jueves, 5 de agosto de 2021

MARÍA PARADO DE BELLIDO MUJER DEL BICENTENARIO EN EL EJÉRCITO PERUANO

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LAS PERUANAS QUE FORJARON LA REVOLUCIÓN E INSTAURARON LA REPÚBLICA.

Por Graciela Tiburcio Loayza. Publicado en Wayka Agosto 2021.

Libertadoras invisibles

A pesar de que las identidades de estas mujeres no han sido recogidas en los archivos históricos, algunas han sido rescatadas por iniciativas de historiadoras como Estefany Ramos que integra el grupo Jornada de Estudios de Género y las Mujeres en la Historia del Perú o investigaciones como las de Claudia Nuñez que resaltan el aporte de las peruanas en el camino a la independencia. Así, se ha logrado reconocer a mujeres como Ventura Ccalamanqui, luchadora ayacuchana que reunió a cientos de mujeres trabajadoras que protagonizaron un levantamiento popular el 31 de agosto de 1814 y permitió el paso del ejército insurgente de Manuel Hurtado de Mendoza para enfrentarse a la monarquía española en el Cuartel de Santa Catalina. Mientras que otras han sido reconocidas en conmemoración del Bicentenario.

Como Micaela Bastidas quien nació en Tamburco, Apurímac, y lideró la sublevación indígena de 1780. Su papel fue trascendental para las revueltas contra el Virreinato. Ella fundó un centro de operaciones de la rebelión en su casa de Tungasuca. Desde allí, asumió las coordinaciones y comunicaciones entre los caciques y líderes indígenas, desplegó campañas a favor de la rebelión y se encargó de reclutar a más personas para que se unan a la batalla.  Junto a ella, su aliada, Tomasa Tito Condemayta, también cumplió un rol vital en el diseño de estrategias para la movilización de las tropas. Claudia Nuñez cuenta que las acciones emprendidas por Micaela Bastidas y Tomasa Tito Condemayta evidencian la existencia de una red de mujeres organizadas que también estuvieron activamente involucradas en la revolución indígena.  Tomasa organizó un notable batallón de mujeres armadas con hondas, huaracas y palos que lograron impedir el avance de las tropas realistas en Cusco. “Micaela y Tomasa eran una dupla político-militar. La relación de ambas no ha sido muy explorada, pero hay evidencia de que eran muy cercanas. Micaela fue sentenciada a ver morir a sus seres queridos y tuvo que presenciar la decapitación de Tomasa, su aliada”, narró Nuñez a Wayka Fuente Graciela Tiburcio Loaiza. Wayka. Agosto 2021. En la semana publicamos el Artículo complete.

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MARÍA PARADO DE BELLIDO MUJER DEL BICENTENARIO EN EL EJÉRCITO PERUANO

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Dra. Jessica García Apaza.

Arequipa. Universidad Nacional San Agustín.

 

La conmemoración del Bicentenario de nuestra Independencia será el corolario de la libertad que gozamos los peruanos desde hace casi 200 años. Es el privilegio de nuestra generación de celebrar dicho acontecimiento, pero también, es deber cívico recordar que esta libertad la obtuvieron mujeres y hombres que lucharon y ofrendaron su vida por la causa libertadora del Perú.

A lo largo de nuestra historia republicana, se han reconocido sucesos y actos heroicos que acontecieron durante el proceso de la emancipación peruana, y sobre todo, se ha valorado la participación de la mujer peruana. En ese sentido, el Congreso de la República del Perú ha contribuido en enaltecer la figura de la mujer peruana enmarcándolas en sendas leyes que rinden homenaje a su sacrificio en aras de la liberación de su pueblo del yugo colonial.

En el año de 1963, a doña María Parado de Bellido, heroína y mártir de la Independencia de nuestra Patria, se le rinde homenaje con el levantamiento de un monumento en la plaza del pueblo de Paras, lugar de su nacimiento, declarando, además, como monumento nacional la casa de su nacimiento. La propuesta legislativa fue promulgada con la Ley N° 16400 del mismo año.

