“SER
HONESTO EN NUESTROS TIEMPOS, ES YA SER REVOLUCIONARIO”.- Si el ex presidente Mauricio Funes
es un corrupto, no lo protejan ni menos le otorguen Asilo Político. No sigamos cometiendo errores tras errores
políticos. Si la derecha perdona, los asila en otros países o simplemente les “perdona la vida” y después siguen
metidos en la corrupción. Este es un mal
de males que sangra en la sociedad propio de las clases dominantes, nació con
ellas y seguirá reproduciéndose con ellas. Miren
en Brasil, Argentina, Venezuela, los
procesos democráticos de Izquierda hoy están ahogados o en proceso de destrucción
completa, porque junto a la crisis,
la desaceleración de la producción y la baja terrible del crecimiento
macro-económico – producto del propio modelo económico – en el horizonte de la
lucha política (in)surgió la terrible situación de la CORRUPCIÓN y no hicieron nada o muy
poco; camino, vía, alternativa, que
hasta hoy sigue utilizando – con el gran apoyo del poder de poderes
facticos, como son las corporaciones mediáticas -, la corrupción hay que combatirla, sea
cual sean sus practicantes, y castigarlos para siempre, con la “muerte civil”, nunca más en un cargo público, porque la misma había
atrapado absolutamente a los principales
dirigentes de la Izquierda. No seamos perdona vidas con la corrupción,
que los corruptos no tienen lugar en un proceso revolucionario. Nos
manchan, nos crean graves problemas
con respecto a la práctica de la vida cotidiana con nuestro pueblo. La corrupción nace y se desarrolla por
todos los poros de la sociedad, pero
jamás nacerá por el lado del pueblo. Amigos
de la Revolución Sandinista, si el ex presidente Funes es un corrupto, devuélvanlo a su país, porque hasta el
momento no hay un pronunciamiento Oficial, del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí, movimiento
político con el cual Funes llegó al
gobierno, y que continúa en el gobierno con el ex guerrillero Prof. Salvador Sánchez Cerén. No
sean débiles, perdona vidas, ni menos consientan lo mínimo como práctica de
corrupción, es un veneno que destruye vidas.
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Mauricio
Funes llegó al poder en 2009, de la mano del Frente Farabundo Martí de
Liberación Nacional.
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DE LA GUERRILLA A LA
PRESIDENCIA Y AL EXILIO.
El ex Líder del Farabundo Martí y ex Presidente
de El Salvador pidió asilo en Nicaragua.
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Acusado de corrupción, Mauricio Funes se exilió
junto con su familia y asegura que en su país hay “una persecución política” en
su contra. Managua justificó el asilo porque la Constitución nicaragüense
“ampara a los perseguidos”
Página /12 miércoles 7 de septiembre
del 2016.
Nicaragua
asiló como perseguido político al ex presidente de El Salvador Mauricio Funes
–investigado por corrupción en su país–, confirmó La Gaceta, el diario oficial
nicaragüense. Funes llegó al poder en 2009 de la mano de la guerrilla del
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), actual partido de
gobierno.
El
ex jefe de Estado, que se encontraba en Managua al momento de solicitar
refugio, dijo ayer que había decidido pedir la protección del gobierno de
Daniel Ortega hace unos días, luego de negar esa versión y asegurar que su
presencia en la capital nicaragüense era por asuntos laborales. Managua, por su
parte, hizo lugar a la solicitud del mandatario, informó, por considerar que su
vida e integridad física corrían peligro en El Salvador.
El
23 de agosto, Funes confirmó que se encontraba en Nicaragua realizando un
trabajo de consultoría, y desmintió entonces que estuviera tramitando un pedido
de asilo, tal como había asegurado un día antes el fiscal general de El
Salvador, Douglas Meléndez. Después de idas y vueltas, ayer utilizó su cuenta
de Twitter para aclarar la situación. “No mentí sobre el asilo, decidí
tramitarlo el 31 de agosto, después de constatar la persecución política que se
inicia en mi contra”, sostuvo el ex jefe de Estado.
