Brasil
se hunde, no solo por la fuerte y profunda crisis económica, sino toda la
política está atrapada - si decimos con absoluta claridad y
convicción dentro del pensamiento crítico latinoamericano –
absolutamente toda la política, ahora se rebelan nuevos casos de CORRUPCIÓN
donde no existe, no hay un solo político, un solo partido político que es
acusado de corrupción, - y con pruebas que abundan – que todos ellos
encontraron que las “minas del Rey Salomón” si existían, pero esta vez era del “oro
negro” el petróleo. La empresa estatal
PETROBRAS, una de las más grandes del mundo, fue el tesoro que encontraron
los políticos y sus propios partidos. Si antes de esta fecha, se acusó con
pruebas – por eso están en la cárcel dirigentes del partido gobernante – el Partido
de los Trabajadores – y presos algunos de sus dirigentes de alta
responsabilidad y militancia política;
Pero
la corrupción no se queda allí, porque sus aliados políticos durante los gobiernos
de Lula y Dilma, el Presidente de Diputados,
del propio Vice-Presidente, en este caso el diputado Cunha, - el más serio opositor, verdadero cancerbero de destrucción
– resulta que también utilizó la empresa petrolera para desviar fondos hacia
Paraísos Fiscales – ahora Suiza, donde se ha comprobado la existencia de
millonarias sumas del Sr. Cunha; pero también ahora llega la denuncia que en
tiempos del gobierno del Presidente Fernando
Henrique Cardoso, se desvió con el nombre de “propina” en el escándalo del “Petrolao”,la
pequeña suma de 100 millones de dólares para comprar una empresa. Que tal
corrupción, la política en Brasil está enferma desde su propia estructura.
Sin embargo,
el partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB, pero aún quedaba en el escenario
político, un hombre pulcro, un político
de primera línea, un Maestro Universitario que gobernó Brasil, por dos periodos, Fernando Henrique Cardoso, - pero no
olvidarnos, que pasó y se hizo interesante, la “famosa” compra de votos en el
Congreso, para asegurar la mayoría en la reelección del Presidente - y resulta
que también, su gobierno, está atrapado, capturado por la corrupción de PETROBRAS – el caso sonado del “Petrolao”- se dio una “propina” de 100
millones de dólares (pero que tal propina, para solucionar el hambre de
miles de miles de ciudadanos) para la compra de la empresa Pérez Companc,
proceso de negociaciones donde también
aparece el ex presidente argentino Saúl Menen.
La última, la
estructura del sistema político brasileño, está enfermo, atrapado por la
corrupción,
realidad que genera en el propio escenario, (in)surge como alternativa en el
amplio “mundo” de la Sociología de las Emergencias, y vista la
incapacidad y complicidad de la propia Democracia Electoral actual, de NO poder cortar de raíz la corrupción y
sus miles de estilos, prácticas visibles e invisibles, corresponde como “solución”
es un proceso REVOLUCIONARIO para
cambiar, transformar toda la Política, los partidos políticos, la propia “clase
política” , la representación política, porque su propia estructura está totalmente dominada,
capturada, envenenada por la corrupción. Hay
que trabajar, contra el tiempo, sra Presidenta, ante la situación
turbulenta de grave crisis económica – en su contenido multi-dimensional y con
la finalidad de que la propia coyuntura sea la expresión de un proceso
diferente, distinto, superior, de “cuestionar la santidad del estado” que “vive”
después de 3
décadas de destrucción de las políticas neoliberales, contenidas en las
Políticas Globales del Consenso de Washington.
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Dr. Fernando Henrique Cardoso, dos veces Presidente de Brasil. 1995- 2003 -Impuso las políticas neoliberales del Consenso de Washington en Brasil. Ahora seriamente denuncia a su gobierno por la "propina" de 100 millones dólares para la compra de una Empresa. PETROBRAS al final resulta que es el mina de oro de todos los políticos. La política esta envenenada por la corrupción.
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BRASIL: UNA
DENUNCIA CONTRA CARDOSO.
De parte del
arrepentido Néstor Cervero, acusado del caso “Petrolao”.
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El
ex director del área internacional de Petrobras, Néstor Cerveró, asegura que el
gobierno de Cardoso recibió “una propina de 100 millones de dólares” de la
compra de Perez Companc por parte de la petrolera brasileña.
Dario Pignotti.
Desde
Brasilia martes 12 de enero del 2016.
El
gobierno de Fernando Henrique Cardoso, adversario encarnizado de la presidenta
Dilma Rousseff, recibió “una propina de 100 millones de dólares” por la compra
de la petrolera privada argentina Perez Companc, por parte de Petrobras, de
acuerdo con la versión del arrepentido Néstor Cerveró.
El
ex director del área internacional de Petrobras Néstor Cerveró está purgando
una condena por su participación en el escándalo en la mayor empresa brasileña,
el “Petrolao”. Sus afirmaciones, que también salpican a miembros del
oficialismo, golpean de lleno al opositor Partido de la Socialdemocracia
Brasileña (PSDB) que gobernó entre 1995 y 2003.
A
fines de diciembre un implicado en el “Petrolao” había declarado que pagó una
“comisión” a Aécio Neves, actual titular del PSDB y ex candidato presidencial
por esa agrupación en 2014. Hay otras imputaciones contra Neves cuyo
procesamiento fue demandado por miembros del Partido de los Trabajadores (PT).