Dentro del marco de celebraciones del Bicentenario se realizó un reconocimiento a María Parado de Bellido, madre ayacuchana que durante la guerra de nuestra independencia uno de los hijos, Tomás Bellido, fue hecho prisionero y fusilado por los realistas ya acantonados en Cangallo. Este hecho motivó que María Parado de Bellido se integrara al movimiento patriota y colaborara con su esposo en las tareas de espionaje; colabora con la guerrilla desarrollada en la sierra central liderada por el general Álvarez de Arenales, que obedecía a la estrategia del general José de San Martin encaminada a desgastar al ejército realista. Mariano Bellido y sus hijos actuaron como correos del ejército patriota en la región de Huamanga, y su misión principal consistió en dar cuenta de los movimientos de las tropas realistas, se encargaba de trasladar la información al cuartel del guerrillero patriota Cayetano Quiroz. Gracias a ello, los patriotas fueron avisados a tiempo de la planeada incursión del ejército realista al pueblo de Quilcamachay el 29 de marzo de 1822, y la localidad pudo ser evacuada a tiempo; sin embargo, el ejército opresor y su general conoció de las actividades que realizaba María Parado, ya que una de las cartas que interceptaron llevaba su firma. Las tropas españolas rodearon la vivienda en que María Parado se hallaba en compañía de sus hijas y la capturaron.

Durante su captura María Parado se negó a contestar las preguntas encaminadas a desarticular la red de información, desechó las ofertas de recompensa y tampoco se amilano ante las amenazas si no colaboraba, finalmente fue fusilada el 1 de mayo de 1822 paseada por los alrededores de la plaza de armas de Huamanga por el delito de traición. Cuando la independencia fue consolidada fue declarada mártir de la independencia.

 María Parado de Bellido, cuya inmolación y sacrificio representan el mensaje permanente y eterno de la mujer peruana en su lucha por la libertad, por el destino y por la dignidad de la humanidad. Fue reconocida y recordada dentro las mujeres del bicentenario de la independencia del Perú. La Compañía Femenina del Ejército Peruano, denominado "María Parado de Bellido", rindió un justo homenaje, a nuestra heroína, María Andrea Parado Jayo de Bellido, tras ser reconocida como Mujer del Bicentenario.

 



Es desde el año 1997, cuando se admitió por primera vez el ingreso de mujeres a las Fuerzas Armadas como oficiales y suboficiales luego de un largo proceso, poco a poco la mujer ha venido ocupando, cada vez más, espacios de la actividad de la defensa nacional que eran exclusivos de los varones.

Aquí desde la perspectiva de Género y desarrollo, concentrándonos en el tema de género, se hace hincapié en la construcción social de roles y las relaciones de género.[1] Las personas que actúa de la misma forma a lo largo de un prolongado período tiende a desarrollar hábitos distintivos y persistentes de pensamiento. Su excepcional relación con el mundo les da una perspectiva única y los lleva a racionalizar su comportamiento en la relación entre el hombre la mujer y esa relación se da en la sumisión del poder, actualmente el poder lo asume el varón. En la mentalidad militar, en este sentido, consiste en los valores, actitudes y perspectivas que son naturales al desempeño de la función militar profesional y que son deducibles de la naturaleza de dicha función Aparentemente se  percibe un avance, sin embargó  existen  posiciones  como la  de Cervera Rodón  en su artículo La violencia contra las mujeres como “arma de guerra”  aclara  que para la teoría Feminista el machismo está íntimamente unido con el  militarismo¨[2]  manifiestan que en la cultura militar existen numerosas apelaciones a lo sexual como forma de dominación, desde comparaciones del pene con el fusil, entendido como arma de ataque y control, hasta vinculaciones entre la defensa de la pureza e integridad sexual de la novia o la madre y de la Patria (y por lo tanto, atacar la patria enemiga es atacar la pureza e integridad de las mujeres del enemigo) situaciones como esas ha servido para justificar el trato a las mujeres en los conflictos armados de todas las épocas.