El
asilo político contempla, además, a su pareja Ada Michell Guzmán Sigüenza y a
sus hijos Carlos Mauricio Funes Velasco, de 34 años; Diego Roberto Funes Cañas,
de 25, y Mauricio Alejandro Funes Guzmán, de 2, según la información oficial.
El asilo rige desde el viernes último (aunque fue dado a conocer públicamente
recién ayer), de acuerdo con la resolución administrativa firmada por el
canciller nicaragüense Samuel Santos.
“Otórguese
asilo político al ex presidente de la hermana República de El Salvador, señor
Carlos Mauricio Funes Cartagena y a su núcleo familiar”, citó La Gaceta el
comunicado oficial.
En
su solicitud de asilo, el ex presidente salvadoreño señaló que lo hacía “por
considerar que están en peligro su vida e integridad física y la de su familia,
por luchar en pro de la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos,
y su afiliación política en la República de El Salvador”, de acuerdo con lo
publicado en el diario oficial. Managua fundó su decisión en su Constitución,
que “asegura asilo a los perseguidos políticos, amparando a los perseguidos por
luchar en pro de la democracia, la paz, la justicia y los derechos humanos”.
En
El Salvador, Funes afronta denuncias penales por enriquecimiento ilícito y
posible lavado de dinero cometido durante su gestión, que se desarrolló entre
2009 y 2014, proceso derivado de un juicio civil que fue ordenado por el
Tribunal Supremo debido al incremento injustificado de su patrimonio, que trepó
a 700.000 dólares, aunque no pesa sobre él ninguna orden de detención.
Sobre
las denuncias en su contra, el ex gobernante dijo que el proceso judicial
representa un show político porque las autoridades salvadoreñas no han
encontrado ninguna prueba que las justifique. Funes fue citado el 3 de febrero
a declarar en la fiscalía salvadoreña por una investigación iniciada por
supuestas negociaciones que su administración entabló con las pandillas, entre
2012 y 2014, con la intención de disminuir los índices de asesinatos.
La
posición del gobierno de Ortega en favor de socorrer a Funes generó reacciones
inmediatas. El diputado del partido opositor salvadoreño Alianza Republicana
Nacionalista (Arena), Ernesto Muyshondt, dijo que era lamentable que Nicaragua
abrigara y apoyara a un corrupto. “La corrupción y la impunidad deben de
perseguirse, vengan de donde vengan, y los demás países deben de contribuir al
combate de éstas en lugar de ocultar y respaldar a los corruptos como Funes,
que está siendo investigado por diferentes delitos”, dijo el parlamentario.
Y
consideró que la decisión de Nicaragua no es buen antecedente. “Manda un mal
mensaje que un país se preste a este tipo de situaciones y que proteja a una
persona que tiene enormes indicios de haber cometido una gran cantidad de
ilícitos y actos de corrupción en El Salvador”, señaló.
“El
ex mandatario Mauricio Funes no es perseguido político como argumentó el
gobierno de Nicaragua para otorgarle asilo a él y a su familia”, dijo el ex
titular de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional nicaragüense, José
Pallais.
Por
su parte, el ex titular de la Comisión de Justicia de la Asamblea Nacional
nicaragüense rechazó la figura utilizada por Managua para asilar al ex
presidente salvadoreño. “Funes no tiene las características de un perseguido
político, no se conoce que tenga diferencias con el Frente Farabundo Martí para
la Liberación Nacional (FMLN), el partido de gobierno salvadoreño. Aquí estamos
ante una investigación por corrupción”, sostuvo Pallais.
En opinión del jurista y ex diputado del Partido Liberal
Constitucionalista (PLC), una muestra de que no se trata de un caso político es
que la decisión de Nicaragua de otorgarle asilo a él y a su familia no afectará
las relaciones entre ambos países.
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