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LAS PERUANAS QUE
FORJARON LA REVOLUCIÓN E INSTAURARON LA REPÚBLICA.
Por Graciela Tiburcio Loayza. Publicado en Wayka Agosto 2021.
Libertadoras
invisibles
A pesar de que las identidades de estas mujeres no han sido recogidas en
los archivos históricos, algunas han sido rescatadas
por iniciativas de historiadoras como Estefany
Ramos que integra el grupo Jornada de Estudios de Género y las Mujeres en la
Historia del Perú o investigaciones como las de Claudia Nuñez que
resaltan el aporte de las peruanas en el camino a la independencia. Así, se ha logrado reconocer a mujeres como
Ventura Ccalamanqui, luchadora ayacuchana
que reunió a cientos de mujeres
trabajadoras que protagonizaron un levantamiento popular el 31 de agosto de
1814 y permitió el paso del ejército insurgente de Manuel Hurtado de Mendoza para
enfrentarse a la monarquía española en el Cuartel de Santa Catalina. Mientras que otras han sido reconocidas en
conmemoración del Bicentenario.
Como Micaela
Bastidas quien nació en Tamburco, Apurímac, y lideró la sublevación indígena de
1780. Su
papel fue trascendental para las revueltas
contra el Virreinato. Ella fundó un centro de operaciones de la rebelión en su casa de Tungasuca. Desde
allí, asumió las coordinaciones y comunicaciones
entre los caciques y líderes indígenas, desplegó campañas a favor de la
rebelión y se encargó de reclutar a más personas para que se unan a la
batalla. Junto
a ella, su aliada, Tomasa Tito Condemayta, también cumplió un rol vital en el
diseño de estrategias para la
movilización de las tropas. Claudia
Nuñez cuenta que las acciones emprendidas por Micaela Bastidas y Tomasa Tito Condemayta evidencian la existencia
de una red de mujeres organizadas que
también estuvieron activamente involucradas en la revolución
indígena. Tomasa
organizó un notable batallón de mujeres
armadas con hondas, huaracas y palos que lograron impedir el avance de las tropas realistas en
Cusco. “Micaela y Tomasa eran una dupla político-militar. La
relación de ambas no ha sido muy explorada,
pero hay evidencia de que eran muy cercanas. Micaela fue sentenciada a ver morir a sus seres queridos y tuvo que presenciar la decapitación de Tomasa, su
aliada”, narró
Nuñez a Wayka Fuente Graciela Tiburcio Loaiza. Wayka. Agosto 2021. En la
semana publicamos el Artículo complete.
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MARÍA
PARADO DE BELLIDO MUJER DEL BICENTENARIO EN EL EJÉRCITO PERUANO
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Dra. Jessica García Apaza.
Arequipa. Universidad Nacional San Agustín.
La
conmemoración del Bicentenario de nuestra Independencia será el corolario de la
libertad que gozamos los peruanos desde hace casi 200 años. Es el privilegio de
nuestra generación de celebrar dicho acontecimiento, pero también, es deber
cívico recordar que esta libertad la obtuvieron mujeres y hombres que lucharon
y ofrendaron su vida por la causa libertadora del Perú.
A
lo largo de nuestra historia republicana, se han reconocido sucesos y actos
heroicos que acontecieron durante el proceso de la emancipación peruana, y
sobre todo, se ha valorado la participación de la mujer peruana. En ese
sentido, el Congreso de la República del Perú ha contribuido en enaltecer la
figura de la mujer peruana enmarcándolas en sendas leyes que rinden homenaje a
su sacrificio en aras de la liberación de su pueblo del yugo colonial.
En el año de 1963, a doña María Parado de Bellido, heroína y
mártir de la Independencia de nuestra Patria, se le rinde homenaje con el
levantamiento de un monumento en la plaza del pueblo de Paras, lugar de su
nacimiento, declarando, además, como monumento nacional la casa de su
nacimiento. La propuesta legislativa fue promulgada con la Ley N° 16400 del
mismo año.