Las Instituciones Militares donde siempre  la presencia  de las mujeres es imperceptible, en el Perú se están emitiendo e implementando un Plan de Acción “Mujeres, Paz y Seguridad”, un compromiso que busca generar igualdad de oportunidades en las Fuerzas Armadas cuyos objetivos son los de fomentar el empoderamiento y participación de las mujeres en las Fuerzas Armadas, potenciar la participación de mujeres en las misiones de paz, sensibilizar sobre la importancia de la construcción de la mujer en la defensa nacional e identificar las necesidades que permitan incorporar a la mujer en la defensa nacional.

Sin embargo desde  el feminismo posmoderno que  tiene dos vertientes; por un lado, el feminismo posmoderno (no esencialista) que busca la deconstrucción de la autoridad y la idea de hombre soberano, donde la identidad no se comprende ni existe sino en función del otro y, por el otro lado, el posmodernismo feminista (esencialista), que se centra en el estudio de las fuerzas y limitaciones de una identidad heredada, de forma tal de poder dotar a la mujer con las mismas capacidades que el hombre.[3]

Desde los años 80, amplias campañas del feminismo pacifista y antimilitarista (DOAN, Mujeres en pie de paz, Mujeres del MOC, Eix Violeta) se opusieron a la incorporación de las mujeres a los ejércitos por el comportamiento sexista militar, manifiestan que lo que se intentaba y se intenta con la incorporación de las mujeres a los ejércitos no es feminizar el militarismo sino militarizar a las mujeres; finalmente concluye que las mujeres se han incorporado en los ejércitos, como en la sociedad, y han tenido algún pequeño poder (salvo algunas excepciones), a costa de mantener las mismas estructuras patriarcales y autoritarias de los militares. [4]

 

Pasaron años y durante este tiempo la mujer peruana ha jugado un rol importante en la lucha por  nuestra independencia  y la equidad de género  en las instituciones militares a un está en proceso, resalta a qui  la teoría Feminista que  plantea “El feminismo no aboga por la igualdad con los hombres, y menos con los hombres militarizados, aboga por que todos los derechos humanos puedan ser ejercidos por todas y todos para cambiar este mundo para todas y todos, no para reforzar la brutalidad de este sistema que nos explota y oprime. El Ejército Peruano es una institución cuya dirección se caracteriza por el poder abrumador de los hombres, frente a los nuevos desafíos que trae el proceso de globalización tomando en cuenta lo que  plantea la equidad de género  nos preguntamos si la vida militar  permite brindar a las mujeres y a los hombres las mismas oportunidades, condiciones, y formas de trato, sin dejar a un lado las particularidades de cada uno o cada una  de ellos o ellas que permitan y garanticen el acceso a los derechos que tienen como ciudadanos y ciudadanas?  Quizás podríamos responder que  las fuerzas militares hoy en día está implementando estrategias  para promover la equidad de oportunidades en el servicio a nuestro país, así como encontrar las condiciones para una plena realización profesional, personal y familiar dentro de las Fuerzas Armadas.

 

 

En la ceremonia de reconocimiento a María Parado de Bellido como mujer del bicentenario  en declaraciones  La ministra Nuria Esparch destacó que en el Ministerio de Defensa se estableció un Comité para la Igualdad de Género, un protocolo para sancionar el acoso sexual en el sector Defensa, así como disposiciones para el reingreso de las cadetes embarazadas. 

