional – los obliga – a “rendir
cuentas políticas” con los chavistas, izquierdistas, socialistas y seguidores de Chávez
y Bolívar, pero con absoluta seguridad, se equivocaron de camino,
escogieron el negro, subterráneo y lleno de violencia, odio, venganza y sobre
todo de que ellos son los “auténticos
demócratas”, los verdaderos “defensores
de la libertad”, pero el tiempo nos dirá cómo se desarrollarán los acontecimientos en un escenario donde las clases y la lucha de clases
luchan por un Proyecto Histórico de Revolución Socialista del Siglo XXI. Otro
Mundo, Socialista, Democrático, Participativo, Cívico, Republicano y de plena
defensa de nuestra Madre Naturaleza, SI ES POSIBLE en
NUESTRA AMÉRICA, LA PATRIA GRANDE.
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AMÉRICA LATINA: LOS
LÍMITES DE LA DERECHA. DICTADURA PARLAMENTARIA?. CHÁVEZ Y BOLÍVAR POR TODO
CARACAS.
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¿CUÁLES SON LOS LÍMITES DE LA DERECHA EN AMÉRICA LATINA?
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Emir Sader.
ALAI miércoles 6 de enero del 2016.
ALAI AMLATINA,
06/01/2016.- Clima de
euforia en los medios de la derecha latinoamericana, después de década y media
de sucesivas frustraciones. Creen que pueden volver a ser protagonistas
de la historia latinoamericana contemporánea. En los medios financieros y en
los medios de información internacionales, hay verdadera euforia.
El
ímpetu con que actúan en Argentina y en Venezuela puede dar la impresión de que
saben hacia dónde quieren ir, que tienen la clave del futuro de nuestras
sociedades, que se han renovado al punto de poder volverse fuerza hegemónica en
la región. Critican a los gobiernos progresistas, como si se tratara de un
ciclo agotado, al cual ellos se proponen suceder y superar.
Pero,
¿qué tanto es así? ¿Qué se puede desprender de los primeros movimientos del
gobierno de Mauricio Macri en Argentina y de los de la oposición victoriosa en
las elecciones parlamentarias en Venezuela?
Aunque se propongan imprimir un nuevo impulso a la economía, todos los síntomas indican que retomarán el liberalismo económico, a pesar de su fracaso espectacular en el pasado reciente de esos países y en los que aún lo mantienen como modelo, como México, Perú y otros. Las medidas puestas en práctica en Argentina y las que se anuncian en Venezuela representan la vieja fórmula del retiro del Estado de su capacidad de regulación de la economía, de la liberación de acción de las fuerzas del mercado, de reinserción internacional e incluso subordinación al FMI y a la política norteamericana en la región. Profundización de la recesión y aguda crisis social son los corolarios obligatorios de esas políticas.
Aunque se propongan imprimir un nuevo impulso a la economía, todos los síntomas indican que retomarán el liberalismo económico, a pesar de su fracaso espectacular en el pasado reciente de esos países y en los que aún lo mantienen como modelo, como México, Perú y otros. Las medidas puestas en práctica en Argentina y las que se anuncian en Venezuela representan la vieja fórmula del retiro del Estado de su capacidad de regulación de la economía, de la liberación de acción de las fuerzas del mercado, de reinserción internacional e incluso subordinación al FMI y a la política norteamericana en la región. Profundización de la recesión y aguda crisis social son los corolarios obligatorios de esas políticas.
Nada
que ver con la superación del ciclo progresista, aunque declararon formalmente
que mantendrían las políticas sociales de esos gobiernos, reconociendo su éxito
y apoyo popular. Pero al reafirmar a los supuestos duros de las políticas
neoliberales, cortando recursos y afectando directamente a los núcleos que las
implementaban, demuestran, en Argentina, la contradicción entre su política
económica y los objetivos sociales. Contradicción clara en Argentina, donde se
multiplica el desempleo con enorme rapidez, y probable, en caso de
que llegaran a gobernar en Venezuela, por la forma cómo se critica la
generación de empleos, supuestamente de manera artificial y política por parte
de los gobiernos tildados de “populistas”.
