“¿QUÉ ES LA GEOPOLÍTICA? Una primera discusión a tratar sería la
conceptualización de la geopolítica. Puede
parecer una tarea simple, pero como veremos en el curso del trabajo, la sistematización del concepto de
geopolítica, de forma homogénea, es impedida por su propia naturaleza. En
otras palabras, la
geopolítica sólo puede ser
considerada si se toma en cuenta que, en base a la declaración de diferentes
influencias en el crear y hacer la
geopolítica, los intereses nacionales son asimétricos, jerárquicos y
competitivos y, concomitantemente, diferentes visiones geopolíticas se
desarrollan con el fin de establecer relaciones causales en diferentes espacios
nacionales”.
“La geopolítica, como ciencia no neutral, reflexiona sobre las
acciones del Estado tras políticas públicas estratégicas
relacionando el espacio y los poderes nacionales o regionales, donde las
condiciones geográficas (espacio y posición) influyen en la política, la
estrategia y las relaciones exteriores de un Estado; es el estudio de las relaciones internacionales en una perspectiva
espacial o geográfica. En nuestra opinión, la geopolítica es el estudio
dinámico de la influencia de los factores geográficos en el desarrollo de los
Estados con el fin de orientar sus políticas internas y externas. Por lo
tanto, la
geopolítica debe utilizarse como un
método para estudiar y aplicar los
factores políticos derivados de la geografía tales como la posición, espacio,
relieve, clima, topografía y recursos”.
“La geopolítica reflexiona sobre las acciones estatales
de carácter estratégico de las políticas públicas en la relación entre el espacio y el
poder nacional o regional, donde las condiciones geográficas (espacio y
posición) influencian la política, la estrategia y relaciones exteriores de un
Estado. La construcción de una geopolítica latinoamericana debe ser entendida como
una orientación cooperativa y unificadora en la forma de integración y la
práctica de la política exterior. Pronto, se defiende un enfoque crítico y popular, una geopolítica periférica y de la
integración, donde hay la necesidad de pensar una geopolítica de la periferia
latinoamericana con ideas, conceptos e hipótesis originales de acuerdo con
nuestra historia y pensamiento del mundo. De este modo, se pretende
sistematizar una geopolítica de la
integración para una integración geopolítica, abriendo perspectivas de cambio
para América Latina”.
La geopolítica de Integración Continental, Autónoma, Independiente y Democrática es una de las grandes responsabilidades sociales y compromisos políticos pendientes, hoy en Nuestra Amperica, La Patria Grande.
***
“La geopolítica, en cualquier momento y espacio determinado, es el
producto de las
condiciones geográficas, tanto políticas y económicas como estratégicas, y la
relación con otros países y sus proyectos geopolíticos y nacionales; en otras
palabras, la geopolítica siempre se relativiza, por su tiempo histórico y de
las fronteras nacionales, tanto en términos absolutos como relativos, que pone
la cultura que lo produjo en su centro”
“¿GEOPOLÍTICA DE/PARA QUIÉN? Por lo general, el uso del término
geopolítico se ha utilizado en los estudios de
las relaciones internacionales cada vez más. Sin embargo, la difusión del conocimiento geopolítico
no debe confundirse con su trivialización metodológica; la dinámica del método geopolítico hace hincapié en la interacción
geográfico-política relativa y de intereses específicos. De este hallazgo empírico, se cuestiona de y para quien es realizada la
disciplina. Es importante tener en cuenta que no se puede concebir una
geopolítica de carácter general, aplicable a cualquier Estado nacional. Las geopolíticas son, en este sentido,
específicas y relativas, es decir, “cada
estudo é o estudo de um autor de uma determinada nação ou país (...), más de
todo modo produzindo uma geografia política marcada pelo seu contexto político
e territorial” (Costa, 1992, p.13-14). Así que existen tantas geopolíticas como
sistema estatal “em conflito, em luta sob condições geográficas que, por
exemplo, no caso de potências terrestres e potências navais, são
fundamentalmente distintas. Há uma
geopolítica alemã e uma geopolítica francesa; há geopolíticas distintas para os
Estados Unidos e Inglaterra. São até diferentes as maneiras de reagir,
emocionalmente, das nações, porque o caráter de um Estado é consequencia da sua
História e não pode ser compreendido senão à luz de dita História” (Tosta,
1984, p.28)
En otras palabras, ya que cada Estado latinoamericano tiene su
historia y la soberanía relativa a darse cuenta de sus
planes estratégicos y, a partir de los proyectos de integración, a renunciar a
parte de su soberanía a favor de un proyecto regional conjunto, tales hechos
deben igualmente ser considerados para la geopolítica. La
geopolítica de cada país en particular es diferente debido a varios factores – la ubicación/posición, el espacio (forma, tamaño y contenido), proyecto
nacional, de inserción internacional, etc. – y, con la finalidad de
establecer una
geopolítica latinoamericana, ratificada en varias factores – como la unidad histórico-cultural y
económica –, las geopolíticas particulares tenderían a establecerse como una geopolítica
colectiva, donde habría una prioridad estratégica de los Estados, no de los
Gobiernos”. Fuente. “Por una Geopolítica Latinoamericana”. Pensamiento
Crítico latinoamericano.