Dentro del marco de celebraciones del Bicentenario se realizó
un reconocimiento a María Parado de Bellido, madre ayacuchana que durante la
guerra de nuestra independencia uno de los hijos, Tomás Bellido, fue hecho
prisionero y fusilado por los realistas ya acantonados en Cangallo. Este hecho
motivó que María Parado de Bellido se integrara al movimiento patriota y
colaborara con su esposo en las tareas de espionaje; colabora con la guerrilla
desarrollada en la sierra central liderada por el general Álvarez de Arenales,
que obedecía a la estrategia del general José de San
Martin encaminada a desgastar al ejército realista. Mariano Bellido y sus
hijos actuaron como correos del ejército patriota en la región de Huamanga, y
su misión principal consistió en dar cuenta de los movimientos de las tropas
realistas, se encargaba de trasladar la información al
cuartel del guerrillero patriota Cayetano Quiroz. Gracias a ello, los patriotas
fueron avisados a tiempo de la planeada incursión del ejército realista al
pueblo de Quilcamachay el 29 de marzo de 1822, y la localidad pudo ser evacuada
a tiempo; sin embargo, el ejército opresor y su general conoció de las
actividades que realizaba María Parado, ya que una de las cartas que
interceptaron llevaba su firma. Las tropas españolas rodearon la vivienda en
que María Parado se hallaba en compañía de sus hijas y la capturaron.
Durante
su captura María Parado se negó a contestar las preguntas encaminadas a
desarticular la red de información, desechó las ofertas de recompensa y tampoco
se amilano ante las amenazas si no colaboraba, finalmente fue fusilada el 1 de
mayo de 1822 paseada por los alrededores de la plaza de armas de Huamanga por
el delito de traición. Cuando la independencia fue consolidada fue declarada
mártir de la independencia.
María Parado de Bellido, cuya inmolación y sacrificio
representan el mensaje permanente y eterno de la mujer peruana en su lucha por
la libertad, por el destino y por la dignidad de la humanidad. Fue reconocida y
recordada dentro las mujeres del bicentenario de la independencia del Perú. La Compañía
Femenina del Ejército Peruano, denominado "María Parado de Bellido",
rindió un justo homenaje, a nuestra heroína, María Andrea Parado Jayo de
Bellido, tras ser reconocida como Mujer del Bicentenario.
Es desde el año 1997, cuando se admitió por primera vez el
ingreso de mujeres a las Fuerzas
Armadas como oficiales y suboficiales luego
de un largo proceso, poco a poco la mujer ha venido ocupando, cada vez más,
espacios de la actividad de la defensa nacional que eran exclusivos de los
varones.
Aquí
desde la perspectiva de Género y desarrollo, concentrándonos en el tema de
género, se hace hincapié en la construcción social de roles y las relaciones de
género.[1]
Las personas que actúa de la misma forma a lo largo de un prolongado período
tiende a desarrollar hábitos distintivos y persistentes de pensamiento. Su
excepcional relación con el mundo les da una perspectiva única y los lleva a
racionalizar su comportamiento en la relación entre el hombre la mujer y esa
relación se da en la sumisión del poder, actualmente el poder lo asume el
varón. En la mentalidad militar, en este sentido, consiste en los valores,
actitudes y perspectivas que son naturales al desempeño de la función militar
profesional y que son deducibles de la naturaleza de dicha función
Aparentemente se percibe un avance, sin
embargó existen posiciones
como la de Cervera Rodón en su artículo La violencia contra las
mujeres como “arma de guerra”
aclara que para la teoría
Feminista el machismo está íntimamente unido con el militarismo¨[2] manifiestan que en la cultura militar existen
numerosas apelaciones a lo sexual como forma de dominación, desde comparaciones
del pene con el fusil, entendido como arma de ataque y control, hasta
vinculaciones entre la defensa de la pureza e integridad sexual de la novia o
la madre y de la Patria (y por lo tanto, atacar la patria enemiga es atacar la
pureza e integridad de las mujeres del enemigo) situaciones como esas ha
servido para justificar el trato a las mujeres en los conflictos armados de
todas las épocas.