Como
llegaron al gobierno por la vía electoral, no pueden recurrir a la represión
abierta de los movimientos populares, que dio un margen de maniobra a las
dictaduras para imponer su “paz social”. En Argentina se enfrentan, desde los
primeros días, a movilizaciones populares masivas e indignadas por la
brutalidad con que se intenta desmontar los derechos reconquistados a lo largo
de los últimos 12 años. No hay luna de miel para el gobierno de Mauricio Macri
que, al contrario, cuando recién empiezan las primeras y duras negociaciones
salariales, no va a tener la vida fácil como su risueña campaña electoral
auguraba.
¿Qué
pasará cuando el gobierno se dé cuenta que la economía no volverá a crecer con
las medidas que toma? ¿Qué, al contrario, se ahonda la recesión, con elevación
del desempleo y de la crisis social? ¿Qué pasará cuando se dé cuenta que no
dispone de mayoría política para seguir gobernando mediante decretos? ¿Qué
pasará cuando tome conciencia que no puede establecer acuerdos internacionales
que se contrapongan al Mercosur, salvo que intente la aventura de abandonar esa
alianza regional de la que tanto depende la economía argentina y se aleje cada
vez más de Brasil?
En
Venezuela, la derecha, eufórica por su mayoría parlamentaria y
proyectando el cambio de gobierno en seis meses, también va a tener que
enfrentarse con la dura realidad concreta. En primer lugar, triunfaron
en las elecciones parlamentarias, obteniendo 400 mil votos más que en la
elección anterior – el voto castigo probablemente de chavistas descontentos -,
pero también hubo una gran abstención – 2 millones – de chavistas que no
optaron por el voto castigo, pero que son una reserva de apoyo para el
gobierno. Esos amplios sectores, frente a un referendo revocatorio que la
oposición logre convocar, no se sumarán automáticamente al fin del gobierno
chavista, a sabiendas de todas las consecuencias negativas para los
sectores populares.
En segundo lugar, las nuevas iniciativas del gobierno para reactivar
a la economía, a ser enviadas a la Asamblea Nacional, van a plantear a la
oposición el desafío de compartir medidas en contra de la crisis o de
mantenerse en la impopular actitud de cuanto peor, mejor. A sabiendas que los
problemas económicos son los que más afectan a la gente y que el sector
moderado de la oposición quiere ayudar a superar la crisis, mientras que el
sector radical solo piensa en cambiar el gobierno, las dificultades y el desgaste
para la oposición pueden ser decisivos frente a una población necesitada de
soluciones inmediatas para sus problemas.
Por
otra parte, las medidas con las que el gobierno se ha blindado,
dificultan mucho las primeras medidas anunciadas por la oposición, sea en
relación a la amnistía o cualquier otra que busque la sustitución del gobierno
en seis meses, van a chocar con una institucionalidad adversa, ya sea del
Ejecutivo o del Poder Judicial. La euforia inicial se va agotar rápidamente.
Quedaría la convocatoria del referendo en la mitad del gobierno de Nicolás
Maduro, que puede ser logrado con el 20% de firmas de los electores.
Pero
frente a la disyuntiva de terminar de una vez con los gobiernos chavistas y
entregar el poder a la oposición o seguir peleando por la superación de la
crisis en el marco de esos gobiernos, la oposición no contará fácilmente con
una mayoría. Lo decisivo será la lucha de masas en los próximos meses, junto
con la reacción popular frente a las iniciativas del gobierno para superar la
crisis y las respuestas de la oposición. Las movilizaciones populares, que se
han iniciado ya, favorecen ampliamente al gobierno, que cuenta con una
militancia activa, mientras que la oposición cuenta con un gran apoyo
silencioso y el descontento de sectores populares que siempre habían
apoyado al chavismo.
Pero
lo determinante será la postura política de la izquierda, de proponer
alternativas concretas, de desencadenar la lucha de ideas y ser capaz de
movilizar a los más amplios sectores populares en la resistencia en contra de
la derecha, dirigiendo, de forma unificada, la
continuidad de las luchas en contra del neoliberalismo y de los intentos de
restauración conservadora en nuestras sociedades.