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La construcción de una geopolítica latinoamericana debe ser entendida como
una orientación cooperativa y unificadora en la forma de integración y la
práctica de la política exterior.
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LA GEOPOLÍTICA DESDE AMÉRICA LATINA
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Salvador González Briceño.
América
latina en Movimiento.
ALAI
jueves 15 de febrero del 2018.
El escenario mundial actual es de
ruptura, y caos —efecto mariposa, lo llaman algunos—. Y de una crudeza tal que
promueve, amenazante, la violencia en todas sus formas, como el terrorismo
dirigido —capacitado, financiado y armado—, con fines estratégicos —propaganda
en las redes y falsas banderas a la orden del día.
El
principal promotor es, desatado, el imperialismo estadounidense, convertido en
enemigo de países, instituciones, sociedades, culturas. Porque se resiste a
perder su carácter hegemónico.
Por su parte, la globalización
económica —expresión light del capitalismo desarrollado
en imperialismo— sirvió para meter a países y regiones al orden liberal, con
instituciones del sistema financiero como el BM, FMI, BCE, OCDE, a nombre de
una libertad y democracia (¡ah, el ardid de los derechos humanos!) que el
imperio exige pero no practica.
Devino la destrucción de los Estados
nación desde la siembra obligada del modelo neoliberal por todo el planeta —con
honrosas excepciones—, a partir de los años 80 del siglo XX vía la
privatización patrimonial del Estado de bienestar. De ahí surgió la
desestabilización de los países, la ilegitimidad, la ingobernabilidad y los
poderes fácticos, como el que representa el crimen organizado. La riqueza
profundizó las diferencias al interior de sociedades y países.
Pero como las leyes del capitalismo
no perdonan, el sistema cayó en desgracia cuando llegó la crisis
económico-financiera de 2008, que agudizó la decadencia sistémica de la cual el
mundo no se recupera todavía.
Siguen los lastres, en la vida
económica, política y social mundial, con amenazas de destruir a la especie. Es
la ambición por la riqueza, la furia del interés privado, que se impone por
encima de todo.
Por lo demás, si el mundo actual
entró a una fase superior de la globalización, ¿cómo llamarle cuando su
principal característica es la complejidad? Solo no olvidemos el trasfondo.
Una hipótesis es cierta, el desorden
internacional de ahora superó ya los escenarios de la Guerra Fría. Aquél era un
equilibrio tenso, pero con ciertas reglas. La ONU era respetada, la OMC
contribuía a un ajuste más o menos equilibrado del comercio. Todo aquello se
acabó.
Ahora rige un sistema financiero
global que lo domina todo. Con algunos países al frente.
Gran Bretaña y los Estados Unidos de
América (EUA) —por cierto los principales promotores de la destrucción de los
Estados con la herramienta del neoliberalismo—, hoy no quieren recoger los
lastres que han dejado a su paso décadas atrás.
Al contrario, el Brexit de
Gran Bretaña y el muro de la ignominia de EUA con México, son ejemplo del
repudio a la inmigración, cuando como garantes del capitalimperialismo se han
servido de los recursos y la mano de obra esclava. Latinoamérica, Asia, pero
sobre todo África son el ejemplo.
