“Al despertar del nuevo siglo que ha comenzado, es posible observar
que las dinámicas que han venido caracterizando a la Cooperación Sur-Sur (CSS) en los últimos años parecieran ya
haber rebasado su espíritu solidario y de mutuo beneficio, situándole en un estadio
pragmático de mayor orientación hacia el
mercado, donde los ideales de horizontalidad y altruismo se ven difuminados
por el posicionamiento geopolítico y geoeconómico de nuevos protagonismos, que
han encontrado en ella un instrumento
efectivo para la reconfiguración de la arquitectura internacional que no ha
logrado superar aun el paradigma de la tradicional
Cooperación Norte-Sur. Es así que dentro del actual escenario de crisis
multidimensional global, presenciamos la convergencia de nuevos actores
emergentes como los denominados BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y Suráfrica) que se disputan el liderazgo
anteriormente ostentando por la
hegemonía norteamericana y europea, al haber encontrado en este tipo de
cooperación un medio de posicionamiento eficaz y afín a sus intereses. A ello
es posible añadir la conformación de nuevos elementos que dotan de mayor
complejidad a estos procesos como
la actual caída de los precios del petróleo, los mega acuerdos comerciales
chinos y las dinámicas de integración latinoamericanas. Sin embargo,
señalamos de manera contundente que es
principalmente la gravitación y presencia de China en las políticas
económico-comerciales de la región la que cada vez más marca estas nuevas dinámicas, alejando
a la CSS de cualquier horizonte alternativo”. La Influencia China en la Cooperación Sur-Sur.
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LA NUEVA HOJA DE RUTA CHINA-AMERICA LATINA-CARIBE.
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Tulio Ríos.
Rebelión jueves 1 de diciembre del 2016.
Tras la tercera gira latinoamericana del presidente
Xi Jinping, China dio a conocer un segundo documento sobre su política hacia
América Latina y Caribe (ALC). Estructurado en cuatro partes, del texto se
desprenden algunas novedades. La principal de todas probablemente guarda
relación con la promoción de un enfoque mucho más rico e integral de la
relación bilateral de forma que se pueda elevar la calidad y el nivel de la
cooperación.
La nueva estrategia apunta a un salto cualitativo
señalando la disposición de China a participar de forma activa en la
transformación de la región sumando no solo oportunidades de desarrollo sino
también sellando una alianza para catapultar su proyección política global.
Tras contextualizar la situación del mundo y de la
propia China en el documento se reivindican, en primer lugar, sus vínculos con
los países en vías de desarrollo a los que la segunda economía del mundo no
quiere renunciar. Beijing, de principio a fin del documento, apuesta por una
relación que profundice la multipolaridad y que aporte una mayor voz a estos
países en el concierto global si bien esto no debe interpretarse como un
intento de “excluir o apuntar contra nadie”. Pero China apuesta con claridad
por sumar la región a la reforma de la gobernanza global transformando las
instituciones y sus estructuras, democratizándolas por la vía de la
readaptación del peso de las periferias emergentes en la definición de reglas y
en la toma de decisiones.
Dos niveles para impulsar la cooperación.
A futuro, el desarrollo de la cooperación se
gestará a dos niveles. Primero, de conjunto, con la interlocución de la CELAC
como foro principal; segundo, por la vía bilateral, país a país. Esa doble
configuración de la relación fortalecería el impulso hacia una “comunidad de
destino común”. China apuesta por vertebrar una amplia red de cooperación que
vincule a todo tipo de instancias a uno y otro lado de la relación de forma que
se geste una masa crítica de vínculos.
Entre los ejes a destacar de su política se deben
señalar: a) la insistencia en el respeto a la libre y soberana elección de la
vía al desarrollo; b) entre los intereses vitales a tener en cuenta significa
el respeto al principio de una sola China; c) se enfatiza la colaboración en
materia de equidad y justicia, significando un mayor énfasis en el desarrollo
social o la reducción de la pobreza; d) la inexistencia de condiciones
políticas para la concreción de las asistencias económicas o técnicas; e) la
colaboración en la protección ambiental y en la lucha contra los desastres y
sus efectos; f) una mayor definición en el área cultural, educativa, académica
y también en el intercambio en materia de medios de comunicación; g) la
inclusión activa de la cooperación judicial y policial proyectando su modelo de
gestión de la seguridad en la Red.
El documento resume los avances registrados desde
2008 y apunta los mecanismos esenciales para fortalecer la confianza reciproca
y coordinar posiciones en el escenario internacional. El respeto a la soberanía
de cada país, grande o pequeño, se complementa con una clara apuesta por la
integración regional.
En lo económico y comercial formula el propósito de
trascender la mera complementariedad que sirvió de impulso para alcanzar el
actual nivel de intercambio bilateral, significando la apuesta por los
productos de alto valor agregado y de alto contenido tecnológico. La
cooperación financiera, industrial, energética, en infraestructura, agrícola,
espacial, oceanográfica, etc., apuntan a una mayor vertebración de la cadena
industrial en su conjunto.
Finalmente, a propósito de la tan manida
triangulación, China parece supeditarla al interés de América Latina. Los
proyectos de esta naturaleza en los que podría participar deben estar
“presentados, consentidos y patrocinados” por los países de la región. España,
en concreto, pierde fuelle y se queda fuera a expensas del rescate que se
pudiera formular desde ALC.
Una laguna a corregir.
¿Qué falta en el documento? Probablemente alguna
alusión a la cooperación en materia de nacionalidades minoritarias habida
cuenta de la importancia del problema indígena en la región y su
correspondencia en China, enfrentando en ambos casos desafíos comunes relativos
a la protección de la identidad, el desarrollo, el autogobierno, etc. Más allá
de la significación demográfica, la cualificación política de esta dimensión en
la relación bilateral exigiría tenerla en cuenta en este documento.
En resumidas cuentas, China lo tiene bien claro con
ALC. El documento sugiere la paralela urgencia de que ALC establezca unos
lineamientos mínimos de su política en relación a China. Solo de esta manera puede
interactuar de forma proactiva sentando las bases para un mejor aprovechamiento
de las oportunidades que traza este segundo documento de política china para la
región. Ese es el primer deber que China plantea a los países de la CELAC.
Los “números” del documento.
5 en 1
La nueva configuración de las relaciones
bilaterales se articula sobre la base de la potenciación de relaciones
políticas, económico-comerciales, culturales y humanísticas, de estrecha
coordinación en el plano internacional y bilateral.
1+3+6
El 1 es el Plan de Cooperación 2015-2019 suscrito
con la CELAC. El 3: el comercio, la inversión y la cooperación financiera. El
6: la energía y los recursos, obras de infraestructura, agricultura,
manufactura, innovación científico-técnica y tecnología informática.
3x3
La cooperación en capacidad productiva presta
atención prioritaria a la logística, energía eléctrica e informática,
fomentando la interacción entre empresas, sociedad y gobierno.
Xulio Ríos es director del Observatorio de la
Política China. Acaba de publicar “China Moderna” (Tibidabo ediciones).
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