“En esta crítica incisiva, Dani Rodrik combina el
relato histórico con astutas observaciones que cuestionan la creencia de que el avance de
la globalización es inevitable e inevitablemente positivo y argumenta que la globalización va acompañada necesariamente
de tensiones muy graves. La paradoja de la globalización plantea un tema que ha
adquirido, a raíz de la crisis del euro, una candente actualidad. Se trata del conflicto entre decisiones
democráticas a escala de cada nación y decisiones tecnocráticas a escala
supranacional. En el libro, el autor presenta un argumento a favor de un modelo de globalización atemperado, que
sea respetuoso con las democracias nacionales y que esté fundamentado en un
entramado muy elemental de reglas internacionales. Ahora que nos enfrentamos a unos desafíos globales tanto en el
comercio, como en las finanzas como en los mercados laborales, la bien fundamentada
propuesta de Rodrik muestra el camino hacia una prosperidad equilibrada y
sostenible”.
/////
LA PARADOJA DE LA GLOBALIZACIÓN DE DANI
RODRIK.
******
Albert Medina.
Rebelión miércoles 14 de setiembre del 2016.
Tiempo atrás, un productor de bolígrafos turco cayó
en gracia cuando su empresa logró aumentar beneficios gracias a un aumento las
barreras comerciales. Cualquier economista convencional opinaría que la
decisión del Gobierno turco fue equivocada; que los valores del libre comercio
son los estamentos básicos para la prosperidad y la paz, en contraste con el
proteccionismo, que son políticas asociadas al atraso económico y al
populismo.
No obstante, la intervención del Estado en asuntos
comerciales permitió al productor de bolígrafos ahorrar para poder financiar
los estudios en Ciencias Económicas de su hijo en la prestigiosa Universidad de
Harvard. A día de hoy, su hijo, el distinguido especialista en comercio
internacional Dani Rodrik, puede usar esta curiosa paradoja biográfica para
mostrar a sus alumnos de la Kennedy School lo variante que puede ser el término
"prosperidad" según a quién preguntes.
"La paradoja de la Globalización" de Dani
Rodrik (Antoni Bosch editor, 2012) es una obra divulgativa que pone en duda el
relato y la deseabilidad de la globalización como fenómeno irreversible. El
autor, que no se lo puede considerar un activista antiglobalización, cataloga
las dos grandes transformaciones del capitalismo en las últimas décadas y
explica de forma convincente los peligros de una globalización no armonizada
con los Estados.
En primer
lugar, menciona al Capitalismo 1.0, el mundo pre-Bretton Woods, comprendido entre el
ascenso y las consecuencias de la I Globalización donde el Estado jugaba un
papel discreto en la economía. Y en segundo lugar, el Capitalismo 2.0, que se establece en Bretton Woods y que acaba
mutando en las políticas dirimidas en el Consenso de Washington donde, con
matices, el Estado juega un papel más protagónico en los asuntos económicos.
El devenir de los acontecimientos de las últimas
décadas ha puesto fin a una era y, según Rodrik, nos encontramos en el momento
de definir el "Capitalismo
3.0". El autor se plantea el qué hacer bajo una construcción teórica,
fuertemente inspirada en la Trinidad Imposible, que define como "El Trilema de la Globalización".
Éste, consiste en que el mundo actual es incompatible con la convivencia de
tres fenómenos: la Hiper-globalización,
el Estado-nación y la Democracia. De este modo, el "Capitalismo 3.0" tendrá que escoger entre dos de estos
tres factores.
Aunque los entusiastas de la Globalización se
ocupen de obviarlo, Rodrik relaja los supuestos de los fuertes beneficios a
escala de una mayor integración económica y establece que, para él, el Capitalismo 3.0 debería estar
caracterizado por fuertes Estados-nación
bajo el control de democracias
consolidadas, es decir, una globalización
"atemperada". De este modo, el prestigioso economista rechaza
frontalmente -por no deseable ni realista- la idea de la liquidación del
Estado-nación y la llegada de la "Gobernanza
Global" para la próxima era.
Donde el mainstream a izquierda
y derecha observa la Globalización como un proyecto irreversible el autor ve,
simplemente, diferentes estrategias económicas. Para él, la estrategia de "mayor integración, mayor
crecimiento" ha mostrado un pobre desempeño económico por lo que hace
a la evolución de la desigualdad y el crecimiento económico. A la vez, la
presenta como una propuesta con poco recorrido debido a que un aumento total
del aperturismo comercial sólo nos llevaría a un incremento de un tercio del 1% del PIB mundial a diez
años y seguiría sin solucionar la cuestión clave: el aumento de las desigualdades.
Rodrik abre
horizontes alternativos a los hegemónicos mostrando estrategias de desarrollo
que se han dado o se están dando en el mundo. En esencia, la
panorámica que nos deja ver es que ahí donde ha habido mayor participación del
Estado, ahí donde se ha protegido temporalmente a la industria menos
competitiva, es donde a largo plazo se ha mantenido un desempeño macroeconómico
más saludable. Es decir, aquellos países que mejor se han globalizado son
aquellos que, vía otro equilibrio Estado-mercado, han mejorado su capacidad
productiva antes de dejar entrar la competencia internacional.
De forma escueta y poco clara, Rodrik considera que la Unión Europea es harina de otro costal.
Afirma que las diferencias que hoy hacen imposible la Gobernanza Global no son tan elevadas en el caso europeo. Las
interesantes disquisiciones del autor se emborronan entorno a la proyección
teórica y la realidad práctica. Rodrik
mezcla su optimismo analítico para Europa con ejemplos prácticos
contradictorios con el mencionado optimismo, por ejemplo, el caso de la crisis
de capitales lituana. ¿Qué hacer ante una crisis de capitales si se persigue
ciegamente la gobernanza europea? ¿Los problemas de la Eurozona pueden esperar
a que Europa se constituya en nación? Si el Estado puede gozar aún de buena
salud, ¿por qué no plantear escenarios alternativos al federalismo europeo? El
economista turco se queda a medio camino de resolver nuestra particular
paradoja europea.
Finalmente, el autor
traza a grandes rasgos lo que debiera ser el próximo orden económico
internacional ante el pobre desempeño de la economía internacional incluso
después de la creación de la prometedora Organización
Mundial del Comercio (OMC). Estas propuestas, aún a falta de ser
desarrolladas con mayor consistencia, diseñan un mundo donde los nuevos
acuerdos internacionales -inspirados en la lógica de la segunda posguerra-
dibujan un mundo donde los Estados-nación
aún tienen margen para realizar políticas económicas propias que permitan la democracia y la reducción efectiva de
las desigualdades: toda una oda a
que los Estados persigan sus propios objetivos nacionales. Sin duda, el autor
nos plantea reflexiones pertinentes para tiempos cambiantes.
*****
Dani Rodrik, La paradoja de la globalización.
Democracia y el futuro de la economía mundial, Antoni Bosch editor, 2012, 366
págs.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario