Poco después de que Xi
Jinping asumiera la presidencia – en marzo de 2013 – su gobierno lanzó una
campaña para promover «la innovación masiva» utilizando capital de
riesgo respaldado por el estado. Fue entonces cuando a Tencent desarrolló
la aplicación WeChat, una plataforma multipropósito para socializar,
jugar, pagar facturas, reservar boletos de tren, etc. A finales de la década, Baidu
se había diversificado en el campo de la inteligencia artificial, al tiempo que
expandía sus múltiples servicios y productos relacionados con Internet. Como es
el motor de búsqueda elegido por el 90% de los chinos (más de 700 millones
de personas) la compañía se convirtió en el quinto sitio web más visitado en el
ciberespacio, sus usuarios móviles superaron los 1.100 millones.
"El gigante del comercio
electrónico Alibaba, empezó a participar en
la Bolsa de Valores de Nueva York en septiembre de 2014, recaudando un
récord de 25.000 millones de dólares con su oferta pública inicial. Xiaomi Corporation lanzó su primer teléfono inteligente en agosto de 2011. Para 2014, se había adelantado a sus rivales en
el mercado nacional y había desarrollado sus propios chips para teléfonos
móviles. En 2019, vendió 125 millones de teléfonos móviles, ocupando el
cuarto lugar a nivel mundial. En 1999 se fundó Alibaba una de las empresas tecnológicas más valiosas del
mundo. A mediados de 2019, China tenía 206 nuevas empresas privadas
valoradas en más de mil millones de dólares, superando nuevamente a los
EEUU. El año recién pasado
China lideró los pagos con móviles desplazando a los Estados Unidos a
un sexto lugar. Estas transacciones en China ascendieron a 80,5
billones de dólares. El total proyectado para pagos con móviles es de $
111.1 billones. Las cifras para los Estados
Unidos son unos insignificantes $ 130 mil millones
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TRUMP ESTA PERDIENDO LA GUERRA TECNOLÓGICA
CON CHINA Y NI SIQUIERA LO SABE.
*****
Por Dilip Hiro, periodista indio, especialista en
alta tecnología-
El Aug 22. 2020.
Cuba y Economía sábado 22 de agosto del 2020. Por
Obsadmin.
Los altos funcionarios
de la administración Trump han abierto, sin complejos, la temporada de caza
contra las empresas chinas. El ejemplo más grotesco es la risible acusación
sobre «el virus chino» mientras la Covid- 19 se propaga salvajemente por
todo el territorio estadounidenses ante la total impotencia de la supuesta
primera potencia mundial.
Entre finales de junio y
finales de julio, los miembros del gabinete de Trump compitieron en una
retórica anti-china. Esta racha de ataques comenzó cuando el director
del FBI, Christopher Wray, describió al presidente chino Xi Jinping
como el sucesor de Joseph Stalin.
Por su parte el
secretario de Estado Mike Pompeo, llamó a los aliados de Estados Unidos
para que tomaran nota de la ideología marxista-leninista «en bancarrota» del
líder de China y el deseo de «hegemonía global» que la acompaña. (Olvídese qué país de este planeta
realmente reclama la hegemonía global como su derecho).
Periodista indio Dilip Hiro, autor del presente Artículo sobre China y Estados.
***
Al mismo tiempo, el
Pentágono desplegó sus portaaviones de forma cada vez más amenazante
en el Mar de China Meridional. La pregunta, entonces, es: ¿Qué se
esconde detrás del hostigamiento a China por parte de Trump?
Una respuesta más probable es la contundente
declaración del presidente a Fox News: “No me
gusta perder, no soy un perdedor».
Pero la realidad es
definitivamente otra. Con Donald Trump, los Estados Unidos está perdiendo
frente a China en dos esferas importantes. Según Wray, director
del FBI,
«En términos económicos
y técnicos China ya es un gran competidor de los Estados Unidos en un mundo globalizado
que ha cambiado radicalmente «. En otras palabras, China asciende y Estados
Unidos baja.
Los hechos hablan por sí
mismos. China salió casi indemne por la recesión
mundial de 2008-2009 y desplazó a Japón como la segunda economía
más grande del mundo en agosto de 2010.