Las
Instituciones Militares donde siempre la
presencia de las mujeres es
imperceptible, en el Perú se están emitiendo e implementando un Plan de Acción
“Mujeres, Paz y Seguridad”, un compromiso que busca generar igualdad de
oportunidades en las Fuerzas Armadas cuyos objetivos son los de fomentar el
empoderamiento y participación de las mujeres en las Fuerzas Armadas, potenciar
la participación de mujeres en las misiones de paz, sensibilizar sobre la
importancia de la construcción de la mujer en la defensa nacional e identificar
las necesidades que permitan incorporar a la mujer en la defensa nacional.
Sin
embargo desde el feminismo posmoderno
que tiene dos vertientes; por un lado,
el feminismo posmoderno (no esencialista) que busca la deconstrucción de la
autoridad y la idea de hombre soberano, donde la identidad no se comprende ni
existe sino en función del otro y, por el otro lado, el posmodernismo feminista
(esencialista), que se centra en el estudio de las fuerzas y limitaciones de
una identidad heredada, de forma tal de poder dotar a la mujer con las mismas
capacidades que el hombre.[3]
Desde
los años 80, amplias campañas del feminismo pacifista y antimilitarista (DOAN,
Mujeres en pie de paz, Mujeres del MOC, Eix Violeta) se opusieron a la
incorporación de las mujeres a los ejércitos por el comportamiento sexista
militar, manifiestan que lo que se intentaba y se intenta con la incorporación
de las mujeres a los ejércitos no es feminizar el militarismo sino militarizar a
las mujeres; finalmente concluye que las mujeres se han incorporado en los
ejércitos, como en la sociedad, y han tenido algún pequeño poder (salvo algunas
excepciones), a costa de mantener las mismas estructuras patriarcales y
autoritarias de los militares. [4]
Pasaron
años y durante este tiempo la mujer peruana ha jugado un rol importante en la
lucha por nuestra independencia y la equidad de género en las instituciones militares a un está en
proceso, resalta a qui la teoría Feminista que plantea “El feminismo no aboga por la
igualdad con los hombres, y menos con los hombres militarizados, aboga por que
todos los derechos humanos puedan ser ejercidos por todas y todos para cambiar
este mundo para todas y todos, no para reforzar la brutalidad de este sistema
que nos explota y oprime. El Ejército Peruano es una institución cuya
dirección se caracteriza por el poder abrumador de los hombres, frente a los
nuevos desafíos que trae el proceso de globalización tomando en cuenta lo
que plantea la equidad de género nos preguntamos si la vida militar
permite brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades,
condiciones, y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de
cada uno o cada una de ellos o ellas que
permitan y garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos y
ciudadanas? Quizás podríamos responder
que las fuerzas militares hoy en día
está implementando estrategias para
promover la equidad de oportunidades en el servicio a nuestro país, así como
encontrar las condiciones para una plena realización profesional, personal y
familiar dentro de las Fuerzas Armadas.
En la
ceremonia de reconocimiento a María Parado de Bellido como mujer del
bicentenario en declaraciones La ministra Nuria Esparch destacó que en el
Ministerio de Defensa se estableció un Comité para la Igualdad de Género, un
protocolo para sancionar el acoso sexual en el sector Defensa, así como
disposiciones para el reingreso de las cadetes embarazadas.
