“Un impuesto a los grandes patrimonios de
América Latina y el Caribe podría recaudar hasta 14.600 millones de dólares. Que los paquetes de rescate públicos a grandes
empresas tengan condiciones es otra de las medidas propuestas por Oxfam. Que no puedan contar con presencia activa en
paraísos fiscales, que no se paguen bonos a altos ejecutivos ni se repartan
dividendos durante tres años o que se hagan públicos sus datos de actividad
financiera y fiscal para que haya un control parlamentario y social, son
algunos de los condicionantes propuestos para poder acceder a las ayudas
públicas que están repartiendo la gran mayoría de los Estados.
“El impuesto a la economía digital, conocido
también como la Tasa Google o Tasa GAFA, es otra de las propuestas fiscales que plantean.
Denuncian que empresas como Netflix o Amazon han aumentado enormemente sus ingresos durante la pandemia,
pero sus aportaciones fiscales a los países siguen siendo ridícula
comparada a otros sectores, lo que hace más evidente el enorme agujero fiscal
en el que se encuentran este tipo de multinacionales tecnológicas.
"Por ello, desde Oxfam
proponen dos medidas. La primera sería un impuesto a las ventas digitales, adoptando un modelo de gravamen sobre ingresos de
bienes y servicios prestados por vía digital dentro el territorio nacional, por
empresas radicadas en otros países o sin domicilio fiscal. La segunda sería
implementar los mecanismos necesarios para la recaudación automática del IVA a bienes y servicios comercializados por vía digital, por
empresas radicadas en otros países o sin domicilio fiscal”.
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OXFAM PROPONE UN IMPUESTO ESPECIAL A LAS
EMPRESAS QUE HAN GANADO MÁS CON LA CRISIS COMO VISA O AMAZON.
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Por
Yago Álvarez. |17/08/2020 | Economía.
Fuentes:
El Salto.
Rebelión
lunes 17 de agosto del 2020.
El Impuesto a los Beneficios Excesivos ya se
utilizó tras las dos grandes guerras y podría recaudar más de 80.000 millones
de dólares tan solo gravando a 25 empresas.
No todas las empresas pierden dinero durante la
crisis y esta no puede convertirse en la oportunidad de un grupo de empresas
para obtener beneficios extraordinarios. Esta situación absolutamente inusual justifica la creación de un
impuesto a los resultados extraordinarios de grandes corporaciones mientras
dure la pandemia. Esa es la justificación que esgrime Oxfam Intermon para
proponer un impuesto extraordinario a las empresas que salen beneficiadas
durante la crisis del covid-19 en su último informe, titulado ¿Quién paga la cuenta? Gravar la
riqueza para enfrentar la crisis del covid-19 en América Latina y el Caribe.
Ante la caída de ingresos fiscales motivada por la
crisis actual, que Oxfam calcula en un 2% del PIB mundial, se necesitan nuevas figuras tributarias que puedan hacer frente a las
necesidades de financiación para reactivar la economía. Por eso, la ONG
ha publicado una batería de nuevos impuestos que sería de carácter
temporal, progresivo y sin efecto distorsionador sobre el crecimiento y la
actividad económica.
Pfizer, Microsoft o VISA han aumentado sus márgenes
de beneficio durante la pandemia hasta superar el 30%
Sectores como el farmacéutico, el de las grandes
cadenas de distribución y logística, el de las telecomunicaciones o la economía
digitalizada viven periodos de
alto rendimiento, según explica el informe. Con los resultados del primer
trimestre de este año, los márgenes del sector e-commerce, con Amazon a
la cabeza, han aumentado un 22%. Las
tecnológicas, con Microsoft o Facebook, lo han hecho más todavía,
alcanzando un aumento del 36%. El sector donde se posan ahora mismo todos los ojos,
el farmacéutico, ha incrementado sus beneficios en un 8%. Y, por encima
de todos ellos, se posiciona la empresa que se ha beneficiado de que las compras
se hagan online y de la repudia que existe en muchos lugares al dinero en
efectivo: VISA ha aumentado su beneficio en
más de un 50%.
Margen de ganancias durante la pandemia. Extraído
del informe ¿Quién paga la cuenta? de Oxfam.