En 2012, con $ 3,87
billones –
en importaciones y exportaciones – superó el total del comercio de los Estados Unidos de $ 3,82
billones, desplazándolo de una posición que mantuvo durante 60 años – como la primera nación comercial del mundo.
A fines de 2014, el producto interno
bruto de China, medido por la paridad del poder adquisitivo, era de 17,6
billones de dólares, superando ligeramente los 17,4 billones de dólares
de Estados Unidos, que había sido la economía interna más grande del
mundo desde 1872.
En mayo de 2015, el
gobierno chino lanzó un plan “Made in China 2025” destinado a desarrollar rápidamente 10 industrias
de alta tecnología, incluidos automóviles eléctricos, tecnología
de la información de próxima generación, telecomunicaciones, robótica
avanzada, inteligencia artificial, tecnología agrícola, la ingeniería
aeroespacial, nuevos materiales sintéticos biomedicina e infraestructura
ferroviaria de alta velocidad.
Made in China
2025 tiene como objetivo
lograr una autosuficiencia de más del 70 % en las industrias de alta
tecnología y lograr una posición dominante en esos mercados globales
para 2049 – un siglo después de la fundación de la República Popular
China.
Empresa china comenzó a producir masivamente sus propios DRAMs.
***
La fabricación
de chips de mayor valor.
En 2017, la Asociación
de la Industria de Semiconductores de Estados Unidos advirtió:
«si bien Estados Unidos
lidera el mundo con casi la mitad de la participación del mercado global, China
es la principal amenaza debido a las enormes inversiones estatales en
fabricación e investigación científica».
Para entonces, Estados
Unidos ya se había quedado atrás de China en investigación
científica y tecnológica. Un estudio realizado por la Universidad de
Nanjing y la Universidad de Harvard comunicó que entre 2000 y
2016, la participación de China en publicaciones mundiales en
ciencias físicas, ingeniería y matemáticas se cuadruplicó,
superando en casi todos los rubros a EEUU.
En 2019, cuando se compilaron
las patentes Estados Unidos volvió a quedar rezagado. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, China
presentó solicitudes para 58.990 patentes y Estados Unidos para 57.840.
Además, por tercer año consecutivo, la corporación china de alta
tecnología Huawei Technologies Company,
con 4.144 patentes, se colocaba muy por delante de Qualcomm, de Estados
Unidos (2.127 patentes).
Entre las instituciones educativas, la Universidad de
Tsinghua ocupó el segundo lugar en I + D. De las cinco
mejores universidades del mundo, tres eran chinas.
La carrera en
la electrónica de consumo
Para 2019, los líderes en
tecnología de consumo en Estados Unidos incluían a Google, Apple,
Amazon y Microsoft. En China, los líderes fueron Alibaba,
Tencent, Xiaomi y Baidu.
Entre las empresas
estadounidenses, Microsoft se fundó en 1975, Apple en 1976,
Amazon en 1994 y Google en septiembre de 1998. El primer
gigante tecnológico chino, Tencent, se fundó dos meses
después de Google, fue seguido por Alibaba en 1999, Baidu
en 2000 y Xiaomi, en 2010.
En 1996, China estableció una zona de
desarrollo industrial de alta tecnología en Shenzhen, al lado de Hong
Kong, la primera de una serie de varias zonas económicas.
A partir de 2002, llegaron corporaciones
multinacionales occidentales deseosas de aprovechar estas zonas libres
de impuestos y con trabajadores calificados con salarios relativamente
bajos para el estándar estadounidense. En 2008, estas empresas
extranjeras representaron el 85% de las exportaciones de alta
tecnología de China.
Preocupado por un
informe de 2005 – que encontró serias fallas en el sistema de innovación del país- el gobierno
chino definió una nueva política para megaproyectos en nanotecnología,
microchips de alta gama, aeronaves, biotecnología y nuevos medicamentos.
El nuevo programa
gubernamental desarrolló una estrategia de abajo hacia arriba involucrando a pequeñas
empresas emergentes, capital de riesgo y cooperación entre la
industria y las universidades.
