DÍA UNIVERSAL DE LOS TRABAJADORES. LA PASCUA ROJA DELOS PROLETARIOS
DEL MUNDO. Hoy no
solamente - pereciera - pero es una “cruda
realidad”, que en forma progresiva va desapareciendo del “Calendario del Obrero”,
del Proletario, del Trabajador que “vende” su fuerza de trabajo a cambio de un
salario, que no es el total de lo que equivale su fuerza de trabajo durante la
jornada de las 8 horas. El Capitalista, el empresario, se apodera de
una parte del trabajo, LA PLUSVALIA, -
el trabajo no pagado al obrero - y que se transforma, convierte en la fuente de
riqueza del empresario. Obreros,
Trabajadores SINDICALIZADOS. Los “viejos sindicatos” que aún sobreviven y
vienen desde los tiempos del Capital Industrial.
En cambio en los tiempos - desde finales de los 70 del siglo XX,
cuando irrumpe el nuevo modelo del Capital Financiero Especulativo, el de la globalización neoliberal, el capital de las Bolsas, Bancos,
Aseguradoras, Wall Street, La Caja, - Caxa - y las tres revoluciones que se
presentan en su estructura - Revolución
Tecnológica, Revolución de la Comunicación Electrónica y Comunicación del Transporte
- generó en su sistema el despide de
miles de miles de mano de obra NO
Especializada, No Tecnificada, “realidad sangrante u deshumanizada” que fue
superada, con el ingreso de miles de miles también - en especial de jóvenes, en
mayoría MUJERES - a quienes NO se
les reconocía DERECHO LABORAL alguno- desde su inicio se atentó contra los DERECHOS SOCIALES de los “nuevos
trabajadores”. Recordemos que uno de los principios
del Mensaje Inaugural de la Sra Thachter, Primer Ministro de Inglaterra,
fue precisamente acabar con el PODER SINDICAL, para los neoliberales uno de los “serios
responsables” de la crisis del “Estado de Bienestar”.
Hoy
en el Mundo existen más de 1,500 millones de “Nuevos Trabajadores” de los “Nuevos esclavos asalariados del siglo XXI”, que NO tienen Derechos y menos tienen la
más mínima “idea” de lo que significa - el contenido del Mensaje - de la FIESTA UNIVERSAL DE LOS TRABAJADORES, el 1
de MAYO como el Día de la PASCUA ROJA
DEL PROLETARIADO MUNDIAL. Jóvenes explotados, sin derecho a la Sindicalización, jornada de 8 horas, Estabilidad
Laboral, Negociación Colectiva, Descanso Dominical, Seguridad Social, Derecho
de Jubilación, (derechos que el neoliberalismo y su política de la Flexibilización Social, intentan
sepultar para siempre los Derechos de
los “nuevos esclavos asalariados”. Sin embargo, hoy en cada hogar donde aún este un “viejo obrero
sindicalista” seguirá latiendo su corazón, no solo por tenerlo en el lado izquierdo o porque su sangre
es roja - como decía el legendario
Guerrillero Ernesto Che Guevara - sino porque su historia seguirá “teñida”
de sangre obrera y porque hoy es 1 de mayo es el DIA UNIVERSAL DONDE TODOS LOS EXPLOTADOS DEL
MUNDO, seguirán gritando ante el mundo: PROLETARIOS DEL MUNDO ¡UNIOS!
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EL DÍA Y LA NOCHE DEL
TRABAJADOR.
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Emir Sader.
ALAI.
América Latina en Movimiento.
Lunes 30 de abril del 2018.
Nunca
como ahora, en todo el mundo, tanta gente vive de su trabajo, pero nunca como
ahora, en todo el mundo, tanta gente trabaja sin sus derechos garantizados.
Una sociedad cuya riqueza es resultado de lo que
hacen diariamente los trabajadores, cada vez les reconoce menos, cada vez
garantiza menos sus empleos, sus derechos, sus salarios mínimamente dignos.
Es alrededor de las actividades del trabajo que
vive la mayoría aplastante de la gente en todo el mundo. Entre despertar muy
temprano, gastar algunas horas en un trasporte muy malo, cumplir una larga e
intensa jornada de trabajo, retomar el mismo trasporte de retorno, llegar a la
casa y recomponer las energías para reempezar la misma jornada al día
siguiente, gira la vida de millones y millones de personas en todo el mundo.