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- Emir Sader, sociólogo y
científico político brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas
Públicas de la Universidad Estadual de Rio de Janeiro.
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LA TENTACIÓN DE UNA
DICTADURA PARLAMENTARIA.
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Atilio A. Boron *
La
derecha venezolana estrenó su mayoría calificada en la Asamblea Nacional con un
grito de guerra: desandar el camino iniciado en enero de 1999 cuando Hugo
Chávez Frías juró sobre la moribunda constitución de la Cuarta República que
impulsaría las transformaciones políticas, económicas y sociales que el pueblo
de Venezuela reclamaba desde hacía mucho tiempo. Más allá de las
especificidades y los innegables problemas del momento actual lo cierto es que
la irrupción de Chávez marcó un antes y un después en la historia no sólo de su
país sino de América Latina y el Caribe. Después de Chávez nada seguirá siendo
igual, y se engañan quienes piensan –en Venezuela como en la Argentina de
Mauricio Macri– que se puede desandar el reloj de la historia. Así como la izquierda
sabe que una circunstancial mayoría electoral no basta para garantizar el
triunfo de la revolución, no es menos cierto que una favorable aritmética
parlamentaria tampoco es suficiente para hacer lo propio con un proyecto
reaccionario.
Las
clases y capas populares pueden estar muy descontentas con la gestión
macroeconómica o con los estragos de la corrupción en la Venezuela actual, pero
parece muy poco probable por no decir imposible que la paciente labor
pedagógica de Chávez y el aprendizaje popular de todos estos años de sueños,
luchas y realizaciones hayan caído en el olvido. Los problemas económicos del
momento no alcanzan para cancelar los notables cambios en la conciencia de las
clases y capas populares. El pueblo sabe lo que fue la Cuarta República, al
servicio de quienes gobernó y quienes fueron sus personeros, muchos de los
cuales aparecen hoy travestidos como si fueran impolutos representantes de la
república. Y el chavismo, antes y ahora, podrá haber cometido muchos errores
pero sus aciertos históricos superan ampliamente sus desaciertos. En ese
sentido, el balance deja un saldo positivo que los problemas del momento no
alcanzan a eclipsar. Y si la derecha se confunde y cree que una transitoria
mayoría en la Asamblea Nacional equivale a una carta blanca para volver al
pasado más pronto que tarde caerá en la cuenta de que el poder social es una
construcción mucho más compleja y que excede los límites del ámbito
parlamentario.
Este
es importante, sin duda, pero está lejos de ser una plataforma desde la cual
impulsar un proyecto que recorte ciudadanía, atente contra derechos económicos
y sociales y socave la soberanía nacional. Si, ensoberbecida, aquella tuviera
la osadía de pretender avanzar por este camino e instaurar una suerte de
dictadura parlamentaria sus temerarios mentores tropezarían rápidamente con una
encarnizada resistencia social. Aprenderían, rudamente, lo que es la dualidad
de poderes y la posibilidad de perder en las calles lo que ganaron en las
urnas. La protesta plebeya asumiría bien pronto un inesperado (para ellos)
protagonismo, demostrando la eficacia práctica de un contrapoder nutrido en la
memoria histórica de un pueblo y en los sueños emancipatorios que Chávez supo
inculcar entre los venezolanos y que son como las brasas aún ardientes debajo
de las cenizas engañosas del momento, que un simple soplo las hará renacer con
fuerza. Y ese aliento lo puede desatar la tentación de la derecha al caer en el
fetichismo de lo que Marx llamó el
“cretinismo parlamentario”: pensar que una mayoría legislativa equivale a
una mayoría social, y que una momentánea, transitoria, supremacía electoral es
suficiente para ejercer una dictadura parlamentaria. Por una de esas trampas de
la dialéctica histórica, o de una hegeliana “astucia de la razón”, ese mal paso
de una derecha ganada por el odio
visceral hacia los plebeyos soliviantados podría ser lo que hoy necesita el alicaído chavismo para reencenderse con fuerza en la
noble tierra venezolana.
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* Centro Cultural de la
Cooperación Floreal Gorini.
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CHÁVEZ Y
BOLÍVAR POR TODO CARACAS.