Del mismo modo  dentro del marco del bicentenario  también se efectuó  el reconocimiento a mujeres oficiales de mayor rango  de la fuerzas armadas del Perú; siendo dos  en grado de coronel y una capitán de navío, la vida de tres mujeres que han sabido salir adelante en un espacio hasta hace poco exclusivo para varones. La coronel de la Fuerza Aérea Nancy Mejía , la capitán de navío de la Marina de Guerra Bertha Reaño , la coronel del Ejército Lourdes Barriga son actualmente las  mujeres de mayor rango en las fuerzas armadas del peru. De alrededor de Alrededor de 10,000 mujeres integran las Fuerzas Armadas, entre oficiales, suboficiales, cadetes, alumnas y personal de tropa. En el grado más alto, hay cinco coroneles en el Ejército; cuatro capitanes de navío en la Marina de Guerra y tres coroneles en la Fuerza Aérea. (Fuente: andina.pe)

 



Captura TV

Que si bien es cierto los lineamientos de políticas que el estado promueve en las instituciones Militares pretende resaltar la presencia de la mujer en las fuerzas armadas que siempre fue de dominio de los varones; sin embargo en la sociedad actual donde el pensamiento machista es predominante, cuestiona y limita la participación de las mujeres en las fuerzas armadas y esto se da porque la distinción entre cuál característica de cada sexo es necesaria para el quehacer militar ya no es tan clara; es más, comienza a ser más y más debatida científicamente (por ejemplo, en relación a la capacidad física). Y, en segundo lugar, porque son los mismos roles de género los que están en cuestión. Y esto va más halla y no solamente se trata ya de si se debe o no incorporar mujeres al corazón de los Ejércitos, o al cuerpo de oficiales profesionales, sino también de las misiones que el militar debe cumplir, y por ende de qué es lo que la sociedad espera, cuál es la imagen que la sociedad quiere ver al pensar en un militar.  Siendo así nos preguntamos ¿La presencia de las mujeres en las filas de la instituciones militares sean solo fotografías mostrando que las mujeres están, que combaten, y que llegan alto en la jerarquía militar solo fortalecer la imagen de la institucionalidad inclusiva de las fuerzas armadas donde se perciben que los roles de género actuales en la sociedad indican que las mujeres son parte activa de las fuerzas armadas y que debe responderse a los intereses de ellos?

Por ello se plantea que la perspectiva transversal de género sea entonces, aquella que atraviesa todos los aspectos de la institución militar en base a planteamiento de estas cuestione: qué necesitamos en la institución, y qué necesita la sociedad.  Por consiguiente, estamos frente a una reconstrucción de una nueva sociedad.




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BIBLIOGRAFÍA

https://www.congreso.gob.pe/mujeresheroicas/

Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Bibliografía de María Parado de Bellido. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/p/parado.htm el 17 de julio de 2021.

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[1] Teoría 3. Género y desarrollo GED (Gender and development GAD)

Formalizando conceptos académicos y corrientes de pensamiento en el tema, surge la perspectiva de GED concentrándose en el tema de género antes que en el de las mujeres, haciendo hincapié en la construcción social de roles y las relaciones de género (proceso mediante el cual se categoriza biológicamente a un macho o a una hembra y socialmente se le adjudican atributos culturalmente establecidos dentro de las definiciones de masculinidad y feminidad). Se asienta aquí la posibilidad de transformar roles de género. Esta aproximación también permite examinar la división sexual del trabajo en sociedades específicas. Denotar aspectos invisibles del trabajo productivo y reproductivo de la mujer, y otros aspectos de la desigualdad de género. Contempla el tema del poder y su relación con el género y estrategias para empoderar a las mujeres (Parpat, 1996).

 

[2] Pero antes nos queremos detener en las ideas que se propagan en los ejércitos, tanto los regulares como los “humanitarios”, para formar, ejercer y minimizar la violencia contra las mujeres. Nos parece imprescindible conocer esos mecanismos para denunciarlos, para buscar apoyos en toda la sociedad, para acabar con los ejércitos. Si algo va íntimamente unido con el machismo es el militarismo. Esto se refleja en todos los ejércitos, paraejércitos y fuerzas de policía. En la cultura militar (como explicita con numerosísimos ejemplos el excelente informe del Colectivo Gasteizkoak/2) existen numerosas apelaciones a lo sexual como forma de dominación, desde comparaciones del pene con el fusil, entendido como arma de ataque y control, hasta vinculaciones entre la defensa de la pureza e integridad sexual de la novia o la madre y de la Patria (y por lo tanto, atacar la patria enemiga es atacar la pureza e integridad de las mujeres del enemigo)/3, que ha servido para justificar el trato a las mujeres en los conflictos armados de todas las épocas. Aspecto particularmente claro en el caso de los Balcanes y de Ruanda, que ha podido ser más documentado, visibilizado y denunciado por las redes de mujeres feministas antimilitaristas y que conocemos en todo el planeta.