Para la gran mayoría, se vive o se sobrevive para
trabajar. No hay tiempo para mucho más. Ni se puede escoger en qué trabajar.
Cuando hay trabajo
Porque lo que más caracteriza hoy al mundo del
trabajo, en cualquier parte del mundo, en mayores o menores proporciones, es el
trabajo informal, el trabajo precario, sin contrato de trabajo, con trabajo
intermitente, como define la nueva y cruel legislación del trabajo en Brasil.
Es decir, trabajo sin garantía de continuidad, sin vacaciones, ni licencia de
salud o maternidad, ni décimo tercero, ni nada de lo que está presente en los
contratos formales de trabajo.
La misma identidad del trabajador se va
debilitando, en la medida en que la mayoría de ellos tienen varias actividades
a la vez, para poder redondear el presupuesto familiar. Varios de ellos cambian
de actividad de un mes a otro, se arreglan como pueden, juntando varias pagas
en el mismo día.
Las organizaciones de los trabajadores, para que
puedan defender sus reivindicaciones, a su vez, también se debilitan, dejando a
los trabajadores cada vez más fragilizados frente a la ofensiva en contra de
sus derechos elementales. En varios países, reformas aprobadas en los Congresos
o en curso, en la práctica cancelan toda base mínima de negociación, dejando
que el desempleo presione a los trabajadores a que acepten cualquier tipo de
trabajo, por la necesidad elemental de sobrevivencia de él y de su familia.
Uno de las imágenes más tristes de nuestras
sociedades es la figura del desempleado, que sale tempranito de su casa,
golpeando de puerta en puerta, en la búsqueda de alguna fuente de
sobrevivencia. Que en gran parte de los casos recibe una respuesta negativa,
esto es, se le dice que ni por el miserable sueldo vital se le puede contratar,
que él no vale ni ese sueldo mínimo miserable. Y tantas veces no dice a sus
familiares que ha perdido su trabajo, que es un desempleado, deambula buscando
trabajo, como si estuviera trabajando, pero llega un momento en que todos se
dan cuenta que falta lo elemental en la casa, que el desempleo ha ingresado
también en ese hogar.
Y el desempleado no tiene ni a quien alegar.
Mientras el derecho a la propiedad está garantizado en las constituciones,
aunque se refiera al derecho de una minoría, el derecho al trabajo no tiene ley
que lo garantice ni alguien a quien reclamar. Como si el derecho al trabajo no
se refiriera a la gran mayoría de la población y el derecho a la propiedad a
una ínfima minoría.
Cuando las fuerzas conservadoras toman la ofensiva,
quien paga el precio más caro es el trabajador. El ve amenazado su empleo, sus
derechos, su salario, su educación, su salud. Este primero de mayo – día del
trabajador y no del trabajo, como algunos insisten en decir – encuentra a la
gran mayoría de los trabajadores del mundo en situación penosa. Perdiendo
derechos y con muchas dificultades para defenderlos.
Sin embargo, la mayoría aplastante de nuestras
sociedades, aunque pueda no identificarse como tal, es trabajador, vive de su
trabajo. Una actividad que diferencia al hombre de los otros animales, porque
solo el hombre trasforma la naturaleza para sobrevivir y, así, se trasforma a
sí mismo. Pero en la sociedad capitalista, el trabajador no es dueño de su
trabajo, lo arrienda para poder sobrevivir, no tiene poder sobre lo que
produce, a qué precio produce, para quien produce, cómo produce y no se
reconoce en los productos de su mismo trabajo. Es un trabajador alienado,
que aliena su capacidad de trabajo y es alienado por el proceso de producción,
que hace con que él sea alienado respecto a lo que el mismo ha producido.
En este año, en particular, la vida del trabajador
es tormentosa. Si tiene empleo, no sabe hasta cuándo podrá tenerlo. Si tiene
empleo, tantas veces no tiene contrato de trabajo firmado. El empleo ha dejado
de ser fuente segura de mantención, de condiciones de vida mínimamente dignas
para él y para su familia.
Un día del trabajador que más se parece a una noche
por la inseguridad, por la ofensiva retrógrada respecto a los derechos básicos
que el trabajador necesita y merece. Que el próximo primero de mayo sea de nuevo un día de fiesta,
de celebración, de conquistas garantizadas, de empleo seguro y de salario
digno.
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- EMIR SADER, sociólogo y científico político
brasileño, es coordinador del Laboratorio de Políticas Públicas de la
Universidad Estadual de Rio de Janeiro (UERJ).
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