El Gobierno
Venezolano responde al retiro de retratos del Parlamento.
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El
alcalde del municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, mandó a colocar
imágenes del prócer y del fallecido presidente en desagravio a la medida de la
Asamblea, dominada por la oposición.
Página /12 viernes 8 de enero del 2016.
La
asunción de la nueva Asamblea Nacional de Venezuela, con mayoría opositora por
primera vez en 17 años de gobierno chavista trajo, además de un conflicto de
poderes, una polémica por el retiro de los retratos del libertador Simón
Bolívar y del ex presidente Hugo Chávez del recinto de sesiones, ordenado por
las nuevas autoridades. El alcalde del municipio Libertador de Caracas, Jorge
Rodríguez, mandó ayer a colocar imágenes de Bolívar y del fallecido presidente
en las calles de la ciudad en desagravio a una decisión de la nueva directiva
del Parlamento. “Llamo al pueblo a rebelarse ante estas manifestaciones
neofascistas y antibolivarianas”, exhortó anteanoche el presidente Nicolás
Maduro en un discurso transmitido por la cadena nacional de radio y televisión
en el que dijo que muchos militares, algunos llorando, lo habían llamado para
comentarle sus opiniones contrarias al retiro de los cuadros.
“Llamamos
al pueblo a realizar actos de desagravio porque intentan mancillar la memoria
histórica, la memoria de nuestro comandante supremo Hugo Chávez, el líder
político más importante del siglo XX y creo que del XXI”, sostuvo Maduro y
advirtió que “el que se mete con Chávez se seca”.
Asimismo,
el alcalde chavista del municipio caraqueño Libertador, Jorge Rodríguez, afirmó
ayer en un acto partidario que había dado instrucciones para que en todas las
calles y en todos los postes de la ciudad se coloquen vallas donde estén las
imágenes del libertador Simón Bolívar y de Chávez.
Acompañado
de varios diputados oficialistas y de cerca de un centenar de simpatizantes,
Rodríguez informó que desde ayer “los retratos de nuestro padre libertador y de
nuestro padre Chávez, que fueron intentados mancillar por la derecha fascista,
se mantendrán en exhibición permanente”. Los presentes realizaron una ofrenda
floral ante la estatua ecuestre de Bolívar, que preside la plaza, y el alcalde
anunció que las imágenes retiradas de la Asamblea Nacional por la oposición
serán instaladas en ese lugar del centro de la capital venezolana.
El
acto formó parte de un conjunto de actividades convocadas por Maduro como gesto
de rechazo a la decisión del presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos
Allup, de retirar de esa institución los retratos el mismo día que tomó
posesión de su cargo. “Hemos visto los colmillos del fascismo, pero el pueblo
ya despertó, no se metan con los amores del pueblo, nunca nos arrodillaremos
ante ningún imperio”, añadió el alcalde oficialista.
Ramos
Allup precisó que la instrucción de retirar las imágenes del prócer venezolano
iba dirigida sólo a aquellas que se tratan de una simulación del rostro de
Bolívar, producto de un estudio ordenado por Chávez, a través del análisis de
los huesos del personaje histórico, pero no se afectaba a las pinturas
originales del libertador. Y, además, explicó que dio la orden de quitar los
retratos de Chávez y Bolívar porque en el recinto parlamentario “solamente
pueden estar como símbolos la bandera y el escudo, y más nada. Si cada
tendencia política va a traer el retrato de su líder favorito o de su
presidente, imagínense ustedes en los que se convertiría el Parlamento”, agregó
el dirigente opositor consultado por periodistas frente al edificio de la
Asamblea. Ramos Allup indicó que ni siquiera José Tadeo Monagas, que fusiló al
Congreso en 1848, se atrevió a poner un retrato suyo en el parlamento y subrayó
que tienen que acostumbrarse aquí a que las cosas cambiaron.
El retiro de las imágenes de Bolívar y Chávez del Parlamento registra un
antecedente y se remonta a 1958, cuando el político e intelectual Arturo Uslar
Pietri retiró del palacio presidencial de Miraflores un retrato del dictador
Marcos Pérez Jiménez, quien acababa de salir del país tras abandonar el gobierno.
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