En enero de 2000, menos
del 2% de
los chinos utilizaba Internet. Para
atender ese mercado se creó Baidu, el gran motor de búsqueda chino. En 2009,
en su competencia con Google, Baidu obtuvo el doble de participación de
mercado que su rival estadounidense.
A raíz de la crisis
financiera mundial de 2008-2009, un número significativo de ingenieros y
empresarios chinos regresaron de Silicon Valley para desempeñar un papel
importante en la creación de empresas de alta tecnología en un vasto
mercado chino cada vez más separado de las corporaciones estadounidenses y
occidentales.
Los gigantes
chinos
Poco después de que Xi
Jinping asumiera la presidencia – en marzo de 2013 – su gobierno lanzó una
campaña para promover «la innovación masiva» utilizando capital de
riesgo respaldado por el estado. Fue entonces cuando a Tencent desarrolló
la aplicación WeChat, una plataforma multipropósito para socializar,
jugar, pagar facturas, reservar boletos de tren, etc.
A finales de la década, Baidu
se había diversificado en el campo de la inteligencia artificial, al tiempo que
expandía sus múltiples servicios y productos relacionados con Internet. Como es
el motor de búsqueda elegido por el 90% de los chinos (más de 700 millones
de personas) la compañía se convirtió en el quinto sitio web más visitado en el
ciberespacio, sus usuarios móviles superaron los 1.100 millones.
El gigante del comercio
electrónico Alibaba, empezó a participar en
la Bolsa de Valores de Nueva York en septiembre de 2014, recaudando un
récord de 25.000 millones de dólares con su oferta pública inicial.
Xiaomi Corporation lanzó su primer teléfono inteligente en agosto de 2011. Para 2014, se había adelantado a sus rivales en
el mercado nacional y había desarrollado sus propios chips para teléfonos
móviles. En 2019, vendió 125 millones de teléfonos móviles, ocupando el
cuarto lugar a nivel mundial.
En 1999 se fundó Alibaba una de las empresas tecnológicas más valiosas del
mundo. A mediados de 2019, China tenía 206 nuevas empresas privadas
valoradas en más de mil millones de dólares, superando nuevamente a los
EEUU.
El año recién pasado
China lideró los pagos con móviles desplazando a los Estados Unidos a
un sexto lugar. Estas transacciones en China ascendieron a 80,5
billones de dólares. El total proyectado para pagos con móviles es de $
111.1 billones. Las cifras para los Estados Unidos son unos insignificantes
$ 130 mil millones
En agosto de 2012, la
empresa Byte Dance, abrió nuevos caminos en la agregación de noticias para sus usuarios. Su
producto, Toutiao rastreó el comportamiento de los usuarios en miles de
sitios para formarse una opinión de lo que más les interesa, para luego
recomendar historias. Para 2016, tenía 78 millones de usuarios, el 90% de ellos
menores de 30 años.
En septiembre de 2016,
Byte Dance
lanzó una aplicación de videos cortos llamada Douyin que ganó 100 millones
de usuarios en un año. Pronto entraría en algunos mercados asiáticos con el
nombre de Tik Tok. En noviembre de 2017, por mil millones de dólares, Byte
Dance compró Musical. ly, una aplicación de red social china para
creación de videos, mensajería y transmisión en vivo.
Byte Dance se fusionó
con Tik Tok en agosto de 2018 para dar a la compañía tener presencia en los EEUU
Luego gastó casi $ 1 mil millones para promover Tik Tok, una
aplicación para compartir videos, bailes, comedias y otros talentos. Ha
sido descargado por 165 millones de estadounidenses. La locura de la Generación Z, en abril de 2020 superó los dos mil millones de
descargas a nivel mundial, eclipsando a los gigantes tecnológicos de EEUU.
Todo esto ha llevado a
Trump
(“no me gusta perder”) y a firmar órdenes ejecutivas para prohibir Tik Tok y
WeChat (a menos que se vendan a un gigante tecnológico estadounidense).