Del mismo
modo dentro del marco del
bicentenario también se efectuó el reconocimiento a mujeres oficiales de
mayor rango de la fuerzas armadas del
Perú; siendo dos en grado de coronel y una capitán de navío, la
vida de tres mujeres que han sabido salir adelante en un espacio hasta hace
poco exclusivo para varones. La coronel de la Fuerza
Aérea Nancy
Mejía , la capitán
de navío de la Marina
de Guerra Bertha
Reaño , la coronel
del Ejército Lourdes Barriga son
actualmente las mujeres de mayor rango
en las fuerzas armadas del peru. De alrededor de Alrededor de 10,000 mujeres integran las Fuerzas
Armadas, entre
oficiales, suboficiales, cadetes, alumnas y personal de tropa. En el grado más
alto, hay cinco coroneles en el Ejército; cuatro capitanes de navío en la
Marina de Guerra y tres coroneles en la Fuerza Aérea. (Fuente: andina.pe)
Captura TV
Que si bien es cierto los lineamientos de políticas que el
estado promueve en las instituciones Militares pretende resaltar la presencia
de la mujer en las fuerzas armadas que siempre fue de dominio de los varones;
sin embargo en la sociedad actual donde el pensamiento machista es
predominante, cuestiona y limita la participación de las mujeres en las fuerzas
armadas y esto se da porque la distinción entre cuál
característica de cada sexo es necesaria para el quehacer militar ya no es tan
clara; es más, comienza a ser más y más debatida
científicamente (por ejemplo, en relación a la capacidad física). Y, en segundo
lugar, porque son los mismos roles de género los que están en cuestión. Y esto
va más halla y no solamente se trata ya de si se debe o no incorporar mujeres
al corazón de los Ejércitos, o al cuerpo de oficiales profesionales, sino
también de las misiones que el militar debe cumplir, y por ende de qué es lo
que la sociedad espera, cuál es la imagen que la sociedad quiere ver al pensar
en un militar. Siendo así nos
preguntamos ¿La presencia de las mujeres en las filas de la instituciones
militares sean solo fotografías mostrando que las mujeres están, que combaten,
y que llegan alto en la jerarquía militar solo fortalecer la imagen de la
institucionalidad inclusiva de las fuerzas armadas donde se perciben que los
roles de género actuales en la sociedad indican que las mujeres son parte
activa de las fuerzas armadas y que debe responderse a los intereses de ellos?
Por
ello se plantea que la perspectiva transversal de género sea entonces, aquella
que atraviesa todos los aspectos de la institución militar en base a
planteamiento de estas cuestione: qué necesitamos en la institución, y qué
necesita la sociedad. Por consiguiente,
estamos frente a una reconstrucción de una nueva sociedad.
*****
BIBLIOGRAFÍA
https://www.congreso.gob.pe/mujeresheroicas/
Ruiza,
M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Bibliografía de María Parado de
Bellido. En Biografías
y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea.
Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/parado.htm el 17
de julio de 2021.
*****
[1] Teoría 3. Género y desarrollo GED (Gender and development
GAD)
Formalizando
conceptos académicos y corrientes de pensamiento en el tema, surge la
perspectiva de GED concentrándose en el tema de género antes que en el de las
mujeres, haciendo hincapié en la construcción social de roles y las relaciones
de género (proceso mediante el cual se categoriza biológicamente a un macho o a
una hembra y socialmente se le adjudican atributos culturalmente establecidos
dentro de las definiciones de masculinidad y feminidad). Se asienta aquí la
posibilidad de transformar roles de género. Esta aproximación también permite
examinar la división sexual del trabajo en sociedades específicas. Denotar
aspectos invisibles del trabajo productivo y reproductivo de la mujer, y otros
aspectos de la desigualdad de género. Contempla el tema del poder y su relación
con el género y estrategias para empoderar a las mujeres (Parpat, 1996).
[2]
Pero antes nos queremos detener en las ideas que se propagan en los ejércitos,
tanto los regulares como los “humanitarios”, para formar, ejercer y minimizar
la violencia contra las mujeres. Nos parece imprescindible conocer esos
mecanismos para denunciarlos, para buscar apoyos en toda la sociedad, para
acabar con los ejércitos. Si algo va íntimamente unido con el machismo es el
militarismo. Esto se refleja en todos los ejércitos, paraejércitos y fuerzas de
policía. En la cultura militar (como explicita con numerosísimos ejemplos el
excelente informe del Colectivo Gasteizkoak/2) existen numerosas apelaciones a
lo sexual como forma de dominación, desde comparaciones del pene con el fusil,
entendido como arma de ataque y control, hasta vinculaciones entre la defensa
de la pureza e integridad sexual de la novia o la madre y de la Patria (y por
lo tanto, atacar la patria enemiga es atacar la pureza e integridad de las
mujeres del enemigo)/3, que ha servido para justificar el trato a las mujeres
en los conflictos armados de todas las épocas. Aspecto particularmente claro en
el caso de los Balcanes y de Ruanda, que ha podido ser más documentado,
visibilizado y denunciado por las redes de mujeres feministas antimilitaristas
y que conocemos en todo el planeta.