Pero
la denuncia del arrepentido Cerveró, que busca una disminución de su condena,
es una de las más graves contra el PSDB, por tratarse de alguien que actuó en
el alto nivel de la compañía estatal y asegura haber tenido contacto con el
ejecutivo argentino Néstor Vicente, de Pérez Companc, a quien menciona como
alguien vinculado al ex presidente Carlos Menem. Fernando Henrique Cardoso y
Menem son recordados como impulsores de las políticas de privatización
implementadas en los 90.
La
entidad que nuclea a los ingenieros de Petrobras denunció en su momento la
compra de la empresa argentina, por considerar que se pagó un precio muy alto,
más de 1000 millones de dólares, y caracterizó la operación como parte de la
política para debilitar a la estatal antes de entregarla “por tajadas” al
capital privado. Incluso se acusó al ex gobernante de querer cambiar la marca
Petrobras por “Petrobrax”, con el fin de hacerla más atractiva en el mercado
internacional.
No
es la primera vez que surgen versiones sobre ilegalidades en la petrolera
durante los años de Cardoso, quien ayer aseguró no tener “ni idea” de
eventuales delitos vinculados a las negociaciones con Pérez Companc y desestimó
las declaraciones “vagas” de Néstor Cerveró. Y elogió al ex titular de
Petrobras, el fallecido Francisco Gros, un economista neoliberal que antes de
ocupar cargos en el gobierno había sido empleado del banco de inversiones
norteamericano Morgan Stanley. Gros, al igual que el ex ministro de Minas y
Energía Rodofo Tourinho, eran abiertos partidarios de las privatizaciones.
A
pesar de que ayer rechazó los dichos del ex gerente de Petrobras Cerveró, el
año pasado Cardoso había admitido, en su libro de memorias, que desde 1996
estaba informado de que en la petrolera se había instalado una organización
delictiva de la que eran parte algunos funcionarios.
Precisamente
uno de esos jerarcas corruptos, Cerveró, contó a la justicia que también hubo
pagos ilegales para los argentinos. “Cada director de Pérez Companc recibió 1
millón de dólares por la venta de la empresa y Oscar Vicente (recibió) 6
millones. Nosotros unimos Pérez Companc a Petrobras Argentina y formamos PESA
en Argentina.”
Filtraciones
selectivas
En
general las narrativas periodística y judicial sobre la corrupción brasileña se
han caracterizado por ser imprecisas y parciales. Lo cual fue criticado la
semana pasada por la presidenta Dilma Rousseff cuando habló de la
“espectacularización” de la causa por el “Petrolao” y la filtración selectiva
de informaciones que realiza la policía violando el secreto de sumario.
El
proceso judicial se sustancia en un juzgado federal del estado de Paraná, que
se conduce prácticamente como un partido opositor a Dilma.
Sólo
se cuelan a la prensa revelaciones que enlodan directa o imaginariamente a
ministros y al PT, mientras se escamotean las informaciones en las que están
implicados los partidos conservadores, principalmente el PSDB y su presidente
honorario Fernando Henrique Cardoso. Ese ocultamiento de datos impide realizar
un análisis comparativo de los escándalos de las cuatro gestiones petistas (de
2003 a la actualidad) ante los ocurridos en las dos cardosistas (1995-2003) de
las que se sabe casi nada.
Por
cierto estas afirmaciones de Cerveró se colaron al diario confiable matutino
Valor Económico pues aparecieron en una oficina de Brasilia, donde no llega la
influencia del juzgado de Paraná.
Comparación
De
todos modos, las contadas filtraciones de confesiones contra el PSDB, como ésta
del ex gerente de Petrobras Cerveró, permiten alguna aproximación. Si se
comprobara que fueron pagadas coimas por 100 millones de dólares a miembros del
cardosismo esa cifra prácticamente cuadruplica todo el dinero ilegal del “Mensalao”
(Mensualidades), que se destapó en 2005. Según cálculos de la justicia en el
“Mensalao”, causa que ya fue juzgada por el Supremo Tribunal Federal, se
pagaron sobornos y financiaron campañas con dinero no declarado por unos 57
millones de reales, poco menos de 15 millones de dólares, en un cálculo inicial
que no considera las oscilaciones del cambio.
Es
más: conforme con un primer balance realizado por el Supremo Tribunal Federal
el año pasado, las coimas del Petrolao sumaron 156 millones de reales, equivalentes
a unos 39 millones de dólares, al cambio actual.
Pero
las mordidas del Petrolao no abasteció solamente al PT, pues ya quedó probado
que en los últimos años hubo millones de dólares para otras fuerzas, incluso el
PSDB.
Es
decir que el dinero negro de las maniobras realizadas durante estos años de
gobiernos petistas a costillas de Petrobras no llega al 50% de lo que habría
cobrado el PSDB en una sola operación, por la compra de Pérez Companc en julio
de 2002.
¿Por
qué descartar que estos 100 millones de dólares son apenas la punta del iceberg
del partido de Cardoso?. Libros serios, como La Privatería Tucana, aportan
datos sobre cuentas off shore de ministros del PSDB supuestamente abastecidas
por dinero aportado por corporaciones que se quedaron con parte del estado.
En
ese sentido, vale recordar que durante los 8 años de Cardoso fueron
privatizadas, entre otras, las empresas estatales de telecomunicaciones, de
minería y se reformó la legislación petrolera que acabó con el monopolio de
Petrobras y abrió el mercado a las transnacionales.
Sin olvidar la reconocida, por el propio Cardoso, compra de votos en el Congreso para reformar la
Constitución y habilitar su reelección en 1998.
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