Huawei con
alto octanaje
El gran ganador chino en
electrónica y telecomunicaciones ha sido Huawei
Technologies Company, la primera multinacional global del país. Su
éxito se ha convertido en un punto de inflexión en la batalla geopolítica entre
Beijing y Washington.
Huawei (en chino,
significa «logro espléndido») fabrica teléfonos y routers en todo
el mundo. Fundada en 1987 opera en 170 países. En 2019, su
facturación anual fue de $ 122.5 mil millones. En 2012, muEricsson
Telephone Corporation de Suecia superó a su rival más cercano, la (con 136
años de existencia) convirtiéndose en el mayor proveedor mundial de equipos de
telecomunicaciones con un 28% de participación del mercado mundial. En 2019,
se adelantó a Apple y ahora es el segundo mayor fabricante de
teléfonos, después de Samsung.
Varios factores han
contribuido al estratosférico ascenso de Huawei: las políticas estatales sobre la industria de
alta tecnología, su modelo de negocio, la propiedad colectiva de la empresa
por parte de sus trabajadores y el modo de toma de decisiones de su
fundador Ren Zhengfei.
Ren Zhengfei fue a la
Universidad de Chongqing, después de titulado trabajo en el Instituto de Investigación
Militar y aunque se desvinculó del Ejército en 1983 se dice que mantiene el
lema de las fuerzas armadas, “luchar para
sobrevivir”.
Huawei se especializó en investigación
y desarrollo. En una primera etapa la empresa recibió pequeños pedidos de
las fuerzas armadas y más tarde subvenciones del estado para desarrollar teléfonos
GSM y otros productos electrónicos.
En ausencia de presión
para aumentar las ganancias a corto plazo la empresa Huawei le ha dado
máxima prioridad al cliente Su equipo de gestión ha invertido entre 15 y 20
mil millones de dólares anuales en investigación y desarrollo. Esto explica
por qué Huawei encabeza con casi 7 millones teléfonos vendidos
(en 2019) el 39 por ciento del mercado mundial
Recientemente Huawei
lanzó antes que sus competidores los teléfonos quinta generación. Los teléfonos
5G de Huawei van cien veces más rápido que sus
predecesores 4G, alcanzando un máximo de 10 gigabits por segundo.
Con esta velocidad las próximas redes 5G que fabrica Huawei se podrán
conectar una gran variedad de dispositivos (desde automóviles, lavadoras hasta
elementos para telemedicina)
El éxito de Huawei ha alarmado tanto a la
administración Trump que la Casa Blanca ha creado un creciente
conflicto con China. El mes pasado, el secretario de Estado describió a Huawei
como «un brazo del estado de vigilancia del
Partido Comunista Chino”.
En mayo de 2019, el
Departamento de Comercio prohibió a las empresas estadounidenses
suministrar componentes a Huawei. Un año después, prohibió a Huawei
comprar microchips de empresas estadounidenses o utilizar software diseñado
por Estados Unidos. También el gobierno ha lanzado una campaña global
contra la instalación de los sistemas 5G de Huawei en sus naciones
aliadas. (con poco éxito por el momento).
Huawei se ha opuesto a
las medidas de Washington, que hasta ahora no han logrado frenar el avance comercial de la
empresa. Sus ingresos para el primer semestre de 2020, aumentaron un 13,1%
con respecto al año anterior.
Con el aumento de los
aranceles a los productos chinos y la reciente prohibición de Tik Tok el
presidente Trump ha expresado su progresiva frustración por los avances de la tecnología
china.
Sin embargo, todo indica
que los ataques contra el inexorable crecimiento del poder chino en el
escenario global no tienen futuro. Lo sepa o no Trump, el siglo
estadounidense ya ha terminado, cualquier cosa que haga no mejorará
la posición de Estados Unidos en los próximos años.
Una futura administración en Washington debería dejar de insultar y prohibir el despliegue de las empresas tecnológicas chinas. En vez de envidiar su éxito habría que emular el ejemplo chino implementando una estrategia con una planificación a largo plazo. Pero en esta disputa hay un enfoque crucial que está muy claro: la idea misma de la planificación no es un concepto que esté disponible para el «genio» de la Casa Blanca.
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