El impuesto propuesto por Oxfam
no es nuevo. Como ya explicamos en otro artículo, el Impuesto a los Beneficios
Excesivos ya se
utilizó tras las dos grandes guerras mundiales por parte de Estados Unidos,
Reino Unido o España. Para su funcionamiento, los gobiernos marcaban unas
medias de precios y ganancias por sus ventas que consideraban normales, basados
en los datos de beneficios anteriores de la mismas empresas y precios de los
productos antes de la crisis. A los beneficios obtenidos por dichas
empresas que superaban dicho impuesto se les aplicaba un impuesto de
sociedades mayor y progresivo. Así, en 1917, el presidente estadounidense
Woodrow Wilson gravó con un impuesto del 65% a
todas las ganancias que superaban en un 30% dicho umbral establecido como una ganancia normal. Franklin
Roosevelt lo impuso en 1936, fue tumbado durante la recesión de 1937, pero el
presidente lo volvió a implantar en 1940.
Según la actual propuesta de este “impuesto a los
resultados extraordinarios por efecto de la pandemia”, se gravaría con un impuesto adicional del 95%
solamente al tramo de utilidades o resultados enteramente consecuencia de esta
crisis. Los cálculos de Oxfam revelan que se podría recaudar 80.000 millones de dólares tan solo con los resultados
extraordinarios de 25 grandes empresas.
Se podría recaudar 80.000 millones de
dólares tan solo con los resultados extraordinarios de 25 grandes empresas
En concreto, el impuesto consistiría en un recargo
extraordinario y de aplicación temporal
al tipo nominal del Impuesto de Sociedades, aplicado sobre aquella parte
de estos considerados extraordinarios como resultado de la crisis,
descontando un porcentaje de la inversión en I+D. Se aplicaría a todas las
empresas que hayan obtenido un resultado superior a la media de los cuatro años
anteriores.
Ya que se aplicaría solo a esos resultados
extraordinarios, desde Oxfam argumentan que no afectaría a las empresas que se encuentran en dificultades
por culpa de esta crisis y no penalizaría la actividad empresarial ni el
crecimiento. Sería temporal, solo se aplicaría mientras dure la recuperación
económica y se le podría aplicar niveles progresivos al impuesto en función
de los niveles de rentabilidad. Pero, pide la ONG, debería aplicarse de
manera inmediata para evitar que las grandes empresas puedan manipular sus
cuentas y eludir el impuesto.
IMPUESTO A LAS GRANDES FORTUNAS Y LA
ECONOMÍA DIGITAL
Además, el informe también propone un impuesto
extraordinario a las grandes fortunas
para el caso concreto de América Latina y el Caribe, en los que solo Argentina,
Colombia y Uruguay tienen algún impuesto de este tipo. En concreto, la
propuesta sería aplicar un impuesto a todos los patrimonios superiores a un
millón de dólares, con una exención de primera vivienda de hasta 300.000
dólares. Se gravaría con un 2% a los
patrimonios netos entre ese mínimo y los 50
millones de dólares, del 3% los que se
encuentren entre 50 y 100 millones y de un 3,5% a los que superen la centena.
Si se aplicara en todos los países de la zona propuesta, se podría recaudar
hasta 14.600 millones de dólares, según los cálculos del informe.
Un impuesto a los grandes patrimonios de América
Latina y el Caribe podría recaudar hasta 14.600 millones de dólares
Que los paquetes de rescate públicos a grandes
empresas tengan condiciones es otra de las medidas propuestas por Oxfam. Que no puedan contar con presencia activa en
paraísos fiscales, que no se paguen bonos a altos ejecutivos ni se repartan
dividendos durante tres años o que se hagan públicos sus datos de actividad
financiera y fiscal para que haya un control parlamentario y social, son
algunos de los condicionantes propuestos para poder acceder a las ayudas
públicas que están repartiendo la gran mayoría de los Estados.
El impuesto a la economía digital, conocido también
como la Tasa Google o Tasa GAFA, es otra de las propuestas fiscales que plantean.
Denuncian que empresas como Netflix o Amazon han aumentado enormemente
sus ingresos durante la pandemia, pero sus aportaciones fiscales a los
países siguen siendo ridícula comparada a otros sectores, lo que hace más
evidente el enorme agujero fiscal en el que se encuentran este tipo de
multinacionales tecnológicas.
Por ello, desde Oxfam
proponen dos medidas. La primera sería un impuesto a las ventas digitales, adoptando un modelo de gravamen sobre ingresos de
bienes y servicios prestados por vía digital dentro el territorio nacional, por
empresas radicadas en otros países o sin domicilio fiscal. La segunda sería
implementar los mecanismos necesarios para la recaudación automática del IVA a bienes y servicios comercializados por vía digital, por
empresas radicadas en otros países o sin domicilio fiscal.
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