Hoy sabemos que el orden
internacional pasó de la bipolaridad surgida desde el fin de la Segunda Guerra,
a la unipolaridad tras la caída de la Unión Soviética en 1991, y que el hegemón
estadounidense adoptó el “fin de la historia” como premisa.
Y que EUA actuó en consecuencia. La
ofensiva de “guerra perpetua” contra el mundo, irrumpió tras los atentados a
las Torres Gemelas de Nueva York en 2001, como meta de sobrevivencia imperial.
Ahí anidó el caos, las guerras por
los recursos energéticos y el rompimiento del orden global anterior. El mundo
entró en una nueva etapa o periodo de guerras continuas, por eso es que hoy no
se ve más que desorden y caos. Cero reglas. Y a río revuelto…
Desde entonces quedó claro que EUA
no quiere competencia, ni por el empuje económico de China ni por el
resurgimiento de Rusia durante la era Putin; ambas potencias emergentes. Claro
que China está a un tris de superar a los EUA en la economía global, y Rusia ha
remontado ya en el terreno de la geopolítica.
Eso explica la reacción en cadena.
Los países que conforman la OTAN tratan de contener a Rusia en el escenario
continental europeo, con el Pentágono al frente; es decir, hoy la confrontación
no es —como en la Guerra Fría— de EUA vs. la URSS, sino de la OTAN vs. Rusia.
Con todo y Rusia promueve el comercio con Europa, no así la confrontación. Sin
embargo, hay que recordar que el potencial nuclear está de por medio, y no solo
es disuasivo.
Desde el punto de vista geopolítico,
es claro que de manera paulatina se ha ido fortaleciendo militarmente desde
Europa Oriental el cerco contra Rusia, como el corazón de “Eurasia”; de igual
manera, no cesa la presencia terrorista desde la “región cardial”, la periferia
o el Heartland de Mackinder, como son Iraq, Afganistán, Siria, etcétera. Los
dos grandes frentes de guerra de la OTAN y el Pentágono en tierra firme contra
Rusia.
El otro frente está en el Mar
meridional, la región de Asia Pacífico en contra de China, comandado por las
fuerzas marítimas estadounidenses, con una fuerte presencia en la región.
Hay otros frentes que estarían
prestos a entrar en acción. Es el caso de la ciberseguridad, el ciberespionaje,
la ciberguerra y el ciberterrorismo, que tanto amenazan desde las redes del
internet y herramientas todas para distintos tipos de atentados, como
verbigracia la llamada “guerra hibrida” —todo como parte de la complejidad.
De ese modo la estrategia
geopolítica desde el mundo Occidental con EUA al frente, está claramente
dirigida contra Rusia, pero también China, tanto por la OTAN como por el
Pentágono. Una tiene como escenarios los países del este europeo, otra la
región del Pacífico.
Es claro que Occidente sabe que
Rusia posee el arsenal atómico de la ex Unión Soviética, altamente disuasivo.
Además, que fueron ejército y pueblo soviéticos quienes pusieron límites al
expansionismo fascista de Hitler y puso fin a la Segunda Guerra Mundial.
Mientras tanto, Rusia y China
impulsan mecanismos de cooperación y desarrollo por el mundo —aún dentro de la
globalización, el libre comercio— con mecanismos como BRICS, APEC, OCS, y la
puesta en marcha de la nueva “ruta de la seda y la franja”. En tanto EUA
continúa amenazante con las guerras, de ahí sus elevados presupuestos
militares.
En todo esto la geopolítica tiene
mucho qué decir. No como estrategia de guerra —la alemana de la Segunda Guerra
o la estadounidense de hoy—, sino como método para entender la realidad; tan
pragmática como coyuntural, para una realidad manipulada desde los centros del
poder global. Afortunadamente existe ya la geopolítica crítica, la desarrollada
por la escuela francesa.
Para este espacio, “México Rusia
Hoy” es un pretexto. Porque la guía de este proyecto es, sobre todo, como lo
dicta el eslogan: “La Geopolítica desde América Latina”. O, La Geopolítica Hoy.
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