[3]
. Feminismo posmoderno. Este enfoque se refiere a la condición de género,
centrado en la identidad de la mujer y su relación con el conocimiento. Se
cuestiona la validez de la ciencia moderna, “el posmodernismo se aleja de todo
intento de una teoría integrada y se muestra escéptico respecto a las nociones
de racionalidad y verdad” (Sodupe, 2003:206). Produce un cuestionamiento del
proyecto de la Ilustración junto con sus valores, sus categorías y su
interpretación de la historia. No cree en los procesos emancipadores
universales (mujeres, obreros). La identidad, según esta corriente de
pensamiento, gira en torno a la dicotomía poder-saber (Sylvester, p. 16). El
posmodernismo en relaciones internacionales en su versión feminista tiene dos
vertientes; por un lado, el feminismo posmoderno (no esencialista) que busca la
deconstrucción de la autoridad y la idea de hombre soberano, donde la identidad
no se comprende ni existe sino en función del otro y, por el otro lado, el
posmodernismo feminista (esencialista), que se centra en el estudio de las
fuerzas y limitaciones de una identidad heredada, de forma tal de poder dotar a
la mujer con las mismas capacidades que el hombre (pp. 11-17).
[4]
En los años 80, amplias campañas del feminismo pacifista y antimilitarista
(DOAN, Mujeres en pie de paz, Mujeres del MOC, Eix Violeta) nos opusimos a la
incorporación de las mujeres a los ejércitos; no porque las mujeres fuéramos
más pacíficas y nuestro lugar fuera el hogar, sino precisamente por no 50
VIENTO SUR Número 121/Marzo 2012 2/ Colectivo Gasteizkoak.(2008) Los ejércitos
humanitarios y la violencia sexista militar. Gasteiz: Zapateneo, Colección
paperezko ZAPladak 3/ Estos días hemos visto cómo en Valencia, la policia se
refería a “los enemigos” para expresar su ataque a los estudiantes. reforzar a
una institución machista que sostenía todos los sistemas patriarcales. Además
teníamos ya noticias de las agresiones y violencia cometidas contra las mujeres
en los ejércitos en los que ya estaban incorporadas. De aquel amplio debate nos
queda la relación con los grupos antimilitaristas, de defensa de las agresiones
a los soldados, de las campañas internacionales de apoyo a desertores, a
objetores e insumisos que han jugado un papel muy importante en la denuncia de
la institución más machista de la sociedad, que nos ha permitido denunciar la
violencia también contra los homosexuales, o los grupos o personas menos
dispuestos a ser “soldados viriles, perfectas armas de matar” feminizándolos
para poder despreciarlos y humillarlos. También conseguimos valiosos
testimonios de “hombres heroicos”, otros modelos de masculinidad para
referenciar: desertores, pacifistas y no violentos que, junto con las mujeres,
decían no a la violencia y a las instituciones que la engendraban. Lo que se
intentaba y se intenta con la incorporación de las mujeres a los ejércitos no
es feminizar el militarismo sino militarizar a las mujeres, y desmovilizar los
presupuestos feministas antimilitaristas para actuar a favor de una sociedad
sin dominación. En general las mujeres se han incorporado en los ejércitos,
como en la sociedad, y han tenido algún pequeño poder (salvo algunas
excepciones), a costa de mantener las mismas estructuras patriarcales y
autoritarias de los militares, para seguir sosteniendo más o menos maquilladas
el mismo tipo de sociedades, ya que no es posible hacer cambios democráticos en
el ejercito sin cambiar el contenido de su poder, como estructuras de
mantenimiento de sistemas patriarcales, aunque consiguiéramos que fueran menos
machistas.
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