[3] . Feminismo posmoderno. Este enfoque se refiere a la condición de género, centrado en la identidad de la mujer y su relación con el conocimiento. Se cuestiona la validez de la ciencia moderna, “el posmodernismo se aleja de todo intento de una teoría integrada y se muestra escéptico respecto a las nociones de racionalidad y verdad” (Sodupe, 2003:206). Produce un cuestionamiento del proyecto de la Ilustración junto con sus valores, sus categorías y su interpretación de la historia. No cree en los procesos emancipadores universales (mujeres, obreros). La identidad, según esta corriente de pensamiento, gira en torno a la dicotomía poder-saber (Sylvester, p. 16). El posmodernismo en relaciones internacionales en su versión feminista tiene dos vertientes; por un lado, el feminismo posmoderno (no esencialista) que busca la deconstrucción de la autoridad y la idea de hombre soberano, donde la identidad no se comprende ni existe sino en función del otro y, por el otro lado, el posmodernismo feminista (esencialista), que se centra en el estudio de las fuerzas y limitaciones de una identidad heredada, de forma tal de poder dotar a la mujer con las mismas capacidades que el hombre (pp. 11-17).

 

[4] En los años 80, amplias campañas del feminismo pacifista y antimilitarista (DOAN, Mujeres en pie de paz, Mujeres del MOC, Eix Violeta) nos opusimos a la incorporación de las mujeres a los ejércitos; no porque las mujeres fuéramos más pacíficas y nuestro lugar fuera el hogar, sino precisamente por no 50 VIENTO SUR Número 121/Marzo 2012 2/ Colectivo Gasteizkoak.(2008) Los ejércitos humanitarios y la violencia sexista militar. Gasteiz: Zapateneo, Colección paperezko ZAPladak 3/ Estos días hemos visto cómo en Valencia, la policia se refería a “los enemigos” para expresar su ataque a los estudiantes. reforzar a una institución machista que sostenía todos los sistemas patriarcales. Además teníamos ya noticias de las agresiones y violencia cometidas contra las mujeres en los ejércitos en los que ya estaban incorporadas. De aquel amplio debate nos queda la relación con los grupos antimilitaristas, de defensa de las agresiones a los soldados, de las campañas internacionales de apoyo a desertores, a objetores e insumisos que han jugado un papel muy importante en la denuncia de la institución más machista de la sociedad, que nos ha permitido denunciar la violencia también contra los homosexuales, o los grupos o personas menos dispuestos a ser “soldados viriles, perfectas armas de matar” feminizándolos para poder despreciarlos y humillarlos. También conseguimos valiosos testimonios de “hombres heroicos”, otros modelos de masculinidad para referenciar: desertores, pacifistas y no violentos que, junto con las mujeres, decían no a la violencia y a las instituciones que la engendraban. Lo que se intentaba y se intenta con la incorporación de las mujeres a los ejércitos no es feminizar el militarismo sino militarizar a las mujeres, y desmovilizar los presupuestos feministas antimilitaristas para actuar a favor de una sociedad sin dominación. En general las mujeres se han incorporado en los ejércitos, como en la sociedad, y han tenido algún pequeño poder (salvo algunas excepciones), a costa de mantener las mismas estructuras patriarcales y autoritarias de los militares, para seguir sosteniendo más o menos maquilladas el mismo tipo de sociedades, ya que no es posible hacer cambios democráticos en el ejercito sin cambiar el contenido de su poder, como estructuras de mantenimiento de sistemas patriarcales, aunque consiguiéramos que fueran menos machistas.

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